TERESA DE
JESUS Y LA PROVIDENCIA DE DIOS
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Camino
al V centenario del Nacimiento de Teresa de Jesús
Se atribuyó durante mucho tiempo, una cierta
cantidad de avisos, (68), a la pluma de Teresa de Jesús, no obstante luego
este ramillete de consejos espirituales se le atribuyen a los maestros
Jesuitas, tales como Baltazar Alvarez, y que ellos se lo ofrecieron a la
Santa Madre Teresa, uno de esos avisos dice; “En todas las cosas creadas
mire la Providencia de Dios y su Sabiduría, y en todas le alabe” (Avisos
34).
Escribe la Santa Madre Teresa, que en
este camino se ha de andar con libertad y puestos en las manos de Dios; “porque
si el Señor, a quien Teresa trata de Su Majestad, nos quiere elevar a la
categoría de sus íntimos amigos y hombres de confianza a quienes confía sus
secretos, aceptemos de buena gana” y luego agrega; “dediquémonos a las
tareas humildes, sin pretender sentarnos en el primer lugar como lo escribe
Lucas, “no te pongas en el primer puesto….”, (Lucas 14,10). (Vida 22, 12).
Preocupada Teresa por sus familiares, a
fin de que mueran confesados y comulgado, agradece la providencia del
Señor, por haberla permitido ayudar a su hermana; “Sea Dios alabado por
siempre, que tanto cuidado tiene de las almas para que no se pierdan” (Vida
34, 19).
Ya casi finalizando su libro de la vida,
Teresa prosigue en los mismos temas de los grandes obsequios que le ha
hecho el Señor. Ella también hace
recuerdo de sus dificultades y de las desconfianzas, entonces a ella le
bastaba alzar los ojos al cielo y llamar a Dios por saber que Él es lo más
estable en todo y dice que; “En estos sufrimientos grandes siempre me
enviaba el Señor, como lo tengo comprobado, una persona que me diera la
mano de su parte, como me lo profetizó en esta visión, sin otro interés que
el de servir al Señor. Esto ha servido para sostenerme esta poquita virtud
que yo tenía de desear ser útil en su Iglesia” (Vida 39, 19).
Teresa discierne que debe actuar en el
mundo y en la iglesia, pero lo tiene que hacer desde la pobreza, y sus
monjas serán pobres, pero confiadas en la providencia del Señor que Él las
va a sustentar. Y pide cuidarse de rentas ajenas, ya que la preocupación de
esto, no cambia el pensamiento del otro, ni le pone deseo de dar limosna,
entonces aconseja sus monjas; “Dejad este cuidado a Quien los puede mover a
todos, porque es el Señor de las rentas y de los renteros. Por su mandato
hemos venido aquí; verdaderas son sus palabras, no pueden faltar; antes
faltarán los cielos y la tierra” (Camino de Perfección 2, 2). El Señor nos
dice “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Lucas
21, 33)
Comentando Teresa el Padre Nuestro y
sobre la Eucaristía, como Maná de la humanidad, dice que no moriremos de
hambre; “que de todas cuantas maneras quisiere comer el alma hallará en el
Santísimo Sacramento sabor y consolación. Entonces, no hay necesidad ni
trabajo ni persecución que no sea fácil de pasar, si comenzamos a gustar de
los suyos”. (Camino de Perfección 34, 2). Y luego ella añade; “De otro pan
no tengan cuidado las que muy de verdad se han abandonado en la voluntad de
Dios; quiero decir que no se preocupen de otro pan durante la oración, en
la que se deben ocuparse de cosas más importantes, que ya tendrán tiempo
para trabajar y ganarse la comida. Más bien, tengan cuidado de que nunca
gasten el cerebro con la preocupación del trabajo y de la comida; sino procuren que trabaje
el cuerpo, pues es justo que se preocupen de sustentarse y descanse el
alma. Dejen ese cuidado a al Señor,
que Él lo tendrá siempre” (Cfr. Camino de Perfección 34, 4).
A continuación, Teresa pone un ejemplo de
un criado que se pone al servicio de un señor, (el amo) entonces debe tener cuidado de contentar a su señor
en todo, no obstante, el señor está obligado a dar de comer al servidor
mientras esté en su casa, a menos que el señor (el amo) sea tan pobre, que
no tenga para sí ni para el criado. Y expone Teresa que ese no es nuestro
caso, pues el Señor (Dios) siempre es rico y será rico y poderoso. Y no
estaría bien que el criado fuese por ahí pidiendo de comer, sabiendo que su
amo tiene cuidado de darle de comer y lo ha de tener. Con razón le dirá el
amo al criado que se ocupe él en servir y en cómo le complacerá que, por
estar preocupado en lo que no lo ha de estar, no hace bien las cosa que
debe hacer. (Cfr. Camino de Perfección
34, 5).
A fin de confiar plenamente en la
providencia del Señor, en el Libro de las Fundaciones Teresa nos sugiere
disponernos más a la voluntad del Señor, como parte de nuestra obediencia a
Él. Ella pensaba en su caso y decía, que no era posible entre tanta
algarabía crecer el espíritu, porque entonces no se puede practicar esta
obediencia y exclama; “¡Oh, Señor, cuán diferentes son tus caminos de
nuestras torpes imaginaciones, y cómo de un alma que está ya determinada a
amarte y abandonada en tus manos, no quieres otra cosa sino que obedezca y
se informe bien de lo que es más servicio tuyo, y eso desee! No hay
necesidad de buscar caminos ni escogerlos, que ya su voluntad es tu
voluntad. Tú, Señor mío, tomas ese cuidado de guiarla por donde más se
aproveche” (Cfr. Fundaciones 5, 6).
Más adelante, cuando Teresa habla sobre
la fundación del monasterio de San José de Salamanca, que fue fundado en el
año de 1570, dice que en una ocasión regreso a la ciudad de Toledo, donde
estuvo algunos meses para comprar la casa y dejarlo todo en orden, le
escribió el rector de la Compañía de Jesús de Salamanca, diciéndole que en
esa ciudad ella haría muy bien en fundar un monasterio. Ella había aplazado
su idea de hacer allí fundación de pobreza, por ser muy pobre la ciudad de
Salamanca, pero al pensar que Ávila también lo era, y nunca le falta la
providencia, concluye que no cree que le faltará Dios a quien le sirva,
basado en este razonamiento, y ayudándose del trabajo de sus manos, se
determinó a fundar allí. (Cfr. Fundaciones 18, 1).
Luego, Teresa relata la fundación del
monasterio de Nuestra Señora de la Anunciación, que está en Alba de Tormes.
Fue fundado año de 1571. Fue
hija, Teresa de Layz la fundadora
del monasterio, de padres nobles y muy hijos de algo (hidalgos) y de limpia
sangre. Comenta que “habiendo ya tenido cuatro hijas mujeres, cuando vino a
nacer Teresa de Layz, esto le dio mucha pena a sus padres de ver que
también ésta hija era mujer. Cosa ciertamente triste pensar que solo
conviene tener hijos varones, porque esto es ignorar los juicios de Dios, y
no pensar en los grandes bienes que pueden venir de las hijas mujeres ni
los grandes males que pueden venir de los hijos varones, y entonces no
quieran dejar actuar a Dios que todo lo entiende y los crea, y luego se
matan por lo que se habían alegrar. Como gente que tiene dormida la fe, no
piensan más allá, ni se acuerdan de que es Dios quien así lo ordena, para
dejarlo todo en sus manos”. (Cfr.
Fundaciones 20, 3).
Teresa, mujer que confía absolutamente en
la providencia de Dios, dice que: “Dios ayuda a los que por Él se exponen a
mucho, y nunca falta a quien en El solo confía, y quisiera encontrar a
quien me ayudase a creerlo así, y a no tener cuidado de lo que ha de comer
y vestir, sino dejarlo todo a Dios” (Cuentas de conciencias 1ª, 21).
Escribe en sus carta; “Me parece que es
poca confianza en nuestro Señor pensar que nos ha de faltar lo necesario,
pues Su Majestad tiene cuidado de proveer de alimento hasta al más mínimo animalico. (1 y 2). Hijas mías, expongan su cuidado y
diligencia a nuestro buen Jesús y procuren servirle, que yo aseguro que no
nos falte ni nos desampare”. (Cartas LXII 1).
1) ¿No se venden dos pajarillos por un
as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de
vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza
están todos contados. (Mateo 10, 29-30)
Palabra del Señor
2) Por eso os digo: No andéis preocupados
por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os
vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más
que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe,
añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué
preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni
hilan…… No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué
vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se
afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis
necesidad de todo eso. (Mateo 6,
25-32) Palabra del Señor
El
Señor nos Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
Editado
en este link; VOCES DE SANTA TERESA DE JESUS
Más
sobre Teresa de Jesus en:
http://www.caminando-con-jesus.org/CARMELITA/TERESA/index.htm
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