A Santa Teresa de Jesus

Caminando con Jesus

www.caminando-con-jesus.org

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTA TERESA DE JESÚS

TERESA DE JESUS, ENSÉÑANOS A ORAR

15 DE OCTUBRE.

FIESTA DE SANTA TERESA DE JESUS, DOCTORA DE LA IGLESIA

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

Edición: Pedro S.A. Donoso Brant

---

Aficionado era su padre a leer buenos libros, y así los tenía para que los leyesen sus hijos. Especial interés puso su madre en que sus hijos numerosos rezasen y fueran devotos de la Virgen. Seis años de Teresa. Asimila rápido e intensamente. Ejemplo de toda virtud halla en sus padres. Y todos sus hermanos eran personas de calidad. Es decir, nos encontramos en una excelente cantera familiar.

Cuando en el corazón del hogar se lee, Teresa escucha con avidez. Niña y todo, tiene ya un alma profunda con un instinto divino insobornable. Lo capta todo. Y, comunicativa como es, contagia, sobre todo a los hombres. Su hermano Rodrigo, siete años, manejado por ella, lee con ella vidas de santos. Y se escapan a tierras de moros para que los descabezasen por Cristo.

Como esta hazaña fue interceptada por un tío que los vio cuando se iban, se conformó con que los dos serían ermitaños. En consecuencia, construían ermitas en el huerto, jugando con creatividad, audacia y eficacia. Y repetían un "mantra" interesante: "para siempre, siempre, siempre". La eternidad va a pesar mucho en su vida.

Las gestas y heroismos de los santos, leidos en el hogar, al calor del fuego, releidos después en atmósfera fraterna y amorosa, calaron hondo en aquella tierra, tan dispuesta para la Verdad, el Bien, el Amor y el heroismo. Ese es el hontanar prometedor de la Maestra de oración. Cuando sea mayor, los hombres de Iglesia no se lo pondrán muy fácil para que pueda realizar sus impulsos, responder a sus llamadas, consumar sus ideales.

Teólogos unilaterales , para quienes el ejercicio del intelecto es el supremo acto humano y religioso, como Melchor Cano, profesor de prima en la Universidad de Salamanca, escribirán que "si quien se da a la oración, Dios le da noticia del cielo y de la tierra y prudencia para obrar, cerremos los libros, mueran los estudios, y démonos todos a la oración". Desgraciadamente muchas cátedras ocupadas no lo fueron por sabiduría, sensatez, valores humanos y divinos, magnanimidad y tolerancia. Mucho ha habido de amaño, arribismo, de hombre ascendido porque supo encontrar la clave del sistema, y también por la astucia otorgadas por la naturaleza a quienes no proveyó de derecha, como un medio de sobrevivir y elevarse ¡Y, qué sobrevivir a veces, que colapsó el pálpito divino de genios que quedaron estériles o se les silenció entregándolos al ostracismo! "No hay hombre sin hombre", escribió Benavente en "Los intereses creados", y ese es el leiv-motiv de la comedia, tan real y repetido. Lo del "carnet del partido" sólo es sombra de la verdad tan actual y de siempre y también siempre causa de descenso degenerativo.

Si Jesús no le hubiera dado a Teresa "libro vivo", no hubiera sido la que fue, y la Maestra, Doctora de la Iglesia, de una Iglesia que le cortó el paso, que le segó la hierba bajo sus pies por obra, esta vez, del Inquisidor Valdés, Arzobispo de Sevilla, que prohibió la lectura de todos los libros de autores que hoy están en los altares, como los de San Francisco de Borja y San Pedro de Alcántara, y de otros que no lo están pero sí estuvieron en la cárcel, como el Arzobispo de Toledo, Bartolomé Carranza, ya que toda la teología de aquél y su saber de Dios, se encerraba en esta frase que escribió despreciando las obras de Fray Luís de Granada: "La contemplación es para mujeres de carpinteros". Y en parte tenía razón, porque María, la gran mujer contemplativa, era mujer del carpintero.

La contemplación, como inicio de la oración mística, siempre ha sido motivo de escándalo, precisamente porque todo lo que se sale de lo ordinario y normal, lo causa. Pero no se piensa que la Iglesia nació mística. ¿Qué otra cosa fue Pentecostés? Tras los Hechos de los Apóstoles, con el recuerdo del Esposo vivo todavía, la comunidad paleocristiana vivió la fe con intensidad enamorada, y se valoró la oración por encima de todas las actividades y de todos los ministerios. Quedaba aún la Tradición de los Apóstoles que habían decidido abandonar la administración temporal, para dedicarse en plenitud "a la oración y al ministerio de la palabra" (He 6,4). Y como con la oración florecen los dones del Espíritu Santo, nace cuya infusión e influjo constituye precisamente la oración mística, en la que la persona no es movida por virtudes que exigen esfuerzo humano, sino por fuerzas divinas, que por eso se llaman místicas, es decir mistéricas, y llegan del misterio. Vinieron después los Padres de la Iglesia, con su antigüedad, santidad y doctrina, y cuando falló su predicación, se sucedieron unos siglos de decadencia que propiciaron la invasión árabe islámica. En medio de aquellos siglos oscuros y en reducidos grupos, en los siglos XII y XIII se retornó al estudio y a la oración, hasta que de nuevo sobrevino de nuevo la decadencia de los siglos XIV y XV. Después de esta larga noche y tenebrosa, comienza de nuevo a despuntar la aurora en el siglo XVI, que es el de Teresa, que tuvo que enfrentarse aún con reminiscencias de los siglos anteriores, como he señalado antes. Es el momento en que Jesús le da a Teresa "libro vivo". La vocación a la santidad de todos los cristianos, pues, no nace en el primer tercio del siglo XX, sino que nace con la Iglesia, aunque tras el paso de varias vicisitudes el Espíritu ha suscitado apóstoles como el Padre Arintero y a Garrigou Lagrange, su continuador, para quienes la santidad pasa por la mística y es llamada universal, como ha proclamado el Vaticano II. Es natural que si hoy nos basamos en la inspiración paupérrima de libritos de cuarta o quinta división serviremos hamburguesas y sandwiches, pero no manjares sólidos, que sólo promueven una vida lánguida, pasota y rutinaria. Es necesario volver a los maestros acreditados, a los guías nativos: a los místicos. A Santa Teresa. Teresa es maestra y ¡qué Maestra! A la lengua se nota a quienes se formaron en su escuela. ¡Qué anchura! Los forja como águilas. Y también se ve a la legua la superficialidad humana y cristiana de los que ni la saludaron por el camino. Son los que se entretiene en cazar lagartijas cuando hay tanto espacio para volar. Entre tanto el pueblo de Dios, casi todito, desorientado, envejecido, esclerotizado, enervado, vegeta en el raquitismo átono y aferrado a la costumbre rutinaria y ramplona. "Donde no hay amor, pon amor y cosecharás amor". Esta es la doctrina magistral de los hombres de Dios, de los auténticos hombres. Pero ¿no salió Diógenes a buscar uno con un candil? El pueblo se muere de hambre. Y no es porque no nos reunimos y hablamos y hablamos y hablamos…Es que no se va a la raiz. Cuando Jesús venga no nos encontrará unidos; nos encontrará "reunidos". Estos días los medios nos decían de una madre italiana que se había expuesto a morir de cáncer si seguía el embarazo difícil de su hijo. He oido decir a algunas madres que estaban dispuestas a dar la vida por un hijo. Y ¿qué otra cosa nos dice el Concilio que "la Virgen en su vida fue ejemplo de aquel afecto materno, con el que es necesario que estén animados todos los que en la misión apostólica de la Iglesia cooperan para regenerar a los hombres" (LG VIII, 65). El Cura de Ars decía a sus feligreses: todavía no he dado la sangre por vosotros". Mientras no lleguemos a gozar de ese espíritu, poco podemos esperar. "Sólo puede evangelizar una Iglesia evangelizada y convertida de verdad al Dios vivo, liberada del poder de las ideologías, formada por personas capaces de ofrecer una alternativa de vida" (Fernando Sebastián, arzobispo de Pamplona en el Sínodo de Europa, 9.10.99). "Si el mensaje de la salvación ha llegado hasta nosotros después de 2.000 años es porque a los primeros apóstoles y a quienes les siguieron les preocupaba más transmitir la fe recibida que si lo que transmitían interesaba o no" (Ricardo Mª Carles, arzobispo de Barcelona, en el mismo acto). El pueblo vive en una mediocridad que no hay quien la pare. Teresa la puede parar. Tiene mucho que enseñarnos y tenemos mucho que aprender.

JESUS MARTI BALLESTER

 

Caminando con Jesus

www.caminando-con-jesus.org

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

p.s.donoso@vtr.net