Caminando con Jesús Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |
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EDITH
STEIN, SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ |
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Ella escribe:
“Yo hablaba (en una ocasión) con el Salvador y le decía que sabía que era su
Cruz la que ahora había sido puesta sobre el pueblo judío. La mayoría no lo
comprendían; más aquellos que lo sabían, deberían echarla de buena gana sobre
sí en nombre de todos. Al terminar el retiro, tenía la más firme persuasión
de que había sido oída por el Señor. Pero dónde había de llevarme Ella escribe:
“Y es por eso que el Señor ha tomado mi vida por todos. Tengo que pensar
continuamente en |
Teresa
Benedicta de (Edith Stein) Nació el 12 de
octubre de 1891, en la entonces ciudad alemana de Breslau (hoy
Wroclaw-capital de Después de
varios tormentos y humillaciones indescriptibles, el 7 de agosto, apenas
salido el sol, Edith y su hermana, junto con unos mil judíos, son trasladados
una vez más. Su destino es Auschwitz. Llegan al campo de concentración el
mismo 9 de agosto y los prisioneros son conducidos inmediatamente a la cámara
de gas. Es ahí donde Edith encuentra la culminación de su ofrecimiento como
Esposa de Cristo. Muere como mártir, ofreciéndose como holocausto para la
salvación de las almas, por la liberación de su pueblo y por la conversión de
Alemania. Con la oración de un Padrenuestro en los labios, Edith da el
sentido más pleno a su vida, entregándose por todos, por amor... Sin duda
podemos declarar que la vida de Teresa fue bendecida por Edith Stein fue
canonizada como mártir en 1998 por el Papa Juan Pablo II, quien le dio el título
de “mártir de amor”. En octubre de 1999, fue declarada co-patrona de Europa. |
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"No se
puede adquirir la ciencia de |
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Sus padres,
Sigfred y Auguste, dedicados al comercio, eran judíos. Edith fue la última de
once hijos. Su padre murió el 1893 y su madre hubo de cargar con la dirección
de la serrería y la educación de sus hijos. La pequeña
Edith escribió de sí misma que ella de niña era muy sensible, dinámica,
nerviosa e irascible, pero que a los siete años ya empezó en ella a madurar
un temperamento reflexivo. En 1913 ingresó
en la universidad de Gottingen y se dedicó al estudio de la fenomenología.
Aquelío era su vida: sus libros, sus compañeros, y, sobre todo, el célebre
profesor E. Husserl. Durante este tiempo llega a un ateísmo casi total. Estalla en 1914
la primera Guerra Mundial y Edith trabaja como enfermera en un hospital de
cuatro mil camas. A esta obra se entrega de lleno. Al ser
bautizada el 1.1.1922 recibió el nombre de Teresa Edwig. A sus 42 años,
el 15.4.1934, fiesta del Buen Pastor, viste el hábito carmelita en el
convento de Colonia. |
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EL CAMINO HACIA LOS ALTARES Desde poco después de su muerte en las cámaras de gas del campo de
concentración de Auschwitz el 9 de agosto de 1942, el asombroso camino de
conversión y la profunda coherencia cristiana de Edith Stein la convirtieron
en una figura cada vez más admirada. Su peregrinación del judaísmo al
catolicismo y de la vida intelectual a la contemplación como carmelita
descalza, la convirtieron para muchos en un ejemplo y un símbolo no sólo de
diálogo interreligioso, sino de reconciliación entre el pensamiento y la fe. Fueron justamente los Carmelitas Descalzos quienes algunos años
después de concluida la guerra, iniciaron el proceso de beatificación. A principios de los 80, durante el encuentro del Capítulo General de
los Carmelitas Descalzos con el Papa Juan Pablo II, los religiosos presentaron
un petitorio, a nombre de todas las provincias de la Orden, solicitando la
aceleración del proceso de beatificación de Edith Stein. El Papa, profundo conocedor de la vida y la obra filosófica de quien
murió como Teresa Benedicta de la Cruz, sonrió y dijo: "el problema es
que ella ha escrito mucho". El comentario del Pontífice hacía referencia a la extensa obra de la
nueva santa, que debía ser revisada exhaustivamente por la Congregación para
la Causa de los Santos. Un cambio radical en el proceso se produjo, sin embargo, en 1986,
cuando la Congregación aprobó la petición presentada por el Padre Simeón,
Postulador General de los Frailes Carmelitas Descalzos, quien interpretando
el deseo de las Conferencias Episcopales de Alemania y Polonia, solicitaron
que el martirio fuera incluido junto con la heroicidad de virtudes como
motivo para su canonización. En 1987, la Congregación para la Causa de los Santos completó el
proceso de martirio y heroicidad de virtudes. El 1 de mayo de 1987, Edith Stein, la monja carmelita, fue beatificada
junto con el Padre Rupert Mayer, un sacerdote jesuita conocido por su
resistencia a los nazis, durante una masiva celebración presidida por el Papa
Juan Pablo II en Colonia, al oeste de Alemania. Durante la homilía, el Papa habló
de Edith Stein, destacando que "esta filósofa estuvo preocupada en su
vida por la búsqueda de la verdad y su vida fue iluminada por la cruz".
"En los años en que estudiaba en las universidades de Breslau, Göttigen
y Freiburg", el Papa dijo, "Dios no jugaba un papel importante
inicialmente, su pensamiento estaba basado en la exigencia del idealismo
ético. Junto con sus habilidades intelectuales, no quería aceptar nada sin
una cuidadosa investigación. Quería ir al fondo de las cosas por ella misma,
estaba comprometida en una constante búsqueda de la verdad. Mirando atrás en
su período intelectual, descubrió una importante frase en su proceso de
madurez espiritual: 'Mi búsqueda de la verdad era una constante oración';
esto es un confortante testimonio para aquellos que tienen dificultades para
creer en Dios. La búsqueda de la verdad es en sí misma, en un sentido muy
profundo, búsqueda de Dios". En las palabras del Papa Juan Pablo II, " Dejémonos abrir por su
mensaje como una mujer del espíritu y del entendimiento, quien vio en la
ciencia de la cruz el culmen de toda la sabiduría". Diez años después, en 1997, Teresa Benedicta McCarthy, una pequeña
niña de la ciudad de Boston, en Estados Unidos, fue diagnosticada con un
grave e irreversible caso de daño hepático luego de consumir una fuerte dosis
de medicamentos, se recuperó repentinamente apenas sus padres oraron a Edith
Stein. Este hecho, completamente documentado, fue reconocido oficialmente
como un milagro, abriendo así el camino para la canonización. Edith Stein fue canonizada el 11 de octubre de 1998, en una sencilla
ceremonia presidida por el Sumo Pontífice. |
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ORACIONES A EDITH STEIN Amada
Santa Teresa Benedicta de Hija del
Día del Perdón Mártir de
Auschwitz Maestra de
Abrazadora de
Descendiente de Abraham, Hija de
Nuestra Señora del Monte Carmelo, Tú que
profundamente te gozas en los corazones del Mesías y de su Madre, por favor intercede
por mí. Señor,
Dios de nuestros padres, Tú
condujiste a Santa Teresa Benedicta a la
plenitud de la ciencia de al momento
de su martirio. Llénanos
con el mismo conocimiento; y, por su intercesión, permítenos
siempre seguir en búsqueda de ti, que eres la suprema Verdad, y
permanecer fieles hasta la muerte a la
alianza de amor ratificada por la sangre de tu Hijo por la
salvación de todos los hombres y mujeres. Te lo
pedimos por nuestro Señor, ¡Amén! Oh Dios, si es tu Voluntad, permite
que Santa Teresa Benedicta de que creyó
en tu Hijo en vida y lo siguió hasta la muerte por martirio, intercede
por mí en esta petición (mencionar
aquí su petición). Te lo
pedimos en el nombre de Jesucristo Nuestro Señor,
¡Amén! |
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ORACIONES Y REFLEXIONES DE EDITH
STEIN YO PERMANECERÉ CONTIGO Yo permaneceré contigo… Tú reinas a la derecha del Padre en el reino de tu eterna gloria como la palabra de Dios desde el principio Tú reinas en el trono del Todopoderoso en forma humana transfigurada desde la culminación de tu trabajo en la
tierra Yo creo en esto porque tu palabra tanto me
enseña y porque creo, sé qué alegría me da y qué bendita esperanza florece de ella. Porque donde Tú estás, ahí también están
los tuyos el cielo es mi tierra gloriosa comparto contigo el trono del Padre El eterno que hizo todas las criaturas
quien, tres veces santo, abraza a todo ser además tiene un silencioso,
especial reino suyo. La habitación más íntima del alma humana es el lugar favorito de la Trinidad su trono celestial en la tierra Para liberar este reino celestial de la
mano del enemigo el Hijo de Dios vino como el Hijo del Hombre dio su sangre
como el precio de la entrega. En el corazón de Jesús, que fue
atravesado, el reino de la tierra y de los cielos se
unen. Aquí está para nosotros la fuente de la
vida. Este corazón es el corazón de la Divina
Trinidad, y el centro de todos los corazones humanos que nos concede la vida
de Dios. Nos atrae hacia sí con poder secretos nos esconde en el seno del Padre y nos inunda con el Espíritu Santo. Este corazón, late por nosotros en un pequeño tabernáculo donde
permanece misteriosamente escondido en esa quieta, blanca hostia. Ése es tu trono real en la tierra, Oh
Señor, que visiblemente has erigido para nosotros y te complaces cuando salgo a su encuentro. Lleno de amor, Tú hundes tu mirada en la
mía y acercas tu oído a mis palabras
silenciosas y llenas de paz mi corazón. Aun así tu amor no se satisface con este
intercambio que todavía podría conducir a la separación tu corazón requiere
más. Tú vienes a mí como alimento de la mañana
en cada pausa cotidiana. Tu carne y tu sangre se convierten en
comida y bebida para mí y algo maravilloso ocurre. Tu cuerpo misteriosamente penetra el mío y
tu espíritu se una al mío: no soy más lo que alguna vez fui. Tú vas y vienes pero la semilla que
sembraste para futura gloria, permanece enterrada en este cuerpo de polvo. Un esplendor del cielo se queda en el
alma, un brillo profundo se queda en los ojos, una elevación en el tono de voz Ahí permanece el lazo que une un corazón
al otro el arroyo de vida que brota de la tuya y anima a cada miembro. ¡Qué maravillosos son tus prodigios! No podemos más que asombrarnos y balbucear
y caer silenciosos porque el intelecto y las palabras fracasan. Y yo permanezco contigo |
DE UNA NOVENA ESCRITA PARA
PENTECOSTÉS ¿Quién eres tú, dulce luz, que me llena e ilumina la oscuridad de mi corazón? Me conduces como una mano maternal y si te consintieras irte de mí no sabría cómo dar un paso más. Tú eres el espacio que abraza mi
existencia y la sepulta en Ti lejos de Ti se hunde en el abismo de la nada,
desde donde la elevaste a la luz. Tú, más cerca de mí que yo a mí mismo y más íntimo que mi más profundo interior todavía implacable e intangible y más allá de todo nombre: ¡Espíritu Santo amor eterno! ¿No eres acaso el dulce maná que del corazón del Hijo se desborda hacia mi
corazón, el alimento de los ángeles y los santos? Él, que se elevó a sí mismo de la muerte a
la vida, Él también me ha despertado a una nueva vida del sueño de muerte. Y me da una nueva vida día a día y a veces, su plenitud fluye a través mío vida de tu vida realmente, Tú mismo: ¡Espíritu Santo, vida eterna! ¿Eres tú el rayo que destella desde el
trono del Juez eterno e irrumpe en la noche del alma que nunca se ha conocido a sí misma? Misericordiosamente, implacable penetra en
todo rebaño escondido alarmado de verse a sí mismo, el yo hace espacio para
el santo miedo, el principio de esa sabiduría que viene de
lo alto y nos ancla firmemente en las alturas. Tú acción, que nos crea nuevos: ¡Espíritu
Santo, rayo que penetra todas las cosas! ¿Eres tú la plenitud del Espíritu y el poder por el que el Cordero abrió los sellos del eterno mandato de Dios? Conducido por Ti los mensajeros del juicio
recorren el mundo y separan con una filuda espada el reino de la luz del
reino de la noche el cielo se renueva y la tierra se renueva y todo encuentra su lugar. A través de su aliento: ¡Espíritu Santo,
poder victorioso! ¿Eres Tú el maestro que construye la
catedral eterna, que se eleva desde la tierra hasta los cielos? Animados por Ti, las columnas son erigidas
hasta lo alto y se paran inmóvilmente firmes. Marcados con el nombre eterno de Dios, se
estiran hacia la luz sosteniendo el domo que corona la santa catedral tu
trabajo que circunda el mundo: ¡Espíritu Santo, mano de Dios que moldea! ¿Eres Tú aquel que creó el claro espejo
junto al trono del Todopoderoso como un mar de cristal en el que la divinidad
amorosamente se completa a sí misma? Tú te doblas ante el más recto trabajo de
tu creación, y radiantemente tu mirada penetrante es iluminada en recompensa y de todas las
criaturas, la belleza pura se junta en una en la amorosa forma de la Virgen,
tu novia inmaculada: ¡Espíritu Santo, Creador de todo! ¿Eres tú la dulce melodía del amor y de
Santa reverencia que eternamente resuena alrededor del trono trino, que une a
sí misma en el campaneo de todos y cada uno de los seres? La armonía que junta a los miembros con la
cabeza en el que cada uno encuentra el misterioso significado de su bendita
existencia y alegremente ondea hacia delante
libremente disuelto en tu ondear: ¡Espíritu Santo, júbilo eterno! ALGUNAS REFLEXIONES "¿Estás alarmada por la inmensidad
que los Santos votos requieren de ti? No tienes que estar alarmada. Lo que has prometido está realmente más
allá de tu propia debilidad y poder humanos; pero no está más allá del poder
del Todopoderoso este poder será tuyo si Tú te entregas a Él" "Mientras más oscuro se va haciendo
alrededor nuestro, más debemos abrir nuestros corazones a la luz que viene de
lo alto" |
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SU ESPIRITUALIDAD (De Los Santos Carmelitas by P.
Rafael María López-Melús) Además de en su vida-siempre auténtica y generosa, tanto
cuando era creyente y practicante judía como cuando se alejó de la fe, y,
sobre todo, cuando se convirtió después y abrazó la vida del Carmelo- su
espiritualidad se manifiesta, sobre todo, en sus maravillosos y profundos
escritos. Estos son los principales: Ser infinito y eterno; La ciencia de Amó muchísimo al Carmelo y a Alguien ha escrito de la misión de Edith Stein: "Su figura, su oración y su trabajo, su silencio y
su pasión, su postrera marcha hacia el oriente, no desaparecerán fácilmente
de la memoria de las generaciones venideras, irradiando siempre espíritu de
fortaleza y despertando anhelos por ahondar en la fe, en la esperanza y en el
amor". Su mensaje Que procuremos vivir con intensidad la sinceridad y honradez. Que estemos dispuestos a oír la voz del Señor aunque haga cambiar nuestra vida. Que nos enamoremos de la cruz como medio de salvación. Que seamos fieles hasta el final aunque sea con el martirio. Su oración Señor, Dios de nuestros padres en la fe, infúndenos
copiosamente la ciencia de la cruz, con la que enriqueciste de modo admirable
a |
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