Lunes Semana XIV
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 47,10-11
En
tu santo templo, Señor, evocamos tu misericordia; la gloria de tu nombre
llega hasta los confines de la tierra. Tu derecha está llena de justicia.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que por la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída;
concédenos una santa alegría, para que, liberados de la servidumbre del
pecado, alcancemos la felicidad que no tiene fin. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Gn 28, 10-22
Lectura del libro del Génesis.
Jacob
partió de Berseba y se dirigió hacia Jarán. De
pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya
se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como
almohada y se acostó allí. Entonces tuvo un sueño: vio una escalinata que
estaba apoyada sobre la tierra, y cuyo extremo superior tocaba el cielo.
Por ella subían y bajaban ángeles de Dios. Y el Señor, de pie junto a él,
le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de
Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde estás acostado. Tu
descendencia será numerosa como el polvo de la tierra; te extenderás hacia
el este y el oeste, el norte y el sur; y por ti y tu descendencia, se
bendecirán todas las familias de la tierra. Yo estoy contigo: te protegeré
dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. Note abandonaré
hasta haber cumplido todo lo que te prometo”. Jacob se despertó de su sueño
y exclamó: “Verdaderamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía!”.
Y lleno de temor, añadió: “Qué temible es este lugar! Es nada menos que la
casa de Dios y la puerta del cielo”. A la madrugada del día siguiente,
Jacob tomó la piedra que le había servido de almohada, la erigió como
piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella. Y a ese lugar, que antes
se llamaba Luz, lo llamó Betel, que significa “Casa de Dios”. Luego Jacob
hizo este voto: “Si Dios me acompaña y me protege durante el viaje que
estoy realizando, si me da pan para comer y ropa para vestirme, y si puedo
regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios. Y esta
piedra conmemorativa que acabo de erigir será la casa de Dios”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: Las antiguas tradiciones hacen
remontar al patriarca Jacob el origen de Betel. Allí hubo una intervención
del Señor, como garantía de fidelidad a su promesa. Beteles un anticipo de
la tierra prometida. Hubo allí también la intervención del hombre, ya que
Jacob se presenta como el que responde a la iniciativa de Dios. Para
nosotros Betel debe evocar aquellos momentos privilegiados de la existencia
en que hemos encontrado a Dios. Cuando, al igual que Jacob, nos despertamos
y decimos: “Dios está aquí y yo no lo sabía”. Pero Dios no está limitado en
el espacio; no es un prisionero del templo. Dios renueva su alianza con
Jacob en estos términos: “Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo”.
SALMO Sal 90,1-4. 14-15
R. ¡Dios mío, confío en ti!
Tú
que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di
al Señor: “Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío”. R.
Él
te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; te cubrirá con
sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas. R.
“Él
se entregó a mí, por eso, Yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi
Nombre; me invocará, y Yo le responderé. Estaré con él en el peligro”. R.
ALELUYA Cfr.2 Tim 1,10
Aleluya.
Nuestro Salvador Jesucristo destruyo la muerte e hizo brillar la vida
mediante la buena noticia. Aleluya
EVANGELIO Mt 9, 18-26
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Mateo.
Se
presentó a Jesús un alto jefe y, postrándose ante Él, le dijo: “Señor, mi
hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá”. Jesús se
levantó y lo siguió con sus discípulos. Entonces se le acercó por detrás
una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los
flecos de su manto, pensando: “Con sólo tocar su manto, quedaré sana”.
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: “Ten confianza, hija, tu fe te ha
salvado”. Y desde ese instante la mujer quedó sana. Al llegar a la casa del
jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba,
y dijo: “Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme”. Y se reían de
Él. Cuando hicieron salir a la gente, Él entró, la tomó de la mano, y ella
se levantó. Y esta noticia se divulgó por aquella región.
Palabra del Señor.
COMENTARIO: Muchas veces el evangelio denuncia
la falta de fe de los interlocutores del Maestro. Y junto a estas
denuncias, también se ven hombres y mujeres, que por su condición no son
aceptados por la sociedad, y por lo tanto, según lo establecido por la ley,
no pueden recibir los beneficios de Dios. Pero es evidente que su voluntad
es estar cercano al hombre. Por eso, el Maestro accede a imponer sus manos
sobre la niña muerta y permite que le «toque» el manto una mujer enferma.
Así el jefe de la sinagoga y una mujer desahuciada son beneficiados con el
poder salvador del Maestro, no por sus condiciones morales, sino por su fe,
que es lo único que cuenta ante Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre
del cielo, que este sacrificio consagrado a tu nombre nos purifique y nos
encamine, cada día más, hacia la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 33,9
Gusten
y vean qué bueno es el Señor. Feliz el hombre que espera en Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con tan grandes dones, te pedimos,
Padre, recibir sus frutos de salvación y no dejar nunca de alabarte. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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“Se postró ante él y le dijo: “Señor, mi hija
acaba de morir;
pero ven tú a imponerle las manos y volverá a
vivir”
Mt 9, 18-26:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
SEÑOR, MI HIJA ACABA DE MORIR
Se presentó a Jesús un alto jefe y, postrándose
ante él, le dijo: Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu
mano y vivirá. San Mateo se refiere uno de los jefes de la sinagoga, es
decir un miembro distinguido de la sinagoga, según el Evangelio de san
Marco, se llama Jairo, nombre bastante usual. Llegándose a Jesús, se postró
ante El, e insistentemente le rogaba que viniese a su casa e impusiese sus
manos sobre su hija única, sabemos por los sinópticos que es de doce años y
que estaba muriéndose, este fragmento dice mi hija acaba de morir.
2. EL
ALTO JEFE RUEGA A JESÚS, QUE PARA CURAR A SU HIJA
Si el alto jefe ruega a Jesús, que para curar a
su hija, venga a su casa y le imponga sus manos, él no tenía un
conocimiento claro del poder de Jesús, ya que no pensó en una curación a
distancia. Era la fe imperfecta, que pensaba requerirse la presencia física
para la curación. Es lo que hizo exclamar a Marta, la hermana de Lázaro,
después de la muerte de éste, dirigiéndose a Cristo: Si hubieras estado
aquí, no hubiera muerto mi hermano (Jn 11:21). La prueba le resultaba
especialmente dura al alto jefe, cuando acaba de presenciar la curación de
la mujer con hemorragia. Es un contraste acusado en dos actitudes de fe.
Este relato de san Mateo, se encuentra en san
Marcos (Mc 5, 21-43) con mucho detalle, con descripción de los personajes y
los sucesos, y nos hace ver minuciosamente todas las actitudes, que suceden
paso a paso, la de Jesús, los discípulos, las gentes, los que suplican, los
que sufren, los que alborotan y los que lloran, en otra palabras, es un
relato muy vivo.
3. SE
LE ACERCÓ POR DETRÁS UNA MUJER QUE PADECÍA DE HEMORRAGIAS
Entonces se le acercó por detrás una mujer que
padecía de hemorragias desde hacía doce años. Debía de ser de cierta
posición social, pues había consultado muchos médicos y gastado toda su
hacienda con ellos, pero no había podido ser curada por ninguno, pero sin
provecho alguno, es decir iba de mal en peor, no sólo por la inutilidad de
aquellos remedios, sino, en parte, causados por los mismos.
Cuando Jesús iba a casa del Jefe de la Sinagoga
para curar a su hija, tiene lugar esta escena. Iba acompañado de una gran
multitud, que le apretujaba. En las callejuelas del viejo Oriente, el
entusiasmo despertado por Jesús hacía que la multitud, empujándose por
acercarse, le apretujase. Entre esta turba se mezcló la mujer angustiada y
tocó con fe el vestido del Señor. Y al punto se hizo su curación.
4.
CREÍA QUE CON ELLO SE CURARÍA
Habiendo oído esta mujer la fama curativa de
Jesús, apeló, desesperada ya de médicos, al mejor recurso, Él. Sólo pensó
en tocar su vestido, porque creía que con ello se curaría. La mujer
enferma, a como dé lugar quiere llevar adelante su propósito, entonces
viene por atrás, y como queriendo robarle o sorprenderle un milagro. Esto
es, porque era debido al tipo de impureza legal que significaba su enfermedad,
ya que otros enfermos tocaban a Jesús para curarse. Las prescripciones
rabínicas, aislaban a la mujer que padecía de esta enfermedad a fin de que
no contagiase su impureza legal.
5.
TEN CONFIANZA, HIJA, TU FE TE HA
SALVADO
En este fragmento de san Mateo, dice que Jesús
se dio vuelta, y al verla, le dijo: Ten confianza, hija, tu fe te ha
salvado, sin embargo en san Marcos, Jesús, se vuelve preguntando quién le
ha tocado, porque una fuerza había salido de Él. Y se dio vuelta, es decir,
miraba en torno suyo, — es la clásica mirada circular del estilo de san
Marcos, como queriendo descubrir quién había sido. Si Jesús obra así, no es
por ignorancia, sino por elevar y confirmar la fe de aquella mujer,
haciéndole ver que no fue la curación por un contacto supersticioso, sino
por efecto de la fe. Ante esto, los discípulos, se extrañan de esta
pregunta, pues todos le apretujaban y nadie se había acercado a Él con
gestos o modos especiales. Pero Jesús insistió en su afirmación. Ante esto,
la mujer se postró ante El y le confesó, lo
mismo, ante todo el pueblo toda la verdad. Jesús le dijo: Ten confianza,
hija, tu fe te ha salvado. Y desde ese instante la mujer quedó sana.
6.
CONFIANZA PLENA EN EL PODER DE JESÚS
Hermoso relato, Al acercarse a Él con fe esta
mujer y ser curada, lo que más nos encanta, es darnos cuenta la confianza
plena en el poder de Jesús, no solo cree que Jesús la puede curar, sino que
va más adelante, pues ella cree que con tan solo tocar su vestido basta,
pero aún hay más, ella piensa que aunque Jesús no se dé cuenta, con el
simple contacto de su manto, le devolverá la salud perdida.
Así debiera ser nuestra fe y nuestra confianza
en Jesús, nuestro hermano amigo que nunca nos falla.
Pero Jesús, al oír esto, sólo le recomienda que
tenga fe. Era ésta la que iba a crear el clima en que El ejercía las
curaciones, y que, por faltar tantas veces, no realizó milagros. Y vino a
su casa. Pero no permito que le siguiera nadie de la turba que le rodeaba,
más que tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan.
7. LA
NIÑA NO ESTÁ MUERTA, SINO QUE DUERME
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los
que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, gran alboroto, y gente
que lloraba y gritaba, todo el rito de lloronas a sueldo, ya evocadas por
Jeremías (Jer 9:17-18). Por eso, a la presencia de esto, les dice al
entrar, Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme. El uso
eufemístico del sueño por la muerte es usual al pueblo judío. Así anunció
Jesús la muerte de Lázaro (Jn 11:11.14). Pero aquí el contraste entre
muerte y sueño no permitía la interpretación eufemística. Y, sabiendo
aquellos mercenarios fúnebres la realidad de la muerte de la niña, se
rieron de Jesús. Cuando hicieron salir a la gente, él entró, Y, acercándose
al lecho, tomó de la mano, y ella se levantó. Según san Marcos, le dijo
unas palabras en arameo. «Talitá kum», que significa: « ¡Niña, Yo te lo ordeno,
levántate!», destacándose la autoridad de Jesús. Y al instante la niña de
doce años se levantó y echó a andar, luego mandó que diesen de comer a la
niña.
8. EL
PODER DE JESÚS QUE SE MANIFIESTA INCLUSO ANTE LA MUERTE
Jesús, sólo permitió entrar en la habitación de
la niña muerta a sus padres y a sus tres apóstoles. Y a todos los demás los
echó fuera.
Nos demuestra este relato la verdad de la
resurrección, pero no sólo la había resucitado, sino curado; la necesidad
de comida le haría ver la perfecta salud que ya gozaba.
Este relato nos muestra el poder de Jesús que
se manifiesta incluso ante la muerte, que se somete a su palabra
imperativa, la resurrección de la hija de Jairo, nos muestra el poder de
Jesús sobre la vida humana.
9. SE
POSTRÓ ANTE ÉL ROGÁNDOLE CON INSISTENCIA.
También vemos a al alto jefe de la sinagoga que
al ver Jesús, se postró ante él, esto es se arrojó a sus pies, rogándole
con insistencia. Así debemos ser también nosotros en la oración, con fuerza
y perseverancia. La fe es nuestra mayor necesidad, muchas veces estamos preocupados
de un sin números de necesidades, tales como bienes, vacaciones, viajes,
cultura, dinero etc. Pero lo que el Señor no dice que lo que más
necesitamos es fe. Es así, como es bueno pedirle al Señor: Señor, que la fe
no me abandone, te pido que me la refuerces, que me la concedas siempre, en
abundancia, en suficiencia
Cristo es "nuestra paz" (Ef 2, 14)
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
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