MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
21 años en Internet
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de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral, enviada por
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04-02-2020
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Nº MD 7.807
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 105,47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro, congréganos de
entre las naciones, para que podamos dar gracias a tu santo Nombre y
gloriamos en tu alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con
todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA 2 Sam 18, 9-10.
14. 24-26. 31-32–19, 1
Lectura
del segundo libro de Samuel.
Absalón se encontró
frente a los servidores de David. Iba montado en un mulo, y este se metió
bajo el tupido ramaje de una gran encina, de manera que la cabeza de
Absalón quedó enganchada en la encina. Así él quedó colgado entre el cielo
y la tierra, mientras el mulo seguía de largo por debajo de él. Al verlo, un
hombre avisó a Joab: « ¡Acabo de ver a Absalón colgado de una encina!»
Entonces Joab replicó: «No voy a perder más tiempo contigo».
Y tomando en su mano
tres dardos, los clavó en el corazón de Absalón. David estaba sentado entre
las dos puertas. El centinela, que había subido a la azotea de la Puerta,
encima de la muralla, alzó los ojos y vio a un hombre que corría solo. El
centinela lanzó un grito y avisó al rey. El rey dijo: «Si está solo, trae
una buena noticia». Mientras el hombre se iba acercando, el centinela
divisó a otro que venía corriendo y gritó al portero: «¡Otro hombre viene
corriendo solo!» El rey comentó: «Ése también trae una buena noticia».
Enseguida llegó el hombre de Cusa y dijo: « ¡Que mi señor, el rey, se
entere de la buena noticia! El Señor hoy te ha hecho justicia, librándote
de todos los que se sublevaron contra ti».
El rey preguntó al
cusita: «¿Está bien el joven Absalón?» El cusita respondió: « ¡Que tengan
la suerte de ese joven los enemigos de mi señor, el rey, y todos los rebeldes
que buscan tu desgracia!» El rey se estremeció, subió a la habitación que
estaba arriba de la Puerta y se puso a llorar. Y mientras iba subiendo,
decía: « ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Ah, si hubiera
muerto yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío!»
Palabra de
Dios.
Aunque su hijo Absalón haya dejado su casa y le haya además
ocasionado mucho daño, David no pierde la esperanza de recuperarlo. Como en
la parábola del hijo pródigo, David está a las puertas, esperándolo con
vida. Con este gesto, David se acerca una vez más al proceder del Padre que
espera el regreso del hijo menor. A pesar de todo no pudo recuperarlo y
debió llorar por él.
SALMO SAL 85, 1-6
R.
¡Inclina tu oído, respóndeme, Señor!
Inclina tu oído, Señor,
respóndeme, porque soy pobre y miserable; protégeme, porque soy uno de tus
fieles, salva a tu servidor que en ti confía. R.
Tú eres mi Dios: ten piedad
de mí, Señor, porque te invoco todo el día; reconforta el ánimo de tu
servidor, porque a ti, Señor, elevo mi alma. R.
Tú, Señor, eres bueno e
indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan: ¡atiende,
Señor, a mi plegaria, escucha la voz de mi súplica! R.
ALELUYA Mt 8, 17
Aleluya. Cristo tomó
nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades. Aleluya.
EVANGELIO Mc 5, 21-43
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Cuando Jesús regresó en
la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y Él
se quedó junto al mar. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga,
llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se sane y
viva». Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que lo apretaba por
todos lados. Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía
de hemorragias. Había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastado
todos sus bienes sin resultado; al contrario, cada vez estaba peor. Como
había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la multitud, y
tocó su manto, porque pensaba: «Con sólo tocar su manto que daré sanada».
Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba
sanada de su mal. Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había
salido de Él, se dio vuelta y, dirigiéndose a la multitud, preguntó: «
¿Quién tocó mi manto?» Sus discípulos le dijeron: «¿Ves que la gente te
aprieta por todas partes y preguntas quién te ha tocado?» Pero Él seguía
mirando a su alrededor, para ver quién había sido. Entonces la mujer, muy
asustada y temblando, porque sabía bien lo que le había ocurrido, fue a
arrojarse a sus pies y le confesó toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu
fe te ha salvado. Vete en paz, y queda sanada de tu enfermedad». Todavía
estaba hablando, cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la
sinagoga y le dijeron: «Tu hija ya murió; ¿para qué vas a seguir molestando
al Maestro?» Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de
la sinagoga: «No temas, basta que creas». Y sin permitir que nadie lo
acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago, fue a
casa del jefe de la sinagoga. Allí vio un gran alboroto, y gente que
lloraba y gritaba. Al entrar, les dijo: «¿Por qué se alborotan y lloran? La
niña no está muerta, sino que duerme». Y se burlaban de Él. Pero Jesús hizo
salir a todos, y tomando consigo al padre y a la madre de la niña, y a los
que venían con Él, entró donde ella estaba. La tomó de la mano y le dijo:
«Talitá kum», que significa: « ¡Niña, Yo te lo ordeno, levántate!» En
seguida la niña, que ya tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar.
Ellos, entonces, se llenaron de asombro, y Él les mandó insistentemente que
nadie se enterara de lo sucedido. Después dijo que dieran de comer a la
niña.
Palabra del
Señor.
Sea Jairo, como la mujer enferma, realizan un acto de fe en
Jesús... Por el tipo de enfermedad, la mujer no podía mezclarse con nadie,
y sin embargo se hace fuerte y llega hasta Jesús. A su vez, el Jefe de la
Sinagoga, continuó pidiendo por su hija porque Jesús le entregó signos de
confianza. Jesús reconoce la fe de ambos, devolviendo la vida a la niña y
reintegrando socialmente a la mujer.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de
nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en
el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 30 17-18
Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame
por tu misericordia. Señor, que no me avergüence de haberte invocado.
ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el don de nuestra redención, te
pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente
siempre en nosotros la verdadera fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“No
temas, basta que creas”
Mc
5, 21-43
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. Y TOCÓ CON FE EL VESTIDO DEL SEÑOR
Este relato de san Marcos, a diferencia de los
otros sinópticos, es muy detallado, la descripción de los personajes y los
sucesos, nos indican que el testigo, nos hace ver minuciosamente todas las
actitudes, que suceden paso a paso, la de Jesús, los discípulos, las
gentes, los que suplican, los que sufren, los que alborotan y los que
lloran, en otra palabras, es un relato muy vivo.
Una mujer que padecía ya doce años flujo de sangre.
Debía de ser de cierta posición social, pues había consultado muchos
médicos y gastado toda su hacienda con ellos, pero no había podido ser
curada por ninguno, pero sin provecho alguno, es decir iba de mal en peor,
no sólo por la inutilidad de aquellos remedios, sino, en parte, causados
por los mismos.
Cuando Jesús iba a casa del Jefe de la Sinagoga para curar a
su hija, tiene lugar esta escena. Iba acompañado de una gran multitud, que
le apretujaba. En las callejuelas del viejo Oriente, el entusiasmo despertado
por Jesús hacía que la multitud, empujándose por acercarse, le
“apretujase.” Entre esta turba se mezcló la mujer angustiada y tocó con fe
el vestido del Señor. Y al punto se hizo su curación.
2. “TOCABAN” A JESÚS PARA CURARSE
Habiendo oído esta mujer la fama curativa de
Jesús, apeló, desesperada ya de médicos, al mejor recurso, Él. Sólo pensó
en tocar su vestido, porque creía que con ello se curaría. La mujer
enferma, a como de lugar quiere llevar adelante su propósito, entonces
viene por atrás, y como queriendo robarle o sorprenderle un milagro. Esto
es, porque era debido al tipo de impureza legal que significaba su
enfermedad, ya que otros enfermos “tocaban” a Jesús para curarse. Las
prescripciones rabínicas, aislaban a la mujer que padecía de esta
enfermedad a fin de que no “contagiase” su impureza legal.
Jesús, se vuelve preguntando quién le ha tocado, porque
una fuerza había salido de El. “Y se dio vuelta”, es decir, miraba en torno
suyo,” — es la clásica “mirada circular” del estilo de san Marcos, como
queriendo descubrir quién había sido. Si Jesús obra así, no es por
ignorancia, sino por elevar y confirmar la fe de aquella mujer, haciéndole
ver que no fue la curación por un contacto supersticioso, sino por efecto
de la fe.
3. “HIJA, TU FE TE HA SALVADO. VETE EN
PAZ, Y QUEDA SANADA DE TU ENFERMEDAD”
Ante esto, los “discípulos”, se extrañan de esta
pregunta, pues todos le “apretujaban” y nadie se había acercado a El con
gestos o modos especiales. Pero Jesús insistió en su afirmación. Ante esto,
la mujer se postró ante El y le confesó, lo mismo, ante todo el pueblo toda
la verdad. Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda
sanada de tu enfermedad”
Hermoso relato, Al acercarse a El con fe esta
mujer y ser curada, lo que mas nos encanta, es darnos cuenta la confianza
plena en el poder de Jesús, no solo cree que Jesús la puede curar, sino que
va mas adelante, pues ella cree que con tan solo tocar su vestido basta,
pero aún hay mas, ella piensa que auque Jesús no se de cuenta, con el
simple contacto de su manto, le devolverá la salud perdida.
4. LLEGÁNDOSE A JESÚS, SE “POSTRÓ”
ANTE EL
Así es, como cuando Jesús regresó en la barca a
la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, todos los
estaban esperando. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, es decir
un miembro distinguido de la sinagoga, llamado Jairo, nombre bastante
usual. Llegándose a Jesús, se “postró” ante El, e insistentemente le rogaba
que viniese a su casa e “impusiese sus manos” sobre su hija “única” de doce
años, que estaba muriéndose, para que la curase.
Si Jairo ruega a Jesús, que para curar a su hija,
“venga a su casa” y le “imponga sus manos,” el no tenía un conocimiento
claro del poder de Jesús, ya que no pensó en una curación a distancia. Aún
estaba rogándole que curase a su hija, cuando vinieron de su casa a
comunicarle -Tu hija ya murió; ¿para qué vas a seguir molestando al
Maestro?-. Era la fe imperfecta, que pensaba requerirse la presencia física
para la curación. Es lo que hizo exclamar a Marta, la hermana de Lázaro,
después de la muerte de éste, dirigiéndose a Cristo: “Si hubieras estado
aquí, no hubiera muerto mi hermano” (Jn 11:21). La prueba le resultaba
especialmente dura a Jairo, cuando acaba de presenciar la curación de la
mujer con hemorragia. Es un contraste acusado en dos actitudes de fe.
5. “NO TEMAS, BASTA QUE CREAS”
Pero Jesús, al oír esto, sólo le recomienda que
tenga fe y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que creas”.Era
ésta la fe que iba a crear el clima en que El ejercía las curaciones, y
que, por faltar tantas veces esta fe no realizó milagros. Y vino a su casa.
Pero no permito que le siguiera nadie de la turba que le rodeaba, más que
tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan.
Al llegar a la casa vio un gran alboroto, y gente
que lloraba y gritaba, todo el “rito” de lloronas a sueldo, ya evocadas por
Jeremías (Jer 9:17-18). Por eso, a la presencia de esto, les dice al
entrar, “¿Por qué se alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que
duerme” El uso eufemístico del sueño por la muerte es usual al pueblo
judío. Así anunció Jesús la muerte de Lázaro (Jn 11:11.14). Pero aquí el
contraste entre muerte y sueño no permitía la interpretación eufemística.
Y, sabiendo aquellos mercenarios fúnebres la realidad de la muerte de la
niña, se rieron de Jesús. Pero ¡dormía! Porque El precisamente venía a despertarla.
Igual que hizo con Lázaro (Jn 11:11).
6. “¡NIÑA, YO TE LO ORDENO,
LEVÁNTATE!”
Sólo permitió penetrar en la habitación de la
niña muerta a sus padres y a sus tres apóstoles. Y “a todos los demás los
echó fuera”
Y, acercándose al lecho, tomó a la niña de la
mano, y le dijo unas palabras en arameo. “Talitá kum”, que significa:
“¡Niña, Yo te lo ordeno, levántate!”, destacándose la autoridad de Jesús. Y
al instante la niña de doce años se levantó y echó a andar, luego mandó que
diesen de comer a la niña.
Nos demuestra este relato la verdad de la
resurrección, pero no sólo la había resucitado, sino curado; la necesidad
de comida le haría ver la perfecta salud que ya gozaba.
7. LA FE ES NUESTRA MAYOR NECESIDAD
Este relato nos muestra el poder de Jesús que se
manifiesta incluso ante la muerte, que se somete a su palabra imperativa,
la resurrección de la hija de Jairo, nos muestra el poder de Jesús sobre la
vida humana.
También vemos a Jairo que al verlo, se arrojó a
sus pies, rogándole con insistencia. Así debemos ser también nosotros en la
oración, con fuerza y perseverancia. La fe es nuestra mayor necesidad,
muchas veces estamos preocupados de un sin números de necesidades, tales
como bienes, vacaciones, viajes, cultura, dinero etc. Pero lo que el Señor
no dice que lo que más necesitamos es fe. Es así, como es bueno pedirle al
Señor: “Señor, que la fe no me abandone, te pido que me la refuerces, que
me la concedas siempre, en abundancia, en suficiencia”
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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JESÚS ES EL SALVADOR
DEL HOMBRE, EL SEÑOR DE LA
VIDA
Nuestra fe es siempre frágil y está encerrada constantemente dentro
de los estrechos confines de nuestro temor a enfrentarnos con situaciones
que nos superan. El Señor lo sabe, y precisamente por eso viene a
«educarnos», es decir, a sacarnos fuera.
La confianza que hemos puesto en él es un comienzo, y él mismo es su
«autor». Ahora bien, nos separa aún de la meta un largo trecho de camino
que la Palabra
nos invita a recorrer a la carrera: no podemos quedarnos en el punto de
partida. Los acontecimientos personales y sociales nos interpelan, y
alguien -tal vez mucha gente-nos mira para orientarse. Partamos, pues, con
impulso, confiándonos a Jesús, perfeccionador de la fe; también de la
nuestra, si lo queremos... Mantengamos fija la mirada del corazón en la espléndida
carrera a través de la ignominia de la cruz, del sufrimiento, del humano
fracaso.
Así aparece su camino a los ojos del mundo, aunque desemboca en la
gloria y en la alegría sin fin, puesto que es el camino del Amor. Esta es
«la carrera que se abre ante nosotros» y que las situaciones concretas de
cada día predisponen para nosotros. Sería absurdo pensar que podemos partir
cargados con lo superfluo o atados, con lazos más o menos sutiles, al
pecado. Jesús mismo, como un experto entrenador, nos despojará de todo eso,
hasta de una fe casi supersticiosa, como la de la hemorroísa, o todavía
excesivamente limitada, como la de Jairo. Estas dos personas probadas por
la vida han sido hechas por Jesús «campeonas» en la fe y, una vez llegadas
a la meta de su carrera, nos atestiguan a nosotros, hoy, que Jesús es el
Salvador del hombre, el Señor de la vida. En consecuencia, vale la pena
correr por su camino con una fe indefectible.
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ORACION
(3)
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Jesús, Señor nuestro, manteniendo fija la mirada en ti nos atrevemos
a partir para la carrera que se abre ante nosotros, pero ayúdanos tú a
perseverar. Ven a liberarnos de la mentalidad del mundo, que nos haría
pedir perspectivas seguras y recompensas atractivas. Ven a soltarnos de los
lazos multiformes del pecado, que quisieran retenernos a toda costa. Ven a
sacarnos, cogiéndonos de la mano, porque vacilamos a la hora de seguir tus
huellas por el camino de la humillación y del sufrimiento. Tú, que eres «el
autor y el perfeccionador» de la fe, concédenos la fuerza del Espíritu para
llegar a la meta superando el obstáculo de nuestra incredulidad que siempre
se repite. Tú, que estás sentado ahora a la diestra del Padre, concédenos
acoger toda situación como ocasión propicia para crecer en la fe. Esperando
en ti, nunca nos veremos decepcionados, puesto que tú eres el Salvador del
hombre, el Señor de la vida.
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SANTORAL
(4)
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SANTA
CATALINA DE RICCI, virgen + 1590
El siglo XVI fue fecundo en
Santos en varias naciones, entre ellas Italia. El 23 DE ABRIL de 1522 nacía
en Florencia, Toscana-Italia, la futura santa Catalina aunque el ser
bautizada le fue impuesto el nombre de Alejandra. Sus padres, que se
llamaban Francisco y Catalina, eran buenos cristianos y pertenecientes más
bien a la aristocracia de la ciudad. Poco después de nacer Alejandra, murió
su madre y su padre pasó a segundos nupcias.
La pequeña Alejandra tanto
por su padre como por la madrastra fue tratada y educada con todo cuidado.
Ya desde niña aparecieron en ella virtudes que después darían más copioso
fruto cuando se hiciera mayor.
Cuando tenía diez años fue
internada por su padre en el Monasterio de Monticelli donde estaba de
religiosa su tía Luisa Ricci. Muy pronto quedaron profundamente admiradas
las religiosas al descubrir las muchas y profundas virtudes que adornaban
su alma. Alguna religiosa medio la expiaba para ver si su virtud, sobre
todo la que manifestaba cuando se encontraba ante el Señor en oración, si
era algo natural o pasajero. Pasaba largas horas postrada ante el Santísimo
Sacramento y meditaba en la Pasión del Señor, en cada uno de los pasos que
nos recuerdan los Evangelios. Cuando ya sea religiosa será ésta una de las
notas más destacadas de su rica vida espiritual.
A los trece años volvió a la
casa paterna siguiendo casi la misma vida que llevara en el internado. Su
padre, según costumbre de la época, le propuso un lisonjero porvenir ya que
tenía proyectado unirla en matrimonio con uno de los jóvenes de familia más
noble de la ciudad. Alejandra agradeció a su padre sus buenos deseos pero
le contestó resueltamente que no entraba en sus planes el contraer
matrimonio ya que se había ya desposado con Jesucristo al que le había
hecho voto de virginidad.
Conoció a dos religiosas
dominicas del Convento de San Vicente de Prato, que iban por la calle
recogiendo limosna y la joven les pidió que le dieran toda clase de
explicaciones del género de vida que en el convento llevaban. Después de
bien enterada de ello pidió permiso a sus padres y con su bendición ingresó
en aquel mismo Monasterio el 1535, cuando tan sólo contaba trece años.
Vistió el hábito de la Orden dominicana y al año siguiente emitió los votos
religiosos con gran gozo de su alma y de todas las religiosas ya que todas
sabían apreciar el gran regalo que les había hecho la Divina Providencia al
enviarles esta perla de criatura.
Al poco de profesar el Señor
vino a visitarla enviándole una terrible y múltiple enfermedad ya que
fueron varias las dolencias que a la vez afligían su débil cuerpo. Las
mismas religiosas y los médicos quedaban admirados cómo era posible que
pudiera resistir tanto dolor de todo tipo. Se le apareció un Santo de su
Orden, hizo sobre ella la señal de la cruz y quedó curada por varios años.
Durante estos atroces tormentos tenia una medicina que la curaba, por lo
menos le daba paz y alivio: Era el meditar en la Pasión del Señor, en los
muchos dolores que Él sufrió por nosotros... Meditaba paso a paso, en toda
su viveza y a veces se le manifestaba el Señor bien con la Cruz a cuestas,
bien coronado de espinas o clavado en la Cruz. Ante estos dolores del
Maestro, Catalina--que así se llamó desde que vistió el hábito
dominicano--encontraba fuerzas para cargar con su propia cruz...
Recibió muchos dones y
regalos del cielo: Revelaciones, gracias de profecía y milagros... Luces
especiales en los más delicados asuntos de los que ella nada sabía. Por
ello acudieron a consultarla Papas, cardenales y grandes de la tierra igual
que personas sencillas y humildes. A todos atendía con gran bondad y
humildad ya que se veía anonada por sus miserias y se sentía la más
pecadora de los mortales. El 2 de febrero de 1590 expiró en el Señor.
|
FUENTES DE LA PAGINA
|
La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por
Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de
apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les
ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando
gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota:
Para la Liturgia
de la Palabra,
utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y
comentario de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd,
(4)
Santoral preparado por la
Parroquia de la Sagrada Familia
de Vigo.
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