Misa Diaria,
Ciclo C
MISA
DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es
fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
23 años en Internet, desde 1998
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La edición de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina
y Santoral, enviada por correo por sistema de grupos, es las más antigua de
Internet, comenzó en el año 1998 y hoy llega a más de 23.800 suscriptores
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3.806
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01-10-2021
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Nº MD
9.036
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La liturgia de las horas:. liturgiadelashoras.in
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CHARLA TALLER SOBRE LA VIDA DE TERESITA DE LISIEUX
(Se puede compartir) Dios le bendiga, Pedro
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Santa
Teresa del Niño Jesús, 1 de octubre
Nació en Alençon, Francia, en 1873. Su padre era
relojero y su madre bordadora. Teresa sintió la llamada de Dios a los 12
años, y a los 14, en la
Navidad del 1886, decidió consagrarse en fidelidad a
Dios. El mismo año, al no poder entrar en el Carmelo por ser menor de 18
años, viajó con una peregrinación a Roma, y en la audiencia del papa León
XIII, se adelantó decidida hacia él y le pidió dispensa de edad para ser
admitida en el Carmelo, y a los cuatro meses, con 15 años, entraba en las
carmelitas de Lisieux, donde estaban ya dos de sus hermanas. Pero en el
convento no encontró la santidad que esperaba; sin embargo, en lugar de
lamentarse, inició con su vida la reforma del convento, que continuó sobre
todo como maestra de novicias. Se le llama “Teresita”, en razón de su
infancia espiritual, de su sencillez, humildad, obediencia, de su
permanente sonrisa inocente, su vida del todo normal, a simple vista. Al no
poder ir a misiones, como anhelaba anhelo, descubrió gozosa su vocación en la
Iglesia: “Mi vocación es el amor”. Sonreía feliz a la
vida; y en los recreos, a pesar de las penitencias y sufrimientos, tantas
veces injustos, se divertía, reía y hacía reír. A cambio de malos tratos,
difamaciones y ofensas, devolvía perdón, paz y alegría. Vivía la unión con
Dios a la altura de los grandes místicos, como lo demuestra en su obra “La
historia de un alma”. En 1897 emigró dichosa a la vida eterna, a causa de
la tuberculosis. “Yo muero, entro a la vida” decía Teresita. Tenía sólo 24
años, pero su vida extraordinaria en lo ordinario le mereció los títulos de
doctora de la Iglesia y
Patrona de las Misiones, al lado de san Francisco Javier. (Leer más: http://www.caminando-con-jesus.org/TERESITA/index.htm)
Leccionario del santoral;
Is 66, 10-14, Salmo 130, 1-3; Mt18, 1-5
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Deut 32,1O-12
El
Señor la rodeó y la cuidó, la protegió como la pupila de sus ojos. Como el
águila extendió sus alas, la tomó consigo y la llevó sobre sus plumas; el
Señor solo la condujo.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios, que has preparado tu reino para los humildes y pequeños, ayúdanos a
seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que,
con su intercesión, podamos contemplar tu gloria eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA
Bar 1, 15-22
COMENTARIO: Baruc pregunta a sus lectores
si han escuchado o no la Palabra de Dios. Si han sido fieles o infieles a
su Palabra. Preguntas de mucha actualidad en nuestra patria al terminar hoy
el mes de la Biblia.
Lectura del libro de Baruc
Al Señor,
nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza
reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy: vergüenza para los
hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, para nuestros reyes y
nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros
padres. Porque hemos pecado contra el Señor, le hemos sido infieles y no
hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, que nos mandaba seguir los
preceptos que Él puso delante de nosotros. Desde el día en que el Señor
hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, hasta el día de hoy, hemos
sido infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por
escuchar su voz. Por eso han caído sobre nosotros tantas calamidades, así
como también la maldición que el Señor profirió por medio de Moisés, su
servidor, el día en que hizo salir a nuestros padres del país de Egipto,
para darnos una tierra que mana leche y miel. Esto es lo que nos sucede en
el día de hoy. Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios,
conforme a todas las palabras de los profetas que Él nos envió. Cada uno se
dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso, sirviendo a otros
dioses y haciendo el mal a los ojos del Señor, nuestro Dios.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 78, 1-5. 8-9
R. ¡Líbranos, Señor, por el honor de tu Nombre!
Señor,
los paganos invadieron tu herencia, profanaron tu santo Templo, hicieron de
Jerusalén un montón de ruinas; dieron los cadáveres de tus servidores como
pasto a las aves del cielo, y la carne de tus amigos, a las fieras de la
tierra. R.
Derramaron
su sangre como agua alrededor de Jerusalén, y nadie les daba sepultura.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que
nos rodean. ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás enojado para siempre? ¿Arderán
tus celos como un fuego? R.
No
recuerdes para nuestro mal las culpas de otros tiempos; compadécete pronto
de nosotros, porque estamos totalmente abatidos. Ayúdanos, Dios salvador
nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a
causa de tu Nombre. R.
ALELUYA
Cfr. Sal 94, 7
Aleluya.
No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz del Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Lc 10, 13-16
COMENTARIO: La Palabra de Dios fue
sembrada, por Jesús o por los discípulos, en Su nombre. En algunos casos, hicieron
oído sordo y no escucharon. ¡Qué pena! Desaprovecharon la oportunidad de
dejar que Dios cambie el ritmo a sus vidas. Otras más dispuestas no
recibieron el mensaje, a causa del cuidado que les brindaron a ellas los
misioneros.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Lucas.
Jesús
dijo: ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en
Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo
que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza.
Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos
rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada
hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha
a ustedes me escucha a mí: el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y
el que me rechaza a Aquél que me envió.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te proclamamos admirable en la
conmemoración de santa Teresa del Niño Jesús, y te pedimos humildemente
que, así como sus méritos fueron de tu agrado, aceptes esta liturgia que
celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 18,3
Si no se convierten y no se hacen como niños,
no entrarán en el reino de los cielos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
El sacramento que recibimos, Padre, encienda en
nosotros aquel fuego de amor con el que santa Teresa del Niño Jesús se
entregó a ti, implorando para todos tu misericordia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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"El que los escucha a
ustedes me escucha a mí: el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí”
Lc 10, 13-16
Autor: Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
1.
¡AY
DE TI, COROZAÍN! ¡AY DE TI, BETSAIDA!,
Se
lamentaba el Señor de que estas ciudades no hiciesen penitencia después de
tantos milagros y predicaciones, y que fuesen peores que los gentiles que
sólo violaron la ley natural; porque, después de haber despreciado la ley
escrita, no temieron despreciar también al Hijo de Dios y su gloria. Es así
como prosigue: Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros
realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose
sayal y sentándose sobre ceniza. El sayal, (Cilicio) es un tejido burdo
hecho generalmente de pelo de cabra (Ap. 6:12). Se llevaba en señal de
duelo, de aflicción, y usado con frecuencia, si no habitualmente, por los
profetas (Is. 20:2; Ap. 11:3) y por los cautivos (1 R. 20:31; cp. Is.
3:24). También es un cinturón o faja de cerdas que se usa ceñido al cuerpo
como penitencia o como sacrificio, La ceniza suele ir unida al polvo y al
fango, indicando siempre una situación penosa y triste (Jb. 30:19; 42:6).
Los
discípulos van en plan de misión. Y esto evocaba su personal misión en
Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm. Estas son ciudades que están en Galilea,
junto al mar de Galilea o lago de Genezareth, Tiro y Sidón, están más hacia
el nor-oriente, lo que hoy es el Líbano.
2.
ESTAS
CIUDADES NO RESPONDIERON COMO DEBÍAN A SU INGRESO EN EL REINO.
A
pesar de su evangelización y de sus milagros, estas ciudades no
respondieron como debían a su ingreso en el Reino. No se puede jugar con la
hora de Dios, como lo evoca su visita en esta misión de los discípulos. Y
les anuncia la gravedad de su culpa y el castigo. Para ello las compara con
las ciudades infieles clásicas, Tiro y Sidón. Adelanta la comparación de
Sodoma, que también la trae en este cuadro el Evangelio de Mateo, como
elemento comparativo de las ciudades que no quieran recibir el reino de
Dios. Si con toda su maldad hubiesen recibido su presencia, su doctrina y
sus milagros, se hubiesen vestido de “sayal y ceniza,” atuendo oriental de
duelo, y hecho penitencia. Por eso serán tratadas con menos rigor en el
juicio.
San
Ambrosio, dice de este fragmento que el Señor enseña; “Serán dignos de
mayor castigo los que no reciben el Evangelio que aquellos que creyeron que
debía quebrantarse la ley”.
El
sayal, como es tejido de pelo de cabra, significa la áspera memoria del
pecado que punza; en ceniza, representando la consideración de la muerte
(por la que nos reducimos a polvo); además "sentados" significa
la humildad de la conciencia. Hoy vemos realizada la profecía del Señor,
porque Corozaim y Betsaida no creyeron en El, aun cuando estuvo presente;
mientras que Tiro y Sidón, aliadas de David y de Salomón en otro tiempo
(1Re 5), creyeron después a los discípulos de Cristo, que las
evangelizaron.
3.
DEPLORA
EL SEÑOR ESTAS CIUDADES PARA NUESTRO EJEMPLO
Se
lee en una homilía de San Juan Crisóstomo; “Deplora el Señor estas ciudades
para nuestro ejemplo, porque la efusión de lágrimas y los gemidos tristes
sobre los que padecen insensibilidad de dolor, no es pequeño antídoto para
la corrección de los pacientes y para el consuelo de los que lloran sobre
ellos. No sólo los invita a obrar bien por medio del llanto, sino también
por el terror. Por lo que sigue: "Por eso para Tiro y Sidón habrá
menos rigor".
También
nosotros debemos oír esto, porque el juicio más riguroso no será sólo para
aquellos que no quieren oír ni recibir las buenas noticias del mensaje de
Jesús, porque también será para nosotros, si no recibimos a los huéspedes
que vienen a visitarnos en su nombre.
Además,
como el Señor había hecho muchos milagros en Cafarnaúm y lo habían tenido
como habitante, parecía elevada sobre las demás ciudades; pero por su
incredulidad cayó en las ruinas. Así es como Jesús también les dice: “Y tú,
Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás
precipitada en el abismo”. Esto es, para que tu castigo sea proporcionado a
su elevación.”
Esta
sentencia tiene dos sentidos. O bien serás sumergida hasta el infierno
porque resististe soberbiamente a su predilección, elevándose así por el
orgullo hasta el cielo; o porque exaltada hasta el cielo por su residencia
y sus milagros, serás castigada con mayores tormentos, porque tampoco
quisieron creer a esos signos.
4.
EL
QUE LOS ESCUCHA A USTEDES, A MÍ ME ESCUCHA
Y
para que no se creyese que esta condena sólo se dirigía a las ciudades o
personas que habiendo visto a Jesús le despreciaron, también es para todos
los que hoy desprecian también la doctrina del Evangelio, es así como Jesús
añade diciendo: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los
rechaza a ustedes, a mí me rechaza”. En efecto como comenta San Cirilo:
“Por medio de esto nos enseña Jesús, que todo lo que nos dicen los
apóstoles debe aceptarse, porque quien los oye, a El oye”. Por tanto es
inevitable el castigo y la amenaza a los herejes, que menosprecian las
predicaciones de los apóstoles.
Y
finaliza el relato: “y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha
enviado”. Para que se comprenda que, oyendo o despreciando la predicación
del Evangelio, no se oye o desprecia a unas personas que se han dispuesto a
predicar las enseñanzas de Jesús, también es desprecio a quien le envió
para estar entre nosotros, que es El mismo Padre. “Porque en el discípulo
se oye al Maestro y en el Hijo se honra al Padre”.
Este
Evangelio, se convierte en un aviso no sólo para todo el pueblo de Israel,
sino también para todas aquellas personas que se excluyen de la gracia del
Señor y caen en la hipocresía y en la resistencia puestas de manifiesto por
los ¡AY, ¡AY. Puede decirse que Jesús pretende censurar el único gran
pecado, el imperdonable, ése contra el Espíritu Santo: cerrar los ojos a la
manifestación de la gracia, a la oferta de perdón. Ese es el gran riesgo
que corre la misión cristiana. Jesús lo ha dicho con claridad: “El que los
escucha a ustedes me escucha a mí: el que los rechaza a ustedes, a mí me
rechaza”
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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ACOGER
DE BUEN GRADO A QUIEN NOS EXHORTA A LA CONVERSIÓN
Bar 1, 15-22
Lc 10, 13-16
Las dos lecturas litúrgicas tienen en común un evidente
rasgo penitencial.
La constante conversión requerida por el discipulado
exige que la dimensión penitencial esté siempre presente en nuestra vida
cristiana.
¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida!... Y tú,
Cafarnaúm…”
El durísimo juicio emitido por Jesús sobre las ciudades
del lago constituye también una severa advertencia para quienes leemos la
palabra del Evangelio, a fin de que no nos endurezcamos ni cerremos nuestro
corazón a una verdadera escucha de la Palabra.
Seremos más imperdonables que Sodoma y Gomorra, y más
incrédulos que Tiro y Sidón sí, habiendo encontrado la alegre noticia,
permaneciéramos extraños, alejados, cerrados en nosotros mismos.
Por el contrario, tanto el profeta Baruc (… hemos sido
infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por escuchar su
voz…) como la enseñanza de Jesús nos invitan a que seamos capaces de
confesar nuestro pecado, reconociendo al mismo tiempo la fidelidad y la
misericordia de nuestro Dios.
Por eso debemos acoger de buen grado a quien nos
exhorta a la conversión, haciéndonos constatar nuestros pecados e
incitándonos a cambiar de vida.
En los profetas, que a menudo nos resultan incómodos,
la Palabra bíblica nos hace reconocer la voz de Dios, que nos habla y
quiere el regalarnos el único camino de salvación.
Éste es el de una incesante búsqueda de conversión y
una lucha tenaz contra las fuerzas del mal. Dice el profeta Baruc: “Cada
uno se dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso… haciendo el
mal a los ojos del Señor, nuestro Dios”.
|
ORACION (3)
|
Padre:
Te damos gracias por haber reconciliado contigo el mundo a
través de Jesucristo y por habernos regenerado con el poder del Espíritu
Santo.
Jesucristo:
Te damos gracias por habernos llamado a la reconciliación, al
servicio de tu Palabra y del prójimo, por amor a la creación de Dios.
Te damos gracias porque haces posible la reconciliación con
nosotros mismos, para que, con un sentido de responsabilidad y de coraje,
podamos poner aparte el pasado y mirar hacia el futuro que tú nos das.
Oh Dios, te damos gracias porque vas tejiendo con paciencia la
trama de tela para la paz, la concordia, la unidad entre las personas y en
la vida de nuestras comunidades cristianas.
Te damos gracias también por el día en que, por obra del
Espíritu Santo, todos seremos acogidos, reconciliados contigo, en tu
morada. Amén.
|
SANTORAL
|
FIESTA DE SANTA TERESA DEL NIÑO
JESÚS”
Cada santo ha dejado en la tierra
una estela de luz, que le ha llevado a la comunión con Dios. No hay dos
santos clonados, ni dos caminos iguales. Cada santo ha vivido la Vida
divina de una manera, porque cada persona tiene su carácter particular,
pues la gracia no destruye las propiedades naturales. Y cuando relata su
itinerario, cada uno describe el camino que él ha seguido, como una
variedad más. Santa Teresita sufrió una verdadera crisis cuando trató de
elegir su vocación específica, porque su ambición era inmensa: quería ser
guerrero, sacerdote, apóstol, misionero, profeta, doctor, mártir... El
ardor la consumía.
Tomó las cartas de San Pablo y leyó
los capítulos 12 y 13 de la Carta a los Corintios. Yo os enseñaré un camino
mejor: “el amor”. Había encontrado su vocación: En el cuerpo de su Madre la
Iglesia, será el corazón. Sin el corazón no funciona ningún miembro. Siendo
el corazón, la que quiere reunir todas las vocaciones, lo va a conseguir
porque infundirá amor en todos. Yo ayudaré, a los sacerdotes, a los
misioneros, a los doctores, a los mártires, a todos. Pero ¿con qué
modalidad vivirá ese amor? Con un modo muy sencillo, como su propio
carácter; un camino que fuera reflejo de su espíritu, y orientación para
otras almas semejantes a la suya. Por el caminito de infancia espiritual,
que es tan específico como su alma. Su pensamiento se inspiró en el
convencimiento de que no todos los caminos son buenos para todas las almas.
1. MUCHAS SENDAS
Al comenzar su vida espiritual, se
encontró con una multitud de sendas, pero advirtió que ninguna resultaba a
propósito para su espíritu, porque: “Eran caminos demasiado perfectos para
mi alma”. Y volviéndose a Jesús, le dijo que su deseo era llegar a la
cumbre de la montaña del amor. Que la condujese por donde fuera su gusto,
pues a ella no le importaba la aspereza del camino con tal de llegar al
término. Esta actitud entraña el secreto de su caminito de infancia
espiritual. No escoge ningún camino determinado, y, en eso mismo marca el
camino del abandono en los brazos de Dios, en el que predomina el abandono
y la confianza, que tiene una ventaja sobre todos los demás, pues lo reduce
al elemento esencial de toda santidad. Se entregó a Jesús para que la
llevara por donde Él quiera, sin importarle que el camino fuera lleno de
claridades o de túneles tenebrosos. Por eso, cuando anduvo por medio de
oscuridades espirituales, que no la permitían saber dónde se encontraba, si
adelantaba o retrocedía, caminaba con la misma seguridad que si se viese
conducida entre claridades divinas. En este estado de confianza plena en
Dios el alma no necesita ver ni sentir nada para tener la más absoluta
certeza de que va bien, sabiendo que va en los brazos de Dios. Se llama
caminito porque prescinde de los caminos extraordinarios, y demuestra el
estado de infancia ante Dios y porque es corto en cuanto renuncia a
distancias que se pueden medir. No es caminito porque es el que recorren
las personas imperfectas. Y su carisma será enseñar su caminito:
"Presiento que voy a entrar en el descanso, pero sobre todo presiento
que mi misión va a comenzar: la misión de hacer amar a Dios como yo le amo,
de entregar mi caminito a las almas".
Tras la anestesia puedes cortar lo
que quieras. El amor de Dios adormece los apetitos. Ella nos cuenta que
cuando ve a su Dios mendigo de amor no lo puede resistir. El crucifijo del
patio le mendiga sacrificios. Pero su amor es tan delicado que quiere ser
"imitación de la humilde violeta, que derrama su aroma sin que las
criaturas sepan de dónde viene el perfume. Lo ha aprendido en su Maestro y
consanguíneo, San Juan de la Cruz. Para no afligirle no llorará delante de
Dios. “¿Llorar delante de Dios? No, para no entristecerle”. Por lo mismo
sonreirá durante las disciplinas. Quiere coger a Jesús por el Corazón. Si
un niño se echa al cuello de su madre... todo lo consigue. Y esto vale para
todos, aunque fuera una gran pecadora como Magdalena o el buen ladrón.
2. LAS NECESIDADES DE NUESTRO TIEMPO
El Papa Pablo VI, en carta dirigida
al obispo de Bayeux - Lisieux, con motivo del Centenario del nacimiento de
santa Teresa, quiso que el mensaje de la Santa de Lisieux fuera expuesto de
acuerdo con las necesidades espirituales de nuestro tiempo.
"Formulando estos votos con un corazón ardiente, os alentamos, querido
hermano en el Episcopado, a emplear todos los medios para que el mensaje de
la Santa de Lisieux sea expuesto nuevamente, meditado, profundizado, de
acuerdo con las necesidades de nuestro tiempo... (Ecclesia, 20 enero 1973,
pág. 11). Las necesidades de nuestro tiempo... unos se secularizan porque
no encuentran aún bastante clara la identidad del sacerdocio... Otros
apenas si tienen tiempo para las pequeñas tareas sin brillo, pensando que
son ellos los que forjan la historia de la Iglesia... Otros, en busca de
novedades, resucitan errores ya viejos en la historia multisecular de la
Iglesia...
3. LAS NECESIDADES DE NUESTRO TIEMPO
Lo que está necesitando la Iglesia
de hoy es el programa que Teresa del Niño Jesús nos propone: su caminito de
infancia espiritual. A lo que menos nos resignamos es a ser niños. Ya somos
muy mayores. Y se proclamará con voz ahuecada llena de soberbia que hemos
llegado a la mayoría de edad. Con tanto como hoy se sabe... Con las cumbres
tan altas que ha alcanzado a estas horas la inteligencia del hombre...
hacernos niños... Y sin embargo Jesús nos dice: "Si no os hiciereis
como niños no entraréis en el Reino de los Cielos» (Mt 18,3). Pero hacernos
niños supone dar un golpe mortal a la soberbia en que se está destruyendo
la vida humana. Dar valor a las cosas pequeñas. Porque no son las cosas las
que tienen valor sino el amor con que están vivificadas. Dios no necesita
nuestras deslumbrantes obras, nuestras retóricas huecas... Lo que Dios
busca es nuestro amor. Y el amor puro puede vivificarlo todo: desde las
recepciones de un Jefe de Estado hasta la acción tan trivial de pelar
patatas en la cocina. He ahí las necesidades de nuestro tiempo.
Esta es la llaga que con dedo
certero señaló el Papa Pablo VI cuando pidió "que el mensaje de santa
Teresa fuera propuesto de acuerdo con las necesidades de nuestro
tiempo". Es el amor por lo pequeño, el cuidado de lo más opaco, la
atención a las cosas más insignificantes, que son las que constituyen en
mayor número la vida humana, lo que hay que hacer y además, hacerlo por
amor de Dios. En eso es maestra Santa Teresa.
4. NATURALEZA TÍMIDA, Y SUS
CIRCUNSTANCIAS
Es muy joven, vive en un claustro,
bajo una Regla, limitada para realizar acciones grandes. A ella no parece
que le convenía un camino de penitencias corporales extraordinarias, ni
siquiera de grandes obras externas. Cada persona ha de florecer en el lugar
y clima en que está plantada. Hoy vemos a un Juan Pablo II, ya anciano,
desbordado de actos multitudinarios. Y lo hemos visto durante casi 23 años
derrochando todavía mayor dinamismo. Él sintió vocación de carmelita
descalzo y lleva el escapulario desde sus años de juventud. Antes de entrar
al seminario, siendo estudiante universitario en Cracovia, pensó seriamente
en entrar en el Carmelo, tras leer las obras de San Juan de la Cruz. Sus
escritos místicos le apasionaron hasta el punto de que en ellos basó su
tesis doctoral de teología, defendida ante la Universidad Pontificia de
Santo Tomás, Angelicum, en Roma. El Cardenal Sapieha, su Arzobispo de
Cracovia, desvió su vocación. Si hubiera seguido aquel camino, su vida y su
trayectoria habrían sido muy diferentes. Teresa de Jesús, la Madre
Fundadora del Carmelo de Teresita, siguió una senda muy distinta de la de
su hija. Cada uno en su lugar ha de echar las flores de acuerdo con sus
circunstancias, cualidades y talentos. Teresita sólo pedía unos brazos
divinos que la llevaran a las cumbres de la montaña del amor. Se acaba de
descubrir el ascensor, y ella quiere utilizarlo. Intuye que Jesús, con
cualidades infinitas, tiene dos grandes lunares: no sabe cálculo y está
ciego. Una señora confiaba a su confesor que tenía revelaciones, éste que
no las creía, le sometió a una prueba: Si dices que hablas con Jesús,
pídele que te revele algún pecado mío, y te creeré. Acudió a Jesús con el
encargo, quien contestó: ¿Un pecado del padre? No recuerdo ninguno.
5. EL CAMINITO DE INFANCIA ESPIRITUAL
Su vida se desliza uniforme casi
monótona, por claustros, celdas y oficinas. Por la mañana trabaja en la
ropería; barre la escalera y el dormitorio. Por la tarde sale a arrancar
hierbas en la huerta. Se encarga del comedor: prepara el pan, sirve el
agua, distribuye la cerveza entre las hermanas. La nombraron sacristana y
con gozo manejaba los vasos sagrados. A veces pinta o escribe poesías. Nada
extraordinario. Dada su debilidad de enferma no puede seguir todos los
actos de comunidad ni practicar las penitencias de la Orden; y, sin
embargo, avanza velozmente hacia la santidad. ¿Cómo? Haciendo actos
extraordinariamente pequeños pero vivificados por un amor purísimo. Ese es
el secreto de su vida espiritual. Ese amor, que es, a la vez, confianza
filial y desprendimiento de sí misma, es el ascensor divino, que la eleva,
sin esfuerzo aparente, hasta los brazos de Dios. Este es el caminito suyo,
el de su infancia espiritual; programa de vida para las almas pequeñitas a
los ojos de los hombres; nuevo sistema espiritual, en el que han
desaparecido los métodos complicados; santidad ingenua, sin matemáticas y
sin alardes. Es la pura doctrina evangélica, despojada de todo aquello con
que la habían ido recubriendo los hombres.
Una noche al salir del coro para ir
a la celda se encuentra sor Teresa con que su linterna no está en el
anaquel. Alguien se la llevó equivocadamente. ¿Irá a reclamarla? Si no lo
hace tendrá que estar en la celda a oscuras una hora. Y sin poder trabajar,
hoy precisamente que tenía mucho trabajo. Teresa calla. Se va a oscuras a
la celda, y a oscuras se pasa una hora, ofreciendo gustosa aquella
privación que ocasiona la pobreza. ¿Veis por qué he dicho antes que el Papa
señaló con dedo certero las necesidades de nuestro tiempo? Cualquier joven
de hoy creerá que así no se realiza, que es hora de protestar y de
contestar. La contestación tan en moda no entra en el camino sencillo, pero
arduo, de la infancia espiritual.
Durante la oración de comunidad en
el coro, al lado de Teresa una hermana hace ruido molesto y persistente
moviendo su rosario grande. Teresa, que tiene un oído finísimo, afinado aún
más por su misma enfermedad, se siente muy molesta. Ha sentido muchas veces
el impulso de volver la cabeza para llamar la atención a la hermana del
ruido, pero se ha dominado pensando que sufrir aquello por amor de Dios y
del prójimo, es mejor que gozar de un místico recogimiento y se vence,
aunque la violencia que tiene que hacerse le hace sudar copiosamente. Y en
vez de taparse los oídos, los aplica al ruido desagradable con el mismo
interés que si escucharía un concierto delicioso.
Otro día está en el lavadero.
Frente a sor Teresa, que lava ropa, una hermana le salpica la cara con agua
sucia de pañuelos. Siente un primer impulso de alejarse limpiándose la
cara, como una manera de advertir a la hermanita su faena. Pero, no;
aquellas gotas que son de agua sucia para el cuerpo pueden convertirse en
perlas para el alma, Teresa aguanta la aspersión con rostro sereno, y hasta
con espíritu gozoso, mientras el natural siente la repulsa de aquella
rociada desagradable.
6. PASIVIDAD Y EGOISMO
Algunos se resignan con pasividad;
otros se encierran en su egoísmo o en el goce inmediato; otros se endurecen
o se rebelan; otros, se desesperan. A unos y a otros Teresa del Niño Jesús
y de la Santa Faz enseña a no contar con solas sus fuerzas, ya se trate de
la virtud o de la limitación, sino con el amor misterioso de Cristo, el
cual es mayor que nuestro corazón, y nos asocia a la ofrenda de su Pasión y
al dinamismo de su vida. ¡Ojalá pueda ella enseñar a todos el "pequeño
camino real" del espíritu de infancia, que es justamente todo lo
contrario de la puerilidad, de la tristeza. Crueles pruebas de familia,
escrúpulos, temores y otras dificultades, incluso parecía que iban a ser
capaces de impedir su perfección; la enfermedad no perdonó su juventud; y
lo más duro: tuvo que experimentar profundamente la noche de la fe. Y Dios
le hizo encontrar en el fondo mismo de esa noche, el abandono y el valor,
la paciencia y la alegría, en una palabra, la verdadera libertad (Pablo
VI).
7. ¿SU VIDA VA A GOZAR DE MENOR
EFICACIA?
Nosotros medimos las cosas por su
realidad física o por su trascendencia moral o social. Creemos que el
esfuerzo realizado debe ser el principio que dé eficacia a la obra. Esto es
lo que ocurre en el orden puramente natural. Porque en este orden es
nuestro esfuerzo la causa total de la obra, y como el efecto no puede tener
más virtualidad que la que recibe de su causa, la obra realizada no puede
tener más eficacia que el esfuerzo con que la hemos realizado. En el orden
sobrenatural cambia el aspecto de la cuestión. Y no es que en este orden
deje de ser verdadero el principio filosófico de que el efecto no puede
exceder la virtualidad de su causa sino porque aquí interviene Dios, que
suma su acción a la nuestra. Y entonces el mérito y la importancia de la
obra no hay que medirla por nuestro esfuerzo, ni mucho menos por su
realidad física, sino por la virtualidad que Dios quiera comunicarla. Los
cincuenta céntimos de la viuda pobre del evangelio fueron considerados como
más meritorios que las enormes cantidades de los que tenía mayor poder
adquisitivo que el de la pobrecita viuda, llena de amor generoso. ¿Obras
grandes u obras pequeñas? ¿Qué más le da a Dios? El no necesita nada: “No
aceptaré un becerro de tu casa ni un cabrito de tus rebaños, pues las
fieras de la selva son mías y hay miles de bestias en mis montes; conozco
todos los pájaros del cielo... Si tuviera hambre, no te lo diría, pues el
orbe y cuanto lo llena es mío. ¿Comeré yo carne de toros, beberé sangre de
cabritos?... (Sal 49). Cada obra producirá el efecto que él quiera. Sin que
lo estorbe ni la insignificancia del instrumento, ni la adversidad de las
circunstancias, ni la mala voluntad de los hombres. El euro del pobre
depositado en el tesoro público queda potenciado por esa riqueza. Sumado el
amor de la persona humana que levanta un sobre del suelo por amor; mejor
dicho, absorbido este pequeño esfuerzo del niño o del adulto, hecho niño
evangélico, en el océano siempre activo de la omnipotencia divina, adquiere
valor infinito.
8. “SOMOS UNA GOTITA DE ROCÍO”
Así se lo escribía Santa Teresita a
su hermana Celina: “Somos como una gotita de rocío que se oculta en el
cáliz de la flor de los campos. Desconocidas de todos, no debemos envidiar
ni siquiera al claro arroyuelo que serpentea por la pradera. Es verdad que
su murmullo es muy dulce; pero, además de que por eso mismo no puede
permanecer oculto, el arroyuelo no cabe en el cáliz de la Flor de los
campos... ¿Es necesario ser tan pequeño para poder acercarse a Jesús...? Se
dirá que el arroyuelo es más útil que la gota de rocío, la cual no sirve
más que para refrescar un instante la frágil corola de una flor silvestre.
Esto es ignorar la causa del mérito de las obras. Jesús no tiene necesidad
de nuestras obras brillantes ni de nuestros pensamientos sublimes; si él
quisiera concepciones elevadas, ¿no tiene sus ángeles, cuya ciencia
sobrepasa infinitamente la de los más grandes genios de este mundo? No es,
pues, ni la grandiosidad de las obras ni los talentos lo que Jesús quiere y
aprecia. No pide más que una gotita de rocío que durante la noche de esta
vida permanezca oculta en Él, en el cáliz de la Flor de los campos”.
9. SUBLIME CONCEPCIÓN DEL VALOR REAL
DE LAS OBRAS
Sublime y consoladora. Porque, ¿qué
sería de tantas pobres criaturas imposibilitadas para realizar obras
brillantes, que tienen que pasarse la vida tendidas en su cama, o envueltas
en la oscuridad de un oficio ingrato y repugnante? Si el mérito de las obras
se basara en las apariencias brillantes, Dios habría sido injusto.
Infinidad de criaturas estarían condenadas a la desesperación. Pero Santa
Teresita pone una condición para que las obras más insignificantes tengan
ese mérito: el que estén hechas en Cristo, con Cristo y por Cristo. “Sin Mí
no podéis hacer nada”. Sin Dios, las acciones humanas valdrán sólo lo que
tengan de apariencia; porque como la razón de ese otro mérito es Dios, si
se prescinde de Él, la obra se quedará en su raquítico valor natural. Y eso
¿para qué lo quiere Dios? En cambio, la obra realizada por Dios y para
Dios, por muy insignificante que sea en el orden natural, unido a la
virtualidad de Dios, tiene toda la dignidad y toda la trascendencia de una
obra de Dios. Esa trascendencia no llegará a aparecer nunca a los ojos de
los hombres en esta vida; pero algún día se manifestará, y entonces veremos
cómo los grandes acontecimientos sociales, los grandes descubrimientos e
inventos, han sido causados por una multitud de obras de almas pequeñas,
más que por las grandes hazañas de los héroes y de los científicos, de los
grandes estrategas y de los descubridores. Incluso en el orden físico, una
ascua ardiente es capaz de producir un incendio voraz. ¿No estará el
secreto de la esterilidad de tantos actos multiplicados en la escasez de
ascuas de amor?
Autor: Jesús Martí
Ballester
y Pedro Sergio Donoso Brant
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FUENTES
DE LA PAGINA
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La
Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A.
Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor
por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para
que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios
que tanto nos ama.
Nota:
Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones
San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos
de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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