Misa Diaria
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de PEDRO SERGIO ANTONIO DONOSO BRANT
21 años en Internet
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07-01-2020
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Nº MD 7.780
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Visita N°
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MARTES, DESPUES DE, EPIFANÍA DEL SEÑOR
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NAVIDAD
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PREFACIO DE EPIFANÍA.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 117, 26-27
Bendito el que viene en nombre del Señor. El
Señor es Dios, él nos ilumina.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tu Hijo unigénito se ha manifestado
en la realidad de nuestra carne; ya que lo reconocemos semejante a nosotros
exteriormente concédenos que él nos transforme interiormente. El que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
LECTURA 1Jn 4, 7-10
Lectura de la primera carta de
san Juan.
Queridos míos, amémonos los unos a los otros,
porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a
Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios
nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos
vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado
a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima
propiciatoria por nuestros pecados.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: ¿Cómo podremos amarnos entre nosotros
como Cristo nos amó? Esto sólo es posible porque él nos amó primero.
Dejémonos inundar de ese amor que el Padre y Cristo nos regalan, y así
podremos amarnos entre nosotros.
SALMO Sal 71, 1-4ab. 7-8
R. ¡Pueblos de la tierra,
alaben al Señor!
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud
al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a
tus pobres con rectitud. R.
Que las montañas traigan al pueblo la paz, y las
colinas, la justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, socorran a
los hijos de los pobres. R.
Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz,
mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río
hasta los confines de la tierra. R.
ALELUYA Lc 4, 18
Aleluya. El Señor me envió a llevar la Buena Noticia a
los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos. Aleluya.
EVANGELIO Mc 6, 34-44
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Marcos.
Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de
ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: -Éste
es un lugar desierto, y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vaya
a los campos y poblaciones cercanos a comprar algo para comer-. Él
respondió: -Denles de comer ustedes mismos-. Ellos le dijeron: -¿Tendríamos
que ir a comprar doscientos denarios de pan para dar de comer a todos?-.
Jesús preguntó: -¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver-. Después de
averiguarlo, dijeron: -Cinco panes y dos pescados--. Él les ordenó que
hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, y la gente se
sentó en grupos de cien y de cincuenta. Entonces él tomó los cinco panes y
los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición,
partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los
distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente. Todos
comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de
pan y de restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres.
Palabra del Señor.
COMENTARIO:
Los discípulos comparten la misión de Jesús, por
lo que les corresponde a ellos aprender a saciar el hambre y la sed del
desvalido mediante los cinco panes y los dos peces, signos del amor
fraterno que se comparte entre hermanos, como Jesús, imagen del Padre, que
se reparte para la salvación del mundo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta con bondad, Señor las ofrendas de tu
pueblo, y por este sacramento celestial, haz que se haga vida en nosotros
cuanto proclamamos por la fe. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Ef 2, 4; Rom 8, 3
Dios, por el gran amor con que nos amó, envió a
su propio Hijo, en una carne semejante a la del pecado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que sales a nuestro encuentro en la
participación de la
Eucaristía, obra en nuestros corazones su poderosa
eficacia, para que al recibirla, nos hagas cada día más dignos del don que
nos haces. Por Jesucristo nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“Denles de comer ustedes mismos”
San Marcos 6, 34-44:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
PORQUE
ERAN COMO OVEJAS SIN PASTOR
Al desembarcar vio
Jesús una gran muchedumbre y se compadeció de ellos, “porque eran como ovejas sin pastor.” Esta expresión aparece
en el ambiente bíblico (Núm 27:17; 1 Re 22:27; 2 Par 18:16; Ex 34:5). Pero
este pasaje, puesto en el evangelio, tiene, sin duda, una evocación de
valor mesiánico. En el Antiguo Testamento, el pueblo había sido comparado a
un rebaño, y el Mesías al pastor. Dios dice en Ezequiel: “Suscitaré para
ellos un pastor único, que las apacentará. Mi siervo David (el Mesías), él
las apacentará, él será su pastor” (Ez 34:23). Y Cristo, en la última Cena,
se identificó con el pastor, y los apóstoles — pueblo — con el rebaño,
conforme a la profecía de Zacarías (Zac 13:7). Y se proclamó el Buen Pastor
(Jn 10:11ss).
2.
JESÚS SE
COMPADECE DE LOS HOMBRES
Jesús se nos muestra
en todos los Evangelios, como la expresión plena del amor por los hombres.
Su carácter está lleno de sentimientos por todos y cada uno de los hijos de
Dios. El siente una profunda pena y lástima por la desgracia o por el
sufrimiento ajeno. El nunca deja de conmoverse, siempre nos enseña esa
natural inclinación a compadecerse y mostrarse comprensivo ante las
miserias y sufrimientos, siempre motivado por un auténtico sentimiento de
afecto, cariño y solidaridad, como lo hace ahora hacia aquella gente que
estaba cansada y hambrienta, por querer estar en su compañía, es así como
sintió una gran compasión y les estuvo regalando sus bellas enseñanzas por
largo rato.
3.
EL SEÑOR,
ESPERA DE NOSOTROS, UN CORAZÓN COMPASIVO
Dios, tiene una gran
ilusión con todos nosotros, esta es que tengamos la manera de ser con todos
sus hijos como la que tuvo Jesús con sus hermanos, que siempre se preocupó
de ellos incluso hasta de la necesidad del descanso. El corazón de un
apóstol, no puede permanecer indiferente ante las necesidades de sus
hermanos, sean estas espirituales o de otra índole. Sepamos como Jesús,
mirar alrededor nuestro y veremos que hay mucho que necesitan oír una
palabra de esperanza y que les hablemos del amor del Padre.
El Señor, espera de
nosotros, un corazón compasivo, no dejemos de acudir en auxilio del que
necesita, no dejemos de ayudar a los más necesitados por largo rato.
4.
LOS DISCÍPULOS ESTÁN PREOCUPADOS
Marcos relata: “Como se había hecho tarde, sus
discípulos se acercaron y le dijeron: -Éste es un lugar desierto, y ya es
muy tarde.”. Los discípulos están preocupados, lo que
había llevado como provisiones, no era suficiente para tanta gente. La
enseñanza que impartía de Jesús debe haber sido cautivante, se había
quedado más tiempo de lo considerado y se habían agotado los víveres. Entonces
los discípulos le dicen al Señor: “Despide a la gente, para que vaya a los campos y
poblaciones cercanos a comprar algo para comer” Pero Jesús les contestó: “Denles de comer ustedes mismos”. Ellos le explicaron al Señor que
tenían solo cinco
panes y dos pescados. El Corazón de Jesús, siempre está dispuesto a dar una
solución y no titubea en recurrir a lo que Él puede hacer, para ir en ayuda
a tanta gente hambrienta. Jesús se preocupa del pan material para las
gentes, pero él sabe que también los hombres sienten hambre de Dios, las
dos hambres que experimenta el hombre y los dos son urgentes de atender.
5.
MANDÓ QUE LA GENTE SE RECOSTARA EN LA
HIERBA.
Luego mandó que la
gente se recostara en la hierba. “Entonces él tomó los cinco panes y los dos
pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió
los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran”
Jesús elevó los ojos al
cielo. Este gesto de Jesús era frecuente en su oración. En cambio, no era
usual en las costumbres rabínicas, porque se decía: “La regla es que el que
ora ha de tener los ojos bajos y el corazón elevado al cielo.” Jesús no
enseña nuevamente que todo viene del Padre, Él está con su corazón en ese
momento en la tierra, pero levanta los ojos al cielo, enseñándonos que es
allí donde debemos mirar, porque todo viene de Dios y todo nos debe llevar
a Dios. También el relato nos dice que: pronunció una bendición. Jesús
sigue la tradición judía. La costumbre rabínica había establecido que no se
comiese o bebiese sin bendecir los alimentos, pues equivalía a un pecado de
infidelidad.
6.
PARTIÓ LOS PANES Y SE LOS DIO A LOS
DISCÍPULOS
También relata Marcos
que: “partió
los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los
distribuyeran”. El milagro se hizo en
las manos de Jesús, y se puede suponer que se fue multiplicando en las
manos de los discípulos, porque de lo contrario hubiese sido incesante e
inacabable ir y venir a Jesús. Entonces, Jesús no sació directamente el
hambre, lo hace a través de sus discípulos, es así como les dio a ellos los
panes y estos a las gentes.
Así han de ser los
apóstoles de hoy, en ningún caso indiferente a las necesidades de los
demás, siempre dispuestos a atender y acudir en la ayuda de los
necesitados, con generosidad y sin pensar muchas veces en el descanso,
porque esto se hace por el amor a Cristo, por amor al Padre Bueno y a todos
sus hermanos.
Los apóstoles le ofrecieron a Jesús todo lo que
tenían, fruto del trabajo y del esfuerzo, solo cinco panes y Jesús hizo
todo los demás. El Evangelio continúa: “Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron
doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que
comieron eran cinco mil hombres”. El milagro fue tan abundante, que todos se
saciaron y luego recogieron doce canastos sobrantes. Era uso judío recoger,
después de las comidas, los trozos de comida caídos a tierra. El milagro se
constataba bien: las sobras eran más que la materia de cinco panes para el
milagro.
7.
LAS GENTES QUE NO TIENEN QUÉ COMER EN EL
DESIERTO
En el trasfondo de este
hecho está la evocación de Moisés, viniendo a ser ello una tipología de
esta obra de Jesús. A las gentes que no tienen qué comer en el desierto (Núm
11:13.14), Moisés, con su oración, logra el maná. En esta época se esperaba
que el Mesías saliese del desierto, y aparecieron por entonces varios
pseudo Mesías, que llevaban las gentes al desierto, donde las prometían
señales prodigiosas y de donde saldrían triunfadores, pero se cuenta que su
fin fue desastroso. Igualmente, en los días mesiánicos, como renovación de
los días del desierto, se esperaba una lluvia perpetua de maná.
Todo esto podía
provocar una explosión de entusiasmo mesiánico en torno a Jesús. Pero Jesús
despachó a las gentes y discípulos, para que no se dejasen contagiar de
aquel mesianismo, no era el auténtico, ni la hora de su plena proclamación,
y El mismo se marchó solo a un monte a hacer oración. La esperanza de las
gentes que habían seguido a Jesús, no quedo fallida, ellos recibieron lo
que necesitaban, llegaron enfermos y fueron curados, para saciar su hambre
les proporcionó pan, para saciar su espíritu, Él les entrego su la Palabra.
8.
PONGAMOS EN MANOS DE LOS DEMÁS
COMPARTIENDO SOLIDARIAMENTE
El que sigue
resueltamente a Jesucristo, encuentra todo lo que necesita para sí, en esta
vida terrenal y luego en la vida eterna. Nuestro amado Padre Bueno, ya nos
ha regalo su amor. En Cristo nos ha dado todo, se ha dado a sí mismo. ¿Qué
otro poder será más fuerte que este amor generoso y apasionado que el Padre
manifestó en Jesús? Este amor nos sostiene en medio de toda circunstancia
adversa. Así lo comprendió también San Pablo; ¿Quién podrá separamos del
amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el
hambre, la desnudez, los peligros, la espada? (Rom 8, 35).
Así como Pablo, que
convencido de que en el amor de Cristo tiene la fortaleza para vencer
cualquier dificultad, así también sea para nosotros el mismo convencimiento.
Así como las gentes dejaron todo por seguir al Señor hasta el desierto, y
sin importarle el hambre no se apartaron de Él, que ninguna adversidad nos
contenga para seguirle.
Así como el Señor pone
en nuestras manos muchos bienes, pongamos en manos de los demás
compartiendo solidariamente lo que tenemos, para que le demos a otros
nosotros mismos.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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ES JESÚS, PAN DE VIDA,
QUE DA LA
INMORTALIDAD A QUIEN SE ALIMENTA DE ÉL
El milagro de la multiplicación de los panes nos introduce
simbólicamente en el gran y extraordinario misterio del pan de vida. El
relato es importante y todos los evangelistas lo refieren y lo ponen en el
centro de la actividad pública de Jesús. El Maestro realiza el milagro
porque tiene compasión de la multitud, pero se trata también de un signo
querido por el Cristo para revelarse a sí mismo. Estamos frente al nuevo
milagro del maná realizado por Jesús, nuevo Moisés, revelador escatológico
y mediador de los signos de Dios, en un nuevo éxodo: es el símbolo de la
eucaristía, verdadero alimento del pueblo de Dios. Se necesita comer el pan
vivo bajado del cielo para sobrevivir y entrar en comunión íntima con Jesús
Es revelación divina que el pan posee la eficacia de comunicar una
vida más allá de la muerte. Es Jesús, pan de vida, que da la inmortalidad a
quien se alimenta de él, a quien en la fe interioriza su Palabra y asimila
su vida. La escucha interior de Jesús es alimentarse con el pan celestial y
saciar el hambre que todo hombre tiene en sí mismo. Como el Padre es la
fuente de la vida del Hijo, y en él toda obra de salvación encuentra su
origen en el Padre, así el que participa de la eucaristía encuentra en
Cristo la vida divina. Jesús recibe la vida del Padre y la da al creyente
no sólo en el tiempo presente, sino al final de la historia, con aquella
vida eterna que es amor, participación en el misterio pascual de Cristo, en
el misterio de una carne vivificada por el Espíritu, que permite establecer
un vínculo profundo con Dios, como el que existe entre el Padre y el Hijo.
|
ORACIÓN (3)
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Señor, tú eres un Dios que nos ha dado infinitas pruebas de amor y de
bondad, no sólo creando el universo y el pequeño mundo en el que vivimos,
sino también dándonos la vida y la inteligencia, por medio de la cual
podemos gustar las bellezas creadas para nosotros y puestas a nuestra
disposición. Pero, por encima de todo, te has demostrado Padre, dándonos la
mayor prueba de tu inmenso amor al enviarnos a tu Hijo amado como Salvador,
don precioso y extraordinario que sólo tu inmensa bondad podía pensar.
Verdaderamente eres un Dios de amor. Has tomado la iniciativa en la
vida humana y no has permitido que permaneciéramos alejados de ti para
siempre, como enemigos tuyos. Has establecido una estrecha alianza con tu
pueblo elegido, a pesar de las muchas traiciones, y además nos has dado
definitivamente, por medio de tu Hijo, la Iglesia como madre y
lugar de salvación. Te has mostrado grande de corazón ofreciéndonos el don
renovado del maná, esto es, del pan de la Palabra y de la
eucaristía, sacramentos de tu amor divino. Te has preocupado también de
saciar el hambre del hombre en sus necesidades espirituales y materiales,
demostrando una predilección especial por los pobres y los que sufren.
Nunca has olvidado llamar a ti incluso a aquellos que se sienten suficientes
y seguros, porque sólo tú eres la seguridad del hombre y la felicidad que
llena el corazón. Gracias por tu amor generoso y sin recato que nos hace
descubrir tu verdadera identidad.
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SANTORAL (4)
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SAN RAIMUNDO DE PEÑAFORT
Raimundo, nacido en Peñafort, cerca de
Barcelona, en 1175, desde el castillo de su nombre junto a Villafranca del Panadés, marcha a Bolonia; donde se especializa en
Derecho y llega a ser destacadísimo catedrático de aquella Universidad.
Renuncia a su canonjía en Barcelona, al hacerse
religioso dominico (1222), poco después de la muerte de Santo Domingo. Para
orientación de las conciencias, escribe en 1222 su celebérrima Moral,
"Summa", llamada Raimundiana.
Destaca como confesor de Papas y Reyes en Roma y España.
Había de convertirse en uno de los maestros de
teología moral y de derecho canónico de su tiempo. Recibió el encargo de
elaborar las Decretales de Gregorio IX (1234) y se le conoce por su celo
por la formación de los sacerdotes en lo referente al ministerio de la
penitencia.
Este canonista, maestro general de su Orden,
fue también un apóstol lleno de celo.
Trabaja en la evangelización de Mallorca. Tan sabio
como humilde, renuncia los altos cargos.
A los dos años de Superior General de la Orden
Dominicana, logra ser sustituido para dedicarse a impulsar las misiones.
Con ocasión de fundar, junto con San Pedro
Nolasco, la Orden de la Merced para rescatar a los cristianos cautivos de
los moros, sintió la necesidad de un auténtico diálogo con el Islam: alentó
a sus religiosos a que aprendieran a hablar árabe y estudiasen el Corán.
Funda escuelas de árabe en Túnez y Barcelona; y de árabe y hebreo, en
Murcia. Murió en Barcelona, santamente, con 99 años, el 6 de enero de
1275; honrado en sus funerales lo mismo por el pueblo y sus obispos, que
por los reyes Jaime de Aragón y Alfonso el Sabio. Dejando el recuerdo de un
sacerdote cuya vida había estado movida por «entrañas de misericordia para
con los cautivos y pecadores».
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria,
está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de
Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y
por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este
servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia
de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el
estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia
Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3) Para la Lectio
Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier
Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M.
Magdalena ocd,
(4) Santoral preparado
por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.
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