“ESTAMOS BIEN EL
REFUGIO LOS LOS 33 MINEROS
REGRESAN A La fe en el
rescate de los mineros de ¿Cuantas cosas pueden hacerse con fe?, no se cuantas, pero si estoy seguro que son
mucho más de las que podemos imaginar. Para mí como creyente, la fe en Dios
me hace tener temor de El y me llama a la obediencia incondicional y a la
fidelidad a El. Y para mí Dios es todo, en especial por que me es fácil
reconocer su amor, entonces le tengo confianza y en El pongo todos mis
anhelos y esperanzas y mi oración constante. La plena confianza en Dios, con los medios humanos que sea necesario
poner en cada situación, como los que se utilizaron en el rescate a los
mineros Mina San José, nos da a los que tenemos fe en Dios, una especial fortaleza
y una personal serenidad ante los acontecimientos y tribulaciones. En efecto,
cuando nos encontremos en las situaciones más difíciles y veamos que la
felicidad parece que se nos escapa, nuestra fe en Dios, nos traerá la
fortaleza para salir adelante y nos entregara la paciencia para esperar y
confiar que la alegría estará en nuestros corazones. No obstante, a Dios hay que tenerle paciencia y nuestra oración debe
ser perseverante, como enseña también san Pablo, “orad siempre” o “no perdáis ánimos”. Y también como
recomienda Santa Teresa de Jesús (Libro Fundaciones):”Si tenéis confianza en
Él y ánimos animosos, que es muy amigo Su Majestad (El Señor) de esto, no
hayáis miedo que os falte nada”. El Señor vela por los suyos, aun cuando
parece que duerme. En consecuencia, la eficacia de la oración esta garantizada por el
lado de Dios, pues la súplica se encuentra con un Padre infinitamente amoroso
que siempre escucha a sus hijos, atiende a sus necesidades y acude en su
socorro. Pero del lado nuestro requiere una fe firme y sencilla, que suplica
sin vacilar, convencida de que lo que pide ya está concedido (Mc 11,24). Es esta fe la que hace orar con insistencia –“clamando
día y noche”– y con perseverancia –“siempre sin desanimarse”–, aunque a veces
parezca que Dios no escucha, con la certeza de que “el auxilio me viene del
Señor”. Que hermoso ha sido conocer la fe de los
mineros como de su familia que los esperaba en la superficie. Que preciosidad
de fe en todos aquellos que ayudan al rescate en el campamento Esperanza de Esta actitud es la que les ha permitido
recibir el regalo de la vida que les ha hecho Dios. La adhesión al amor de
Dios, sólo es posible a la confianza. Hermosísima es Fructífero diálogo de los hombres a través
de la oración, diálogo intimo de amistad con quien nos ama como nos enseña
Santa Teresa de Jesús, dialogo íntimo que se establece entre Dios y tú en la
oración, como lo que expresa el Apocalipsis: "Mira que estoy a la puerta
y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y
cenaré con él y él conmigo" (Ap 3, 20). Pero también hubo muchos días de incredulidad,
esa tentación continua del hombre que se cree que es más ilustrados que los
demás porque reta a los hombres a reflexionar sobre la fuerza de su fe.
Frente a los prodigios siempre nuevos del amor de Dios, sustraído a todo
control y verificación, el creyente se ve situado todos los días ante el
dilema: fiarse únicamente de Dios o caer en la incredulidad, que se convierte
en la raíz de toda soberbia. La incredulidad es no tomar a Dios como apoyo,
haciéndose díscolo y rebelde. Es lamentable, pero los hay de esos que
consideran a Dios incapaz de comprender y de liberar al hombre en sus
necesidades. Por cierto creer es un acto libre, es un querer creer, y la
incredulidad, más que distinguir en grupos sociales, pasa por dentro de cada
persona, está siempre oscilando en sus fronteras, pero siempre tendrá el
camino abierto para reconocer los milagros como sucesos de una densidad
excepcional, como signos que revelan quien es Dios, quien tiene las legitimas
atribuciones de hacer prodigios y maravillas, manifestando una intervención
transcendente de Dios, que escondido a los ojos humanos da a conocer su poder
y su santidad. Demos gracias nuevamente a Dios, por traer
alegría, alivio y paz a los mineros y sus familias, como también lo ha hecho
a Chile mi país, que no ha estado exento de otras tragedias durante este año,
pero que tiene una gran confianza en el amor de Dios. Unidos
en la oración El
Señor le Bendiga Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant ocds |