LA TRAICIÓN DE JUDAS

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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Evangelio según san Marcos 14:10-11

10 Judas Iscariote, uno de los Doce, se fue a los príncipes de los sacerdotes para entregarlo. 11 Ellos, al oírle, se alegraron y prometieron darle dinero, y buscaba ocasión oportuna para entregarle.

 

 

Comentarios incluyendo referencias a lo relatado en los Evangelios de san Mateo Mt 26:14-16; según san Lucas Lc 22:3-6 y según san Juan 13:21-30

El relato es breve y menos matizado que en san Mateo y san Lucas. Tal como está narrada la escena, parece que Judas va a los sanedritas a denunciarle, aunque, más que por celo, por ponerse a cubierto de los peligros por ser discípulo, y que ellos le “prometieron darle dinero.” En los otros relatos como el de san Mateo y san Lucas, fue una verdadera venta, llevándola al desprecio de fijarla en 30 siclos del templo, precio de la venta de un esclavo. Sobre los motivos que hayan podido influir definitivamente en Judas los evangelistas acusan la “avaricia”•. Judas, probablemente, pensaba en Cristo como un Mesías nacionalista. Algunos llegaron a pensar que hubiese pertenecido al partido de los  zelotes,” exaltados nacionalistas. Y que en él, al ver el giro del mesianismo espiritual de Cristo, hubiese cundido la desilusión. Y por prevenirse de haber sido discípulo, hubiese llegado a su traición. Ya de atrás, san Juan dice que andaba en malos pasos con relación a Cristo (Jn 6:70.71).

En evangelio de san Mateo leemos que uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?”. Perverso se llama a una persona que tiene mucha maldad, o que hace daño intencionadamente, ruin es la persona Vil, despreciable o con malas intenciones, ese es el carácter del traidor cuando hace la pregunta. Judas pregunta cuando me darán por traicionar y vender al Hijo de Dios, solo alguien dominado por Satanás puede hacer esa vileza.

Por eso Lucas, presenta la escena diciendo que entró Satanás en Judas. No es un caso de posesión diabólica, sino la obra por excelencia del enemigo de Jesús y su reino, que pone en juego los resortes para la lucha, utilizando un discípulo.

Los tres evangelistas destacan la culpabilidad de Judas, al destacar que fue él a ofrecerse a los jerarcas para entregar a Jesús. Mateo y Marcos presentan a Judas en escena, dirigiéndose solo “a los príncipes de los sacerdotes,” que eran los ex sumos sacerdotes, junto con el pontífice de entonces. Pero Lucas detalla que también trató, sin duda para el prendimiento de Jesús, con ”los guardianes” del templo — ¿antes? ¿después? —. Estos estaban reclutados entre los levitas, bajo el mando supremo de un sagán.

Los que buscaban la seguridad y la clandestinidad para prender a Jesús, se “alegraron,” al ofrecerles arteramente la entrega un discípulo, conocedor de los lugares de su refugio.

Pero la traición fue con trato comercial. Judas propuso que se le retribuyese de alguna manera la entrega (Mateo). En Marcos se dice más globalmente que “prometieron” darle dinero. Pero Lucas también insiste en lo de Mateo: “convinieron” las dos partes en una cantidad de dinero. Y ésta fue fijada en “treinta monedas de plata.” Que tenían que ser siclos del templo, ya que deberían ser repuestos luego en él (26:6).

El siclo (sheqel) del templo equivalía a unos 10 denarios aproximadamente.

El fijarse el precio de la venta en treinta siclos se debe, seguramente, a un acto más de desprecio a Jesús, ya que, según el Éxodo, se fija en “treinta siclos de plata” el precio que había de pagarse a un dueño por un esclavo que se hubiese inutilizado (Ex 21:32). En el profeta Zacarías se lee cómo el profeta, representando a Yahvé, renuncia a continuar apacentando el rebaño de Israel, y pide su salario. Y me dieron — dice — de salario “treinta siclos de plata” (Zac 11:12-13). Y manda arrojar ese precio por haberle tasado en un precio de esclavos.

Al evocarse sobre esta venta el pasaje de Zacarías, en el que los treinta siclos se los dan despectivamente a Yahvé, no puede menos de pensarse en la sugerencia que, por insinuación, se hace de la relación de Jesús-Dios.

Algunas veces he oído que se pensó si la precisión de este importe sería obra de Mateo o de la catequesis primitiva, por razón del simbolismo que encierra, sin que se quisiese precisar exactamente la cantidad. Sin embargo, la afirmación es muy firme. Y el desprecio de los sanedritas a Jesús así, muy lógico, lo mismo que el oportunismo de Judas, que estaba, más que por un provecho económico, en eximirse de responsabilidad ante los dirigentes judíos.

Hecho esto, Judas sólo buscaba cómo entregarle oportunamente, es decir, sin alboroto, para evitar posibles revueltas populares. Todo debió de quedar planeado para actuar al primer aviso de Judas, conocedor del lugar de retiro del Señor en Jerusalén aquellos días.

Relata el Evangelio de san Mateo  “Y, estando cenando, Jesús lanza la denuncia del traidor: “uno de vosotros me entregará.” La sorpresa fue profunda en todos. La nobleza de su alma les hacía ver su inocencia, pero la palabra del Señor, que siempre vieron se cumplía, les hizo temer sobre su futuro: llegaron a temer en un futuro de villanía.

Jesús, dice que lo entregaría uno que “mete la mano en el plato,” esto no significa que en aquel momento Judas coincidía con Jesús tomando de un plato de comer algún manjar, ya que en la cena pascual cada uno tenía el suyo, ni era fácil que sólo en aquel momento Judas coincidiese con Jesús en tomar algo de la bandeja común, en aquel mezclarse todos sin un ritual de turnos. Pero, en todo caso, el sentido no es ése, pues cuando Judas salió del Cenáculo, los apóstoles no sabían quién era el traidor (Juan). La frase sólo significa que uno que tiene gran familiaridad con El le va a entregar. Es el sentido en que Juan usa, para decir lo mismo, un salmo en sentido “típico”: “El que come conmigo mi pan, levantó contra mí su calcañal” (Sal 40:9).

Jesús, bien consciente de su misión y de su fin, denuncia que va a la muerte. Es algo que siempre quiere destacar Juan: la gran conciencia de Jesús. Pero la gravedad del crimen de Judas se anuncia: “más le valía no haber nacido.” La frase, que es usual no alude al castigo que Judas pueda tener en la otra vida, sino a la monstruosidad de vender a su Maestro, al Hijo de Dios.

Cuando los apóstoles le preguntaron cada uno si era él, también Judas lo hizo. Y Jesús se lo dijo, pero en voz baja, pues Pedro hará señas a Juan para que pregunte a Jesús quién es (Juan), y sólo a ellos se lo dirá. Pero ni aun así sabían ellos que la traición era inminente. La frase con que Jesús se lo denuncia: “Tú lo has dicho,” no es frecuente, aunque sí bíblica y extra bíblicamente conocida, y significa su uso una cierta solemnidad.

El complemento detallado de esta denuncia es la narración que de ella trae el evangelista San Juan (13:21-30). En cambio, Mateo-Marcos, que ponen esta denuncia antes del relato de la institución eucarística, parecen situarla en su contexto histórico, y que Judas no recibió la Eucaristía.

En Corintios 10,12, encontramos: “El que crea estar muy seguro, cuídese de nos caer”. ¿Seré yo Señor? Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: "¿Seré yo, Señor?". Los apóstoles no se sintieron seguros, la conciencia no los acusaba, sin embargo cada uno comenzó a preguntarse. Todos estamos en peligro de caer y talvez todos caeremos si no estamos atentos, vigilantes y en oración constante para ser oídos y merecer la ayuda y la gracia de Dios.

Jesús eligió en su momento a Judas como uno de sus discípulos, y este participo dentro del grupo de los más leales. Traición es la acción y el comportamiento que quebranta y rompe la lealtad que se debía tener. Como cristiano, tenemos un compromiso con Cristo, ser como él, y cada vez que no lo somos, estamos faltando a su confianza en nosotros.

Es bueno recordar que el ideal de Dios, es que seamos hombres buenos, como su Hijo Jesucristo.

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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