SANTA TERESA DE ÁVILA,
FUNDADORA
(24 DE AGOSTO DE 1562)
Hoy sábado, 24 de agosto de 2013, la Reforma Teresiana cumple 451 años
1.
CRÓNICA
DE LA PRIMERA FUNDACIÓN: SAN JOSÉ DE ÁVILA
Amanecía el 24 de
agosto de 1562. Los rayos de sol teñían de claridad el cielo azul intenso de
Ávila mientras el eco lejano de una campana rota, rasgaba el silencio de la
mañana, ante la mirada atónita de las gentes que allí se acercaban al escuchar
la vieja campana. En una pobre iglesia escondida entre casas del antiguo barrio
de San Roque, tenía lugar el suceso más transcendental de toda la Historia del
Carmelo.
Detrás de una tupida
reja de madrea, vestidas de burdo sayal de lana, descalzas y tocadas con velos
de lienzo blanco, estaban cuatro doncellas pobres. Y con ellas, la Madre Teresa
de Jesús, con su 47 años de edad. “Fue para mí como estar en la gloria” (Vida
36, 6), diría ella más tarde embriagada de gozo y de nostalgia. Llegó el
Maestro Gaspar Daza. Celebró la Santa Misa con aquel misal que Doña Guiomar había
comprado, junto con unas campanillas, en los días precedentes. Un altar
sencillo con sus velas de cera encendidas. Y todo bajo la mirada del artesano
de Nazaret, San José.
La Madre comulgó con
más fervor que nunca, igual que sus novicias, como se acostumbraba en la Orden
los días de la toma del hábito y de la Profesión. Y no pudo evitar mirar a sus
hijas con lágrimas en los ojos: Úrsula de los Santos, Antonia del Espíritu
Santo, María de la Cruz y María de San José. Ataviadas con sus capas blancas, parecían
un nido de palomas; mejor, un coro de ángeles que Dios había puesto en sus
manos para comenzar con ellas algo que…. Todavía no había podido imaginar.
Acabada la Eucaristía, Daza reservó el Santísimo Sacramento en el Sagrario. Y
desde entonces, Nunca a través de los cuatro siglos y medio faltaría la
alabanza divina a los pies del Amor de los amores en San José de Ávila.
“Pues todo
concertado, fue el Señor servido que, día de San Bartolomé, tomaron hábito
algunas, y puso el Santísimo Sacramento, y con toda autoridad y fuerza quedó
hecho nuestro monasterio del gloriosísimo padre nuestro san José… y hecha una
obra que tenía entendido era para servicio del Señor y honra del hábito de su
gloriosa Madre, que éstas eran mis ansias” (Vida 36, 5-6). Daza se sentía
impactado por un no sé qué, que como no podía disimular su emoción y su
ternura… el aíre cálido de aquella mañana de verano, mezclado con el olor del
incienso y la fragancia de las flores, se respiraba un aroma especial, aroma
que no se parecía a nada conocido, era la alegría de unos corazones alegres,
empapados de la sencillez de Dios.
Doña Inés y Doña Ana
de Tapia – dos primas de la Madre Teresa- religiosas del convento de La
Encarnación, Juan de Ovalle y Juana de Ahumada, que presenciaron el acto, no
salían de su asombro. No sabían si reír o llorar de tan emocionados como
estaban. Aquello todo tan humilde, tan sencillo, tan autentico… Hubieran dado
lo que fuera por detener el tiempo… La diminuta iglesia, con sus rejas y el
altar con sus manteles blancos preparados con tanta ilusión por la Madre
Teresa… Los ornamentos y vasos sagrados, sencillos pero dignísimos… Las miradas
inocentes y luminosas de las novicias con sus manos cruzadas sobre el pecho
bajo el escapulario de la Virgen… Pero, fue sobre todo, la figura maternal de
la Fundadora, su alegría contagiosa, su fervor angélico, sus detalles de
caridad para con todos, su condición suavísima y apacible que en todo sabía
poner su toque de gracia y de oportunidad… De verdad que fue grande aquel día, como
estar en la misma Gloria.
Una vez cerradas las
puertas del Sagrario, la Madre Teresa con sus cuatro novicias se quedaron en el
pequeño coro largo rato, en acción de gracias, de rodillas ante la reja que
comunica con la iglesia, los ojos bajos y recogidos. Una iglesia más donde
fuese adorado el Sacramento del Altar. Ahora… La Madre Teresa de Jesús hubiera
sido incapaz de sospechar la transcendencia histórica de la aventura que
acababa de empezar en San José. Y a la fundación del convento de San José, seguirían
18 fundaciones más: Medina del Campo (1567), Malagón (1568), Valladolid (1568)
Durelo (1568), Toledo (1569), Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes
(1571), Segovia (1574), Beas (1575), Sevilla (1575), Caravaca de la Cruz
(1576), Villanueva de la Jara (1580), Palencia (1580), Soria (1581), Granada
(1582) y Burgos (1582).
Y "Como aquella
primera vez el 24 de agosto de 1562, hoy vuelve a repicar la campanita rota o
primitiva que compró la Santa a precio de saldo por el agujero con que salió de
la fundición y cuyo peculiar tañido inauguró el Carmelo Descalzo el amanecer
del 24 de agosto de 1562. Hoy, esa campana anuncia los 450 años de la
consagración del convento de San José y el inicio de una gran historia que
sigue viva..." 450 años de vida al servicio de la Iglesia y desde la
Iglesia al mundo entero.
2.
HOY
EL CARMELO DESCALZO CUMPLE 450 AÑOS.
Que Santa Teresa de
Jesús nos anime y nos ayude a reemprender el camino o mejor, abrirnos una ruta
en medio de un paisaje que en ocasiones nos aparece como un desierto vacío y
sin caminos, en el cual nos sentimos perdidos, y otras veces, como una selva
impenetrable en la cual es imposible encontrar un sendero por el que avanzar.
P. DAVID ALARCON, OCD
3.
ORACION
PARA EL V CENTENERIO DEL NACIMIENTO DE LA SANTA (1515-2015).
¡Santa Madre Teresa
de Jesús! tú te pusiste totalmente al
servicio del amor: enséñanos a caminar con determinación y fidelidad en el
camino de la oración interior con la atención puesta en el Señor Dios Amor
siempre presente en lo más íntimo de nuestro ser. Fortalece en nosotros el
fundamento de la verdadera humildad, de un renovado desprendimiento, del amor
fraterno incondicional, en la escuela de María, nuestra Madre. Comunícanos tu
ardiente amor apostólico y el deseo de
entrega a los demás Que Jesús sea nuestra alegría, nuestra esperanza y nuestro
dinamismo, Fuente inagotable de la más profunda intimidad. Enséñanos a orar de
todo corazón contigo: «Vuestra soy, Señor, para Vos nací ¿qué mandáis hacer de
mí?» Amén.
Fr. Julio González Carretti ocd