SEGUNDO PERÍODO

LA ADOLESCENCIA

(Navidad de 1886-Abril 1888)

 

Cta 22 A Celina1

31 de marzo de 1887

Guardaré mi diadema hasta mañana temprano,

mas luego a tu cabeza pasará mi hado,

¡pececito de abril...!

Mañana tendrás una peineta que te regalará el pez de abril.

NOTAS Cta 22

1 Anota sor Genoveva: "En los Buissonnets, Teresa me regaló una peineta para ponerme en el pelo. La víspera de un primero de abril recibí un pliego en cuyo interior Teresa había dibujado un pez con tinta roja, verde y violeta. Este pez tenía como diadema: ¡una peineta!".

Los textos están dispuestos encima y debajo del pez; la última frase se encuentra oculta por unas tiras transversales de papel, pegadas en los extremos.

Cta 23 A María Guérin1

Los Buissonnets, lunes 27 de junio de 1887

Querida enfermita:

¿Cómo te encuentras esta mañana? ¿Has dormido bien anoche? ¿Te duele ya menos la muela...? Ya ves, querida Mariíta, cuántas preguntas me hago esta mañana, pero nadie me puede contestar y me veo obligada a resolverlas yo misma; así, lo hago a mi favor y veo que te encuentras mucho mejor.

[vº] Me veo obligada a volver la página, pues acabo de darme cuenta de que estaba escribiendo todo torcido. Hace tanto tiempo que no cojo una pluma, que me parece rarísimo.

Acabo de llegar del Carmelo. He contado a María y a Paulina cuánto sufrías, y van a pedir mucho a Dios para que te cure y puedas disfrutar de tu estancia en Trouville...

Tendría muchas más cosas que decirte, querido Lulú2, pero no tengo tiempo pues quiero escribir también unas letras a Juana. Además, tengo miedo a estropearte la vista, pues mi carta es un verdadero borrador y no sé ni cómo me atrevo a mandártela así.

Te dejo, besándote no en las dos mejillas, [vºtv] por no hacerte daño en las muelas, sino en tu preciosa frentecita.

Teresa, h.m.

[tv] Sobre todo, recomiendo a mi queridito Lulú que no se moleste en escribirme; esto no me impedirá enviarle muchas cartas. Lo que hace falta es que mi Lulú haga honor a su nombre y coma como un verdadero lobo.

NOTAS Cta 23

1 Que estaba de vacaciones en Trouville. Teresa acaba de pasar también allí unos días.

2 Lulú [en el original "Louploup", que podría traducirse familiarmente por lobezno: N. del T.], uno de los sobrenombres de María Guérin, cuyo segundo nombre de pila era Luisa.

3 Abreviatura de "Hija de María". Teresa había sido recibida en esa asociación el pasado 31 de mayo.

Cta 24 A Juana Guérin

27 de junio de 1887

(Aquí hay un barco de vela

dibujado a pluma)

Querida Juanita:

Como no tengo al artista Darel (1) para que me pinte un barco, y como quería poner uno al principio de esta carta, he tenido que ponerme yo misma a garabatearlo. Voy a aburrirte durante unos momentos, querida Juana. Espero que se te haya pasado del todo la jaqueca. Ahora que la gran Inglesa (2) se ha marchado, estarás más tranquila, y seguro que todos se encontrarán mucho mejor.

Creo que te alegrarás mucho de no tener que escuchar mis sermones sobre la muerte, de no ver ya mis ojos que te fascinan, y de no [] verte obligada a ir a casa de las señoritas Pigeon3...

Tengo que comunicarte la muerte de ocho de mis queridos gusanos de seda; ya no me quedan más que cuatro. Celina les prodigó tantos cuidados, que consiguió hacérmelos morir a casi todos de pena o de una apoplejía fulminante, y mucho me temo que los cuatro que quedan no hayan atrapado también el virus de la enfermedad de sus hermanos y les sigan al reino de los topos.

Se me hace muy raro encontrarme de nuevo en los Buissonnets. Esta mañana estaba toda extrañada de verme al lado de Celina. Hemos hablado a papá de la amable propuesta que nos hizo mi tía, pero es absolutamente imposible, porque papá se va el miércoles y esta vez estará muy poco tiempo en Alençon.

Adiós, querida Juana, sigo queriéndote con todo el corazón.

Teresa, h.m.

NOTAS Cta 24

1 Muy probablemente la propia Juana.

2 Se trata sin duda de la propia Teresa.

3 Josefina y Clemencia Pigeon, amigas de los Guérin.

Cta 25 A María Guérin

Los Buissonnets, 14 de julio de 1887

Mi Mariíta preciosa:

Acabo de recibir tu cariñosa cartita, y todavía me sigo riendo pensando en lo que me dices. Vamos a ver, campesina feúcha. Ante todo, tengo que empezar por regañarte: ¿por qué has [1vº] llevado otra vez tu cara al escultor1? ¡Pues sí que te la ha arreglado bien...! Me he quedado desolada al enterarme de que tus pícaras mejillas habían tomado otra vez la forma de un balón. La experiencia debiera haberte enseñado; me parece que ya tenías bastante con la primera vez.

Me alegro mucho de que mi tía está mejor, me quedé consternada cuando supe que [2rº] estaba mala; la verdad es que Dios os envía muchas pruebas este año.

Tampoco esta semana es muy alegre en los Buissonnets, pues es la última que nuestra querida Leonia pasa con nosotros. Los días corren muy deprisa, ya no le quedan más que dos de estar con nosotros2.

Pero ¿qué quieres que te diga, cariño?, a mi pena se mezcla una cierta alegría: me [2vº] alegra ver por fin centrada a mi querida Leonia. Sí, creo que sólo allí será feliz. En la Visitación hallará todo lo que le falta en el mundo.

Celina está de luto por sus dos pajarillos azules3: el macho fue a juntarse con su compañera al día siguiente por la mañana. Ahora sus despojos mortales están en casa del disecador.

Te deseo que el final de tu estancia en Trouville sea más alegre que el principio. Espero que Dios, que tanto os ha probado, os conceda ahora muchas alegrías.

Celina está apenada por no poder escribir a Juana, pero está tan ocupada con todos los preparativos de Leonia, que le es absolutamente imposible. Dile a Juana que no puede imaginarse cómo se emocionó Leonia con su carta, lo mismo que con la tuya. Os abraza con todo el corazón, así como también a nuestra querida tiíta.

Dale a Juana un abrazo muy fuerte de mi parte. Dile a mi tía que la quiero mucho, y guarda para ti una gran parte de mis besos (He oído hablar de la carta del Carmelo, parece que era muy divertida). Papá os manda recuerdos, en particular a su querida ahijada4.

Teresa

NOTAS Cta 25

1 El dentista.

2 Leonia va a entrar en la Visitación de Caen el 16 de julio.

3 Pájaros de las islas, que Teresa había comprado para Celina el mes anterior en la Exposición de El Havre.

4 María Guérin.

Cta 26 A María Guérin

Los Buissonnets, 18 de agosto de 1887

Querida Mariíta:

Acaba de decirme mi tío que estás enferma, feúcha. Ahora que podías disfrutar un poco, no se te ocurre otra cosa que ponerte enferma. Tienes [1vº] suerte que estoy lejos, pues de lo contrario puedes estar segura que tendrías que vértelas conmigo...

¿Y qué tal sigue mi tía? Espero que ya estará mejor. ¡Qué distinto sucede todo a como nos lo imaginamos! Yo te veía desde lejos correr alegremente por el parque1, mirar los peces, [2rº], divertirte mucho con Juana; en una palabra, te veía llevar una vida de castellana. Pero en vez de una vida de castellana, es una vida de enferma la que estás llevando ahí. Mi pobre amiguita, te compadezco de corazón. Pero no debes desanimarte, pues te queda aún mucho tiempo para pasear y disfrutar. No tienes más que abandonar rápidamente la habitación, que, aunque sea [2vº] hermosa y dorada, para el pajarillo que quisiera dar saltitos al sol que divisa a través de la ventana no es más que una jaula.

(Me doy cuenta de que acabo de poner el carro delante de los bueyes, y estoy segura de que entenderás las crucecitas que he puesto en la frase anterior (2).

Sí, hermanita QUERIDA, tú tienes tanta necesidad del aire libre del parque como los [2vºtv] pajarillos. Cuando vuelvas a nuestro lado, tienes que estar fresca como una rosa lozana que acaba de abrirse. Cariño, al hablar de rosas, me vienen ganas de besar tus preciosas mejillas. Ya sé que no están rosadas, pero las rosas blancas me gustan tanto como las rojas. Procura que [2rºtv] tus mejillas se pongan menos blancas, y pídele a Juana que te las bese por mí. Dile que también pienso mucho en ella y que le mando un beso de todo corazón.

Querida María, he dejado correr la pluma como a una loca, y ha escrito cosas que no son nada fáciles de leer ni de entender. Te ruego que sólo la [1vºtv] culpes a ella de esas maldades; lo que no quiero que le atribuyas es el cariño que te tiene tu hermanita.

Dale un beso muy fuerte de mi parte a mi querida tía, a quien quiero con todo mi corazón.

[1rºtv] Adiós, hermanita querida. Te envío un fuerte beso, con la recomendación de que te cures muy pronto para que disfrutes un poco.

Tu hermana que te quiere

Teresa, h.m.

NOTAS Cta 26

1 En La Musse.

2 Se refiere a dos crucecitas que había puesto en vez de más. "El carro delante de los bueyes": por el orden que dio a la frase, poniendo "jaula" al final. N. del T.

Cta 27 A sor Inés de Jesús

Sábado, 8 de octubre de 1887

Hermanita querida:

Desde el miércoles estoy buscando la ocasión de hablar a nuestro tío; esta mañana se ha presentado. Nuestro tío ha estado muy afable. Yo tenía miedo que, al ser sábado, no estuviese de buen humor, pues ese día está muy ocupado1; pero, al contrario, en cuanto le pedí estar con él dejó su lectura con aire solícito.

Me dijo que hacía algún tiempo ya que sospechaba que yo tenía algo [1vº] que decirle. Después me echó un sermoncito muy CARIÑOSO, con el que ya contaba2. Me dijo que estaba muy seguro de mi vocación, que no sería eso lo que le impidiese dejarme marchar. Creo que no hay más que un obstáculo: el mundo. Sería un verdadero escándalo público ver entrar a una niña en el Carmelo, yo sería la única en toda Francia, etc... Sin embargo, si Dios lo quiere así, ya encontrará la forma de hacérnoslo saber. Mientras tanto, mi tío me ha dicho que, según las reglas de la prudencia humana, no debo pensar en entrar antes de los diecisiete o dieciocho años; y que aun esto sería demasiado pronto.

[2rº] Me dijo, además, muchas otras cosas por el estilo, pero sería demasiado largo contártelas. Como puedes suponer, no le he hablado de fechas. Querida Paulinita, por el momento estoy muy contenta de que nuestro tío no encuentre más obstáculos que el mundo; creo que a Dios no le costará mucho mostrarle a nuestro tío, cuando él quiera, que no será el mundo lo que le impida tomarme para el Carmelo. ¿Sabes, hermanita querida?, nuestro tío me ha dicho muchas otras cosas muy amables, pero yo sólo te cuento los obstáculos que ha encontrado. Por fortuna, para Dios esos obstáculos no existen.

[2vº] Paulina querida, hoy no puedo decirte todas las cosas que llenan mi corazón, no puedo coordinar mis ideas. A pesar de todo, me siento llena de ánimo, y estoy completamente segura de que Dios no me abandonará. Ahora, como me decía nuestro tío, va a empezar mi tiempo de prueba. Pide por mí, pide por tu Teresita. Tú sabes cuánto te quiere, tú eres su confidente. Necesitaría mucho verte, pero es un sacrificio más que ofreceré a Jesús. ¡No quiero negarle nada! Aun cuando me sienta triste y sola en la tierra, aún me queda él. ¿Y no dijo santa Teresa. "sólo Dios basta"...?3.

Perdóname, Paulina querida, por enviarte esta carta, o mejor este borrador, donde las ideas [2vºtv] ni siquiera van hilvanadas. No sé si vas a poder leerla, tan mal escrita está; pero mi corazón tenía tantas cosas que decirte, que la pluma no podía seguirlo. Dile a mi querida madrina que pienso mucho en ella durante sus ejercicios4, y pídele que no se olvide de su ahijada.

Hasta pronto, hermana querida. Una vez más, no te enfades conmigo por enviarte esta carta; pero no me siento con ánimos para volverla a empezar.

Tu pequeña Teresita

Te envío tu palillero.

[2rºtv] Dile a mi querida Madre5 que su Teresita la quiere con todo su corazón.

NOTAS Cta 27

1 Día de mercado en Lisieux; por eso la afluencia de gente en la farmacia Guérin.

2 Sobre esta entrevista, cf Ms A 50vº.

3 Ultima frase en un registro de breviario de Teresa de Avila.

4 Ejercicios espirituales de la comunidad predicados por el P. Pichon, director espiritual de María del Sagrado Corazón.

5 Madre María de Gonzaga.

Cta 28 Al P. Pichon

23 de octubre de 1887

Reverendo Padre1:

He pensado que, como usted atiende a mis hermanas, tal vez pudiera encargarse también de la última.

Quisiera poder darme a conocer a usted, pero yo no soy como mis hermanas, no sé decir bien en una carta todo lo que siento. A pesar de todo, Padre, creo que usted sabrá adivinarme.

Cuando venga a Lisieux, espero poder verlo en el Carmelo para abrirle mi corazón.

Padre, Dios acaba de concederme una gracia muy grande: hace mucho tiempo deseo que entrar en el Carmelo, y creo que ha llegado el momento. Papá está de acuerdo en que entre para Navidad. ¡Qué bueno es Jesús, Padre, [] al tomarme tan joven! No sé cómo agradecérselo.

A mi tío le parecía que soy demasiado joven, pero ayer me dijo que quería hacer la voluntad de Dios.

Padre, le pido que ruegue por esta su última hija. Acabo de llegar del Carmelo, y mis hermanas me han dicho que podía escribirle para decirle con toda sencillez lo que pasa en mi corazón. Ya ve, Padre, que lo hago, esperando que no se niegue a recibirme por hija.

Bendiga a su segundo corderito2,

Teresa

NOTAS Cta 28

1 Borrador. ¿No fue enviada la carta? Si lo fue, ¿por qué no contestó el P. Pichon y por qué no conservó Teresa su respuesta?

2 El primer cordero era sor Inés de Jesús.

Cta 29 A Leonia

23-30 (?) de octubre de 1887

Querida hermanita:

No sé cómo decirte cuánto me ha gustado tu carta. Gracias por haberme felicitado tan puntualmente para mi santo. Hubiera querido escribirte enseguida, pero ahora estamos tan ocupadas1 que me ha sido imposible hacerlo. Celina no puede escribirte porque tiene mucho que hacer, pero eso no le impide pensar en su hermanita a quien tanto quiere; me encarga que te mande un abrazo.

Me dices en tu carta que ruegue a la beata Margarita María para que te alcance la gracia de ser una santa salesa. No dejo de hacerlo ni un solo día.

Gracias por avisarme de que me preocupe por mi precioso Niño Jesús. No está abandonado, está tan nuevo como cuando [] tú lo dejaste. He besado por ti su piececito, y su manita parecía bendecirte desde lejos.

Hermanita querida, tengo muchas cosas que decirte, pero2

Cta 29

1 Con los preparativos del viaje a Roma.

2 Borrador sin terminar.

Cta 30 A sor Inés de Jesús y sor María del Sagrado Corazón

6 de noviembre de 1887

París, Hotel de Mulhouse

Queridas hermanitas:

Celina no quiso que os escribiese ayer; sin embargo, no quiero que recibáis carta suya sin unas letras de vuestra Teresita. Ya veo que tengo una auténtica letra de gato, mas espero que no me [1vº] riñáis, pues estoy muy muy cansada, todo da vueltas a mi alrededor.

Mañana ya no estaremos en Francia. No salgo de mi asombro ante todo lo que veo. En París hemos visto cosas muy hermosas, pero nada de eso da la felicidad. Celina os contará, si quiere, las maravillas de París; yo sólo os sé decir que pienso muchísimo en vosotras y que todas las maravillas de París no cautivan en manera alguna mi corazón.

[2rº] Me parezco un poco a mi querida madrina, siempre tengo miedo a verme atropellada1, me veo continuamente rodeada de coches... Queridas hermanitas, ninguna de las cosas tan bellas que veo me da la felicidad, y no la tendré hasta que no esté donde vosotras estáis ya...

Me he sentido muy feliz en Nuestra Señora de las Victorias2; recé mucho por vosotras y por mi querida Madre.

Quisiera escribir a mis primitas, pero [2vº] otra vez será, pues tengo que escribir todavía a Leonia. ¡Pobre Leonia! ¿Qué es de ella? Decidles, por favor3, que las recuerdo mucho. En el Sagrado Corazón de Montmartre he pedido la gracia para Juana. Creo que ella lo entenderá. No os olvidéis tampoco de mi tío y mi querida tía.

Adiós, QUERIDA madrina y QUERIDA confidente4. Rogad por vuestra Teresita.

Espero que tengáis en cuenta que estoy escribiendo esta carta por la noche y muy cansada; la verdad es que, si no, [2 vºtv], no me atrevería a enviárosla.

Un abrazo de mi parte a mi querida Madre.

NOTAS Cta 30

1 Alusión a tres cortas estancias de María en París.

2 Cf Ms A 56vº. La familia Martin tenía especial devoción a este santuario desde hacía mucho tiempo.

3 A sus primas Juana y María Guérin.

4 Sor Inés de Jesús.

Cta 31 A María Guérin

10 de noviembre de 1887

Venecia, jueves 10, noche

Querida Mariíta:

Por fin tengo un momento para poder escribirte; esta noche no saldremos de paseo, prefiero descansar un poco a tu lado.

Dile, por favor, a mi querida tía que no puede imaginarse cómo me ha EMOCIONADO su carta; [1vº] quisiera escribirle para darle las gracias, pero espero que sabrá disculpar a su hijita y adivinará lo que quiere decirle mi corazón. Además, tengo muy poquito tiempo, porque Celina no quiere que me acueste tarde.

No puedes hacerte una idea, querida hermanita, de todo lo que estamos viendo; es realmente maravilloso, nunca me habría imaginado que veríamos cosas tan bellas. Y son tantas, que tengo que renunciar a contártelas; lo haré mucho mejor cuando esté [2rº] en mi querido Lisieux, al que todas las bellezas de Italia no podrán hacerme olvidar.

Querida hermanita, ¿cómo te encuentras, qué tal estáis todos? Espero que bien. ¿Estás tan alegre como cuando nos fuimos?

¡Si supieras, María, lo mucho que os recuerdo a todos! En las preciosas iglesias que visitamos no os olvido. Me he acordado también de vosotros ante las maravillas de la naturaleza, junto a aquellas montañas de Suiza que atravesamos1. ¡Qué bien se ora allí! Se siente que Dios está cerca.

¡Qué pequeña me veía ante aquellas montañas gigantescas!

[2vº] Este país de Italia es muy bonito, y ahora estamos gozando de su hermoso cielo azul. ¡Esta tarde hemos visitado en góndola los monumentos de Venecia! ¡Fue algo de ensueño2!

Me resulta muy divertido oír hablar a nuestro alrededor el italiano. Es una lengua muy bella y muy armoniosa. En el hotel me llaman "Signorella"; pero no entiendo más que esta palabra, que quiere decir "señorita".

Quisiera escribir con más frecuencia, pero es increíble lo llenas que están nuestras jornadas; sólo queda tiempo para escribir de noche, muy tarde.

Estoy totalmente avergonzada de mi carta, pues la he escrito a toda prisa y las ideas van deshilvanadas. [2vºtv] Veo que aún no he empezado a decirte lo que hubiera querido. ¡Tengo tantas cosas que contarte y tantas que preguntarte...! Por las ganas, continuaría un buen rato todavía, pero Celina no me dejaría terminar; me ha obligado a darme prisa.

Dale las gracias a nuestro tío por las amables letritas que nos ha enviado y que nos han gustado mucho a todos. Dale un abrazo muy FUERTE de mi parte. Y no olvides a mi Juanita, me acuerdo mucho de ella.

[2vºtv] Adiós, mi querida hermanita. Acuérdate alguna vez de tu Teresita, que tanto se acuerda de ti. (Ya sabes que no he olvidado lo que hiciste por mí un domingo).

Tu Teresita

Papá sigue bien; os manda a todos muchos recuerdos... P.C.T.3. Saludos a María4 y a Marcelina5...

NOTAS Cta 31

1 Cf Ms A 57vº.

2 Estos son, según Celina, los lugares que visitaron los Martin: Plaza e Iglesia de San Marcos, Palacio de los Duces, Palacio de los Chambord, vidriería, fábrica de encaje en la que trabajaban 5.000 obreros, Iglesia de Santa María de los Franciscanos, con mausoleos de Canova y de Titien, iglesia de los dominicos, iglesia de los carmelitas junto a la estación, etc. - Con la perspectiva que da el tiempo, Teresa parece conservar de Venecia una impresión de tristeza: cf Ms A 59rº.

3 Léase, seguramente: P.D., ¿o quizás: "Para Celina y Teresa"?

4 La criada de los Buissonnets (no se consigna el apellido).

5 Marcelina Husé, criada de los Guérin. Cf Cta 120.

Cta 31 B A María Guérin

14 de noviembre de 1887

[1rºtv] Lunes 14.

Querida hermanita:

Ya ves la fecha de mi carta1. Creía que Celina la había enviado hace tiempo, y creía que ya la habrías recibido... Verdaderamente, vas a creer que te tengo olvidada.

¡Si vieras, hermanita, cómo me ha gustado tu carta! He vuelto a encontrar en ella a mi Mariíta...

GRACIAS... Y adiós... Te mando esa vieja carta; piensa que tenía que haber salido hace cuatro días.

NOTAS Cta 31 B

1 Teresa prosigue y completa la carta que empezó en Venecia el 10 de noviembre. Cf 31 A.

Cta 32 A la señora de Guérin

14 de noviembre de 1887

Lunes, 14 noche

Querida tiíta:

¡Si supiera lo feliz que se sentiría su hijita si pudiese estar a su lado para felicitarle su santo1! Pero como no tiene esa dicha, quiere al menos que una palabrita de su corazón vaya a través de los mares2 para reemplazarla. ¡Pobre palabrita, qué insuficiente va a [1vº] ser para decirle a mi tía querida todo el cariño que le tengo!

¡Cómo nos hemos alegrado esta mañana al recibir sus entrañables cartas! ¡Si supiera, tía, qué buena me parece usted...!

Hemos recibido todas las cartas del Carmelo, ni una sola se ha perdido. Haré lo que Paulina me dice en su carta (Hotel de Milán). No sé cómo me las arreglaré para hablar al Papa. La verdad es que, si Dios no se encarga de todo, no sé cómo lo haré. Pero tengo una confianza tan grande en él, que no podrá [2rº] abandonarme; lo dejo todo en sus manos.

Todavía no sabemos el día de la audiencia. Parece que, para poder hablar a todos, el Santo Padre pasa por delante de los fieles, pero no creo que se detenga. No obstante, yo estoy totalmente decidida a hablarle, pues antes de que Paulina me escribiese, ya pensaba hacerlo; pero me decía a mí misma que, si Dios quería que le hablase al Papa, él me lo haría saber...

Querida tía, quisiera que usted pudiese leer en mi corazón: allí vería mucho mejor que en mi carta todo lo que le deseo para su santo. [2vº] Estoy lejos, muy lejos, querida tiíta, pero es increíble cuán cerca de usted me parece estar esta noche. Quisiera decirle cuánto la quiero y cómo me acuerdo de usted. Mas hay cosas que no pueden decirse, que sólo pueden adivinarse...

Querida tía, le ruego le dé las gracias a mi querida Mariíta por su preciosa y tan CARIÑOSA carta, que me ha gustado muchísimo. Gracias también a mi QUERIDA Juanita por acordarse de su hermanita.

Adiós, querida tía. Déle, por favor, un abrazo de mi parte a mi querido tío. Le envío, querida tía, la mejor felicitación que le haya dirigido nunca, pues cuando [2vºtv] uno está separado de los que ama, es cuando más siente todo el cariño que les tiene.

Su hijita

Teresa,

e.m.

NOTAS Cta 32

1 Santa Isabel de Hungría, el 19 de noviembre.

2 Lapsus por "a través de los montes".

Cta 33 A sor María del Sagrado Corazón

14 de noviembre de 1887

Querida madrina:

Has hecho un verdadero juicio temerario al pensar que leería la carta de Paulina antes que la tuya; ha ocurrido precisamente todo lo contrario...

¡Sí, sí, María, me has dicho muchas cosas en el billetito de esta noche! Mi corazón lo ha comprendido todo... ¡Cuánto me han gustado tus letritas!

Cuando leo las cartas que me enviáis, siento un no sé qué de muy dulce que se derrama en mi corazón.

Papá sigue bien y disfruta mucho con vuestras cartas.

He preguntado en el monasterio de los monjes si podía obtener reliquias de santa Inés. No es posible1.

Tu Teresita que te quiere con todo su corazón.

NOTAS Cta 33

1 Teresa conseguirá su propósito de otra manera: cf MS A 62rº.

Cta 34 A sor Inés de Jesús

14 de noviembre de 1887

Querida Paulina:

No puedo, realmente, dejar de darte las gracias por todo lo que haces por mí. ¡Encomiéndame mucho a Dios! Puesto que Monseñor no quiere1, no me queda más remedio que hablar al Papa; pero no sé si podré hacerlo. Tendrá que ser el Niño Jesús quien se encargue de disponer las cosas de tal forma, que su pelotita2 no tenga que hacer más que rodar adonde él quiera.

¡Si supieras cuánto me ha gustado y consolado lo que me decías en la carta de Loreto! ¡Paulina, sigue protegiéndome! ¡Estoy tan lejos de ti...! No puedo decirte todo lo que pienso, es imposible...

El juguetito de Jesús,

Teresita

NOTAS Cta 34

1 Sobre la respuesta dilatoria de Mons. Hugonin cf Ms A 62rº.

2 El símbolo de la pelotita, sugerido por sor Inés al hilo de una poesía (publicada en CG, pp. 1169s), ocupará un lugar importante en la vida y en los escritos de Teresa en esta época. Cf Cta 36, 74, 76, 78, 79, 176; Ms A 64rº; RP 5, estr. 12. Véase también CG p. 288.

Cta 35 A María Guérin

Sábado, 19 de noviembre de 1887

Querida Mariíta:

Mañana domingo hablaré al Papa. Cuando recibas mi carta, la audiencia habrá pasado ya. Me parece que el correo no lleva las cartas lo bastante deprisa, pues cuando te llegue ésta mía aún no sabrás nada de lo que haya ocurrido.

Esta noche no voy a escribir al Carmelo, pero mañana les diré lo que [1vº] me diga el Papa.

¡Si supieses, hermanita querida, cuán fuerte late mi corazón cuando pienso en mañana!

¡Si supieses todo lo que pienso esta noche! Quisiera pode decírtelo, pero no, me es imposible. Veo la pluma de Celina correr sobre el papel; la mía se detiene, tiene demasiadas cosas que decir...

¡Oh, Mariíta querida!, no sé qué pensarás de tu pobre Teresa, pero esta noche no puede contarte su viaje, va a dejarle ese cuidado a Celina.

Espero que estés bien y que sigas ejercitándote en la buena música. [2rº] En Italia se oye mucha, ya sabes que es el país de los artistas; tú podrías apreciar mucho mejor que yo la belleza, porque yo no soy artista. Y Juana podría ver bellísimas pinturas.

Ya ves, hermanita, que en Roma no hay nada para mí. Todo es para los artistas. Si pudiese obtener una sola palabra del Papa, no pediría nada más.

Hoy es el santo de mi querida tía, me acuerdo mucho de ella; espero que haya recibido nuestras cartas.

Hermanita querida, da un fuerte abrazo de mi parte a todos los que amo. Me acuerdo mucho de [2vº] mi querida Juanita. Gracias por tu carta, no sabes lo que me ha gustado, fue como un rayo de alegría.

Adiós, hermanita, ruega por mí.

Tu Teresita

Cta 36 A sor Inés de Jesús

20 de noviembre de 1887

Querida Paulina:

Dios me está haciendo por muchas pruebas antes de entrar en el Carmelo. Voy a contarte cómo se ha desarrollado la visita del Papa. ¡Paulina del alma!, si hubieses podido leer en mi corazón, habrías visto en su interior una gran confianza. Creo haber hecho lo que Dios quería [1vº] de mí. Ahora lo único que me queda es rezar.

Monseñor no estaba allí1, el Sr. Révérony hacía sus veces. Para hacerte una idea de la audiencia, sería necesario que hubieses estado allí.

El Papa estaba sentado en un sillón muy alto. El Sr. Révérony estaba muy cerca de él, miraba a los peregrinos que pasaban ante el Papa besándole el pie, y luego decía al Santo Padre unas palabras sobre algunos de ellos. Puedes imaginarte cuán fuertemente me latía el corazón al ver que me llegaba el turno, pero yo no quería volverme sin haber hablado al Papa. Dije lo que tú me decías en tu carta, pero no todo, porque el Sr. Révérony no me dio tiempo. Dijo enseguida: "Santísimo Padre, se trata de [2rº] una niña que quiere entrar en el Carmelo a los quince años, pero los superiores se están ocupando ya de ello". (El Papa es tan anciano, que se diría que está muerto. Yo nunca lo había imaginado así. Y no puede decir casi nada: es el Sr. Révérony quien habla.) Yo hubiera querido poder explicar mi problema, pero no hubo forma de poder hacerlo. El Santo Padre me dijo simplemente: "Si Dios lo quiere, entrarás". Después me hicieron pasar a otra sala2.

¡Ay, Paulina!, no puedo decirte lo que sentí, estaba como aniquilada, me sentía abandonada, y, además, estoy tan lejos, tan lejos... Luego lloraría mucho al escribir esta carta, tengo el corazón destrozado. Sin embargo, Dios no puede mandarme [2vº] pruebas que estén por encima de mis fuerzas. Él me ha dado valor para soportar esta prueba, ¡que es muy grande! Pero, Paulina, yo soy la pelotita del Niño Jesús; si él quiere romper su juguete, es muy dueño de hacerlo. Sí, acepto todo lo que él quiera.

No he escrito, en absoluto, lo que quería, no puedo escribir estas cosas: necesitaría hablar, y, además, tú no leerás mi carta hasta dentro de tres días. ¡Paulina, no tengo más que a Dios, sólo a Dios, sólo a Dios...!

Adiós, Paulina querida, no puedo decirte más, tengo miedo a que venga papá y me pida leer mi carta, y eso es imposible3. Ruega por tu hijita

Teresita

[2vºtv] Me gustaría escribir a mi Madre querida, pero esta noche no puedo. Pídele que rece por su pobre Teresita.

Dale un fuerte abrazo de mi parte a mi querida María; escribo esta carta también para ella, pero prefiero hablar sólo a una persona, espero que ella sabrá comprender a su Teresita.

[2rºtv] No tengo tiempo para repasar la carta; seguro que va llena de faltas, perdóname.

NOTAS Cta 36

1 Mons. Germain, de Coutances, que presidía la peregrinación de las dos diócesis.

2 Cf Ms A 63vº.

3 Teresa teme apenar a su padre.

Cta 37 A María Guérin

Florencia1, viernes 25 de noviembre de 1887

Mi querida Mariíta:

El tiempo pasa veloz, unos días más y volveremos a estar juntas; de hoy en ocho días espero estar con vosotros.

Te aseguro que dejaré atrás muy a gusto todas las maravillas de Italia. Todo esto es muy hermoso, pero no puedo olvidar a los que dejé en Lisieux, hay en él como un imán que me [1vº] atrae. Así que volveré con mucho gusto.

¡No sabes la alegría que me produjo tu carta! Me alegré mucho de que me hablases del santo de mi querida tía. Yo estaba en espíritu cerca de vosotros. En aquel momento no existían las distancias Roma y Lisieux.

Has hecho bien en decirme el regalo que te hizo mi tía, pues yo nunca hubiera podido adivinarlo, ¡qué sorpresa!

No te hablo de mi visita al Sumo Pontífice, creo que ya habrás tenido noticias por el Carmelo. Lo pasé muy mal, pero si ésa es la voluntad de Dios...

[2rº] Espero, querida hermanita, que seguirás rezando por mí. Tengo mucha confianza en tus oraciones, me parece que Dios no puede negarte nada.

Te quejabas de que tu carta estaba mal escrita. Realmente, si eres tan exigente, no me atreveré a enviarte las mías, que son verdaderos garabatos. Pienso mucho en ti y en todos, tanto, que hasta sueño de noche con vosotros. Quisiera estar ya a vuestro lado.

Hace mucho tiempo que no tenemos noticias del Carmelo; me temo que se hayan perdido algunas cartas.

Ayer estuvimos en Asís. [2vº] Al salir de una iglesia, me encontré completamente sola y sin coche; no había más que el del Sr. Révérony. Me hizo subir con él, estuvo muy amable y no me dejó pagar mi plaza2. No me habló en absoluto de mi asunto, no sé lo que pensará de la audiencia. Me doy cuenta de que no hago más que poner "Il"3. Esta carta no tiene ni pies ni cabeza.

Dale las gracias a mi tía por su carta; me emocionó tanto, que no sé cómo decirlo. Da un abrazo de mi parte a todos los que amo.

Adiós, hermanita querida. Hasta pronto,

Teresa

NOTAS Cta 37

1 Sobre la visita a Florencia cf Ms A 66rº.

2 Cf Ms A 65vº.

3 Se refiere a que en el último párrafo ha repetido continuamente ese pronombre, cosa que, evidentemente, no se aprecia en la traducción. N. del T.

Cta 38 B A Mons. Hugonin1

3-8 (?) de diciembre de 1887

Monseñor:

Me dirijo a Su Excelencia para suplicarle tenga a bien darme la contestación que desde hace tanto tiempo deseo.

Monseñor, lo espero todo de su paternal bondad. Sí, creo que Jesús quiere realizar por medio de Usted su promesa.

Monseñor, dicen que las pruebas son señal de vocación. Y realmente, Usted sabe que Dios no me las ha escatimado; pero pensaba que sufría por Jesús, y no he dejado de esperar ni un solo instante. El Niño Jesús me ha hecho sentir tan claramente que me quiere para Navidad, que no puedo resistir a su gracia.

Es verdad que soy muy joven; pero, Monseñor, si Dios me llama y papá lo quiere...

Confío en que el Sr. abate Révérony se haya dignado hablar de mí a Su Excelencia, me lo prometió durante el viaje a Roma; nunca olvidaré su bondad para conmigo.

Monseñor, Navidad está ya cerca, pero espero con gran confianza su respuesta. No olvidaré jamás que sólo a Su Excelencia deberé el cumplimiento de la voluntad de Dios.

Dignaos bendecir a vuestra hija, Monseñor.

Soy de Su Excelencia la más pequeña y agradecida hija,

Teresa Martin

NOTAS Cta 38 B

1 Esta carta es la reconstrucción que se hizo, durante el Proceso de los Escritos (1910), de dos borradores autógrafos con muchas tachaduras (LT 38 A y 38 B: ver CG p. 325s). Finalmente, el señor Guérin hizo, sirviéndose de ellos, una redacción definitiva que Teresa transcribió tal cual (LT 38 C en CG p. 331) para enviarla a Mons. Hugonin el 16 de diciembre.

Cta 39 Al abate Révérony

Lisieux, 16 de diciembre de 1887

Señor Vicario General:

Acabo de escribir a Monseñor. Papá y mi tío me han dado permiso para hacerlo. Sigo esperando con confianza el "sí" del Niño Jesús.

Señor Abate, no faltan más que ocho días para navidad. Pero cuando más se acerca la fecha, mayor es mi esperanza; tal vez sea temeridad, pero, no obstante, me parece que es realmente Jesús quien habla en mi interior.

[vº] Todas las distracciones del viaje a Roma no lograron apartar ni un solo instante de mi espíritu el deseo ardiente de unirme a Jesús. ¿A qué llamarme tan fuerte para luego dejarme languidecer lejos de él?

Señor Abate, espero que usted haya abogado en favor mío ante Monseñor, como me prometió. Si Jesús me consoló en mis pruebas, fue por medio de usted; y si entro en el Carmelo para Navidad, sé que a usted se lo deberé. Pero no soy ingrata, y toda mi vida lo recordaré.

Le pido humildemente, Señor Vicario General, que se digne bendecir a

Su respetuosísima y agradecida servidora,

Teresa Martin

Cta 40 A Mons. Hugonin

Principios de enero de 1888

Monseñor:

He tardado mucho en agradecer a Su Excelencia el hermoso aguinaldo que ha tenido a bien enviarme1. Todas las bellezas del mundo, juntas, no habrían podido producirme mayor alegría.

¡El Niño Jesús no me he engañado! Me ha dicho sí desde su cuna.

Monseñor, no creo que2

NOTAS Cta 40

1 El permiso para entrar en el Carmelo.

2 Texto sin terminar.

Cta 41 Al canónigo Delatroëtte1

13-30 de enero de 1888

Señor Canónigo:

Le agradezco mucho la preciosa estampa que me ha enviado por medio de sor Inés. La conservaré con el mayor cuidado, como un primer recuerdo suyo que siempre apreciaré.

Señor Canónigo, dígnese bendecir desde lejos a la más pequeña de sus hijas; en estos momentos se dedica a preparar su alma para la vida del Carmelo. Yo sé que es una gracia muy grande el haber sido llamada tan joven, pero no seré ingrata y [] Dios, así lo espero, me dará los medios para serle fiel, como lo deseo con toda el alma.

Le pido humildemente, Señor Canónigo, que no me olvide en sus oraciones.

La menor de sus hijas

T

(P.D.) Le incluyo unas breves letras de Mons. Révérony que he pedido a Celina que le haga llegar.

NOTAS Cta 41

1 Borrador escrito por sor Inés, que Teresa se limita a copiar.

Cta 42 A sor María del Sagrado Corazón

Martes, 21 de febrero de 1888

Mi querida madrina:

No me he olvidado de que mañana es tu cumpleaños. Hace mucho ya que pienso en él. Me encantaría poder verte para felicitarte tus veintiocho años; pero como estamos en cuaresma, hay que hacer algún sacrificio1.

Querida Mariíta, el miércoles de ceniza papá me hizo un regalo. Sería inútil preguntarte, [1vº] no lograrías adivinarlo ni a la de cien ni a la de mil. Figúrate, querida María, en el fondo del gran bolso de papá un corderito precioso y todo rizado. Nuestro buen papaíto me dijo, al dármelo, que quería que antes de entrar en el Carmelo tuviese el gusto de tener un corderito. Todo el mundo se sentía feliz. Celina estaba loca de contenta por tener un corderito de un día; lo que más me emocionó fue la bondad de papá al regalármelo. Y además, un cordero es algo tan simbólico... Me hacía pensar en Paulina2.

Hasta aquí todo va bien, todo es fantástico, pero espera al final.

Ya nos hacíamos castillos en [2rº] el aire a cuenta del corderito y esperábamos verlo retozar a nuestro alrededor al cabo de dos o tres días. Pero, ¡ay, dolor!, el precioso animalito se murió por la tarde; había cogido mucho frío en el carro donde nació. ¡Pobrecito!, apenas nacido ya tuvo que sufrir, y luego se murió.

Era tan lindo el corderito y tenía un aire tan inocente, que Celina hizo su retrato en un trozo de lienzo. Después papá cavó una pequeña fosa en la que metimos al corderito, que parecía dormir. No quise que lo cubriera la tierra: le echamos nieve encima, y asunto concluido...

[2vº] No sabes, querida madrina, cuánto me ha hecho pensar la muerte de ese animalito. No, no hay que apegarse a nada en la tierra, ni siquiera a las cosas más inocentes, pues nos faltan en el momento que menos se piensa. Sólo lo que es eterno puede llenarnos.

Querida María, veo que no te he hablado en todo el tiempo más que del cordero, y Leonia3 quiere que le deje un huequecito en mi carta. Adiós, pues, madrina querida. Tu hijita te quiere mucho más de lo que puedes imaginarte.

Teresita

[2rºtv] Mañana ofreceré la comunión por mi madrina querida... Dale un fuerte abrazo de mi parte a la Madre, y otro a Paulina, y dile que estoy bien.

He rezado mucho por el señor de Virville (4).

NOTAS Cta 42

1 Durante la cuaresma se suprimen las visitas al locutorio.

2 Cordero en francés es agneau, y el nombre francés de Paulina en el Carmelo era Agnès (Inés) de Jesús. N. del T.

3 Leonia había abandonado la Visitación el pasado 6 de enero.

4 Hermano de la madre María de Gonzaga.

Cta 43 B A sor Inés de Jesús1

18 (?) de marzo de 1888

Querida Paulina:

Me hubiera gustado escribirte enseguida para darte las gracias por tu carta, pero me fue imposible, he tenido que esperar hasta hoy.

¡Si supieras, Paulina, qué verdad tan grande es que en todos los cálices ha de mezclarse una gota de hiel! Pero creo que las tribulaciones ayudan mucho a despegarse de la tierra y nos hacen mirar [1vº] más allá de este mundo. Aquí abajo nada puede llenarnos, sólo podemos gustar un poco de reposo cuando estamos dispuestos a cumplir la voluntad de Dios.

A mi navecilla le cuesta mucho llegar a puerto. Hace ya mucho tiempo que diviso la orilla, y aún me encuentro lejos de ella; pero es Jesús quien guía mi barquilla, y estoy segura de que el día que él quiera la hará arribar felizmente a puerto.

Paulina querida, cuando Jesús me deje en la ribera bendita del Carmelo, quiero entregarme a él por entero, no quiero vivir más que para él. No, [2rº] no temeré sus golpes, porque, hasta en los más amargos sufrimientos, siento siempre que es su dulce mano la que golpea. Lo experimenté muy bien en Roma, en el momento mismo en que hubiera creído que la tierra se iba a hundir bajo mis pies.

Sólo deseo una cosa para cuando esté en el Carmelo: sufrir siempre por Jesús. La vida pasa tan deprisa que, realmente, vale más lograr una corona muy bella con un poco de dolor, que una ordinaria sin dolor. ¡Cuándo pienso que por un solo sufrimiento soportado con alegría se amará mejor a [2vº] Dios durante toda la eternidad! Además, con el sufrimiento podemos salvar almas. Paulina, ¡qué feliz me sentiría si en el momento de la muerte pudiese yo tener un alma que ofrecer a Jesús! Habría un alma arrancada al fuego del infierno que bendeciría a Dios por toda la eternidad.

Querida hermanita, veo que aún no te he hablado de tu carta, que, sin embargo, me gustó muchísimo. Paulina, me siento muy dichosa de que Dios me haya dado una hermana como tú. Espero que rezarás por tu pobre hijita, para que corresponda a las gracias que Jesús tiene a bien concederle. Necesita mucho de tu ayuda, pues está MUY LEJOS de ser lo que quisiera.

[2vºtv] Dile a mi querida madrina que me acuerdo mucho de ella; quisiéramos saber cuándo va a hacer su profesión en el interior2.

Celina te manda un fuerte abrazo. A esta pobre hermanita nuestra le duele mucho un pie, creo que no va a poder ir a vísperas. En casa de nuestro tío, casi todos están enfermos. Verdaderamente, la vida no es alegre, resulta muy difícil apegarse a ella.

Adiós, Paulina querida, mi confidente. Hasta el lunes de Pascua3, pero sobre todo hasta el 9 de abril4... Un abrazo de mi parte para nuestra QUERIDA Madre5.

NOTAS Cta 43 B

1 Redacción definitiva. En el borrador (43A, en CG p. 341s) había una frase que falta aquí: "Creo que Dios me envía estas pruebas para que no desee nada, ni siquiera lo que a mí me parece lo mejor...".

2 Sor María del Sagrado Corazón hará la profesión "en el interior", es decir en la sala capitular, el día 22 de mayo.

3 El 2 de abril, primer día de locutorio después de la cuaresma.

4 Fecha de su entrada en el Carmelo.

5 Madre María de Gonzaga.

Cta 44 A Mons. Hugonin

27 de marzo de 1888

Monseñor:

Me permito pedirle su bendición en la víspera de mi entrada en el Carmelo. No olvido que soy la hijita de Su Excelencia1, y sé cuánto debo a su bondad de padre. Ahora vuestra pequeña2

NOTAS Cta 44

1 Cf Ms A 72vº.

2 Copia inacabada de un borrador proporcionado por sor Inés de Jesús. Desconocemos el resto del texto.

Cta 45 A sor Inés de Jesús

Martes, 27 de marzo de 1888

Querida hermanita:

Acabo de escribir a Monseñor la carta que tú me redactaste1. Te lo agradezco mucho. ¡Qué bonita es la estampa! Es una maravilla.

Te envío a toda prisa estas letras para saber si quieres que diga en casa de nuestro tío que pintaste la estampa y que he escrito. Si luego se enteran, no les gustará2, pero prefiero preguntártelo. Les diré también que es para el nueve. Como [1vº] el jueves iremos a casa de nuestro tío, quisiera que pasases unas letras por el torno3 para que papá las recoja mañana por la mañana.

¡Sí, Paulina, quiero ser siempre un GRANITO de arena4...!. ¡Cuánto bien me ha hecho tu carta! ¡Si supieras cómo me ha llegado al corazón! Quisiera decirte muchas cosas a propósito del granito de arena, pero no tengo tiempo... (Quiero ser santa...).

El otro día encontré una frase que me gustó mucho. No me acuerdo ya del santo que la dijo. Era ésta: "No soy perfecto, [2rº] pero quiero llegar a serlo"5.

¡Cuántas palabras deshilvanadas! Perdóname, hermanita querida, escribo muy deprisa.

¡Hasta el 9 de abril!

Teresita

NOTAS Cta 45

1 Cta 44.

2 "No les gustará". Se sobreentiende: que no se lo hayamos dicho.

3 Portería del Carmelo.

4 Esta imagen del ocultamiento (inspirada en la oración del general de Sonis: cf CG p. 1170) se alterna con la del juguetito (Cta 34) en las cartas de Teresa. Cf Cta 49, 54, 74, 82, 85, 86, 95, 103, 114. Y lo mismo en Ms C 2vº, Or 2 y CG p. 349+d.

5 Atribuido a san Agustín.