“TODO PARA GLORIA DE DIOS”

Orientar todas nuestras acciones, aún las más comunes, a la gloria de Dios.

Comentario a 1Cor 10,31-11,1

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

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San Pablo nos da tres reglas que nos deben iluminar la vida como buenos cristianos

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto. 1Cor 10, 31—11, 1

Hermanos: Sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. No sean motivo de escándalo ni para los judíos ni para los paganos ni tampoco para la Iglesia de Dios. Hagan como yo, que me esfuerzo por complacer a todos en todas las cosas, no buscando mi interés personal, sino el del mayor número, para que puedan salvarse. Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.

Palabra de Dios.

1.             PABLO ENSEÑA A LA COMUNIDAD CÓMO VIVIR CON SENCILLEZ CADA DÍA SIN MORALISMOS Y SIN DAR ESCÁNDALO.

Esta carta se emplaza en el contexto en el que Pablo enseña a la comunidad cómo vivir con sencillez cada día sin moralismos y sin dar escándalo. El caso del que habla aquí tiene que ver con el hecho de comer la carne inmolada a los ídolos: ¿es lícito o no es lícito alimentarse con ella? Hay quienes están persuadidos de que los ídolos no existen y, en consecuencia, para ellos la carne inmolada es igual a cualquier otra carne: por tanto, es lícito comerla. El hecho tenía una gran repercusión en la comunidad, porque la carne de los animales inmolados en los templos se vendía muy barata. Pero había también en la comunidad quienes no pensaban así, por ser esclavos aún de sus supersticiones, y se escandalizaban de ello. El pensamiento de Pablo en este asunto está claro: no hay diferencia entre alimento y alimento; con todo, si un alimento o cualquier otra cosa escandaliza a los hermanos, he de evitar comer carne (cf. 8,13). Entre nuestra propia libertad y la edificación común, debe tener prioridad esta última: “"¡Todo es lícito!", dicen algunos. Sí, pero no todo es conveniente. Y aunque "todo sea lícito", no todo aprovecha a los demás” (10,23ss). La enseñanza de Pablo enlaza, sin duda, con el estilo de vida del Señor Jesús, que entregó toda su propia vida no para buscarse a sí mismo, sino para atender y entregarse él mismo a los otros.

2.             TRES REGLAS QUE NOS DEBEN ILUMINAR LA VIDA COMO BUENOS CRISTIANOS

Pablo concluye el pasaje dedicado al problema de si el cristiano puede comer o no, las carnes inmoladas a los ídolos. Se inicia con un principio general que recuerda la libertad fundamental del cristiano: “Sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios”. Luego se invita a no ser para nadie una piedra de escándalo: “No sean motivo de escándalo ni para los judíos ni para los paganos ni tampoco para la Iglesia de Dios”, también pide procurar buscar el bien de la mayoría siguiendo tanto su ejemplo, como el de Cristo; “Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo”. En síntesis: la unión de cada uno con Cristo llama a la comunión de los unos para con los otros, cualquiera que sea su diversidad cultural.

Así es como esta carta de san Pablo, nos hace hoy ver tres reglas que nos deben iluminar la vida como buenos cristianos, esto es; “hacerlo todo para gloria de Dios” y no ser ocasión de pecado o de escándalo para nadie, ni dentro ni fuera de la comunidad, por tanto hemos de imitar en nuestra propia conducta de vida el obrar y las enseñanzas de nuestro maestro Jesús.

a.    háganlo todo para la gloria de Dios  

El cristiano, consagrado por el bautismo, puede y debe ver todo santamente. El valor de lo que hacemos no está en lo externo, sino en cómo lo hacemos. Cristo en los treinta años de su vida oculta no hizo cosas grandes o vistosas; vivió con un corazón lleno de amor a su Padre y a los hombres las cosas pequeñas e insignificantes. Y esos actos tenían un valor infinito y estaban redimiendo al mundo. Lo mismo nosotros: la vida cotidiana, sencilla y corriente, puede tener un inmenso valor. No esperemos a hacer cosas grandes. Hagamos grande lo pequeño. Todo puede ser orientado a la gloria de Dios. Todo: la comida, la bebida, cualquier cosa que hagamos... Cristo ha asumido todo lo humano y nada debe quedar fuera de la órbita del Señor.

b.   No sean motivo de escándalo  

Esta advertencia de san Pablo es también para nosotros. Incluso sin quererlo positivamente, sin darnos cuenta, podemos estar poniendo estorbos para que otros se acerquen a Cristo. Escándalo es todo lo que sirve de tropiezo al hermano o le frena en su entrega al Señor. Nuestra palabra poco evangélica, nuestra conducta mediocre o incoherente, son escándalo para el hermano por el que Cristo murió. Y las palabras de Cristo sobre el escándalo son terribles: “¡Ay del que escandaliza! Más le valdría que le colgasen en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar” (Mt 18,6).

c.    Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.

Sólo la imitación de Cristo no escandaliza. Al contrario, estimula en el camino del evangelio. Cuando vemos a alguien seguir el ejemplo de Cristo, comprobamos que su palabra se puede cumplir y ese ejemplo aviva nuestra esperanza. En cambio, decir una cosa y hacer otra es escandaloso, porque es dar a entender con nuestras obras que el evangelio no se puede cumplir o que estas cosas están bien para decirlas pero no para vivirlas...

El Señor les Bendiga y les haga felices

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

VI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

Febrero 2012


Fuentes. Padre Julio Alonso Ampuero

Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.)

textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ)

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