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EL CARMELO TERESIANO
Y LA VIRGEN MARIA P. Silvio José Báez o.c.d. |
Santa María llena con su presencia
la vida de la Orden que tiene sus raíces en el Monte Carmelo, recibe su
nombre en la capilla dedicada allí a nuestra Señora y ostenta como timbre de
gloria el vivir, con la aprobación de la Iglesia, en obsequio de Cristo y de
su Madre. El Carmelo Teresiano ha experimentado hondamente y ha corroborado
esta inspiración mariana original, siguiendo las huellas de sus Santos Padres
que propusieron a la Madre y Señora de la Orden como modelo de oración y
abnegación para el camino de la fe, y como mujer entregada en alma y cuerpo a
la escucha y contemplación de las palabras del Señor, siempre dócil a los
impulsos del Espíritu Santo y asociada al misterio pascual de Cristo por el
amor, el dolor y el gozo (Constituciones OCD, 48). Estos rasgos, al tiempo que
nos muestran la figura evangélica de la Virgen, nos ofrecen en María el
modelo acabado de la Orden y nos estimulan a seguir sus pasos, para que
"pobres de Yahvéh" de corazón, configuremos nuestra vida con la de
nuestra Señora en la continua meditación de la Palabra divina desde la fe y
en la múltiple donación del amor y nos adentremos de mano de esta Madre en el
misterio de Cristo y de la Iglesia (Constituciones OCD, 49). Así encarnamos en la vida
nuestra profesión que nos vincula también a la santísima Virgen y nos pone
bajo su especial patrocinio. Todo esto lo expresamos también con la devoción
del Escapulario. Merced a esta librea reconocemos nuestra pertenencia a María
y, revestidos de sus virtudes, reproducimos su imagen en el mundo
(Constituciones OCD, 50). La presencia de María, a la
vez que vivifica nuestra espiritualidad, informa nuestro apostolado. Por eso,
al estudiar las Sagradas Escrituras, nos empeñamos en conocer cada día más a
fondo a nuestra Señora, para que, a impulsos del amor filial y en
cumplimiento de nuestro deber, comuniquemjos a los hermanos la auténtica
piedad mariana, presentando a la Vrigen como modelo y maestra de la comunión
con Cristo y con la Iglesia (Constituciones OCD, 50). |
Caminando con Jesus Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |