Caminando con Jesús

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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EDITH STEIN, SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ

 

·      BIOGRAFÍA

·      EDITH STEIN CARMELITA,  AMBIENTE Y ESPIRITUALIDAD, Francisco Javier Sancho Fermín ocd

·      EJEMPLO DE LIBERTAD ESPIRITUAL

·      EDITH STEIN: JUDÍA, FILÓSOFA, CARMELITA, MÁRTIR

·      SEMBLANZAS

·      EL MISTERIO

·      AVE CRUZ

·      ORA COMO EDITH

·      LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD

·      AÑOS DE ESPERA

·      AL CARMELO DE COLONIA

·      EL MISTERIO DE LA CRUZ

·      EL SIGLO XX A LA LUZ DE EDITH STEIN

·      JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD

·      COPATRONAS DE EUROPA

·      LIBRO LA CIENCIA DE LA CRUZ

·      LA ESTRUCTURA DE LA PERSONA HUMANA

 

·      EDITH STEIN y LA FILOSOFIA COMO CAMINO DE CONVERSIÓN

·      IMAGENES

 

 

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Ella escribe: “Yo hablaba (en una ocasión) con el Salvador y le decía que sabía que era su Cruz la que ahora había sido puesta sobre el pueblo judío. La mayoría no lo comprendían; más aquellos que lo sabían, deberían echarla de buena gana sobre sí en nombre de todos. Al terminar el retiro, tenía la más firme persuasión de que había sido oída por el Señor. Pero dónde había de llevarme la Cruz, aún era desconocido para mí.”

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Ella escribe: “Y es por eso que el Señor ha tomado mi vida por todos. Tengo que pensar continuamente en la Reina Ester que fue arrancada de su pueblo para interceder ante el rey por su pueblo. Yo soy una pobre e impotente pequeña Ester, pero el rey que me ha escogido es infinitamente grande y misericordioso. Esto es un gran consuelo.”

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Teresa Benedicta de la Cruz,

(Edith Stein)

Nació el 12 de octubre de 1891, en la entonces ciudad alemana de Breslau (hoy Wroclaw-capital de la Silesia, que pasó a pertenecer a Polonia después de la Segunda Guerra Mundial).

Después de varios tormentos y humillaciones indescriptibles, el 7 de agosto, apenas salido el sol, Edith y su hermana, junto con unos mil judíos, son trasladados una vez más. Su destino es Auschwitz. Llegan al campo de concentración el mismo 9 de agosto y los prisioneros son conducidos inmediatamente a la cámara de gas. Es ahí donde Edith encuentra la culminación de su ofrecimiento como Esposa de Cristo. Muere como mártir, ofreciéndose como holocausto para la salvación de las almas, por la liberación de su pueblo y por la conversión de Alemania. Con la oración de un Padrenuestro en los labios, Edith da el sentido más pleno a su vida, entregándose por todos, por amor...

Sin duda podemos declarar que la vida de Teresa fue bendecida por la Cruz. Con su vida, la Hermana Teresa repite las palabras de su gran madre espiritual, Sta. Teresa de Ávila: “No me arrepiento de haberme entregado al Amor.”

Edith Stein fue canonizada como mártir en 1998 por el Papa Juan Pablo II, quien le dio el título de “mártir de amor”. En octubre de 1999, fue declarada co-patrona de Europa.

 

"No se puede adquirir la ciencia de la Cruz más que sufriendo verdaderamente el peso de la cruz. Desde el primer instante he tenido la convicción íntima de ello y me he dicho desde el fondo de mi corazón: Salve, OH Cruz, mi única esperanza".

 

Sus padres, Sigfred y Auguste, dedicados al comercio, eran judíos. Edith fue la última de once hijos. Su padre murió el 1893 y su madre hubo de cargar con la dirección de la serrería y la educación de sus hijos.

La pequeña Edith escribió de sí misma que ella de niña era muy sensible, dinámica, nerviosa e irascible, pero que a los siete años ya empezó en ella a madurar un temperamento reflexivo.

En 1913 ingresó en la universidad de Gottingen y se dedicó al estudio de la fenomenología. Aquelío era su vida: sus libros, sus compañeros, y, sobre todo, el célebre profesor E. Husserl. Durante este tiempo llega a un ateísmo casi total.

Estalla en 1914 la primera Guerra Mundial y Edith trabaja como enfermera en un hospital de cuatro mil camas. A esta obra se entrega de lleno.

Al ser bautizada el 1.1.1922 recibió el nombre de Teresa Edwig.

A sus 42 años, el 15.4.1934, fiesta del Buen Pastor, viste el hábito carmelita en el convento de Colonia.

 

EL CAMINO HACIA LOS ALTARES

Desde poco después de su muerte en las cámaras de gas del campo de concentración de Auschwitz el 9 de agosto de 1942, el asombroso camino de conversión y la profunda coherencia cristiana de Edith Stein la convirtieron en una figura cada vez más admirada. Su peregrinación del judaísmo al catolicismo y de la vida intelectual a la contemplación como carmelita descalza, la convirtieron para muchos en un ejemplo y un símbolo no sólo de diálogo interreligioso, sino de reconciliación entre el pensamiento y la fe.

Fueron justamente los Carmelitas Descalzos quienes algunos años después de concluida la guerra, iniciaron el proceso de beatificación.

A principios de los 80, durante el encuentro del Capítulo General de los Carmelitas Descalzos con el Papa Juan Pablo II, los religiosos presentaron un petitorio, a nombre de todas las provincias de la Orden, solicitando la aceleración del proceso de beatificación de Edith Stein.

El Papa, profundo conocedor de la vida y la obra filosófica de quien murió como Teresa Benedicta de la Cruz, sonrió y dijo: "el problema es que ella ha escrito mucho".

El comentario del Pontífice hacía referencia a la extensa obra de la nueva santa, que debía ser revisada exhaustivamente por la Congregación para la Causa de los Santos.

Un cambio radical en el proceso se produjo, sin embargo, en 1986, cuando la Congregación aprobó la petición presentada por el Padre Simeón, Postulador General de los Frailes Carmelitas Descalzos, quien interpretando el deseo de las Conferencias Episcopales de Alemania y Polonia, solicitaron que el martirio fuera incluido junto con la heroicidad de virtudes como motivo para su canonización.

En 1987, la Congregación para la Causa de los Santos completó el proceso de martirio y heroicidad de virtudes.

El 1 de mayo de 1987, Edith Stein, la monja carmelita, fue beatificada junto con el Padre Rupert Mayer, un sacerdote jesuita conocido por su resistencia a los nazis, durante una masiva celebración presidida por el Papa Juan Pablo II en Colonia, al oeste de Alemania. Durante la homilía, el Papa habló de Edith Stein, destacando que "esta filósofa estuvo preocupada en su vida por la búsqueda de la verdad y su vida fue iluminada por la cruz". "En los años en que estudiaba en las universidades de Breslau, Göttigen y Freiburg", el Papa dijo, "Dios no jugaba un papel importante inicialmente, su pensamiento estaba basado en la exigencia del idealismo ético. Junto con sus habilidades intelectuales, no quería aceptar nada sin una cuidadosa investigación. Quería ir al fondo de las cosas por ella misma, estaba comprometida en una constante búsqueda de la verdad. Mirando atrás en su período intelectual, descubrió una importante frase en su proceso de madurez espiritual: 'Mi búsqueda de la verdad era una constante oración'; esto es un confortante testimonio para aquellos que tienen dificultades para creer en Dios. La búsqueda de la verdad es en sí misma, en un sentido muy profundo, búsqueda de Dios".

En las palabras del Papa Juan Pablo II, " Dejémonos abrir por su mensaje como una mujer del espíritu y del entendimiento, quien vio en la ciencia de la cruz el culmen de toda la sabiduría".

Diez años después, en 1997, Teresa Benedicta McCarthy, una pequeña niña de la ciudad de Boston, en Estados Unidos, fue diagnosticada con un grave e irreversible caso de daño hepático luego de consumir una fuerte dosis de medicamentos, se recuperó repentinamente apenas sus padres oraron a Edith Stein.

Este hecho, completamente documentado, fue reconocido oficialmente como un milagro, abriendo así el camino para la canonización.

Edith Stein fue canonizada el 11 de octubre de 1998, en una sencilla ceremonia presidida por el Sumo Pontífice.

 

ORACIONES A EDITH STEIN

 

        Amada Santa Teresa Benedicta de la Cruz

        Hija del Día del Perdón

        Mártir de Auschwitz

        Maestra de la Iglesia.

      

 Abrazadora de la Cruz con un amor como el de Cristo,

        Descendiente de Abraham,

        Hija de Nuestra Señora del Monte Carmelo,

        Tú que profundamente te gozas en los corazones del Mesías y de su Madre,

        por favor intercede por mí. 

       

          Señor, Dios de nuestros padres,

        Tú condujiste a Santa Teresa Benedicta

        a la plenitud de la ciencia de la Cruz

        al momento de su martirio.

        Llénanos con el mismo conocimiento;

        y, por su intercesión,

        permítenos siempre seguir en búsqueda de ti, que eres la suprema Verdad,

        y permanecer fieles hasta la muerte

        a la alianza de amor ratificada por la sangre de tu Hijo

        por la salvación de todos los hombres y mujeres.

        Te lo pedimos por nuestro Señor,

        ¡Amén!

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Oh Dios, si es tu Voluntad,

        permite que Santa Teresa Benedicta de la Cruz,

        que creyó en tu Hijo en vida y lo siguió hasta la muerte por martirio,

        intercede por mí en esta petición

        (mencionar aquí su petición).

        Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo Nuestro Señor,

        ¡Amén! 

 

 

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ORACIONES Y REFLEXIONES DE EDITH STEIN

 

YO PERMANECERÉ CONTIGO

 

Yo permaneceré contigo…

Tú reinas a la derecha del Padre

en el reino de tu eterna gloria

como la palabra de Dios desde el principio

 

Tú reinas en el trono del Todopoderoso

en forma humana transfigurada

desde la culminación de tu trabajo en la tierra

Yo creo en esto porque tu palabra tanto me enseña y porque creo, sé qué alegría me da

y qué bendita esperanza florece de ella.

 

Porque donde Tú estás, ahí también están los tuyos el cielo es mi tierra gloriosa comparto contigo el trono del Padre

 

El eterno que hizo todas las criaturas quien, tres veces santo, abraza a todo ser además tiene un silencioso, especial reino suyo.

 

La habitación más íntima del alma humana

es el lugar favorito de la Trinidad

su trono celestial en la tierra

 

Para liberar este reino celestial de la mano del enemigo el Hijo de Dios vino como el Hijo del Hombre dio su sangre como el precio de la entrega.

 

En el corazón de Jesús, que fue atravesado,

el reino de la tierra y de los cielos se unen.

Aquí está para nosotros la fuente de la vida.

 

Este corazón es el corazón de la Divina Trinidad, y el centro de todos los corazones humanos que nos concede la vida de Dios.

 

Nos atrae hacia sí con poder secretos

nos esconde en el seno del Padre

y nos inunda con el Espíritu Santo.

 

Este corazón, late por nosotros en un pequeño tabernáculo donde permanece misteriosamente escondido en esa quieta, blanca hostia.

 

Ése es tu trono real en la tierra, Oh Señor,

que visiblemente has erigido para nosotros

y te complaces cuando salgo a su encuentro.

 

Lleno de amor, Tú hundes tu mirada en la mía

y acercas tu oído a mis palabras silenciosas

y llenas de paz mi corazón.

 

Aun así tu amor no se satisface con este intercambio que todavía podría conducir a la separación tu corazón requiere más.

 

Tú vienes a mí como alimento de la mañana en cada pausa cotidiana.

 

Tu carne y tu sangre se convierten en comida y bebida para mí y algo maravilloso ocurre.

 

Tu cuerpo misteriosamente penetra el mío y tu espíritu se una al mío: no soy más lo que alguna vez fui.

 

Tú vas y vienes pero la semilla que sembraste para futura gloria, permanece enterrada en este cuerpo de polvo.

 

Un esplendor del cielo se queda en el alma,

un brillo profundo se queda en los ojos,

una elevación en el tono de voz

 

Ahí permanece el lazo que une un corazón al otro el arroyo de vida que brota de la tuya

y anima a cada miembro.

 

¡Qué maravillosos son tus prodigios!

No podemos más que asombrarnos y balbucear y caer silenciosos porque el intelecto y las palabras fracasan.

 

Y yo permanezco contigo

 

 

 

 

 

DE UNA NOVENA ESCRITA PARA PENTECOSTÉS

 

¿Quién eres tú, dulce luz, que me llena

e ilumina la oscuridad de mi corazón?

Me conduces como una mano maternal

y si te consintieras irte de mí

no sabría cómo dar un paso más.

 

Tú eres el espacio que abraza mi existencia y la sepulta en Ti lejos de Ti se hunde en el abismo de la nada, desde donde la elevaste a la luz.

 

Tú, más cerca de mí que yo a mí mismo

y más íntimo que mi más profundo interior

todavía implacable e intangible

y más allá de todo nombre:

¡Espíritu Santo amor eterno!

 

¿No eres acaso el dulce maná

que del corazón del Hijo se desborda hacia mi corazón, el alimento de los ángeles y los santos?

Él, que se elevó a sí mismo de la muerte a la vida, Él también me ha despertado a una nueva vida del sueño de muerte.

 

Y me da una nueva vida día a día

y a veces, su plenitud fluye a través mío

vida de tu vida realmente, Tú mismo:

¡Espíritu Santo, vida eterna!

 

¿Eres tú el rayo que destella desde el trono del Juez eterno e irrumpe en la noche del alma

que nunca se ha conocido a sí misma?

 

Misericordiosamente, implacable penetra en todo rebaño escondido alarmado de verse a sí mismo, el yo hace espacio para el santo miedo,

el principio de esa sabiduría que viene de lo alto y nos ancla firmemente en las alturas.

 

Tú acción, que nos crea nuevos: ¡Espíritu Santo, rayo que penetra todas las cosas!

¿Eres tú la plenitud del Espíritu

y el poder por el que el Cordero abrió

los sellos del eterno mandato de Dios?

 

Conducido por Ti los mensajeros del juicio recorren el mundo y separan con una filuda espada el reino de la luz del reino de la noche

el cielo se renueva y la tierra se renueva

y todo encuentra su lugar.

 

A través de su aliento: ¡Espíritu Santo, poder victorioso!

 

¿Eres Tú el maestro que construye la catedral eterna, que se eleva desde la tierra hasta los cielos?

 

Animados por Ti, las columnas son erigidas hasta lo alto y se paran inmóvilmente firmes.

Marcados con el nombre eterno de Dios, se estiran hacia la luz sosteniendo el domo que corona la santa catedral tu trabajo que circunda el mundo: ¡Espíritu Santo, mano de Dios que moldea!

 

¿Eres Tú aquel que creó el claro espejo junto al trono del Todopoderoso como un mar de cristal en el que la divinidad amorosamente se completa a sí misma?

 

Tú te doblas ante el más recto trabajo de tu creación, y radiantemente tu mirada penetrante

es iluminada en recompensa y de todas las criaturas, la belleza pura se junta en una en la amorosa forma de la Virgen, tu novia inmaculada: ¡Espíritu Santo, Creador de todo!

 

¿Eres tú la dulce melodía del amor y de Santa reverencia que eternamente resuena alrededor del trono trino, que une a sí misma en el campaneo de todos y cada uno de los seres?

 

La armonía que junta a los miembros con la cabeza en el que cada uno encuentra el misterioso significado de su bendita existencia

y alegremente ondea hacia delante libremente disuelto en tu ondear: ¡Espíritu Santo, júbilo eterno!

 

 

ALGUNAS REFLEXIONES

 

"¿Estás alarmada por la inmensidad que los Santos votos requieren de ti? No tienes que estar alarmada.

 

Lo que has prometido está realmente más allá de tu propia debilidad y poder humanos; pero no está más allá del poder del Todopoderoso este poder será tuyo si Tú te entregas a Él"

 

"Mientras más oscuro se va haciendo alrededor nuestro, más debemos abrir nuestros corazones a la luz que viene de lo alto"

SU ESPIRITUALIDAD

(De Los Santos Carmelitas by P. Rafael María López-Melús)

Además de en su vida-siempre auténtica y generosa, tanto cuando era creyente y practicante judía como cuando se alejó de la fe, y, sobre todo, cuando se convirtió después y abrazó la vida del Carmelo- su espiritualidad se manifiesta, sobre todo, en sus maravillosos y profundos escritos. Estos son los principales: Ser infinito y eterno; La ciencia de la Cruz; Caminos para el conocimiento de Dios; Teresa de Jesús; El Misterio de Navidad; Las Bodas del cordero; La oración de la Iglesia; Ave Crux... Todas ellas arrancan del primer encuentro que tuvo con Cristo.

Amó muchísimo al Carmelo y a la Madre del Carmelo. Escribió sobre su vocación cosas preciosas...

Alguien ha escrito de la misión de Edith Stein:

"Su figura, su oración y su trabajo, su silencio y su pasión, su postrera marcha hacia el oriente, no desaparecerán fácilmente de la memoria de las generaciones venideras, irradiando siempre espíritu de fortaleza y despertando anhelos por ahondar en la fe, en la esperanza y en el amor".

Su mensaje

Que procuremos vivir con intensidad la sinceridad y honradez.

 

Que estemos dispuestos a oír la voz del Señor aunque haga cambiar  nuestra vida.

 

Que nos enamoremos de la cruz como medio de salvación.

 

Que seamos fieles hasta el final aunque sea con el martirio.

Su oración

Señor, Dios de nuestros padres en la fe, infúndenos copiosamente la ciencia de la cruz, con la que enriqueciste de modo admirable a la Beata Teresa Benedicta en la hora del martirio; concédenos, por su intercesión, buscarte sin descanso a ti que eres la suma de la Verdad, y mantener con lealtad hasta la muerte la alianza eterna de amor, sellada con la sangre de tu Hijo para la salvación de todos los hombres. Amén.

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