Caminando con
Jesus PAGINA CREADA EL 12 DE FEBRERO DE 2002 PAGINA WEB DE PEDRO DONOSO BRANT |
EL ESPÍRITU SANTO DONES DEL ESPÍRITU SANTO 1. Sabiduría. 2.
Entendimiento. 3. Consejo. 4. Fortaleza. 5. Ciencia. 6. Piedad. 7. Temor de
Dios. Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que
nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina. Don de entendimiento, es el del Espíritu Santo que nos
lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios. Don de consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a
los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de
Dios. Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo
concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural. Don de Ciencia, Es el don del Espíritu Santo que nos
permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para
sostener la fe del bautismo. Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni
frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don
de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas. Don de Temor de Dios, es el don que nos salva del
orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina. LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO 1. Caridad. 2. Gozo. 3. Paz. 4. Paciencia. 5.
Longanimidad. 6. Bondad. 7. Benignidad. 8. Mansedumbre. 9. Fe. 10. Modestia. 11. Continencia. 12. Castidad. FALTAS CONTRA EL ESPÍRITU SANTO 1. Desesperar
de la misericordia de Dios. 2. Presunción
de salvarse sin ningún mérito. 3. La
impugnación de la verdad conocida. 4. La envidia
de los bienes espirituales del prójimo. 5. La obstinación
en el pecado. 6. La
impenitencia final. EL ESPÍRITU SANTO, EL DON DE DIOS "Dios es Amor" (Jn 4,8-16) y el Amor que es el
primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado". (Rom
5,5). Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos
por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros
pecados. El nos da entonces las "arras" o las
"primicias" de nuestra herencia. "y no sólo ella, sino también
nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros
mismos suspirando por la adopción, por la redención de nuestro cuerpo".
Rom 8,23; "nos ha sellado y ha depositado las arras del Espíritu en
nuestros corazones." II Co 1,22. |