MISA DIARIA DE CAMINANDO
CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral, enviada por
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02-03-2022
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Edición Nº MD
9.235
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LITURGIA DE LAS HORAS
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MIERCOLES CENIZAS, TIEMPO DE CUARESMA
Hermanos:
La Lectio Divina de hoy,
es para invitarlos a reflexionar sobre el “miércoles de cenizas”, comienzo
de la cuaresma, tiempo litúrgico, de conversión, de arrepentimiento, de
cambio, de ser mejores, ser más hermanos, de acercamiento a Cristo.
Nuestro amado Jesús, nos
hace una invitación, cambiar de vida. Esta vida es temporal, entonces,
¿porque no ser como Dios quiere que seamos? Nuestro Padre tiene un gran
ideal, que todos sus hijos sean como Jesucristo, que seamos hombres buenos,
generosos, caritativos, amorosos con todos nuestros hermanos, que a nadie
le hagamos daño, que no caigamos en la tentación de juzgarles y
condenarles.
Todos somos pecadores,
somos fáciles de tentarnos, se nos hace difícil caminar hacia la santidad,
pero debemos estar atentos, porque el pecado nos aleja de Dios. Pero el
Señor nos regala este tiempo, de perdón, de reconciliación, de penitencia.
Por tanto, tenemos que saber aprovechar bien estos cuarenta días, limpiando
nuestro corazón, expulsando de nosotros las odiosidades, los rencores, las
envidias, es decir todo lo que se opone a nuestro amor al Dios Padre,
nuestro amor al Dios Hijo, a nuestros propios hermanos.
Nuestra Iglesia nos
invita a vivir una cuaresma en el amor de Jesús, orando, escuchando la
Palabra de Dios y meditándola, participando activamente de cada una de las
celebraciones de este tiempo. La
Iglesia nos guía en la finalidad de la Cuaresma y nos invita a participar
en la preparación a la Pascua, en el camino hacia la Pascua.
Con la imposición de las
cenizas, iniciamos una etapa espiritual muy especial e importante para
nosotros como cristianos, nos preparamos de la forma más digna posible para
vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del
Señor Jesús.
Polvo somos y en polvo
nos convertiremos, solo Dios sabe cuándo. La imposición de las cenizas nos
lo recuerda, principio y fin, alfa y omega, de nuestra vida, estamos de
paso. Entonces mientras estemos, hagamos una vida recta, sana, solidaria,
amorosa.
Por ello, en esta
cuaresma, hagamos un compromiso, ser mejores y hacer obras buenas. Mucha
gente está esperanzada con sus hermanos cristianos, no los defraudemos,
demos alegría a los que viven acompañado de la amargura, demos esperanza a
los que parecen desfallecer, oremos por los enfermos, ayudemos al que
necesita, las actitudes cristianas nos ayudarán a parecernos más a Jesús.
Nuestra conversión,
nuestra penitencia, nuestras buenas obras de este tiempo litúrgico serán
una hermosa adhesión a Jesucristo.
El Señor les Bendiga
Pedro
2 de marzo
Miércoles de cenizas
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ANTÍFONA Sab 11, 24-25. 27
Señor, tú eres misericordioso con todos y no
aborreces nada de lo que has hecho, cierras los ojos a los pecados de los hombres
para que se arrepientan y los perdonas porque tú eres el Señor, nuestro
Dios.
Se omite el acto penitencial, ya que hace sus
veces la imposición de las cenizas.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro, concédenos iniciar con el santo
ayuno cuaresmal un camino de verdadera conversión y afrontar con la
penitencia la lucha contra el espíritu del mal. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA Jl 2, 12-18
Lectura de la profecía de Joel.
Ahora dice el Señor: Vuelvan a mí de todo
corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Desgarren su corazón y no sus
vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y
compasivo, lento para la ira y rico en amor, y se arrepiente de sus
amenazas. ¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará
detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su
Dios! ¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una
reunión solemne, reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a
los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién
casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial! Entre el
vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y
digan: “¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio,
y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los
pueblos: Dónde está su Dios?”. El Señor se llenó de celos por su tierra y
se compadeció de su pueblo. Palabra de Dios.
COMENTARIO: La
cuaresma nos invita a un tiempo de oración y reconocimiento del pecado. El
llamado del profeta convoca a todo el pueblo. Nadie está exento de pedir
perdón, nadie puede quedar fuera de este acto de humildad y de
arrepentimiento. Es el pueblo entero el que ha pecado. Y es el pueblo
entero quien puede gozar con el perdón de Dios.
SALMO Sal 50, 3-6. 12-14. 17
R. ¡Ten piedad, Señor, porque hemos
pecado!
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu
gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y
purifícame de mi pecado! R.
Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está
siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a
tus ojos. R.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y
renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni
retires de mí tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu
espíritu generoso me sostenga. Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará
tu alabanza. R.
SEGUNDA LECTURA 2Cor 5, 20—6, 2
Lectura de la segunda carta del
apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Nosotros somos embajadores de Cristo,
y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les
suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios. A aquel que
no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a
fin de que nosotros seamos justificados por él. Y porque somos sus
colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios.
Porque él nos dice en la Escritura: “En el momento favorable te escuché, y
en el día de la salvación te socorrí”. Éste es el tiempo favorable, éste es
el día de la salvación. Palabra de Dios.
COMENTARIO: San
Pablo exhorta a los corintios a volver su corazón a Dios. La comunidad debe
dejarse reconciliar con Dios, porque es Dios quien, en definitiva, otorga
el perdón. Es Dios quien quiere llegar con su amor para restablecer las
relaciones y la comunión.
VERSÍCULO Cfr. Sal 94, 8. 7
No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz
del Señor.
EVANGELIO Mt 6, 1-6. 16-18
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de
no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos:
de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que
está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando
delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles,
para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su
recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace
la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los
hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que
ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu
habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no
pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro
para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han
recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y
lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por
tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.
Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Imploremos, hermanos y hermanas, a quien tiene
pleno poder en el cielo y en la tierra, y pidámosle que escuche
benignamente las súplicas de su pueblo penitente: (Respondemos a cada
petición: Señor, ten piedad).
· Para
que el Espíritu Santo, con su fuerza, rasgue los corazones de los
pecadores, de manera que, convirtiéndose de sus culpas, busquen
sinceramente el rostro del Señor, roguemos al Señor.
·
Para que Dios ilumine a nuestros
hermanos que viven en la indiferencia, les infunda el deseo de buscarlo y
les dé la fuerza necesaria para convertirse, roguemos al Señor.
· Para
que el Señor, que tan generosamente nos concede empezar hoy la Cuaresma,
nos dé también en estos días de gracia el don de convertirnos a él y
afirmarnos en la fidelidad cristiana, roguemos al Señor.
Escucha, Señor, nuestras oraciones y extiende
tu mano misericordiosa sobre el pueblo penitente, para que estos días de
Cuaresma te busquemos con todo corazón y veamos atendidas nuestras
plegarias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
COMENTARIO: ¿Cómo
vivir el tiempo de arrepentimiento y penitencia? La respuesta del evangelio
de Mateo es: en la intimidad con Dios. Nuestra espiritualidad penitencial
tiene que estar marcada por la austeridad, la humildad. No sea que
agravemos nuestra condición con la soberbia de querer mostrarnos
--perfectos penitentes--.
BENDICIÓN DE LAS CENIZAS
Después de la homilía el sacerdote,
de pie, con las manos juntas dice:
Queridos hermanos: oremos a Dios, nuestro Padre,
para que se digne bendecir con su gracia estas cenizas que vamos a imponer
sobre nuestras cabezas en señal de penitencia.
Y después de una breve oración en
silencio, prosigue con las manos extendidas:
Dios nuestro, que te conmueves ante quienes se
humillan y hacen penitencia, escucha con bondad nuestra súplica y derrama
la gracia t de tu bendición sobre estos hijos tuyos que van a recibir las
cenizas, para que sean fieles a las prácticas cuaresmales y así lleguen a
celebrar, con un corazón puro, el misterio pascual de tú Hijo. Que vive y
reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
O bien:
Señor y Dios nuestro, que no quieres la muerte
del pecador sino que se arrepienta, escucha con bondad nuestra oración y
bendice j estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas,
reconociendo que somos polvo y. al polvo hemos de volver, y concédenos, por
medio de las prácticas cuaresmales, el perdón de nuestros pecados y la vida
nueva a imagen de tu Hijo resucitado. Que vive y reina por los siglos de
los siglos.
R. Amén.
Y rocía con agua bendita las cenizas,
sin decir nada.
Seguidamente, todos los fieles se
acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos; a cada uno le dice:
Conviértete y cree en el Evangelio. Cfr. Me 1,15
O bien:
Recuerda que eres polvo y en polvo te
convertirás. (Cf r. Gn 3,19)
Mientras tanto se canta:
ANTÍFONA 1
Revistamos el hábito de la penitencia con la ceniza
y el cilicio; ayunemos y lloremos delante del Señor, porque nuestro Dios es
compasivo y misericordioso para perdonar nuestros pecados.
ANTÍFONA 2 Cfr. JI 2,17; Est 4,17
Entre el atrio y el altar lloren los
sacerdotes, ministros del Señor, diciendo: Perdona, Señor, a tu pueblo; no
permitas que callen quienes te alaban.
ANTÍFONA 3 Sal 50.3
Borra mi culpa, Señor.
Esta antífona puede repetirse después
de cada uno de los versículos del salmo 50.
RESPONSORIO Cfr. Bar 3,2; SaI 78,
9
R. Reparemos el mal que cometimos por
nuestra ignorancia, no sea que, sorprendidos por la muerte, busquemos el
tiempo para hacer penitencia y no lo encontremos.
*Míranos Señor, y ten piedad de nosotros,
porque hemos pecado contra ti.
V. Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el
honor de tu nombre; líbranos, Señor.
* Míranos, Señor.
Puede cantarse también otro canto
apropiado.
Acabada la imposición de las cenizas,
el sacerdote se lava las manos; el rito concluye con la oración universal y
la Misa continúa como de costumbre.
No se dice Credo.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al ofrecerte el sacrificio, con el que
iniciamos solemnemente la Cuaresma, te pedimos que por las obras de
penitencia y caridad, dominemos nuestras pasiones y, limpios de pecado,
podamos celebrar con fervor la Pasión de tu Hijo. Que vive y
reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO III o IV DE CUARESMA
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 1, 2-3
El que medita la ley del Señor de día y noche,
da fruto a su debido tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalécenos Señor Dios, con los sacramentos
recibidos, para que nuestro ayuno te sea agradable a tus ojos y cure
nuestros males. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO (facultativa).
El sacerdote con las manos extendidas
sobre el pueblo, dice la siguiente oración de despedida:
Infunde el espíritu de arrepentimiento sobre
los que se inclinan ante ti, Dio nuestro, para que merezcan conseguir por
tu misericordia, los premios prometidos a los que hacen penitencia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
La bendición e imposición de las
cenizas se puede hacer también fuera de la Misa. En este caso, es
conveniente que preceda una Liturgia de la Palabra, utilizando la
antífona de entrada, la oración colecta, las lecturas con sus cantos, como
en la Misa. Sigue después la homilía y la bendición e imposición
de las cenizas. El rito concluye con la oración universal (oración de los
fieles).
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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San Mateo 6, 1-6.16-18:
“Tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.”
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant
1. JESÚS
NO ENSEÑA CUALES SON LAS BUENAS ACTITUDES DE LOS CRISTIANOS Y CUALES SON
PROPIAS DE LOS FARISEOS.
Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de
no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos”:
Estar atentos para evitar hacer justicia con ostentosidad, es decir no se
ha de practicar las buenas obras para ser vistos por los hombres. La virtud
se practica por amor a Dios. Sólo así se tendrá “premio,” “recompensa” Pues
“el que quiere hacer ostentación de su virtud, no trabaja por la virtud,
sino por la fama.” Por eso los que así obran “recibieron” ya su recompensa.
2. Y
CUANDO DES LIMOSNA, NO LO VAYAS PREGONANDO
“Y cuando des limosna, no lo vayas pregonando
delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles,
para ser honrados por los hombres.”
El cuidado de los pobres era carga de la
comunidad. En tiempo de Jesús, los sábados se recogían en todas las
sinagogas a la salida de las mismas las aportaciones voluntarias. Este
sistema era anónimo. Aparte de esta colecta semanal se admitían dones
voluntarios. Los fariseos solían dar limosna con gran ostentación a los
pobres encontrados en los caminos o reunidos en plazas con motivo de alguna
solemnidad. Y hasta parece que para excitar la generosidad se había introducido
la costumbre de proclamar los nombres de los donantes, sea en las reuniones
sinagogales, sea en las calles o plazas con ocasión de alguna solemnidad
especial, ante las gentes reunidas (Eclo 31:11).
3. CUANDO
TÚ DES LIMOSNA QUE TU MANO IZQUIERDA IGNORE LO QUE HACE LA DERECHA,
“Cuando tú des limosna, que tu mano
izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”
Rabí Eleazar (c.270 d.C.), decía: “Quien da
limosna en lo oculto es más grande que nuestro maestro Moisés.” No se trata
de la “vida interior” frente a la exterior. Es el “espíritu” de la obra lo
que se destaca. El espíritu cristiano de la enseñanza no exige naturalmente
el cumplimiento material de lo que se expresa. No es tanto la materialidad
de la realización lo que se censura, sino la intención con que se hace. En
otro pasaje que recoge Mateos, Jesús hará ver que el mérito de la limosna
no está tanto en la cantidad de ésta cuanto en el espíritu y amor a Dios que
en ella se ponga (Mt 12:41-43).
4. CUANDO
USTEDES OREN, NO HAGAN COMO LOS HIPÓCRITAS
“Cuando ustedes oren, no hagan como los
hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que
ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu
habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”
Jesús, censura y expone cuál ha de ser el espíritu
cristiano de sus discípulos en la oración. Todo judío piadoso varón había
de orar tres veces al día, sobre las nueve de la mañana, mediodía y sobre
las tres de la tarde; Generalmente se oraba de pie, pero también era
frecuente orar de rodillas. Se solía orar tendidos los brazos al cielo, e
incluso vueltas las palmas de las manos, como esperando el don que esperaba
recibirse.
Más para el fariseo —“hipócrita” — también la
oración era motivo para su vanidad. Les gustaba orar ostentosamente en las
“sinagogas,” en el templo — también estaba permitida la oración en
cualquier lugar puro — y en los ángulos de las plazas, probablemente para
no ser interrumpidos en su exhibicionista oración por los transeúntes y
bestias de carga. Jesucristo los describe diciendo el modo que oran
“estando de pie. “Lo que se censura no es la posición, máxime cuando
generalmente se oraba de pie, sino el modo exhibicionista con que oraban,
es decir en pose. Con ello ya recibieron su recompensa al ser vistos por
los hombres, por quienes lo hicieron.
5. LA
ORACIÓN CRISTIANA EXIGE COMO CONDICIÓN LA SINCERIDAD Y SENCILLEZ
Nuestra actitud cristiana de orar, en contraste
con el estilo de los fariseos, la hacemos dentro de la “habitación y,
cerrada la puerta, oramos al Padre, íntimamente, El ve en lo secreto, él
siempre nos oirá. Lo que Jesús censura es la oración público-exhibicionista
farisaica, y el contraste se presenta en el retiro privado del hogar. No se
trata de censurar la oración pública — no es éste su objetivo —, que Jesús
mismo recomendó en otras ocasiones. Se busca a Dios, que está en todas
partes, no la exhibición.
También la oración cristiana exige como
condición la sinceridad y sencillez, sin la “charlatanería” en la oración,
esto es diciendo cosas vanas o inútiles, sea pretendiendo recitar unas
fórmulas largas o calculadas, como si ellas tuviesen una eficacia mágica
ante Dios. No es ésta la actitud cristiana en la oración, pues Dios conoce
las cosas de las cuales tenemos necesidad antes de que se las pidamos.”
Porque la oración no es locuacidad, sino el corazón volcado en Dios.
No pretende Jesús con esta enseñanza condenar
la oración larga. No es éste el propósito de su enseñanza. La censura va
contra la mecanización formulista o semimágica de la oración. Ni va contra
la extensión de la oración. El mismo, en Getsemaní, dio ejemplo de oración
larga, al permanecer en la misma “una hora” de oración (Mt 26:39.42.44,
par.), lo mismo que al pasarse, en ocasiones, la noche en oración.
"No poseo el valor para buscar plegarias
hermosas en los libros; al no saber cuáles escoger, reacciono como los
niños; le digo sencillamente al buen Dios lo que necesito, y Él siempre me
comprende." (Santa Teresita de Lisieux)
6. SOBRE
LA ORACIÓN
Santa Teresa de Jesús nos dice “quien ha
comenzado a hacer oración, no la deje, pues la oración es el remedio para
tornarse a remediar y sin oración será mucho más difícil.” (V 8, 5).Y luego
nos define que la oración como: tratar de amistad estando muchas veces
tratando a solas con quien sabemos nos ama (V 8, 5) y Santa Teresita de
Lisieux nos dice que: "Para mí, la Oración es un impulso del corazón,
una simple mirada dirigida al cielo, un grito de agradecimiento y de amor,
tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra
es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a
Jesús."
"¡Qué grande es el poder de la oración! Se
diría que es una reina que en todo momento tiene acceso directo al rey y
puede conseguir todo lo que le pide." (Santa Teresita de Lisieux)
6. JESÚS
NO HABLA DEL ESPÍRITU CRISTIANO A PROPÓSITO DEL AYUNO
Dice Jesús: “Cuando ustedes ayunen, no pongan
cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que
los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su
recompensa.”
Otro de los casos en que Jesús no habla del
espíritu cristiano es a propósito del ayuno, de tanta importancia en el
judaísmo y cristianismo.
En aquel tiempo los judíos tenían prescrito un
ayuno obligatorio para todos en el día de Kippur, día de la gran expiación
(Lev 16:29), día del ayuno por excelencia (Hech 27:9). Pero había también
otros ayunos supererogatorios, que vinieron a incorporarse a la práctica
colectiva de la vida piadosa. Algunos fariseos ayunaban todo el año. En los
días más severos estaba prohibido saludar, y por eso se caminaba con la
cabeza baja y, a veces, velada. En otros ayunos secundarios se prohibía
trabajar, tomar baños, ungirse con perfumes y llevar calzado. En este
ambiente, todavía había quienes, deseosos de ser vistos por los hombres y
cobrar fama de virtuosos por sus ayunos, querían acusar esto en la cara,
ensombreciendo ésta y presentándose “entristecidos.” Este ayuno era total
hasta la puesta del sol.
Nuevamente ante este cuadro exhibicionista de
los fariseos, Jesús nos presenta el espíritu del ayuno cristiano. Y lo
presenta con las hipérboles orientales de contraste, cuando ayunes, perfuma
tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los
hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará. Hecho sólo por Dios, Él lo verá y “premiará.”
7. NUESTRA
BUENAS OBRAS LA HACEMOS POR AMOR A DIOS
Jesús nos ha enseñado a través de este evangelio,
un principio importante, no debemos buscar la recompensa en la opinión de
los hombres, Él lo repite insistentemente, por tanto, nuestra buenas obras
la hacemos por amor a Dios, sin preocuparnos si los demás la aprueban o no.
Obramos por Dios, por amor y por fidelidad a EL, si lo hacemos así en
conciencia, podremos esperar la recompensa del Padre por nuestro buen
actuar.
Nuestro Buen Padre, está presente en toda
nuestra vida, él sabe lo que hacemos y por qué lo hacemos.
La Paz de Cristo Jesús viva en sus
corazones
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA
|
"EN
TU LUZ VEREMOS LA LUZ"
La liturgia
de la Palabra de hoy nos lleva de la mano por el camino de la verdadera
alegría, viniendo a buscarnos en los callejones sin salida donde nos
metemos y donde no podemos avanzar. Penitencia y arrepentimiento no son
sinónimos de abatimiento, tristeza o frustración; por el contrario,
constituyen una modalidad de apertura a la luz que puede disipar las
oscuridades interiores, hacernos conscientes de nosotros mismos en la
verdad y hacernos gustar la experiencia de la misericordia de Dios. El
siempre ve y conoce nuestras mezquindades y suciedades interiores y, sin
embargo, ¡qué diferente es su juicio del nuestro!
"En
tu luz veremos la luz" (Sal 35,10b): admirados notamos que desde el
momento en que nos ponemos en camino, él nos envuelve con un amor más grande,
nos despoja de nuestro mal y nos reviste de una inocencia nueva.
El Señor
había asignado al profeta la misión de convocar al pueblo para suscitar nueva
esperanza a través de un camino penitencial; a los apóstoles les confía el
ministerio de la reconciliación; a la Iglesia hoy, le encarga proclamar que
¡ahora es tiempo favorable, ahora es el día de la salvación! Volvamos al
camino del Señor con todo su pueblo, dejémonos reconciliar con Dios
permitiendo a Cristo que asuma nuestro pecado: sólo él puede conocerlo y
expiarlo plenamente. Renovados por el amor aprenderemos a vivir bajo la
mirada del Padre, contentos de poder cumplir humildemente lo que le agrada
y ayuda a nuestros hermanos. Su presencia en el secreto de nuestro corazón
será la verdadera alegría, la única recompensa esperada y ya desde ahora
pregustada.
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ORACION
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Padre mío, tú que ves en lo escondido, sabes
cómo rehúyo de lo escondido del corazón y cómo busco la admiración de los
hombres, pobre recompensa al orgullo de mi "yo" que recita su
papel en la comedia de la piedad humana.
Muy distinto, mucho más desconcertante, es el
misterio de tu piedad, pero cómo lo ignoro todavía, vagando lejos... Hazme
volver, te suplico, a la hondura de mí ser donde tú moras: en la luz nueva
del arrepentimiento exultaré de gozo en tu presencia.
Padre nuestro, que estás en los cielos, tú
conoces el mal del mundo y cómo yo lo aumento cada día. Ayúdame hoy a
acoger el día de salvación; concédeme ahora el mirar a tu Hijo, tratado
como pecador por nosotros, crucificado por nosotros, por mí. Reconciliado
por el Amor infinito, viviré en el humilde amor que no busca otra
recompensa fuera de ti.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La
Pagina de
la Misa Diaria,
esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde
Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor
Jesucristo y por la
Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse
este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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