La Iglesia, cantora de la naturaleza y de su Creador y amante
del simbolismo, debía aprovechar para su liturgia algunos de esos elementos
como signos eficaces de valores sobrenaturales y salvíficos.
El mismo Cristo los usó y les comunicó virtudes secretas en orden a la vida
sobrenatural. Por ejemplo: el agua en el perdón, la saliva en el ciego, el
hálito en el cenáculo, etc. Jesús explotó su simbolismo en sus discursos y
parábolas: la luz, sal, vid, grano de mostaza, etc.
Vamos a analizar
brevemente los principales elementos y símbolos litúrgicos que emplea la Iglesia, su
significado y su uso:
LUZ: De todas las obras de la creación, la luz
parece ser la más excelente. Con ella empezó Dios a adornar el mundo. Es la
más hermosa de las creaturas naturales y de ella
beben la belleza todas las demás. En la Vigilia Pascual
se nos da la clave. La
Iglesia bendice la luz sacándola del nuevo fuego y la
introduce a la iglesia con el cirio pascual. La luz, por tanto, representa
y rinde tributo a Jesucristo, “Luz del mundo”, símbolo de la presencia
divina y de fiesta.
FUEGO: Es de los elementos más misteriosos y
terribles, al mismo tiempo. Sin él, apenas se podría vivir. Es fuerza que
quema y alumbra, mata y vivifica, destruye y purifica. La Iglesia utiliza
constantemente el fuego para sus ritos:
v Con el fuego anuncia la
resurrección de Cristo, el Sábado Santo en la noche de la Vigilia Pascual.
v En el incensario, fuego
e incienso simbolizan el fervor de la oración y la entrega de nuestra vida,
que se va consumiendo poco a poco como suave perfume en honor a Dios.
AGUA: Es uno de los elementos más indispensables
para la vida, y henchido de simbolismo. Al principio del mundo, el Espíritu
de Dios la acarició con su soplo como elemento de fecundidad; eran aguas
repletas de vida vegetal y animal. Y Jesús la santificó con su contacto en las
corrientes del río Jordán. El agua con el crisma forma parte de la materia
del Bautismo. La Biblia
está llena de fuentes, de pozos; y con el agua del diluvio quiso Dios
limpiar la maldad de la tierra. Y Jesús de su costado abierto hizo brotar
“sangre y agua”. Y su agua calma siempre la sed.
SALIVA: Jesús la usó para curar a un sordomudo y al
ciego de nacimiento. Los santos Padres la consideraban como símbolo de la
sabiduría; la liturgia la ha usado tan sólo en el Bautismo, mojando en ella
la nariz y oídos del bautizado. Así reproducía el gesto de Jesús al curar.
De esta manera, esos órganos están ya habilitados para oír con gusto la Palabra de Dios y
aspirar el perfume de la santidad. Dada la sensibilidad de los tiempos
modernos, el nuevo ritual del bautismo suprimió el uso de la saliva.
AIRE: El soplo del Creador infundió vida al hombre.
Y el de Jesús resucitado comunicó a los apóstoles el Espíritu Santo. En el
rito bautismal, ha figurado el soplo como signo de expulsión de Satanás,
del alma del bautizado.
ACEITE: En la vida
espiritual, simboliza: fortaleza espiritual y corporal, valor curativo y
conservativo de carácter espiritual, efusión de la gracia, santificación e inhabitación del Espíritu Santo y testimonio cristiano,
comunicación del poder divino y consagración de objetos sagrados. Y por eso
se usa como materia en algunos sacramentos:
v En el bautismo, el óleo
de los catecúmenos se coloca en el pecho. Simboliza la fortaleza y la
agilidad espiritual.
v El crisma se compone de
aceite y bálsamo. Se usa en el bautismo, confirmación y consagración de
sacerdotes, obispos, cálices, altares, patenas, Iglesias. Todo cristiano
tiene que exhalar el suave olor de la santidad, el suave olor de Cristo,
como dice San Pablo. En la ordenación sacerdotal se ungen las manos; en la
episcopal, la cabeza.
v Óleo de los enfermos:
vehículo para la gracia divina, y para la salud del cuerpo y del alma.
CIRIO: Se usa para el alumbrado propiamente
litúrgico, es decir, para las Misas y demás sacramentos y sacramentales. La
vela encendida sirve para simbolizar a Cristo-Luz del mundo y significar la
fe y la oración de los fieles en presencia del Señor.
PAN Y VINO: Son la base del alimento corporal del
hombre. Simbolizan, al convertirse en verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo,
que la Eucaristía
es alimento indispensable de todos los cristianos. Son los signos del
sacrificio de su cuerpo y sangre como manjar espiritual del alma. El pan,
hecho de muchos granos, y el vino, de muchos racimos, son símbolo de la
unión íntima entre los cristianos. Simbolizan también la unidad de la Iglesia y de los
cristianos con Cristo y entre sí, pues compartir el mismo pan y el mismo
vino son signos de fraternidad, amistad y unidad.
SAL: que sazona y preserva, se dejó optativo en la
fórmula ritual de la bendición del agua lustral como remedio para poner en
fuga los demonios y ahuyentar enfermedades. También se usó en el bautismo,
colocando unos granitos sobre la boca del bautizado.
CENIZA: Es símbolo de la caducidad de la vida y de
todo lo material, y, por lo mismo, símbolo del dolor, de la penitencia, del
arrepentimiento, de una gran aflicción. La Iglesia nos la pone el
día del miércoles de ceniza “en señal de la humildad cristiana y como
prenda del perdón que se espera”.
INCIENSO: Nuestra vida se tiene que quemar en
honor a Dios, dando suave aroma. En las solemnidades se inciensa el altar y
los santos, la cruz y el Santísimo Sacramento en señal de respeto y
veneración. Se inciensa al sacerdote como representante de Dios, y a los
fieles para recordarles que, como pueblo santo y sacerdotal, son concelebrantes y no sólo espectadores. Además, purifica
el templo y nos eleva a Dios.
FLORES: Las flores naturales que adornan el altar y
los santos significan fiesta, alegría, exultación piadosa. En tiempo de cuaresma,
tiempo fuerte de penitencia y austeridad, aunque se pueden poner algunas
plantas, no debe haber, sin embargo, flores en las iglesias, exceptuando el
tercer domingo de cuaresma, domingo del “Laetare”,
y las solemnidades y fiestas que caen en cuaresma.
CAMPANILLA: Para la atención piadosa y unión de
corazones de la asamblea participante. Se usa en el momento de la
consagración en la
Santa Misa, para centrar la atención de los que
participan en la eucaristía.
CRUZ: Como árbol de vida y victoria pascual, se
adorará en los Oficios del Viernes Santo. Además preside la Eucaristía y
encabeza las procesiones.
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
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