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ORACIÓN A CRISTO, SUMO
SACERDOTE Señor,
Jesucristo, nuestro magnifico y supremo Sacerdote. Por tu Muerte y
Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial,
mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu
Muerte y Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial,
mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu
Muerte y Resurrección por los sacramentos del Bautismo y Confirmación, para
unirnos en el ofrecimiento del sacrificio de Ti mismo por la participación de
tu Sacerdocio en Señor Jesucristo,
nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Amor y Vida que nos una a
ti, Sacerdote y Víctima, para que el plan de salvación para todos los pueblos
se establezca dentro de nosotros. Señor,
Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Sabiduría y
unión, que a todos nos unifique en tu Cuerpo Místico, Señor,
Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, tu cruz remedie nuestros males, tu
Resurrección nos renueve, tu Espíritu Santo nos santifique, tu Realeza nos
glorifique y nos redima tu Sacerdocio, para que podamos unirnos contigo como
tu lo estas con el Padre en el Espíritu Santo. Señor, Jesús,
reúnenos a todos en tu Persona –Víctima, Sacerdote, Rey – por el
banquete salvador de Oración ¡Oh Señor! Nos
has regalado este sagrado Banquete en el cual recibimos a Cristo, se renueva
la memoria de su Pasión, el alma se llena de gracia y nos es dada en prenda
la gloria futura. Nos has dado pan del cielo que contiene en sí todo deleite. Oremos: Oh Dios y
Padre nuestro, has designado Supremo Sacerdote a Jesucristo, para tu gloria y
nuestra salvación. Haz que el pueblo rescatado con su Sangre para Ti llegue a
participar del poder de tu Cruz y Resurrección por la celebración de su
Memorial en Oh
Jesús Tu nos has dejado el recuerdo vivo de tu Pasión oculto bajo los velos
de este Sacramento, concédenos te pedimos venerar de tal manera estos
sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre, que podamos siempre gozar de los
frutos de tu Redención. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
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