EL
PENSAMIENTO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II Edición Nº 7 Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant |
Catequesis de Su Santidad Juan Pablo II 7
de agosto de 1985 1. 'Creemos que este Dios único absolutamente uno en su esencia
infinitamente santa al igual que en todas sus perfecciones, en su
omnipotencia, en su ciencia infinita, en su providencia, en su voluntad y en
su amor. El es el que es, como lo ha revelado a Moisés; y El es Amor, como el
Apóstol Juan nos lo enseña; de forma que estos dos nombres, Ser y Amor,
expresan inefablemente la misma Realidad divina de Aquel que ha querido darse
a conocer a nosotros y que habitando en una luz inaccesible está en Sí mismo
por encima de todo nombre, de todas las cosas y de toda inteligencia creada'
(Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios). 2. Estas palabras expresan de manera más extensa que los antiguos
Símbolos, aunque también de forma concisa y sintética, aquella verdad sobre Dios
que 3. Pablo VI hace referencia al Nombre de Dios 'Yo soy el que soy', que
se halla en el libro del Éxodo. Siguiendo la tradición doctrinal y teológica
de muchos siglos, ve en él la revelación de Dios como 'Ser': el Ser
subsistente, que expresa 4. La palabra con la que Dios mismo se revela expresándose en la
'terminología del ser', indica un acercamiento especial entre el lenguaje de
la revelación y el lenguaje del conocimiento humano de la realidad, que ya
desde la antigüedad se calificaba como 'filosofía primera'. El lenguaje de
esta filosofía permite acercarse de algún modo al Nombre de Dios como 'Ser'.
Y, sin embargo -como observa uno de los más distinguidos representantes de la
escuela tomista en nuestro tiempo, haciendo eco al mismo Santo Tomás de
Aquino (Cfr. C.G. I, 14; 30)-, incluso utilizando
este lenguaje podemos, al máximo, 'silabear' este Nombre revelado, que
expresa 5. 'Yo soy el que soy'. El Dios que responde a Moisés con estas
palabras es también 'el Creador del cielo y de la tierra'. Anticipando aquí
por un momento lo que diremos en las catequesis sucesivas a propósito de la
verdad revelada sobre la creación, es oportuno notar que, según la
interpretación común, las palabra 'crear' significa 'llamar al ser del
no-ser', es decir, de la 'nada'. Ser creado significa no poseer en sí mismo
la fuente, la razón de la existencia, sino recibirla 'de Otro'. Esto se
expresa sintéticamente en latín con la frase 'ens ab alio'. El que crea -el
Creador- posee en cambio la existencia en sí y por sí mismo ('ens a se'). El ser pertenece a su substancia: su esencia
es el ser. El es el Ser subsistente (Esse subsistens). Precisamente por esto no puede no existir,
es el ser 'necesario'. A diferencia de Dios, que es el 'ser necesario', los
entes que reciben la existencia de El, es decir, las criaturas, pueden no
existir: el ser no constituye su esencia; son entes 'contingentes'. 6. Estas
consideraciones respecto a la verdad revelada sobre la creación del mundo,
ayudan a comprender a Dios como el 'Ser'. Permiten también vincular este
'Ser' con la respuesta que recibió Moisés a la pregunta sobre el Nombre de
Dios: 'Yo soy el que soy'. A la luz de estas reflexiones adquieren plena
transparencia también las palabras solemnes que oyó Santa Catalina de Siena:
'Tú eres lo que no es, Yo soy El que Es'. Esta es En cuanto 'ipsum Ens
per se Subsistens' -es
decir, absoluta plenitud de Ser y por tanto de toda perfección- Dios es
completamente transcendente respecto del mundo. Con
su esencia, con su divinidad El 'sobrepasa' y 'supera' infinitamente todo lo
que es creado: tanto cada criatura incluso la más perfecta como el conjunto
de la creación: los seres visibles y los invisibles. Se comprende así que el Dios de nuestra fe, EL QUE ES, es el Dios de
infinita majestad. Esta majestad es la gloria del Ser divino, la gloria del
Nombre de Dios, muchas veces celebrada en Yahvéh, Señor, nuestro, "cuán magnífico es tu nombre en toda la tierra!
(Sal 8, 2) Tú eres grande y obras maravillas tú eres el solo Dios (Sal 85, 10). No hay semejante a ti, oh Yahvéh. (Jer 10,
6). Ante el Dios de la inmensa gloria no podemos más que doblar las
rodillas en actitud de humilde y gozosa adoración repitiendo con la liturgia
en el canto del Te Deum: 'Pleni sunt
coeli et terra maiestatis gloriae tuae. Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia: Patrem inmensae maistatis': 'Los cielos y la tierra están llenos de la
majestad de tu gloria. A ti Fuente vatican.va |
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