Cardenal John Henry Newman

Todo está listo en Birmingham, (Inglaterra) para la beatificación del cardenal John Henry Newman. El 19 de septiembre, el Papa Benedicto XVI, saliéndose de esquema instituido por él, donde las beatificaciones son celebradas por un representante vaticano, estará en el lugar donde el ex anglicano y convertido al catolicismo, fundó el Oratorio y concluyó su vida.

 

 

1          Visita al Oratorio del Cardenal John Henry Newman

Hace unos 15 años atrás, un amigo me regalo un pequeña librito dedicado al Cardenal Newman, entonces me interesé por saber algo de su vida y su obra, sus sermones, sus poesía. Ciertamente fue grande mis entusiasmo, entonces fue que en un viaje de peregrinación por Europa en noviembre de 2008, incluí una visita al Oratorio de Birmingham sin muchas pretensiones, no obstante la providencia me regaló aún más cosas, de los cuales estoy muy agradecido.

En el Oratorio, se rezaba y con optimismo se esperaba el anuncio de de la beatificación, allí me recibió el Padre Gregory,  un octogenario sacerdote que estaba a cargo del que  fue su dormitorio, su biblioteca privada y el oratorio privado del Cardenal Newman. Luego de una hermosa conversación y con la traducción del inglés al español por mi hija Catalina, el Padre Gregory, hombre amabilísimo, me contó por largas horas, bellamente todo lo que sabía del Cardenal Newman, después de la lectura de algunos escrito del Cardenal, meditación, oración e instantes de contemplación, me confidenció que no estaba permitido por esa fechas el ingreso a esos lugares, y que estaban reservado para ser visitados después de la beatificación, salvo si lo pedía alguna eminencia, o por alguna petición especial de la Iglesia, sin embargo el me abriría todas las puerta, ya que había venido de tan lejos y además porque nuestra conversación había sido de  mucho interés y comunión con él. El Señor le pague todas las atenciones que me entregó durante mi estadía en el Oratorio, la Misa en la cual participé y los regalos que entrego antes de retirarme.

Puerta de entrada al Oratorio, al interior esta el templo y la residencia de los Padres

El Padre Gregory me lleva al Oratorio privado de cardenal Newman

Un momento de oración junto a las reliquias del Cardenal Newman, traídas hace pocos días antes

Detalle de las pocas cosas que encontraron en su tumba, entre otras cosas, su crucifico

En oración en su oratorio privado en el mismo reclinatorio que utilizo el Cardenal

El Cuadro del Fondo es de san Felipe Neri, al costado quienes fueron sus mejores amigos

Biblioteca Personal que fue del Cardenal, dentro de sus libros, están los de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Jesús

El Padre Gregory, me pide que deje una nota de mi visita y una oración por la Beatificación en el Libro de Oro, que esta lleno de notas de personas muy ilustres. Fue un verdadero honor.

La Biblioteca Principal del Oratory, con muchos libros que fueron consultados por el Cardenal

La Biblia que leía el Cardenal Newman, con sus notas al margen.

 

2          Papa Juan Pablo II

Juan Pablo II en la Encíclica Fides et Ratio, acápite 74. escribe señalando a grandes teólogos cristianos que destacaron también como grandes filósofos, y menciona a san Gregorio Nacianceno y san Agustín, como para los Doctores medievales, entre los cuales destaca la gran tríada de san Anselmo, san Buenaventura y santo Tomás de Aquino, finalmente escribe: “La fecunda relación entre filosofía y palabra de Dios se manifiesta también en la decidida búsqueda realizada por pensadores más recientes, entre los cuales deseo mencionar, por lo que se refiere al ámbito occidental, a personalidades como John Henry Newman, Antonio Rosmini, Jacques Maritain, Étienne Gilson, Edith Stein…..”

3          Papa Benedicto XVI

Todas las noticias nos muestra al Papa Benedicto XVI como muy interesado en estar allí con motivo de esta beatificación. En una declaración, Ian Ker, profesor de teología en la Universidad de Oxford y autor de “John Henry Newman: a biography”, comenta “han sido muchos los Papas que han deseado canonizar a Newman porque lo consideran una persona que ha dado la bienvenida a la modernización pero permaneciendo fiel a la autoridad de la iglesia”. Es así como el Papa Benedicto XVI ha dado una importante aceleración al proceso de beatificación.

4          El Apostolado de los Laicos

El Concilio Vaticano II, reconoce la gran trascendencia y amplitud del apostolado de los laicos, (cf. LG 33): “Los laicos congregados en el Pueblo de Dios e integrados en el único Cuerpo de Cristo bajo una sola Cabeza, cualesquiera que sean, están llamados, fuera de miembros vivos, a contribuir con todas sus fuerzas, las recibidas por el beneficio del Creador y las otorgadas por la gracia del Redentor, al crecimiento de la Iglesia y a su continua santificación……. los laicos también puede ser llamados de diversos modos a una colaboración más inmediata con el apostolado de la Jerarquía, al igual que aquellos hombres y mujeres que ayudaban al apóstol Pablo en la evangelización, trabajando mucho en el Señor (cf. Flp 4,3; Rm 16,3ss)…..”

Y así es como en estos últimos años, sobre todo después del Concilio, han surgido por obra del Espíritu Santo numerosos institutos y movimientos eclesiales con un fuerte componente laical. Según la exhortación apostólica Christifideles Laici, el Papa Juan Pablo II los considera como uno de los signos más esperanzadores en la actual situación de la Iglesia.

No obstante lo anterior, aún en la mente de algunos persiste la idea que los fieles laicos son considerados en la práctica como cristianos de segunda categoría, menos perfectos que los sacerdotes y religiosos.

Newman, con la mirada puesta en la Iglesia primitiva, comprendió bien que también los seglares estaban llamados a la santidad y que su función en la Iglesia era de extrema importancia. Por ello dedicó gran parte de su trabajo apostólico a la promoción del laicado, sobre todo a través de una mejora de su formación. En el libro Los arrianos del siglo IV, Newman muestran en algunos importantes párrafos la importancia del apostolado de los laicos y que este no solo se restringe al campo de las relaciones interpersonales.

5          Biografía

Hoy recién se comienza a difundir los aspectos de la vida y las obras de Newman, con motivo de su beatificación, les envío un resumen de biografía, tomada del libro Vida y pensamiento del cardenal Newman escritas por Dessain, Charles Stephen, Ediciones Paulinas, Madrid, 1990.

 

I.      Los primeros años (1801-1833).

John Henry Newman nació el 21 de febrero de 1801 en el centro de Londres, en el seno de una familia anglicana acomodada. Fue el mayor de seis hermanos. Su padre era un banquero, bastante liberal en materia religiosa. Su madre, de antepasados hugonotes, lo educó desde niño en el gusto por la lectura de la Biblia. Sin embargo, aunque conocía muy bien su Biblia y su catecismo anglicano, hasta los quince años no tuvo convicciones religiosas precisas. De niño y de adolescente era imaginativo y algo supersticioso. Desde 1808 hasta 1816 asistió al colegio privado de Ealing, donde se destacó como alumno brillante. Hacia 1815 pensaba que le gustaría ser virtuoso, pero no religioso, y no veía el sentido de amar a Dios. Por esa época tuvo una crisis de fe producida por la lectura de algunos autores incrédulos del siglo XVIII. Entonces ocurrió el hecho decisivo de su vida: su primera conversión. Él mismo la describe así:

"A mis quince años (en el otoño de 1816) un gran cambio hubo lugar en mi pensamiento. Caí bajo la influencia de un credo definido y recibí en mi inteligencia impresiones de lo que es un dogma que, por la misericordia de Dios, nunca se han borrado ni oscurecido" (Apología pro vita sua, 5).

En marzo de 1816 el banco del padre de Newman hizo suspensión de pagos y posteriormente cerró, terminando así la prosperidad de la familia Newman. Entretanto John sufrió una grave enfermedad, por lo cual se le permitió permanecer en el colegio durante las vacaciones de verano. También permaneció entonces en el colegio el reverendo Walter Mayers, quien fue el instrumento humano para el comienzo de la fe divina en Newman. Más que las palabras y el ejemplo de Mayers, influyeron en Newman los libros calvinistas que él puso en sus manos. El escritor que más lo impresionó fue Thomas Scott. Éste, partiendo del deísmo y el unitarismo, después de un largo proceso de búsqueda ardiente de la verdad, llegó al cristianismo en su forma calvinista más moderada. La lectura de sus obras imprimió profundamente en el alma de Newman la fe en las doctrinas de la Santísima Trinidad, la Encarnación y la Redención. Otros dos libros que leyó poco después produjeron en él tendencias contrarias: Milner lo hizo enamorarse de los Padres de la Iglesia, mientras que Newton lo convenció firmemente de que el Papa era el Anticristo predicho por San Pablo y San Juan.

Esta primera conversión introdujo a Newman en la tendencia evangélica dentro del anglicanismo y lo impulsó a estudiar a fondo la religión revelada y a aceptar el ideal de santidad según el Evangelio. Poco después llegó a discernir que era la voluntad de Dios que se mantuviera célibe de por vida.

En octubre de 1817 ingresó en el Trinity College de Oxford. En ese entonces sólo los anglicanos podían estudiar o enseñar en la Universidad de Oxford. En noviembre de 1817 Newman celebró su primera comunión en la capilla del colegio. En 1820 se graduó como Bachelor of Arts. El 12 de abril de 1822 fue elegido "miembro" del Oriel College, centro universitario de Oxford que se hallaba en la cumbre de su fama intelectual.

El 13 de junio de 1824 Newman fue ordenado diácono. Entonces asumió la responsabilidad pastoral sobre las almas, a la que fueron dirigidas todas sus empresas. Poco después fue nombrado coadjutor de una parroquia pobre de Oxford (San Clemente). Por esos tiempos empezaron a desaparecer las doctrinas protestantes de Newman. Durante los años siguientes, Newman fue recuperando lentamente el conjunto casi completo de las verdades de la religión revelada. Edward Hawkins, párroco de Santa María, le enseñó a aceptar la doctrina de la regeneración bautismal y la necesidad de la tradición eclesial para interpretar la Biblia. La lectura de una obra del obispo Butler le enseñó la doctrina de la Iglesia visible, oráculo de la verdad y modelo de santidad, los deberes de la religión exterior y el carácter histórico de la revelación.

En 1826 Newman fue promovido al puesto de tutor oficial en el colegio Oriel. Allí se hizo amigo de Richard Hurrell Froude, por medio del cual entró en contacto con las creencias de la High Church, es decir la tendencia católica dentro del anglicanismo, muy minoritaria en ese entonces. Gracias a la influencia de Froude, Newman poco a poco se alejó de la reforma protestante y comenzó a mirar con simpatía a la Iglesia de Roma. Froude también enseñó a Newman a creer en la presencia real de Cristo en la eucaristía, a tener devoción a la santísima Virgen y a aceptar la doctrina de la sucesión apostólica.

Newman había estudiado a fondo la sagrada Escritura y sabía de memoria gran parte de la misma. En 1828 empezó a leer las obras de los Padres de la Iglesia, por orden cronológico. Entonces se le abrió el otro gran receptáculo del tesoro de la revelación.

En enero de 1828 Newman fue nombrado párroco de la iglesia universitaria de Santa María. La parroquia abarcaba también la humilde aldea de Littlemore. Newman fue un predicador extraordinario. Sus sermones, sumamente prácticos e intensamente dogmáticos, tuvieron un profundo influjo en muchos estudiantes de la Universidad y posteriormente en un sector importante de la clase dirigente e instruida. De los aproximadamente seiscientos sermones que Newman escribió como anglicano, bastante más de la mitad fueron predicados antes de 1833. Hasta fines de 1832 Newman predicó además varios sermones oficiales en la universidad.

En 1833 publicó su primer libro, titulado "Los arrianos del siglo IV". Contiene una de las mejores presentaciones en inglés de la doctrina de la Santísima Trinidad.

II.      Líder del Movimiento de Oxford (1833-1841).

Mientras Newman estaba recuperando el credo católico en la Inglaterra protestante, iban en aumento los ataques de los liberales y secularistas contra el mismo y contra la Iglesia de Inglaterra.

Agotado por el exceso de trabajo, Newman se dejó persuadir para acompañar a Hurrel Froude y su padre en un viaje por el sur de Europa. Partieron en diciembre de 1832. Durante este viaje Newman escribió la mayor parte de su poesía (la "Lira Apostólica"). En ella se muestra convencido de los graves males que amenazaban a la Iglesia de Inglaterra y de la rigurosa necesidad de reformarla. En abril de 1833 Newman enfermó gravemente en Sicilia, pero confiaba en que no moriría, porque Dios le reservaba una tarea en Inglaterra. Regresó a casa de su madre el martes 9 de julio de 1833. Al domingo siguiente John Keble predicó desde el púlpito de Santa María el "sermón de los jueces" sobre la apostasía nacional, que Newman consideró como el comienzo del Movimiento de Oxford.

El pequeño grupo de seguidores de la Iglesia Alta se movilizó rápidamente. Su primer objetivo era defender la libertad de la Iglesia respecto al Estado, basándola en el origen apostólico de la autoridad eclesiástica. Newman propuso a Keble y a Froude asociarse para publicar folletos. Keble y Froude lo apoyaron. Estos "folletos de actualidad" (Tracts for the Times) eran breves artículos en defensa de la independencia de la Iglesia. Al final del año habían aparecido veinte tracts, once de los cuales escritos por Newman. En los últimos días de 1833 se unió al movimiento el prestigioso doctor Pusey. Pronto los tracts se vendieron en grandes cantidades. Newman dedicó gran parte de sus energías al movimiento que estaba en marcha. Asistía a reuniones y asambleas de todo tipo, cenas y veladas, y mantenía abundante correspondencia.

En marzo de 1834 Newman publicó el primer volumen de sus "Sermones parroquiales", una selección de sermones predicados en Santa María. Entonces su nombre comenzó a sonar más allá de los círculos de Oxford. En los años 1834- 1843 publicó en total ocho volúmenes de "Sermones parroquiales y sencillos".

El propio Newman resume así los tres principios básicos de sus ideas religiosas hacia 1833:

"El primero era el principio del dogma. Mi batalla era contra el liberalismo; y por liberalismo entiendo el principio antidogmático y sus consecuencias... Desde los quince años, el dogma ha sido el principio fundamental de mi religión. No conozco otra; no puedo hacerme a la idea de otra especie de religión; la religión como mero sentimiento es para mí un sueño y una burla. Sería como haber amor filial sin la realidad de un padre, o devoción sin la realidad de un ser supremo...

En segundo lugar, yo tenía confianza en la verdad de cierta enseñanza religiosa definida, basada sobre los cimientos del dogma, a saber: que hay una Iglesia visible, con sacramentos y ritos que son los canales de la gracia invisible...

En cuanto al tercer punto,... -mi opinión [negativa] sobre la Iglesia de Roma-..." (Apologia pro vita sua, 42-45).

Newman mantuvo durante toda su vida una firme adhesión a sus dos primeros principios (el dogma y el sistema sacramental). Por el contrario, su tercer principio (la oposición a la Iglesia de Roma) se fue diluyendo gradualmente, hasta que renunció a él completamente en 1845. Al ir recuperando el ciclo completo de las verdades cristianas, Newman dio la impresión de estar difundiendo la doctrina de la Iglesia de Roma. Por eso fue acusado de "papismo", la acusación más nociva que podía formularse en la Inglaterra de esa época. Teniendo esto en cuenta, Newman dedicó tres tracts a la cuestión de la Iglesia romana. En ellos sostuvo que la Iglesia anglicana estaba situada en la Via media entre los reformadores protestantes y los seguidores de Roma, que la única Iglesia visible se había dividido en tres ramas, la griega, la romana y la anglicana, y que la verdad revelada debía hallarse íntegra antes de la división, en la doctrina de la antigüedad. El propio Newman señalaba la grave dificultad de su teoría: Hasta entonces la Via media sólo había existido en el papel, pero nunca había sido puesta en práctica.

Hurrell Froude murió el 28 de febrero de 1836. Newman y Keble publicaron en 1838 los "Retazos de Richard Hurrell Froude", extractos de sus diarios personales y sus cartas. Newman creía que los papeles de Froude mostraban que las opiniones católicas estaban inseparablemente vinculadas con las nociones más elevadas de santificación interior, de una vida y un corazón renovados. El protestantismo inglés se escandalizó y endureció su oposición a los "tractarianos".

En 1839 Newman presintió por primera vez que después de todo la Iglesia de Roma podía tener razón en su controversia con la Iglesia anglicana. Al estudiar las historias de los monofisitas y los donatistas entrevió que la Iglesia de Roma era igual a la Iglesia de los Padres. Sin embargo ese pensamiento se desvaneció y sus antiguas convicciones permanecieron como antes.

En 1840 Newman publicó "La Iglesia de los Padres", compilación de artículos anteriores, en los que intentaba presentar la atmósfera, sentimientos y costumbres de la Iglesia primitiva. De 1838 a 1841 dirigió la revista mensual British Critic y la convirtió en un órgano eficaz del movimiento tractariano.

Entretanto muchos tractarianos comenzaron a inclinarse hacia Roma. Para mantenerlos dentro de la Iglesia anglicana, mostrándoles que era genuinamente católica, Newman escribió el Tract 90. Éste, el último y más famoso de los Tracts for the Times, fue publicado el 27 de febrero de 1841. Su objetivo era demostrar que los "Treinta y nueve artículos" anglicanos podían ser interpretados de modo que fuesen compatibles con la doctrina católica. La reacción protestante fue muy fuerte. En Oxford la junta de directores de colegios condenó a Newman por desleal. Newman fue objeto de mucha maledicencia por parte de los liberales de Oxford y de la tendencia evangélica en general.

Durante el verano de 1841, cuando Newman se encontraba en Littlemore traduciendo los tratados de San Atanasio contra Arrio, la historia de los arrianos se le apareció bajo una nueva luz: Los arrianos eran como los protestantes, los semiarrianos seguían la Via media como los anglicanos y de nuevo Roma era ahora lo que fue entonces. Poco después vino sobre Newman un segundo golpe. Uno tras otro los obispos anglicanos comenzaron a acusarlo y a rechazar el Tract 90; y continuaron haciéndolo durante los siguientes tres años. En octubre de 1841 un tercer golpe sacudió la fe de Newman en la Iglesia anglicana: la creación de un obispado anglicano en Jerusalén, con jurisdicción sobre las congregaciones luteranas y calvinistas. En noviembre de ese año Newman redactó una protesta solemne contra dicha medida y la envió al arzobispo de Canterbury y a su propio obispo.

III.      La conversión al catolicismo (1841-1845).

A fines de 1841 Newman decidió vivir retirado en Littlemore. Así evitaría actuar como líder de un sector opuesto a los obispos, y en una atmósfera de oración y penitencia podría reflexionar sobre los problemas que lo preocupaban. Puesto que se requería la firma de los "Treinta y nueve artículos" a todos los que ocupaban un cargo en la Iglesia de Inglaterra, y su interpretación de los mismos había sido rechazada, se proponía reducirse gradualmente a la forma de vida laical.

En octubre de 1842 se quedó definitivamente en Littlemore, acompañado por discípulos o visitantes durante períodos más o menos largos. El sistema de vida allí era libre, pero resultó una especie de punto de partida de la vida religiosa regular dentro de la Iglesia anglicana. Newman dedicaba cada día cuatro horas y media a la oración y nueve al estudio y el trabajo de traducción.

La mayor dificultad que encontraba Newman en el catolicismo era el culto tributado a la Virgen María y a los santos. La lectura de los Sermones de San Alfonso de Ligorio, uno de los libros que le regaló el doctor Russell (un amigo católico), le ayudó a comenzar a superar esa dificultad. Poco después el estudio de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola le mostró que la Iglesia católica no permite que entre el alma y su Creador se interponga nada. En todas las cosas entre el hombre y Dios se trata de un cara a cara, del solus cum solo.

A fines de 1842 Newman dedicó su atención al tema del desarrollo de la doctrina cristiana. Percibía que todas las ideas cristianas (la Sagrada Eucaristía, la Santísima Virgen, etc.) habían crecido con el transcurso del tiempo, manteniéndose sin embargo la individualidad de la doctrina católica. Las "añadiduras romanas" podían ser vistas como desarrollos originados por una realización intensa y penetrante del depósito divino de la fe.

En febrero de 1843 Newman se retractó formalmente de todas las cosas duras que había dicho contra la Iglesia de Roma. En septiembre de ese año predicó su último sermón como anglicano y presentó renuncia a su puesto eclesiástico. Sentía un intenso dolor por la angustia que su itinerario espiritual producía en sus muchos amigos anglicanos.

La virtual condenación del tract 90 había iniciado lo que después se transformó en una gran oleada de conversiones a la Iglesia Católica. Convertirse al catolicismo en la Inglaterra de mediados del siglo XIX tenía consecuencias sociales muy graves. Los católicos sufrían fuertes discriminaciones y tenían sus derechos civiles recortados. La misma Iglesia Católica, tal como existía en concreto, le parecía a Newman poco atractiva. Sólo lo empujó a ella un estado de certeza inquebrantable.

A comienzos de 1845 Newman comenzó a escribir su "Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina". Si al final de su labor sus convicciones favorables a la Iglesia de Roma permanecían, debería actuar conforme a ellas. Trabajó firmemente hasta octubre. Según fue avanzando, sus dificultades se aclaraban. Antes de terminar el libro quedó convencido de que la Iglesia romana era idéntica a la Iglesia de la antiguëdad. Por consiguiente resolvió entrar en la Iglesia Católica y el libro quedó inconcluso.

Abandonar el anglicanismo fue extremadamente doloroso para Newman. Implicaba dejar las cosas que amaba, romper con la mayoría de sus amigos e incluso con su propia familia. Pusey continuó escribiéndole, pero Keble, Church y muchos otros se mantuvieron alejados de Newman durante veinte años.

IV.      En la Iglesia católica (1845-1890).

Newman fue recibido en la Iglesia católica por el Padre Domingo Barberi, pasionista italiano, en Littlemore, el 9 de octubre de 1845. Dos amigos de Newman entraron en la Iglesia Católica junto con él, un número considerable lo había precedido, y en los años siguientes varios centenares de hombres instruidos y relacionados con la Universidad siguieron su ejemplo.

Al hacerse católico, Newman no sintió ningún cambio en su espíritu, salvo la paz y la felicidad que lo acompañaron desde entonces. No obstante, poco después experimentó un gran cambio en su manera de ver a la Iglesia anglicana: al mirarla desde fuera, la vio espontáneamente como una mera institución nacional, aunque nunca la despreció (cf. Apologia pro vita sua, 257-259).

Después de su conversión al catolicismo, Newman empezó una segunda vida. Respondiendo a un llamado del Cardenal Wiseman, el 23 de febrero de 1846 dejó Oxford y se estableció en Oscott, en las afueras de Birmingham. No volvió a ver su querida universidad durante 32 años. En Oscott reunió a algunos de los convertidos que habían vivido con él en Littlemore y en septiembre partió para Roma junto a uno de ellos, Ambrose Saint John.

En Roma estudiaron teología en el colegio de la congregación Propaganda Fide. Por ese entonces Newman tuvo que clarificar su vocación y la del pequeño grupo que lo seguía. Reflexionó sobre su entrada en diversas órdenes religiosas, pero finalmente se decidió por el oratorio de San Felipe Neri. En la Roma del siglo XVI San Felipe no fundó una nueva orden religiosa, sino un grupo de sacerdotes seculares que vivían en común sin emitir votos y con el único vínculo de la caridad fraterna. Newman sintió enseguida el atractivo de San Felipe, que le recordaba a Keble por muchas razones.

El Papa Pío IX dio a Newman autoridad para establecer oratorios en Inglaterra y para ello le permitió adaptar la regla de San Felipe. Newman, después de estudiar intensivamente la historia de San Felipe y su instituto, se dedicó a realizar fielmente la idea de San Felipe en circunstancias muy distintas.

El Oratorio fue el marco en que se desarrolló el resto de la larga vida de Newman. Como ha sucedido muy a menudo con los fundadores, por él le vinieron algunas de sus pruebas más duras. Aunque esperaba fundar muchos oratorios, Newman sólo consiguió fundar dos: El primero en Birmingham (en 1848) y el segundo en Londres (en 1849). Esta segunda casa quedó a cargo de Frederick Faber, un convertido exuberante. Muchos de los convertidos se volvieron extremistas ("ultramontanos") y comenzaron a menospreciar a Newman por su moderación, considerándolo sólo católico a medias. Este fenómeno produjo mucha tensión entre los dos oratorios. Finalmente en 1855 se produjo la ruptura entre ambos.

Mientras servía a los pobres de Birmingham, Newman escribió y predicó su primer volumen de sermones católicos, "Discursos de misión a asambleas interconfesionales" (publicado en 1849). En el verano de 1850 pronunció una serie de conferencias en el oratorio de Londres, que fue publicada bajo el título "Ciertas dificultades que perciben los anglicanos en la doctrina católica".

En octubre de 1850 la instauración de una jerarquía territorial católica en Inglaterra hizo estallar una furiosa agitación protestante contra esa supuesta "agresión papal". Newman impulsó un plan para que se dieran conferencias a cargo de laicos en las ciudades grandes, en defensa de esa medida eclesiástica. El propio Newman colaboró en Birmingham, escribiendo una de sus mejores obras, las "Conferencias sobre la situación actual de los católicos en Inglaterra". Como consecuencia de esas conferencias, Newman fue demandado por difamación por el ex dominico Giacinto Achilli, quien había cometido delitos de seducción de mujeres y cautivaba a sus auditorios ingleses con relatos de las corrupciones de Roma y las crueldades de la Inquisición. Los jueces y el jurado se dejaron llevar por sus prejuicios protestantes, por lo cual Newman fue declarado culpable de difamación y multado con cien libras. A los ojos del pueblo inglés su prestigio quedó bastante rebajado.

En medio de estos desvelos, los obispos irlandeses pidieron a Newman que fundara una universidad católica en Dublín. Era una gran oportunidad para servir a la educación superior del laicado, objetivo de gran importancia para Newman. En 1852 Newman pronunció diez discursos en Dublín sobre la naturaleza y objetivo de la educación universitaria, los cuales fueron publicados como primera parte de su obra "Idea de una universidad". Newman sostenía que apartar la teología de las universidades era menoscabar la plenitud e invalidar el crédito de todo aquello que se enseñaba en ellas. Sin embargo la nueva universidad debía tener autonomía. Su objetivo (la educación liberal) no quedaba modificado por ser católica.

Newman inauguró la universidad el 3 de noviembre de 1854, con un equipo de profesores de primera categoría y un puñado de estudiantes. La desconfianza que el arzobispo de Dublín (Cullen) sentía hacia Newman obstaculizó mucho la labor de este último, quien finalmente renunció al rectorado en noviembre de 1858.

En mayo de 1859 Newman fundó la escuela del Oratorio. Su ejemplo y competencia elevó el nivel de las demás escuelas católicas del país. A petición de los obispos ingleses, Newman trabajó mucho para preparar una nueva traducción de la Biblia, pero los obispos abandonaron el proyecto más tarde. También en 1859 Newman, a pedido de su obispo de Birmingham (Ullathorne) y del Cardenal Wiseman, aceptó asumir la dirección del Rambler, revista literaria que defendía la causa católica. Un mes después de la aparición del primer número, el obispo Ullathorne le pidió la renuncia por sus expresiones sobre la consulta a los fieles laicos en materia doctrinal. Newman fue acusado de herejía en Roma. Una carta de Propaganda Fide a Newman no fue entregada a éste. En Roma se pensó que Newman no quería responderla, lo que creó una mala impresión de él. Newman también sufrió por sus opiniones sobre el poder temporal del Papa: consideraba su poder temporal como algo completamente aparte de su poder espiritual.

Todos estos contratiempos llevaron a Newman a no escribir nada durante cinco años (de 1859 a 1864). Todo lo movía a quedarse callado. Entonces, de modo inesperado, recuperó su capacidad de acción. Charles Kingsley, un novelista famoso, introdujo sin necesidad en una recensión bibliográfica una calumnia contra la veracidad del Padre Newman y el clero católico. Muchos ingleses creían que Newman había dirigido un movimiento católico secreto para socavar a la Iglesia de Inglaterra cuando aún era miembro de la misma. Ahora Newman tenía la oportunidad de defenderse de esta acusación. El resultado fue la Apologia pro vita sua, que apareció en fragmentos semanales de abril a junio de 1864. Newman expuso sin reservas los motivos profundos de su vida al escrutinio de los demás. La franqueza de su relato hizo mella en los ingleses, que en general quedaron convencidos de su integridad.

Apenas terminada la Apología, el obispo Ullathorne ofreció a Newman la dirección de la misión de Oxford. Una conspiración de los católicos enemigos de Newman impidió la instalación de un oratorio allí.

En 1866 Newman publicó su Carta a Pusey con motivo de su Eirenicon, donde distinguía el catolicismo del extremismo, que consistía en la exageración de la infalibilidad papal y otras doctrinas católicas. Antes del Concilio Vaticano I se sugirió desde Roma que Newman podía ser consultor de una de las comisiones preparatorias, pero Newman declinó el ofrecimiento. La forma final de la definición dogmática de la infalibilidad papal fue moderada y fue aceptada por casi todos los católicos. En 1874 el primer ministro Gladstone sostuvo que, después de la definición de 1870, los católicos ya no podían ser ciudadanos leales. Newman respondió con su "Carta dirigida al duque de Norfolk con motivo de la reciente reconvención del señor Gladstone", analizando en forma brillante la autoridad de la conciencia y los límites de la soberanía y la obediencia.

A principios de 1870 Newman publicó su obra filosófica principal, el "Ensayo para contribuir a una gramática del asentimiento", en el que había trabajado durante veinte años. El objetivo del libro es doble: en la primera parte demuestra que se puede creer lo que no se puede comprender. En la segunda parte demuestra que se puede creer lo que no se puede probar estrictamente. Newman muestra cómo, a partir de nuestro sentido de la obligación moral, podemos llegar a prestar un asentimiento firme a la realidad de Dios como presencia viviente y personal, no como una simple noción intelectual.

De 1868 a 1877 Newman reeditó casi todos sus escritos anglicanos, con algunas notas de corrección.

En mayo de 1875 murió Ambrose Saint John, el fiel amigo de Newman y el único que le quedaba en el Oratorio de los que habían estado con él desde los tiempos de Littlemore. La pena de Newman fue muy intensa.

Hasta el final de su vida Newman estuvo rodeado por amigos íntimos, entre los cuales había muchos seglares (incluso familias enteras). Newman consideraba su inmensa correspondencia como una de sus principales tareas pastorales. Se conservan unas veinte mil cartas de las muchas que escribió.

Cuando la vida de Newman parecía casi terminada, le llegó el reconocimiento oficial. En diciembre de 1877 el Trinity College de Oxford lo nombró su primer miembro honorario. Volvió al colegio en febrero de 1878, su primera visita a Oxford desde 1846. En el mismo mes murió el Papa Pío IX y fue elegido Papa León XIII. Un año después Newman fue nombrado cardenal, pese a la oposición de quienes lo consideraban demasiado liberal. Este nombramiento fue una reivindicación providencial de su persona. Por un privilegio extraordinario se permitió al Cardenal Newman permanecer en su Oratorio de Birmingham.

Los últimos once años de vida de Newman transcurrieron relativamente en paz, con su comunidad en auge, su escuela, sus numerosas visitas y su correspondencia. Murió el 11 de agosto de 1890. Newman pidió que en su lápida esculpieran las siguientes palabras: Ex umbris et imaginibus in veritatem ("De las sombras e imágenes hasta la verdad"). En su nota necrológica, un amigo anglicano, el deán Church, lo retrató como casi el nuevo fundador de la Iglesia anglicana. Desde la muerte de Newman, su influencia en la Iglesia Católica creció mucho y llegó a ser uno de los inspiradores del Concilio Vaticano II.

V. Cronología.

1801 Nace en la City de Londres.

1808 Comienza sus estudios en la Escuela de Ealing, Londres.

1817 Ingresa en el Trinity College, Oxford.

1822 Fellow de Oriel College, Oxford.

1824 Diácono de la Iglesia Anglicana.

1825 Presbítero de la Iglesia Anglicana.

1826 Tutor de Oriel College.

1828 Párroco de Santa María, iglesia de la Universidad de Oxford.

1833 Viaja por el Mediterráneo durante seis meses.

         Comienza el Movimiento de Oxford.

1842 Se retira a Littlemore, junto a Oxford.

1843 Último sermón en Santa María.

1845 Es recibido en la Iglesia Católica el 9 de Octubre.

1846 Alumno del Colegio de Propaganda Fide en Roma.

1847 Ordenado sacerdote.

1848 Establece el Oratorio de San Felipe de Neri en Birmingham.

1849 Inaugura el Oratorio de Londres.

1851 Encargado de iniciar la Universidad Católica de Irlanda.

1853 Condenado por difamación en el proceso promovido por un fraile apóstata italiano.

1854 La Universidad Católica de Irlanda comienza sus actividades. Newman, Rector.

1856 Viaje a Roma para resolver dificultades surgidas con el Oratorio de Londres.

1858 Dimite como Rector de la Universidad de Irlanda.

1859 Director del Rambler.

         Inaugura la Oratory School.

1864 Polémica con Charles Kingsley y publicación de Apologia pro Vita Sua.

1866 Acepta emprender la misión de Oxford. Obligado a abandonar pocos meses después.

1869 Declina acompañar al obispo francés Dupanloup como perito al Concilio Vaticano I.

1870 Publica A Grammar of Assent.

1875 Aparece la "Carta al Duque de Norfolk".

1878 Fellow Honorario de Trinity College. De nuevo en Oxford tras 32 años.

Nombrado Cardenal por León XIII.

1890 Fallece en Birmingham.

1990 Aprobado el Decreto de Virtudes Heroicas y declarado Venerable.

 

Durante ambos períodos, tanto como anglicano como católico, Newman escribió importantes libros, entre ellos:

Apologia pro vita sua, traducción y notas de Víctor García Ruiz y José Morales, Ed. Encuentro 1996.

*Vía Media de la Iglesia Anglicana, traducción y notas de Aureli Boix, Biblioteca Oecumenica     Salmanticensis,Universidad de Salamanca, 1995.

*Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, traducción Ramón Piñero Mariño, Biblioteca Oecumenica     Salmanticensis,Universidad de Salamanca, 1997.

Discursos sobre el fin y la naturaleza de la educación universitaria, traducción y notas de José Morales,     EUNSA, 1996.

Carta al Duque de Norfolk, traducción Víctor Garcia Ruiz y José Morales, Rialp, 1996.

Cartas y Diarios (selección), traducción Víctor Garcia Ruiz y José Morales, Rialp, 1996.

Suyo con afecto, selección de cartas, traducción y notas de Víctor García Ruiz, Ed. Encuentro, 2002.

Perder y ganar, traducción Víctor García Ruiz, Ed. Encuentro, 1994.

Calixta, traducción Víctor García Ruiz, 1998.

Discursos sobre la fe, Sermones para auditorios mixtos, traducción y notas de José Morales, Rialp, 1981.

La fe y la razón, Sermones Universitarios (1826-1843), Introducción, traducción y notas de Aureli Boix, Ed.     Encuentro, 1993.

Sermones parroquiales/1, traducción Victor García Ruiz, José Morales, Ed. Encuentro, 2007.

Meditaciones y Devociones, traducción, notas y comentarios de Fernando M. Cavaller, Ed. Agape, 2006.

Sermones, vol 1, traducción, notas y comentarios de Fernando M. Cavaller, Ed. Agape, 2008.

Biografías de Newman:

Vida y pensamiento del Cardenal Newman, Charles, S. Dessain, Ed. Paulinas, 1990.

John Henry Newman, crónica de un amor a la verdad, Meriol Trevor, Sígueme, Salamanca, 1989.

Newman, el camino hacia la fe (1826.1843), José Morales, EUNSA, 1978.

Newman (1801-1890), José Morales, Rialp, 1990.

Aproximación a Newman, Fernando María Cavaller, Ed. EDUCA, 1998

El Señor les Bendiga

  

   Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 

 

 

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 

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