MISA DEL DÍA
I. RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 138, 18.
5-6
He resucitado, y
estoy de nuevo contigo, aleluya. Pusiste tu mano sobre mí, aleluya; qué
admirable es tu sabiduría. Aleluya.
O bien: Lc 24, 34; Cfr. Ap. 1, 6: En verdad resucitó el Señor. Aleluya. A él sea la gloria y el
poder por los siglos de los siglos.
ACTO PENITENCIAL
(Sí se realiza
el rito de la bendición y aspersión).
El tiempo
Pascual da un lugar relevante al recuerdo de nuestro bautismo. Porque con
él nacimos a la vida nueva que nos conquistó Jesucristo. Por eso hoy, en
lugar del acto penitencial acostumbrado, seremos rociados y purificados con
agua bendita en recuerdo de nuestro bautismo
(Durante la
aspersión conviene cantar un canto con sentido bautismal)
Si no se realiza
el rito de la aspersión:
— Tú resucitaste
lleno de gloria. Señor, ten piedad.
— Tú nos haces
pasar de la muerte a la vida. Cristo, ten piedad.
— Tú nos llamas
a vivir como resucitados. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que
ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero
de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú
que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro,
que hoy has abierto para nosotros las puertas de la eternidad por la
victoria de tu Hijo unigénito sobre la muerte, te pedimos que quienes
celebramos la Resurrección del Señor, por la acción renovadora de tu
Espíritu, alcancemos la luz de la vida eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Hech 10, 34. 37-43
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Pedro, tomando
la palabra, dijo: «Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea,
comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios
ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él
pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del
demonio, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que
hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron,
suspendiéndolo de un patíbulo.
Pero Dios lo
resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo,
sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y
bebimos con él, después de su resurrección.
Y nos envió a
predicar al pueblo, y a atestiguar que él fue constituido por Dios Juez de
vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que
los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su
Nombre.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: En el relato de los Hechos de los Apóstoles que acabamos de
escuchar, el apóstol Pedro nos ofrece una estupenda síntesis del misterio
de Jesucristo: ungido por Dios, pasó haciendo el bien, y curando todas las
enfermedades y dolencias; lo mataron, pero Dios lo resucitó. Testigo de
esto son los Doce, que comieron y bebieron con él. Los que creen en él
reciben el perdón de sus pecados.
SALMO Sal 117, 1-2. 16-17. 22-23
R. Éste es el
día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.
O bien: Aleluya,
aleluya, aleluya.
¡Den gracias al
Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de
Israel: ¡es eterno su amor! R.
La mano del
Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré
para publicar lo que hizo el Señor. R.
La piedra que
desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho
por el Señor y es admirable a nuestros ojos. R.
SEGUNDA LECTURA Col 3, 1-4
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
cristianos de Colosas.
Hermanos: Ya que
ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde
Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en
las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están
muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se
manifieste Cristo, que es la vida de ustedes, entonces ustedes también
aparecerán con él, llenos de gloria.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: Jesucristo resucitado ya vive “los bienes del cielo”. El Bautismo
hace al cristiano participar de la vida gloriosa del Señor resucitado.
Pablo nos exhorta a mostrar con obras concretas una vida renovada y distinta.
Bautizados en Cristo, hombres y mujeres nuevos, tenemos el don de Dios para
vivir esa vida de resucitados ya ahora, en la alegría del amor y creando
cada día más lazos de comunión.
O bien: 1Cor 5, 6-8
Lectura de la
primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto. Hermanos:
¿No saben que “un poco de levadura hace fermentar toda la masa”? Despójense
de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son
como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la
malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la
verdad.
Palabra de Dios.
SECUENCIA
Cristianos,
ofrezcamos al Cordero pascual, nuestro sacrificio de alabanza.
El Cordero ha
redimido a las ovejas: Cristo, el inocente, reconcilió a los pecadores con
el Padre. La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable: el Rey
de la vida estuvo muerto, y ahora vive. Dinos, María Magdalena, ¿qué viste
en el camino? He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del
Señor resucitado.
He visto a los
ángeles, testigos del milagro, he visto el sudario y las vestiduras. Ha
resucitado Cristo, mi esperanza, y precederá a los discípulos en Galilea.
Sabemos que Cristo resucitó realmente; tú, Rey victorioso, ten piedad de
nosotros.
ALELUYA 1Cor 5, 7b-8a
Aleluya. Cristo,
nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua.
Aleluya.
EVANGELIO Jn 20, 1-9
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
El primer día de
la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue
al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de
Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han
llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”.
Pedro y el otro
discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el
otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose
al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó
Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el
suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba
con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro
discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.
Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía
resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.
COMENTARIO: “Se han llevado al Señor y no sabemos donde lo han puesto”. Es el
anuncio de María Magdalena que reciben Pedro y Juan. Éstos corren hasta el
sepulcro y constatan los hechos. No se trata de un robo, sino de un signo
que habla de la resurrección del Maestro. Entonces Pedro y Juan se abren a
la fe. Pero esta fe necesita aún ser profundizada: han de revivir toda la
esperanza mesiánica a la luz de la cruz para comprender por qué, “según las
escrituras “, Jesús debía “resucitar de entre los muertos”. Por eso los
apóstoles y principalmente Pedro, el primero que entra en la tumba vacía,
serán los primeros testigos de la fe en la Resurrección.
Donde se celebre Misa vespertina, también puede
leerse el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. Lc 24,
13-35
EL CREDO
Creo en Dios
Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su
único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer
día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos.
Creo en el
Espíritu Santo, la
Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada
intención, pedimos: Ayúdanos a mostrar la alegría pascual.
·
Para que la Iglesia sea luz y
salvación de todos los pueblos. Oremos.
·
Para que los pueblos
sumergidos en el padecimiento del coronavirus reciban la luz y la fuerza de
Cristo Resucitado. Oremos.
·
Para que todos los que sin
sentirse cristianos trabajan por ayudar a combatir la pandemia del
coronavirus y un mundo mejor encuentren la luz y fortaleza de Jesús; Oremos.
·
Para que los que sufren por
esta enfermad que afecta al mundo encuentren en Cristo resucitado la
esperanza para seguir luchando; Oremos.
·
Para que todos nosotros
honremos esta Pascua dando testimonio de una vida nueva. Oremos.
(Añadir y/o
sustituir intenciones dando lugar a otras que reflejen las necesidades del
momento y/o de la comunidad).
III. LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre santo,
exultantes de gozo pascual te ofrecemos este sacrificio por el que
admirablemente renace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
En la Plegarias eucarísticas se
utilizan los textos propios.
PREFACIO PASCUAL I.
RITO DE
COMUNIÓN
PADRE
NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en
la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus
apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros
pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la
paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Cor 5, 7-8
Cristo, nuestra
Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, esta fiesta con los panes
sin levadura de la pureza y la verdad, aleluya, aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios,
protege paternalmente a tu Iglesia con amor incansable, para que, renovada
por los misterios pascuales, llegue a la gloria de la resurrección. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
IV. RITO DE CONCLUSIÓN
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Padre, dirige tu mirada sobre esta familia tuya, por la
cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a las manos de los
verdugos y sufrir el suplicio de la cruz. Él que vive y reina por los
siglos de los siglos.
BENDICIÓN
Canto final
Al despedir al
pueblo, durante toda la octava, hasta el domingo II de Pascua se dice:
V. Pueden ir en
paz, aleluya, aleluya.
R. Demos gracias
a Dios, aleluya, aleluya. Santo
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