R. Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.

Salmo 32

Reflexión desde el Salmo: SALMO Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


 

SALMO Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19

R. Señor, que descienda tu amor bien: Aleluya.

Este salmo es un poema y un himno a la omnipotencia y justicia del Señor. Se canta el señorío de Dios sobre el universo como Creador y su fidelidad hacia su pueblo elegido, Israel, y a los que le son fieles. En este sentido, la composición es como una justificación de la exhortación a alegrarse en el Señor.

El estilo es majestuoso y solemne, “Aclamen, justos, al Señor”, es una gran invitación a alabar al Señor,  digno de especial alabanza y confianza: por sus atributos morales, “Porque la palabra del Señor es recta”,  por su misericordia y su protección ante la muerte.”Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles… para librar sus vidas de la muerte”.

Aclamen, justos, al Señor: es propio de los buenos alabarlo. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

El salmista hace una invitación a la alabanza, “es propio de los buenos alabarlo”  e estimula que se haga con acompañamiento musical. “. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas”. El salmista llama a los justos, es decir a los buenos, a los que son parte del pueblo escogido. Alabanza y acción de gracias se encuentran con frecuencia unidas.

Los justos son los más obligados a alabar al Señor, pues son el objeto predilecto de su providencia en la historia; es así como el salmista quiere que acompañen sus cánticos con toda clase de instrumentos: cítara y arpa de diez cuerdas. Y con ellos deben entonar un nuevo canto de acción de gracias por los beneficios nuevos que cada uno recibe en su vida del Omnipotente. Esta aclamación es acompañada de melodías, interpretadas en honor del Señor, con cantos que son enunciados de fe y anhelos que nacen desde el interior, como manifestación de felicidad y seguridad en Dios.

Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. R.

El salmista se refiere a términos como la “palabra”, con el deseo de celebrar la palabra creadora de Dios, la “lealtad” porque admira la nobleza de Dios, la “justicia”, porque reconoce a un Dios ecuánime y el “Amor”, porque el siente y conoce el cariño y la amistad de su Dios con el y todo su pueblo. Es así entonces que canta con alegría: “Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor”. Todo ellos porque tiene la confianza que el Señor es fiel a su palabra, y todas sus acciones llevan el sello de la verdad y de la fidelidad a sus promesas de protección a los justos y cumplidores de su Ley. Toda su providencia está gobernada por las exigencias de la justicia y del derecho, que es la aplicación de aquélla en cada acto, es así como toda la tierra rebosa de la bondad y piedad del Señor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.

El salmista nos habla de cómo el Señor mira a sus amigos, a los fieles, “Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles”, frecuentemente agobiados y al borde del peligro de muerte, los estimula a tener esperanza en el Señor de que El nos los abandonará y tampoco permitirá que se hundan en el abismo de la desgracia, refiriéndose a los que “esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia”. Por tanto, el salmo pasa a ser una llamada de fe y esperanza en el Señor que se compadece de la debilidad de los hombres.

La omnipotencia divina está al servicio del justo, objeto de sus complacencias; por eso, en las horas del adversidad y de la miseria, los libra de la muerte violenta y los mantiene en y los mantiene y necesidad.

Tal como era el deseo del salmista, es también nuestro anhelo el ser objeto compasivo y amoroso de la piedad divina, por que siempre estamos necesitados de la protección de Dios todopoderoso, por eso nos unimos con entusiasmo al canto de la antífona, “Señor, que descienda tu amor sobre nosotros”

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

Algunos comentarios están tomados de la Biblia Nácar Colunga.

Quinto Domingo de Pascua, mayo 2011

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

………………………….-------------------…………………………..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

------------

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-----