Misa Diaria
MISA
DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es
fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
Página de PEDRO SERGIO ANTONIO DONOSO BRANT
25
años en Internet
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La edición
de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más
antigua de Internet, comenzó en el año 1998.
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subsidio está publicado todos los días en la página WEB en este link: MISA DIARIA
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19-01-2024
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Edición Nº 9.495
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LITURGIA DE LAS HORAS
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Visita N°
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Viernes Segunda Semana
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65,4
El
Señor lo colmo de espíritu de sabiduría y de inteligencia, y lo revistió de
su gloria, para que anunciara su palabra en medio de la Iglesia.
ORACIÓN COLECTA
Señor
y Dios nuestro, que para la salvación de los hombres quisiste que el obispo
san Francisco de Sales se hiciera todo para todos, concédenos que, a
ejemplo suyo, manifestemos siempre la mansedumbre de tu amor en el servicio
a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
LECTURA. I
Sam 24, 3-21
Lectura del primer
libro de Samuel.
Saúl reunió a tres
mil hombres seleccionados entre todo Israel y partió en busca de David y
sus hombres, hacia las Peñas de las Cabras salvajes. Al llegar a los
corrales de ovejas que están junto al camino, donde había una cueva, Saúl
entró a hacer: sus necesidades. En el fondo de la cueva, estaban sentados
David y sus hombres. Ellos le dijeron: “Este es el día eh que el Señor te
dice: «Yo pongo a tu enemigo en tus manos; tú lo tratarás como mejor te
parezca». Entonces David se levantó y cortó sigilosamente el borde del
manto de Saúl. Pero después le remordió la conciencia, por haber cortado el
borde del manto de Saúl, y dijo a sus hombres:
« ¡Dios me libre de
hacer semejante cosa a mi señor, el ungido del Señor! ¡No extenderé mi mano
contra él, porque es el ungido del Señor!» Con estas palabras, David retuvo
a sus hombres y no dejó que se abalanzaran sobre Saúl. Así Saúl abandonó la
cueva y siguió su camino. Después de esto, David se levantó, salió de la
cueva y grito detrás de Saúl: ¡Mi señor, el rey! «Saúl miró hacia atrás, y
David, inclinándose con el rostro en tierra, se postró y le dijo»: ¿Por qué
haces caso a los rumores de la gente, cuando dicen que David busca tu
ruina? Hoy has visto con tus propios ojos que el Señor te puso en mis manos
dentro de la cueva. Aquí se habló de matarte, pero yo tuve compasión de ti
y dije: «No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido del Señor».
I Mira, padre mío, sí, mira en mi mano el borde de tu manto! Si yo corté el
borde de tu manto y no te maté, tienes que comprender que no hay en mí ni
perfidia ni rebeldía, y que no he pecado contra ti. ¡Eres tú el que me
acechas para quitarme la vida! Que el Señor juzgue entre tú y yo, y que El
me vengue de ti. Pero mi mano no se alzará contra ti. «La maldad engendra
maldad», dice el viejo refrán. Pero yo no alzaré mi manó contra tí ¿Detrás
de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién estás persiguiendo? ¡A un
perro muerto! ¡A una pulga! ¡Que el Señor sea el árbitro y juzgue entre tú
y yo; qué El examine y defienda mi causa, y me haga justicia, librándome de
tu mano!. Cuando David terminó de dirigir estas palabras a Saúl, éste
exclamó: “¿No es esa tu voz, hijo mío, David?”, y prorrumpió en sollozos.
Luego dijo a David: “La justicia está de tu parte, no de la mía. Porque tú
me has tratado bien y yo te he tratado mal. Hoy sí que has demostrado tu
bondad para conmigo, porque el Señor me puso en tus manos y tú no me
mataste. Cuando alguien encuentra a su enemigo, ¿lo deja seguir su camino
tranquilamente? ¡Que el Señor te recompense por el bien que me has hecha
hoy” Ahora sé muy bien que tú serás rey y que la realeza sobre Israel se
mantendrá firme en tus manos”.
Palabra de Dios
COMENTARIO:
Lo que resalta en
este episodio es el respeto de David por el ungido del Señor. En efecto,
Saúl había sido ungido por Samuel El perseguido (David) confía en la
justicia divina, sin rencor. Reconoce que sólo Dios es dueño de la
historia.
SALMO Sal
56, 2-4. 6. 11
R. ¡Ten piedad de mí,
Dios mío, ten piedad!
Ten piedad de mí,
Dios mío, ten piedad, porque mi alma se refugia en ti; yo me refugio a la
sombra de tus alas hasta que pase la desgracia. R.
Invocaré a Dios, el
Altísimo, al Dios que lo hace todo por mí: El me enviará la salvación desde
el cielo y humillará a los que me atacan. ¡Que Dios envíe su amor y su
fidelidad! R.
¡Levántate, Dios, por
encima del cielo, y que tu gloria cubra toda la tierra! Porque tu
misericordia se eleva hasta el cielo y tu fidelidad hasta las nubes. R.
ALELUYA
2Cor 5, 19
Aleluya Dios estaba
en Cristo reconciliando al mundo consigo confiándonos la palabra de la
reconciliación. Aleluya.
EVANGELIO
Mc 3, 13-19
Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús subió a la
montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús
instituyó a doce, a los que les dio el nombre de Apóstoles, para que
estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a
los demonios. Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre
de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que
dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés,
Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el
Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
Palabra del Señor.
COMENTARIO:
El Maestro subió a la
montaña y llamó a los que él quiso, instituyéndolos sus discípulos y
apóstoles. En el espíritu del Mesías y en continuidad con la tradición, los
Doce serán los patriarcas del nuevo pueblo y los jueces, a quienes se les
confiará el juicio sobre los ciudadanos del Reino futuro. Pero, ¿qué
aptitud, preparación o marcas presentaban los Doce en su haber? Nada
notable. Quizás ni siquiera eran hombres muy piadosos. Lo que el Maestro
vio fue unos hombres capaces de escuchar, entusiasmarse y ponerse en camino
hasta dar la vida por él.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por
esta víctima de salvación que te ofrecemos, enciende, Señor, en nuestro
corazón aquel fuego del Espíritu Santo con el cual inflamaste
admirablemente el corazón paciente y humilde de San Francisco de Sales. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
La
Virgen engendró al Dios y hombre; Dios nos devolvió la paz reconciliando el
cielo y la tierra.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por
estos sacramentos recibidos concédenos, Dios todopoderoso, que imitando en
la tierra la caridad y la mansedumbre de San Francisco de Sales, alcancemos
también nosotros la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a
los que quiso”
Mc 3, 13-19
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los
que quiso. Fue un momento trascendental, a los doce patriarcas se les van a
contraponer otros doce fundadores. Los apóstoles van a ir a extender por el
mundo el nuevo Israel. Jesús los elige con plena libertad. Jesús los elige
para que lo acompañen, y en esa compaña él los forma para enviarlos a
predicar el Reino, y les da poder de expulsar demonios. San Marcos destaca
este poder sobre los “espíritus impuros.” Ello habla de la grandeza de
Cristo y de la llegada del Reino (Mt 12:28).
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y
eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Así instituyó
a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de
Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges,
es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,
Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el
mismo que lo entregó.
Jesús, al elegir a estos doce amigos íntimos
como sus discípulos, establece los cimientos del nuevo Israel o pueblo de
Dios. Ahora estos discípulos, acompañaran y aprenderán el modo de vida de
su maestro, y le darán su apoyo, le tendrán fe, le entregarán su adhesión
total, para luego ser los apóstoles, que como enviados han de continuar la
misión entregada por Jesús.
1.
PEDRO: Pedro figura en primer lugar en
todas las enumeraciones de Apóstoles que aparecen en el Nuevo Testamento, y
tiene entre los Doce, un lugar absolutamente singular, siendo protagonista
de numerosos episodios en el Evangelio. Por ello, tenemos abundantes datos
acerca del Príncipe de los Apóstoles; y a los que figuran en los
Evangelios, los Hechos y las Cartas apostólicas, hay que sumar, asimismo,
los que nos dan la tradición y la leyenda (especialmente los "Hechos
de Pedro", apócrifo del siglo II, y los "Hechos de Pedro y
Pablo", del siglo V), que han aportado lo suyo para dar como resultado
una abundante y variada iconografía.
2.
JUAN: "el discípulo amado",
autor del Cuarto Evangelio, tres Cartas, y el Apocalipsis. Pescador de
Betsaida, hijo de Zebedeo, hermano de Santiago, discípulo del Bautista y
apodado "hijo del trueno", participó con Pedro y Santiago de los
episodios más significativos de la vida de Jesús, y en la Última Cena
recostó su cabeza en el pecho del Señor (por ello es llamado en griego
"Epistehios": el que está sobre el pecho). Estuvo con María
"junto a la cruz" (Jn. 19, 25-27), y fue testigo junto a Pedro
del sepulcro vacío: "vio y creyó" (Jn. 20, 8). Los Hechos lo
nombran nuevamente junto a Pedro, y San Pablo lo menciona entre las
"columnas de la Iglesia" (Gal. 2, 9). Es llamado "el
Teólogo" por la profundidad de su Evangelio, que difiere en no pocos
aspectos de los sinópticos.
3.
FELIPE: El apóstol Felipe -que no debe ser
confundido con el diácono de igual nombre, que aparece en los Hechos de los
Apóstoles (cfr. 6, 5)- figura en quinto lugar en las listas de los Doce. El
Evangelio señala expresamente que "era de Betsaida, la ciudad de
Andrés y de Pedro" (Jn. 1, 44). Esa circunstancia, sumada al hecho de
que Andrés y él son los únicos apóstoles que tienen nombres griegos, y la
intercesión conjunta de ambos por los griegos que querían ver a Jesús (cfr.
Jn. 12, 21-22), hace suponer a algunos autores que Felipe y Andrés eran
parientes o amigos.
4.
MATEO: "Jesús vio a un hombre
llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y
le dijo: 'Sígueme'. Él se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba
comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores y se sentaron
a comer con él y sus discípulos" (Mt. 9, 9). Así narra Mateo su propia
vocación. El episodio, que concluye con una célebre frase de Jesús "No
he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores" (Mt. 9, 13)
aparece también en los otros dos sinópticos, pero protagonizado por Leví.
Marcos especifica: "Leví, hijo de Alfeo" (cfr. Mc. 2, 14ss);
Lucas, por su parte, subraya que la comida era "un gran banquete"
que "Leví ofreció a Jesús... en su casa" (cfr. Lc 5, 27ss). Leví
y Mateo, sin lugar a dudas, son la misma persona.
5.
SANTIAGO
EL MAYOR:
Santiago, hijo de Zebedeo y Salomé (cfr. Mc. 15, 40; Mt 27, 59), es llamado
"el Mayor" para distinguirlo del otro Santiago, hijo de Alfeo.
Santiago es hermano de Juan (probablemente su hermano mayor), y ambos
fueron testigos, junto con Pedro, de momentos muy especiales de la vida de
Jesús: entre ellos la transfiguración y la agonía. A él y a su hermano -por
su carácter impetuoso- Jesús los llamaba "hijos del trueno"
Después de los relatos del Evangelio que lo mencionan en varias ocasiones,
hay una laguna en la historia de Santiago, hasta su muerte, que nos narran
los Hechos de los Apóstoles. Pero un episodio sumamente importante de su
vida que recoge la tradición, viene a llenar esa laguna: su viaje a España.
Allí habría anunciado el Evangelio y organizado la Iglesia.
6.
SANTIAGO
EL MENOR:
"Santiago, hijo de Alfeo" (Mc. 10, 3 y paralelos; Hech. 1, 13)
que aparece en noveno lugar en todas las listas de los Doce, es apodado
"Santiago el Menor" (Mc. 15, 40) -probablemente porque era de
baja estatura-, para distinguirlo del otro Santiago, el hijo de Zebedeo y
hermano de Juan. La tradición cristiana siempre lo ha identificado con el
"hermano del Señor" (Mc. 6, 3) que se entrevistó con Pablo (Gal.
1, 19); con el Santiago mencionado en la misma Carta a los Gálatas como una
de las "columnas de la Iglesia" (Gal. 2, 9); con aquél que toma
la palabra durante el "concilio" de Jerusalén (Hech. 15, 13ss),
obviamente un líder de la comunidad, al que Pedro había mandado anunciar su
liberación (cfr. Hech. 12, 17); con quien quedó a cargo de la Iglesia de
dicha ciudad cuando la dispersión de los apóstoles por el mundo y fue su
primer Obispo; con aquél Santiago a quien -según cuenta Pablo- se apareció
el Señor Resucitado (1 Cor. 15, 7); y con el autor de la Carta de Santiago.
7.
ANDRÉS: Muchos títulos justifican la
extraordinaria devoción de que, desde tiempos muy antiguos, es objeto San
Andrés, tanto en la Iglesia de Oriente como en la de Occidente. En efecto,
es "el primer llamado" (en griego "Protocleto") por Jesús
al ministerio apostólico, y hermano carnal de Pedro, cuya profesión de
pescador compartía. Andrés, además, introduce a su hermano en el
seguimiento de Cristo (cfr. Jn. 1, 35-42). Por otra parte, el haber muerto
crucificado, y el amor por la cruz que le atribuye la tradición, lo hacen
particularmente cercano al Maestro.
8.
JUDAS
TADEO: El Evangelio lo menciona
como "hijo de Santiago" (Lc. 6, 16) y como "hermano" (primo)
del Señor, de Santiago, de José y de Simón (Mc. 6, 13; Mt. 13, 55). Ocupa
el último lugar en la enumeración de los Doce que figura en Hech. 1, 13. Es
el autor de una Epístola canónica, en la que se presenta a sí mismo como
"servidor de Jesucristo", y "hermano de Santiago" (el
Menor), (Jds. 1, 1). Según la tradición -que es más bien tardía, y que fue
recogida desde el siglo VIII en el Martirologio Romano- predicó el
Evangelio en Mesopotamia y luego marchó con Simón a Persia, donde ambos
sufrieron juntos el martirio.
9.
SIMÓN: Apodado el Zelote (por pertenecer
a esa secta) o el Cananeo (por provenir de Caná), aparece en décimo o en
undécimo lugar en las listas de apóstoles (Lc. 6, 15 y Mc. 3, 18,
respectivamente). Poco sabemos de su vida, pero una tradición señala que
predicó el Evangelio en Egipto. Por San Fortunato, obispo de Poitiers (del
siglo VI), sabemos que fue sepultado en Persia, donde había sido muerto con
su compañero San Judas. Una iglesia antigua dedicada a Simón, existía ya
entre el siglo VI y el VIII en Nicopsis, en la costa del Mar Negro.
10.
TOMÁS: Puede resultar paradójico que un
apóstol de Jesús sea recordado especialmente por su
"incredulidad". Pero eso es precisamente lo que ocurre con Tomás,
protagonista del célebre episodio -referido por San Juan- que comenzó en la
tarde misma de la resurrección de Jesús y tuvo su coronación el domingo
siguiente (cfr. Jn 20, 19-29). Este episodio ha sido abundantemente
representado en la iconografía del apóstol, y el texto evangélico es
proclamado cada año en el domingo que sigue a la fiesta de Pascua y en la fiesta
de Santo Tomás apóstol, que se celebra el 3 de julio.
11.
MATÍAS: Matías fue elegido por los Once,
encabezados por Pedro, "para desempeñar el ministerio del
apostolado", en el lugar "dejado por Judas" (Hech. 1, 25;
cfr. 1, 15-26). Pero después de este episodio, Matías no vuelve a ser
mencionado, y nada sabemos a ciencia cierta de su vida. Según Eusebio, era
uno de los setenta y dos discípulos (cfr. Lc 10, 1. 17). La literatura
apócrifa (por ejemplo los "Hechos de Andrés y Matías") abunda en
detalles acerca de su martirio: fue hecho prisionero por antropófagos,
cegado, curado y liberado por Andrés, y finalmente decapitado. Esas
leyendas le han valido diversos atributos: espada, alabarda, piedras, cruz,
hacha. Este último ha prevalecido en general. San Matías no representa un
papel importante en la piedad popular.
12.
BARTOLOMÉ:
Uno de los doce apóstoles,
mencionado sexto en tres de los Evangelios (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas
6:14) y séptimo en los Hechos de los Apóstoles (1:13). No se sabe de el con
mucha certeza. Sin embargo, muchos eruditos lo identifican con Natanael
(Juan 1:45-51; 21:2). Las razones de esta suposición es que Bartolomé no es
un nombre apropiado para un apóstol; que el nombre nunca aparece en el
cuarto Testamento, mientras que Natanael no es mencionado en las
sinópticos; que Bartolomé es un nombre emparejado con Felipe en los
evangelios de Mateo y Lucas, y encontrado al lado suyo en el evangelio de
Marcos, que concuerda bien por el hecho demostrado por San Juan, que Felipe
era un viejo amigo de Natanael y lo guió hacia Jesús; que la llamada de
Natanael, mencionada con el llamado de distintos apóstoles, parece que lo
marca para el apostolado, especialmente desde que la completa y bella
narrativa nos guíe hacia un desarrollo importante; que Natanael era de
Galilea donde Jesús encontró a la mayoría sino a todos los Doce Apóstoles.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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NOSOTROS NOS
CONVERTIMOS EN HIJOS, AMADOS, ESCOGIDOS
Dios creó todo el universo
para el hombre y creó al hombre para unirlo a Él en Jesús, su Hijo. Esta
certeza está en condiciones de iluminar y cambiar por completo nuestra
vida, porque no es posible sentirnos amados sin que esto renueve desde el
interior nuestra existencia y cambie nuestras relaciones. El riesgo que
corremos es vivir como desmemoriados, dejándonos aplastar por la opacidad
de un horizonte en el que no penetra la luz de Dios.
«Vino a los suyos,
pero los suyos no lo recibieron» (cf. Jn 1,11), pero si lo recibimos, si
nos abrimos a la alegría de la fe, entonces también nosotros nos
convertimos en hijos, amados, escogidos, elegidos para estar siempre con él
y para anunciarlo a los hermanos, con el poder de derrotar al Maligno, que
recurrirá a todo para alejarnos de la alegría de este descubrimiento.
¿Dónde podemos
alcanzar la fuerza para vivir la memoria de este amor poderoso, sino
participando en el sacrificio eucarístico que cada día nos vuelve a llevar
a las fuentes del don de Dios y vuelve a proponernos adherirnos a la nueva
y eterna alianza entre Dios y el hombre que Jesús ha venido a establecer en
su sangre divina derramada por nosotros?
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ORACIÓN (3)
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Señor, yo soy de los
que están contigo desde hace tiempo, pero me doy cuenta de que mi corazón no
late aún en sintonía con el tuyo. Tal vez, repito a veces tus palabras,
pero con frecuencia no las pongo en práctica.
Hoy quiero reconocer
ante ti la lentitud -quizás también la pereza- con la que procedo para
vencer al mal con el bien. Los pensamientos y los deseos de venganza me
ocupan, tal vez, de una manera sutil y les doy seguimiento «golpeando» con
palabras duras y gestos bruscos a aquellos por quienes me siento herido. Si
no pongo en marcha la venganza es porque, a veces, no se me presenta la
ocasión propicia...
Quiero tomar
conciencia, Señor, de los proyectos de revancha que formulo de manera
silenciosa y convertirlos en magnanimidad. Sé muy bien, Señor, que no los
llevaré a buen puerto gracias a mi destreza, sino a tu fuerza, al poder del
amor que tú me comunicas y que vence al mal de cualquier modo que se
manifieste.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La
Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A.
Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor
por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para
que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios
que tanto nos ama.
Nota:
Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones
San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos
de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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