TERCER PERÍODO

EL POSTULANTADO

(9 de abril de 1888-10 de enero de 1889)

Cta 46 Al señor Martin

J.M.J.T.1

Domingo, 29 de abril de 1888

Querido papaíto:

¡Qué bueno eres con tu Reinecita2! No pasa casi un día sin que ella reciba un presente de su Rey.

Gracias por todo, papaíto. ¡Si supieras cuánto te quiere la Huerfanita de la Berezina! [1vº] Pero no, sólo en el cielo lo sabrás. Allí es donde veremos bellas estatuas sobre bellas cornisas, y entonces sí que podremos, realmente, caer en éxtasis3. Y además, ¡qué guía para hacernos visitar las maravillas del cielo! Pienso que muchos santos tendrán en su nimbo una cruz bizantina. Lo único que no veremos serán sarcófagos, porque en el cielo ya no habrá tumbas.

Papaíto querido, veo que ya va a ser la hora y te tengo [2rº] que dejar, pero antes quiero abrazarte desde lejos con todo el corazón.

También la Perla fina te manda un fuerte abrazo. ¡Si supieras, papá, lo preciosa que es tu Perla fina! El brillante Diamante, la Bohemia, te abraza también de todo corazón.

Adiós y gracias, papaíto. Tu Reinecita, que por fin ha sido "sacada de debajo de la carreta"4,

Teresa del Niño Jesús

NOTAS Cta 46

1 Iniciales de Jesús, María, José, Teresa (de Avila).

2 En esta primera carta que Teresa envía a su padre después de su entrada en el Carmelo el 9 de abril, acumula a placer los sobrenombres cariñosos que el señor Martin daba a sus hijas: "Reinecita" (que aparece cincuenta veces en las cartas de la postulante); "Huerfanita de la Berezina" (sacado de una novela que leían en los Buissonnets: cf Cta 63, 66, 72, 116); "Perla fina", que era Paulina (cf Cta 48, 52, 58, 61, 63); "Diamante", María (del Sagrado Corazón: cf Cta 48, 51, 52, 58, 61, 63); "Bohemia", que es también María.

3 "estatuas sobre bellas cornisas ... en éxtasis": Teresa parodia algunas expresiones del guía turístico de Roma. Cf Ms A 61rº y CG p. 362+d.

4 Expresión local que quería decir: "Ya estás a salvo de los peligros del mundo" (Nota de la madre Inés).

Cta 47 A Celina

8 de mayo de 1888

Te envío, Celina mía, dos mantelitos para coser a máquina. Sé que estás muy ocupada, pero no negarás este favor a tu Teresita. Creo que bastará con dos costuras. Uno de los manteles tiene el dobladillo demasiado pequeño, procura alargar la segunda costura. Quisiera tenerlos, a más tardar, para mañana después de comer, porque el jueves es la Ascensión.

Hoy hace cuatro años que hice la primera comunión, ¿te acuerdas...? ¡Cuántas gracias me ha concedido Dios de entonces acá!

Celina querida, hay momentos en que me pregunto si es verdad que estoy en el Carmelo, ¡a veces no puedo creerlo! ¿Qué he hecho yo por Dios para que me colme de tantas gracias?

[vº] Mañana hará un mes que estoy lejos de ti, pero no me parece que estemos separadas, ¿qué importa el lugar en que estemos...? Aun cuando nos separase el océano, seguiríamos unidas, porque nuestros deseos son los mismos y nuestros corazones laten al unísono... Estoy segura de que me comprendes. (¿Qué importa, en realidad, que la vida sea alegre o triste? No por eso dejaremos de llegar al término de nuestro viaje aquí en la tierra.) Un día de carmelita pasado sin sufrir es un día perdido1. Y esto vale también para ti, porque tú eres carmelita de corazón.

Un abrazo a Leonia de mi parte.

Tu Teresita del Niño Jesús

NOTAS Cta 47

1 Probable reminiscencia de una máxima de santa María Magdalena de Pazzi.

Cta 48 Al señor Martin

8 de mayo de 1888

Querido papaíto:

Tus preciosas velitas me han gustado tanto, que no puedo menos de ponerte unas letras para darte las gracias. El recadero de Jesús1 es muy bueno al proporcionarle así a su Reinecita los medios para hacer bonitas iluminaciones2.

[1vº] La Reina piensa continuamente en su Rey. Además, el recadero de Jesús viene con tanta frecuencia a traer recados, que sería imposible olvidarlo.

Querido papaíto, verdaderamente casi creo que te vas a arruinar; pero voy a sorprenderte diciéndote que eso no me inquieta demasiado. Y es que tienes tantos recursos, que no llegarás a verte en apuros..., ni siquiera el hambre te asustaría. ¿Te acuerdas cuando me decías: "Cuando haya hambre, comeremos tal cosa o tal otra", o "Cuando estemos arruinados, haremos aquello o lo de más allá"? Con estas disposiciones, ninguna [2rº] adversidad podrá atemorizarte.

Gracias por el pescado, papaíto querido. Gracias, gracias, nos regalas tantas cosas, que me veo obligada a darte las gracias por todo en general, aunque cada cosa nos causa un placer especial.

Adiós, mi Rey querido. Tu Diamante y tu Perla te dan las gracias igual que tu Reina.

Teresa del Niño Jesús

NOTAS Cta 48

1 El propio señor Martin.

2 Ante la imagen del Niño Jesús que había en el claustro. Cf Ms A 72vº.

Cta 49 A sor María del Sagrado Corazón

12-20 de mayo de 1888

¡La Solitaria del Corazón de Jesús ha dado una alegría muy dulce a su hijita, ha leído en su corazón...! ¿Así que Jesús habla cuando se está en retiro...? Estoy tan llena del perfume de tu cartita y de la forma tan encantadora de presentármela1, que no puedo menos de contestarla esta misma noche. Pronto va a tocar la campana, ya to...2.

Interrumpí mis letras justo en el momento en que hubiera querido decirte muchas cosas...

La vida está llena de sacrificios, es cierto. Pero ¡qué dicha! ¿No es mejor que nuestra vida -que es una noche pasada en una mala posada3- se pase en un hotel completamente malo que no en uno que lo sea sólo a medias...?

¡Si supieras cuánto te quiero! Cada vez que [] me encuentro contigo, me parece que eres un ángel... Tú que eres un AGUILA llamada a cernerte en las alturas y a clavar tu mirada fijamente en el sol, reza por esta cañita4 tan débil que está en el fondo del valle; el menor soplo la hace doblarse. ¡Sí, ruega por ella el día de tu profesión!

Pide que tu hijita sea siempre un granito de arena muy oscuro, muy escondido a los ojos de todos, que sólo Jesús pueda verlo. Que se haga cada vez más pequeño, que se vea reducido a nada...

Perdóname todos los disgustos que te he dado. ¡Si supieras cómo me arrepiento de haberte dicho que me llamabas demasiadas veces la atención!5. Después de tu profesión ya no te daré más disgustos. Adiós..., perdóname.

Ruega por esta TU hijita.

He dejado secar cuidadosamente tu violeta.

NOTAS Cta 49

1 Iba acompañada de una violeta.

2 Por sentido de obediencia, Teresa deja de escribir cuando suena la campana, sin terminar siquiera la palabra que había comenzado.

3 SANTA TERESA DE JESUS, Camino de perfección, c. 42. [Así en la edición francesa. En realidad, la cita exacta es C 40,9. N. del T.]

4 Sobre este símbolo, cf Cta 54, n. 3.

5 Sor María del Sagrado Corazón era el "ángel" de Teresa, la encargada de iniciarla en las costumbres del Carmelo.

Cta 50 A María Guérin

13 de mayo de 1888

Domingo, mayo 1888

Querida hermanita:

Si tienes el Pott1 en la punta de la lengua, no lo tienes ciertamente en el espíritu ni en la punta de los dedos. ¡Qué carta tan preciosa...!

Si querías hacerme reír, no has perdido el tiempo, diablillo. [1vº] ¿Así que, feúcha, tienes un pie malo? ¡Qué raro!, porque tus pies son tan pequeños que realmente no hay sitio para el dolor...

Gracias a Dios, pronto será Pentecostés, y el Espíritu Santo corregirá, sin duda alguna, un gran olvido que tuvo el día de tu confirmación. Te dio todos sus dones, pero por desgracia se olvidó de uno que te sería muy útil. ¿Adivinas cuál...? Se lo voy a pedir tanto durante [2rº] los ejercicios espirituales2, que el día de Pentecostés estarás tan fuerte como Sansón. Como te siga doliendo el pie, tendrás que vértelas con tu Lulú3.

Esta noche he soñado mucho CON Juana; desde que estoy en el Carmelo, es increíble las veces que sueño con ella. Dale un fuerte abrazo de parte de su Teresita.

¡Qué tiempo tan hermoso! Luce un sol radiante, más brillante incluso que el que está dibujado en el encabezamiento de tu carta, pues ése apenas si alumbra la tierra; y si el de hoy fuese igual al tuyo, me vería obligada a utilizar tu [2vº] lámpara4.

Tengo suerte de haber escrito en esta cara la palabra "lámpara"5; de lo contrario, me habría visto obligada a cometer contigo una descortesía, al hacerte volver la página sólo para decirte adiós.

Hasta pronto, querida hermana, así lo espero. Da un abrazo de mi parte a mi tío y dile que no olvidaremos su consejo. Mil besos para mi querida tía.

(No tienes que tener la fuerza en los cabellos6, sino en el pie.)

Diablillo querido, un abrazo de todo corazón. Tu hermanita,

Teresa del Niño Jesús

p.c.in.7

[2vºtv] Nuestra hermana mayor8 está haciendo los ejercicios espirituales para la profesión. Lleva echado el gran velo blanco, y parece un ángel. Pedirá mucho por su Mariíta.

NOTAS Cta 50

1 La enfermedad de Pott.

2 Ejercicios espirituales de la comunidad entre la Ascensión y Pentecostés.

3 Sobrenombre que María Guérin daba a Teresa.

4 Lamparilla rudimentaria a gasolina mineral, que María había regalado a su prima.

5 Lo dice porque, al dar vuelta a la hoja en que escribía, puso allí esa palabra. N. del T.

6 Alusión a Sansón.

7 Abreviatura de "postulante carmelita indigna".

8 Sor María del Sagrado Corazón.

Cta 51 Al señor Martin

17 de mayo (?) de 1888

J.M.J.T.

Mi querido Rey:

Sé que el Diamante te ha escrito unas letras; por eso no te escribiré yo mucho, porque tu pobre Reina quedaría eclipsada por el esplendor del Diamante... Sólo siento necesidad de repetirte que te quiero, como si tú no lo supieras ya. Además, ¿cómo no iba una Reina a querer [] a su Rey, y a un Rey como tú, tan santo y tan bueno? Porque la verdad es que tú eres tan santo como el mismo san Luis...

Gracias, papaíto querido, por todo lo que me has regalado: la preciosa pala1, etc... etc... y todo lo demás...

¿Te acuerdas, papá, de cuando en Génova seguíamos de lejos al Sr. Benoit2 y a los demás? ¡Cómo nos divertíamos! El recuerdo de aquel hermoso viaje que hice con mi papaíto querido me acompañará siempre.

Un abrazo, querido Rey mío.

Tu Reina de Francia y de Navarra,

Teresa del Niño Jesús

p.c.ind.

NOTAS Cta 51

1 Habían prescrito a la postulante un poco de trabajo en la huerta.

2 El Sr. Félix Benoît, magistrado de Caen.

Cta 52 Al señor Martin

Mayo-junio (?) de 1888

J.M.J.T.

¡Qué bueno es el recadero del Niño Jesús! Le mando todo mi cariño y mis besos. Tomaré feliz el vino que me manda1, pensando que procede de las bodegas del Niño Jesús.

Querido papaíto, tú eres el recadero de Jesús [1vº], qué bien lo sé yo. Gracias, gracias..., ¡qué bueno eres conmigo!

Sí, yo siempre seré tu reinecita y trataré de labrar tu gloria haciéndome una gran santa.

Teresa del Niño Jesús, el Diamante brillante y la Perla extra-fina te mandan un abrazo muy fuerte.

Acaban de enseñarme los pájaros2, ¡qué bueno eres, papaíto querido! Hay tres pájaros, uno para el Diamante, otro para la Perla fina y otro para [2rº] la Reinecita de papá. Esta tratará de hacer todo lo posible por parecerse un poco a su Rey.

NOTAS Cta 52

1 Vino reconstituyente.

2 Pollas de agua.

Cta 53 A Celina

17 de junio de 1888

J.M.J.T.

Domingo, junio de 1888

Querida Celina:

Me harías un gran favor si me enviases lo ANTES posible la tela que compraste para hacerte un delantal. Necesito también la falda escocesa que tenías para disfrazarte. Envíame también todas las cintas blancas aprovechables que tengas; hay una que yo llevaba en la cabeza el día de mi primera comunión; puedes coger también la del sombrero1... Es para representar a santa Inés2...

Hermanita querida, ¡qué bueno es Dios contigo! ¡Si pudieses comprender qué gracia tan grande recibiste el viernes3! Creo, realmente, que es la gracia que estabas esperando. ¿Recuerdas que me decías: "Pero yo no he recibido la gracia decisiva"4? Estoy convencida de que es ésa. Ahora tienes que ser toda de Jesús. Él es más que nunca todo tuyo. Él ha puesto ya en tu dedo el anillo misterioso de los esponsales5. Él quiere ser el único dueño de tu alma.

Hermana querida, tú y yo somos verdaderamente HERMANAS en el sentido más hondo de esta palabra.

Adiós. Desde lejos mi corazón lee en el tuyo.

Teresa del Niño Jesús

p.c.ind.

[tv] Dale un beso de mi parte a mi incomparable Rey.

NOTAS Cta 53

1 El sombrero de su primera comunión.

2 En la fiesta de la madre María de Gonzaga, el 21 de junio. Se trata de un sainete compuesto por sor Inés de Jesús; se encuentra publicado en VT nº 71 (cf Poésies II, pp. 180-183).

3 El 15 de junio Celina había anunciado a su padre su vocación al Carmelo.

4 El 9 de abril, día de la entrada de Teresa en el Carmelo, Celina había recibido una propuesta de matrimonio que la dejaba indecisa sobre el camino a seguir.

5 Cf PN 26,3,2.

Cta 54 A sor Inés de Jesús

4 (?) de julio de 1888

J.M.J.T.

El balido del cordero amado de Jesús ha resonado en los oídos del corderito1 como una dulce música... ¿Dónde ha aprendido el cordero la melodía de Cecilia2?

¡La eternidad! Sí, el corderito vive sumergido en ella. Quiere lanzarse a ella de un salto detrás del cordero, pero necesita que la música de su dulce cordero le abra el camino.

El grano de arena, a pesar de su pequeñez, quiere construirse hermosas eternidades, y quiere construirlas también para las almas de los pecadores; pero, ¡ay!, todavía no es [] lo bastante pequeño ni suficientemente insignificante.

El cordero y el corderito tienen que alcanzar la palma de Inés; si no es por la sangre, habrá de serlo por el amor... ¡He ahí el sueño del grano de arena!

¡Sólo Jesús! Nada más que él. El grano de arena es tan pequeño, que si quisiese meter en su corazón a alguien que no sea Él, ya no habría sitio para Jesús...

Que el blanco cordero ruegue por el oscuro grano de arena, para que llegue a ser brillante y luminoso en la eternidad.

La cañita3 de Jesús

NOTAS Cta 54

1 Acerca de este sobrenombre de Teresa, cf CG p. 378+b. "El cordero", sor Inés, está haciendo desde el 1 de julio unos ejercicios espirituales de diez días.

2 Alusión al oficio litúrgico de santa Cecilia: "La virgen Cecilia cantaba en su corazón a su único Señor" (primer responsorio de Maitines). Esta es la primera vez que se menciona en los Escritos a esta santa.

3 La "caña" es un símbolo importante para Teresa, que aparece en su escudo de armas (Ms A 85vº). Lo volvemos a encontrar en Cta 49 y 55 y en LC 84, 85, 120; cf CG p. 379+g. En su toma de hábito, Teresa recibirá una caña como signo con el que marcar algunas de sus ropas.

Cta 55 A sor Inés de Jesús

5-9 de julio de 1888

Gracias al cordero querido por haber hecho escuchar una vez más al corderito la música del cielo. El dulce céfiro ha agitado suavemente a la cañita...

Eran las 9 pasadas cuando la caña descubrió el papelito1. No lucía ya la luz de la tierra2, pero su corazón supo descifrar mejor que sus ojos la música de santa Cecilia, ¡y no perdió ni una sola palabra...!

Sí, yo deseo esas angustias del corazón, esos alfilerazos de los que habla el cordero. A la cañita no le importa en absoluto doblarse, no tiene miedo de romperse, pues ha sido plantada al borde de las aguas; en [] vez de quedarse allí en el suelo, cuando se dobla, sólo encuentra una onda bienhechora que la fortalece y le hace desear que una nueva tormenta vuelva a desatarse sobre su frágil cabeza. Toda su confianza reside en su debilidad, y no puede quebrarse porque, le ocurra lo que le ocurra, sólo quiere ver en ello la mano de Jesús...

A veces, a la caña, una débil ráfaga de viento puede resultarle más insoportable que las grandes tormentas; y entonces va a remojarse en su arroyo querido. Pero tampoco esas débiles ráfagas de viento consiguen que se doble demasiado hacia la tierra, son los alfilerazos...

Mas ningún sufrimiento es excesivo para conquistar la palma3...

NOTAS Cta 55

1 Un billete que sor Inés había deslizado bajo la puerta de la celda de Teresa.

2 Eran las 9 de la noche, hora solar.

3 La palma de santa Inés: cf Cta 54

Cta 56 A sor Inés de Jesús

11 de julio de 1888

¡Qué dicha volver a ver mañana el dulce rostro del cordero!1.

Pero el corderito suplica al cordero que no dé todavía el salto hacia el cielo. Si su sitio está ya preparado para él, que piense en el pobre corderito, que espere un poco más para que el corderito pueda saltar también, y entonces se irán los dos juntos a su patria. Sus corazones, que nunca pudieron saciarse en la tierra, irán a abrevarse en las mismas fuentes del amor.

¡Ah, el dulce festín! ¡Qué alegría ver a Dios2, ser juzgados por Aquel a quien [] hemos amado sobre todas las cosas3!

He soñado que el cordero volaría pronto hacia su patria, pero espero que se quede todavía un poco más en el exilio para guiar al pobre corderito...

NOTAS Cta 56

1 Durante los ejercicios espirituales, las hermanas llevaban el velo echado sobre el rostro, en señal de soledad, cuando estaban en comunidad.

2 El deseo de "ver a Dios", aunque menos acentuado que el deseo de amar, no está ausente ni es tampoco secundario en Teresa, como en ocasiones se ha querido deducir erróneamente de CA 15.5.7. Cf PN 5,5, y 13; 17,15; 18,54; 22,17; (23,3); 24,27; 33,2; 36,4; RP 3,12v (3f); 19 /; Ms C 4vº; Cta 95, 96, 186, 254.

3 SANTA TERESA DE JESUS, Camino de perfección, c. 42. [Así en la edición francesa. En realidad es C 40,8. N. del T.]

Cta 57 A Celina

Lunes, 23 de julio de 1888

J.M.J.T.

Sólo Jesús +

Querida hermana:

Tu Teresa ha comprendido toda tu alma; incluso ha leído mucho más de lo que le has escrito. He comprendido la tristeza del domingo, yo misma la he vivido toda entera... A medida que iba leyendo, me parecía que nos animaba la misma alma; entre nuestras almas hay algo tan sensible, que nos asemeja tanto... Siempre hemos estado juntas; nuestras alegrías, nuestras penas, todo ha sido común. Y siento que esto continúa en el Carmelo... Nunca, nunca jamás nos separaremos. ¿Sabes?, sólo el lirio amarillo1 habría podido alejarnos un poco. Te lo digo porque estoy segura de que tu lote será siempre un Lirio blanco, puesto que tú le has escogido y él te escogió a ti primero... ¿Comprendes el lenguaje de los lirios...?

[1vº] Alguna vez me he preguntado por qué Jesús me había escogido a mí la primera. Ahora lo comprendo: mira, tu alma es un lirio siempreviva2. Jesús puede hacer con él lo que quiera. Importa poco que esté en un lugar o en otro. Siempre será siempreviva. La tempestad no puede hacer caer el amarillo de los estambres en su blanco cáliz perfumado: Jesús lo ha hecho así. Él es libre, y nadie puede pedirle cuentas de por qué concede sus gracias a un alma en vez de a otra3.

Al lado de ese lirio Jesús colocó a otro, su compañero fiel4. Crecieron juntos, pero uno era siempreviva y el otro no lo era, y Jesús tuvo que coger su lirio antes de que se abriese la flor se entreabriera, para que los dos lirios fuesen para él... El uno era débil, el otro fuerte. Y Jesús cogió al débil y dejó al fuerte para que se embelleciese con un brillo nuevo... Jesús les pide TODO a sus dos lirios, no quiere dejarles nada más que su blanca vestidura... ¡TODO! ¿Comprende la siempreviva a su hermanita...?

[2rº] La vida, a menudo, resulta pesada. ¡Cuánta amargura, pero cuánta dulzura también! Sí, la vida cuesta, es duro comenzar un día de trabajo; tanto el débil capullo como el hermoso lirio lo han comprobado... ¡Y si al menos se sintiese a Jesús...! ¡Por él, todo se haría a gusto! Pero no, él parece estar a mil leguas, estamos solas con nosotras mismas. ¡Y qué enojosa resulta la compañía cuando no está Jesús!

¿Pero qué hace, entonces, este dulce amigo? ¿No ve nuestra angustia y el peso que nos oprime? ¿Dónde está? ¿Por qué no viene a consolarnos, puesto que no tenemos otro amigo?

Pero no..., él no está lejos. Está muy cerca y nos mira y nos mendiga esta tristeza, esta agonía... La necesita para las almas, para nuestra alma: ¡quiere darnos tan hermosa recompensa, es tan grande lo que él anhela para nosotras!

Pero ¿cómo podrá él decir un día: "Ahora me toca a mí"5 si aún no ha llegado nuestro turno, si todavía no le hemos dado nada? A él le cuesta mucho abrevarnos de [2vº] tristezas, pero sabe que ésa es la única forma de prepararnos a "conocerle como él se conoce y a convertirnos nosotras mismas en dioses". ¡Oh, qué destino! ¡Qué grande es nuestra alma...! Elevémonos por encima de lo que es pasajero, mantengámonos a distancia de la tierra. Allá arriba el aire es puro. Jesús se esconde, pero se le adivina... Derramando lágrimas, enjugamos las suyas, y la Santísima Virgen sonríe. ¡Pobre Madre! ¡Ha sufrido tanto por causa nuestra! Justo es que nosotros la consolemos un poco llorando y sufriendo con ella...

Esta mañana leí un pasaje del Evangelio donde se dice: "No he venido a traer paz, sino espada". No nos queda, pues, más que luchar. Cuando no tenemos fuerzas para ello, Jesús combate por nosotras... Pongamos juntas el hacha a la raíz del árbol...6.

¡Pobre borrador de Teresa! ¡Qué carta, qué confusión! Si hubiese podido decir todo lo que pienso, Celina [2vºtv] tendría lectura para rato...

Jesús es muy bueno al habernos concedido encontrar una madre como la que tenemos7. ¡Qué tesoro! Si la hubieses visto, hermanita, traerme tu carta esta mañana a las seis8...! Me emocionó...

Jesús te pide TODO, TODO, TODO, como se lo puede pedir a los más grandes santos.

Tu pobre hermanita,

Teresa del Niño Jesús

p.c.ind.

NOTAS Cta 57

1 "El lirio amarillo en nuestro lenguaje íntimo significaba el matrimonio", anota sor Genoveva.

2 "Siempreviva" ["immortelle" escribe Teresa: N. del T.]: flor simbólica que sor Inés de Jesús aplicaba a Celina. Esto explica que Teresa escriba "immortelle" en femenino, sin preocuparse de hacerlo concordar con "lis" [lirio, masculino: id.].

3 Cf Ms A 2rº/3rº.

4 La propia Teresa.

5 Cita de Arminjon, Fin du monde présent..., p. 290. Respuesta a Celina, que acaba de citar: "Ahora me toca a mí" (LC 86), frase que había encontrado en un cuaderno escolar en el que Teresa había copiado varios pensamientos de Arminjon en 1887. La lectura de ese libro ejerció un influjo considerable en Teresa adolescente (cf Ms A 47rº/; Cta 94, 107, 157, 169, todas ellas dirigidas a Celina). La cita de san Pablo [en 2vº] está también en Arminjon.

6 Cf Im I, 11, 4.

7 La madre María de Gonzaga.

8 Al terminar la oración de la mañana.

Cta 58 Al señor Martin

El Carmelo, 31 de julio de 1888

Mi querido Rey:

¡Si supieras cómo nos gustó tu carpa, tu monstruo! Hubo que retrasar la comida media hora. María del Sagrado Corazón hizo la salsa. Estaba delicioso, sabía a cocina de mundo. Era incluso mejor que la suntuosa cocina de Italia, lo cual no es poco decir, porque ¡vaya banquetes...! ¡Y vaya compañía! ¿Te acuerdas, [1vº] papaíto...? Pero no siempre es eso lo que abre el apetito, al menos a mí, pues nunca he comido tanto como desde que estoy en el Carmelo. Me siento totalmente en mi centro. Si la señorita Paulina1 estuviese ahí, diría que "he encontrado mi camino".

Tu Diamante no puede escribirte porque está de colada general, pero eso no le impide pensar en ti, papaíto querido; te abraza con todo su corazón, y tú sabes que el corazón de tu hija mayor no es precisamente pequeño.

Pienso en lo que tú tantas veces nos decías: "Vanidad de vanidades y todo vanidad2, vanidad de la vida que pasa", etc. Cuanto más vivo, más verdad me parece que todo es vanidad sobre la tierra.

[2rº] Siempre que pienso en ti, papaíto querido, pienso naturalmente en Dios, pues me parece imposible encontrar a alguien más santo que tú en la tierra.

Cuando pienso que dentro de ocho días hará cuatro meses que estoy en el Carmelo, no me lo puedo creer. Me parece que he estado siempre aquí, y por otra parte me parece que fue ayer cuando entré. ¡Cómo pasa todo...!

Cuanto más vivo, papaíto querido, más te quiero. No sé cómo puede ser eso, pero es la pura verdad; me pregunto lo que será al final de [2vº] mi vida...

Me siento muy orgullosa de mi título de Reina de Francia y de Navarra, y espero merecerlo siempre. Jesús, el Rey del cielo, al tomarme para sí, no me ha quitado a mi santo Rey de la tierra. ¡No!, si mi papaíto querido así lo quiere y no me encuentra demasiado indigna, yo seré siempre: la Reina de Papá.

La Perla fina te manda un abrazo muy fuerte.

Adiós y hasta pronto, mi querido Rey. Tu Reinecita,

Teresa del Niño Jesús

p.c.ind.

NOTAS Cta 58

1 Paulina Romet.

2 Im I, 1, 3.

Cta 59 Al señor Guérin

El Carmelo, 22 de agosto de 1888

Jesús + J.M.J.T.

Querido tío:

Acabamos de recibir una carta de nuestra tía donde nos cuenta todo lo que usted está pasando. Aunque lejos de usted, también su sobrinita comparte su dolor y quisiera estar cerca de su tío para consolarle; pero ¿qué podría hacer ella, en realidad...? No, es preferible que esté en el Carmelo; aquí, al menos, puede pedir todo lo que quiera al único que puede dar el consuelo, [1vº] que lo derrame abundantemente en el corazón de su querido tío.

El estado del señor David1 nos apena mucho. Comprendo, querido tío, cuánto deben estar sufriendo ustedes, pues no hay nada tan doloroso como ver sufrir a los que amamos. Sin embargo, doy gracias a Dios con todo el corazón por la gracia tan grande que ha tenido a bien conceder a esa hermosa alma. ¡Qué disposiciones para comparecer ante él! Es verdaderamente admirable. Todo lo que nos ha contado nuestra querida tía me ha llegado muy hondo.

Era imposible, tío, que Dios no le concediese a usted este consuelo después de todo lo que hace [2rº] por su gloria. ¡Qué hermosa me parece la corona que Dios le tiene reservada! No puede ser de otra manera, pues toda su vida no es más que una perpetua cruz, y Dios no obra así más que con los grandes santos.

¡Qué dicha pensar que en el cielo nos reuniremos para no separarnos ya más! Verdaderamente, sin esta esperanza la vida sería insoportable...

Querido tío, no sé lo que usted pensará de su pobre sobrinita, que deja correr la pluma sin pensar mucho en lo que dice; si su corazón pudiese escribir, DIRIA cosas muy distintas, pero se ve obligado a confiarse a esta fría pluma, [2vº] que no sabe expresar lo que él siente. Lo pongo en manos de mi ángel de la guarda, creo que un mensajero celestial cumplirá bien mi encargo; le envío al lado de mi tío querido para que vierta en su corazón tanto consuelo cuanto nuestra alma puede contener en este valle de lágrimas...

Adiós, querido tío. Le pido que salude de mi parte a la señora de Fournet, me asocio de corazón a su dolor. A usted le envío toda la ternura que encierra mi corazón, y continuaré rogando sin cesar por el señor David.

Su sobrinita, que quisiera disminuir un poco su dolor,

Teresa del Niño Jesús

p.c.ind.

NOTAS Cta 59

1 El señor David, primo carnal de la señora Journet, madre de la señora Guérin, estaba muy grave.