MATRIMONO ES UN SOLO, ENTRE UN HOMBRE Y UNA MUJER

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


 

Matrimonio. Que es un matrimonio, en definiciones simples, es la unión de un hombre y de una mujer mediante determinados ritos o formalidades legales por los cuales ambos se comprometen a llevar una vida en común. En la iglesia católica, sacramento por el cual un hombre y una mujer se comprometen para siempre a llevar una vida en común con arreglo a las prescripciones de la iglesia. Otra definición más vulgar es pareja formada por un hombre y una mujer casados entre sí.

La palabra matrimonio procede de dos palabras romanas: "matris" y "munio". La primera significa "madre", la segunda "defensa". El matrimonio es la defensa, el amparo, la protección de la mujer que es madre, el mayor y más sublime oficio humano.

El matrimonio es una institución natural, cuyo autor es, el mismo Dios. Una antigua enseñanza recuerda que gracias a Dios, de la costilla que había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. De la costilla del lado del corazón, del lado de los sentimiento, bajo el brazo del hombre, bajo su protección, para que sea una real compañía y de mucho amor. Otra vieja y simpática opinión dice que por suerte no fue de hueso de los pies, para que el hombre no la pisotee, ni de un hueso de la cabeza, a fin de que la mujer no se suba sobre el hombre. Dios lo hizo todo bien. Dios une al hombre y a la mujer para que formen “una sola carne” y puedan transmitir la vida humana. Por tanto, el matrimonio es una institución natural, cuyo autor es, el mismo Dios.

Jesucristo, eleva el matrimonio a la dignidad de sacramento. La presencia de Jesús y María en las bodas de Cana de Galilea, santifica el matrimonio con su presencia y rubricándolas con un milagro a favor de sus regocijos, son la prueba palpable de la santidad de la institución matrimonial y, la condena de toda tentativa de sectores de la sociedad de hoy, de carácter herética sobre la misma. Esta actitud del Señor, es como preparación de elevación del matrimonio al orden sacramental.

La unión entre el hombre y la mujer. No es producto exclusivo de la cultura hitita, fenicia, maya, cristiana o musulmana y tampoco es un invento de la Iglesia Católica. La unión entre un hombre y una mujer, ha sido por miles de años la actividad más importante del ser humano. Muchos siglos antes de que Jesús naciera en Belén, el Derecho Romano reconocía el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, independiente que ellos se divirtiesen con mancebos, que para eso estaban, para el disfrute. La esposa era para tener hijos, el matrimonio era para formar la verdadera familia.

Es así, como debemos llamar matrimonio a la unión de dos personas conformadas por un hombre y una mujer, llamar matrimonio a dos personas del mismo sexo, es una burla, y jurídicamente, un disparate. De risa. Que le llamen como quieran "homomonio", "gaymonio", etc., todo menos matrimonio, que eso esta reservado desde hace miles de años para una pareja de distinto sexo y con fines hermosísimos, continuar con la creación, traer al mundo hombres y mujeres. “Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra”.

Ni siquiera los animales se equivocan. La cabra busca al macho cabrío, la yegua al caballo, el gato a la gata, porque dos leonas no hacen pareja ni dos gatos, tampoco, ellos no pueden aparearse. Para esto tendrían que ser de distinto sexo y de la misma especie. Son cosas de la zoología. Son cosas naturales y es así como se preserva la vida hasta en el mundo animal.

No obstante, hoy se escucha una sarta de necedades, algunos que solo desean vivir con su perro como pareja y le dejan suntuosas herencias. En ese aspecto, que cada cual viva con quien quiera y como quiera si puede, pero a una relación así no se le podría llamar matrimonio.

Tratado como intolerante. Cuando uno opina así, es tratado de intolerante, y que no respetas el derecho de los hombre a elegir su forma de vida, pero creo que hay que decir las cosas por su nombre, la unión de dos personas del mismo sexo, es una aberración, no es natural y es un invento que llevará a la sociedad a consecuencias graves. Hoy se pide el derecho a casarse de dos varones  o de dos mujeres, si ellos tienen derecho, en nombre de la libertad de elegir su pareja, mañana alguno se le va ocurrir pedir el matrimonio con su propia hermana, ¿por qué no?, o el de un padre con su hija, o el abuelo con su nieta ¿no tienen el mismo derecho? La sociedad se fractura, ya esta hecha la primera hendidura.

Los niños tienen derecho a una familia y a un matrimonio normal. Y por lo visto, primero se comienza con la unión de dos personas del mismo sexo y luego se sigue el de criar niños, como papa y mama. Pobre niño cuando le pregunten como se llama tu mama y diga, mi mama se llama Juan o Roberto. Eso va ser ya el colmo, porque vamos a atentar contra el derecho de un hijo a tener padre y madre como es normal en todo el mundo.

Es posible, que esta forma de pensar no guste a todos, pero es necesario ser consecuente con una verdad irrenunciable, matrimonio, es uno solo, lo demás no respeta los valores de mi fe ni los de mi sociedad y así como los otros piden que se respete su forma de pensar, yo pido que se respete la mía y la de muchos religiosos, que cuando nos referimos a este tema, nos tratan de atrasados.

No estoy lanzado un ataque a los homosexuales. La misericordia de Dios, también les llega a ellos, tengo amigos que han desviado su personalidad en esta forma de vida y yo no los discrimino, ya publique hace años un articulo sobre esto, este es el link: EL SEXO DE LOS HOMBRES, HOMBRE O MUJER , no obstante, deseo una sociedad sin desvío en lo esencial y que  es notable, el verdadero matrimonio.

¿Qué haría o que pensaría Jesucristo?. Me hago la pregunta como la hacia mi paisano, San Alberto Hurtado, ¿Qué haría o que pensaría Jesucristo en mi lugar, san Pablo, Apóstol de Jesucristo nos enseña: “Igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.  (Romanos (SBJ) 1,27)

¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios. Y  tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. (1 Corintios (SBJ) 6, 9:11)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

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