Misa Diaria, Ciclo C

MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

23

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

23 años en Internet, desde 1998

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12-08-2021

 MD 8.991

LITURGIA DE LAS HORAS

 

ANTÍFONA      cf. Sal 73, 20. 19. 22. 23

Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus pobres. Levántate, Señor, defiende tu causa y no desoigas el clamor de los que te invocan.

ORACIÓN COLECTA     

Dios todopoderoso y eterno, a quien, movidos por el Espíritu Santo, nos animamos a llamar Padre; confirma en nuestros corazones la condición de hijos tuyos, para que podamos entrar en la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Jos 3, 7-10a. 11. 13-17

Lectura del libro de Josué.

El Señor dijo a Josué: “Hoy empezaré a engrandecerte a los ojos de todo Israel, para que sepan que yo estoy contigo como estuve con Moisés. Ahora ordena a los sacerdotes que llevan el arca de la alianza: ‘Cuando lleguen al borde del Jordán, deténganse junto al río’”. Josué dijo a los israelitas: “Acérquense y escuchen las palabras del Señor, su Dios”. Y añadió: “El arca de la alianza del Señor de toda la tierra va a cruzar el Jordán delante de ustedes. Y apenas los sacerdotes que llevan el arca del Señor de toda la tierra apoyen sus pies sobre las aguas del Jordán, estas se abrirán, y las aguas que vienen de arriba se detendrán como contenidas por un dique”. Cuando el pueblo levantó sus carpas para cruzar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza iban al frente de él. Apenas llegaron al Jordán y sus pies tocaron el borde de las aguas –el Jordán se desborda por sus dos orillas durante todo el tiempo de la cosecha– las aguas detuvieron su curso: las que venían de arriba se amontonaron a una gran distancia, cerca de Adam, la ciudad que está junto a Sartán; y las que bajaban hacia el mar de la Arabá –el mar de la Sal– quedaron completamente cortadas. Así el pueblo cruzó a la altura de Jericó. Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor permanecían inmóviles en medio del Jordán, sobre el suelo seco, mientras todo Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que todo el pueblo terminó de cruzar el Jordán.

Palabra de Dios.

Comentario: Josué no empieza “todo de cero”. Se sabe continuador y elegido para llevar adelante un proyecto que supera tanto a Moisés como a él mismo. Considera, de esta manera, que su misión es servir al pueblo para llevarlo a la posesión de la tierra prometida.

SALMO 113A, 1-6

R. ¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Cuando Israel salió de Egipto, la familia de Jacob, de un pueblo extranjero, Judá se convirtió en su santuario, la tierra de Israel fue su dominio. R.

El mar, al verlos, huyó, el Jordán se volvió atrás; los montes saltaron como carneros y las colinas, como corderos. R.

¿Qué tienes, mar? ¿Por qué huyes? Y tú, Jordán, ¿por qué te vuelves atrás? Montes, ¿por qué saltan como carneros, y ustedes, colinas, como corderos? R.

ALELUYA  Sal 118, 135

Aleluya. Que brille sobre mí la luz de tu rostro, Señor, y enséñame tus preceptos. Aleluya.

EVANGELIO     Mt 18, 21—19, 1

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Se acercó Pedro y le preguntó a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: ‘Dame un plazo y te pagaré todo’. El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ‘Págame lo que me debes’. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ‘Dame un plazo y te pagaré la deuda’. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?’. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”. Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán.

Palabra del Señor.

Comentario: Jesús no deja que hagamos lecturas evasivas de sus palabras. Sus ejemplos y parábolas son claros: si hemos sido perdonados, tenemos que perdonar. Solo será necesario, entonces, reconocer el perdón como bien recibido para compartir con nuestros hermanos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS        

Padre de bondad, acepta los dones que misericordiosamente has dado a tu Iglesia y que, con tu poder, conviertes en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN        Sal 147, 12. 14

Jerusalén, glorifica al Señor tu Dios, que te sacia con lo mejor del trigo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, que la comunión de tus sacramentos nos alcance la salvación y nos confirme en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano?”

Mt 18, 21-19, 1

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.   ¿CUÁL DEBE DE SER LA ACTITUD CRISTIANA ANTE LAS FALTAS REITERADAS DE NUESTRO PRÓJIMO Y DE NOSOTROS CON ELLOS?

El Evangelio de hoy, nos viene a tratar un tema importante en la vida de todo cristiano, la caridad, la misericordia, la compasión, la piedad, para ello, ¿Cuál debe de ser la actitud cristiana ante las faltas reiteradas de nuestro prójimo y de nosotros con ellos?

La vida está llena de reincidencias en culpas perdonadas, entonces ¿a cuantas recaídas va a estar sometida la voluntad de perdonar? ¿Importa el número?, ¿existe la actitud sincera de perdón ante Dios?

2.   SEÑOR, ¿CUÁNTAS VECES TENDRÉ QUE PERDONAR A MI HERMANO?

Pedro, plantea la pregunta a Jesús: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Es un número simbólico y la pregunta de Pedro es equivalente a saber si tiene que perdonar siempre.

¿Por qué poner límites?, la caridad, el amor no tiene límites, siete es un número indefinido, Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”, esto es, un rechazo de plano a la limitación agregándole un número simbólico aún más indefinido.

3.   SEAN MUTUAMENTE BUENOS Y COMPASIVOS, PERDONÁNDOSE

Pablo nos recuerda: “Sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros, como Dios los perdonó en Cristo” (Ef 4,32). Esto es, los cristianos debemos perdonarnos siempre, no algunas veces. Pero además Pablo nos dice: Sean mutuamente buenos, invitándonos a tener actitud de buenos, humanos, caritativos, exentos de rencor y le agrega compasivos, es decir piadosos y misericordiosos, porque cuando pecamos u ofendemos y nos arrepentimos, nuestro corazón se colma de paz cuando encontramos comprensión, del mismo modo, si vemos a alguien arrepentido y que por ello sufre, lo natural es que nazca en nosotros sentimientos de pena y lástima por la desgracia o por el sufrimiento de nuestro hermano. Ese es el corazón que el Señor necesita para ser buenos y compasivos. Es así como debemos perdonamos siempre y, como Dios nos perdona a nosotros.

4.   ES INDISPENSABLE EL PERDÓN.

Es así, como para que la caridad siempre este viva y reine entre nosotros, es indispensable el perdón. ¿Pero de cualquier tipo de faltas?, ¿También las injurias? Jesús rechaza las limitaciones que quiso poner Pedro, para destacar aún más la necesidad de perdonar y sin límites, nos pide perdonar siempre de corazón. Lo mismo lo exige para el amor, cuando uno ama, ama de verdad, de todo corazón, sin límite y siempre. Así es nuestro Dios Padre con nosotros, así nos ha enseñado, y así debemos ser y actuar, pero no solo perdonar a nuestro prójimo de corazón, además rogar por él, desearle todo bien y hacer que llegue la paz, por sobre cualquier dificultad.

5.   "PÁGAME LO QUE ME DEBES".

Luego, para ilustrar mejor su enseñanza, Jesús no enseña una parábola muy hermosa, de aquel servidor que debía diez mil talentos y que se arroja a los pies de su rey diciéndole: "Dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadece y lo deja ir y le perdona la deuda, sin embargo al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: "Págame lo que me debes". El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: "Dame un plazo y te pagaré la deuda". Pero él no quiso y se comporta si ninguna misericordia, al contrario lo encarceló hasta que pagara lo que debía. A nosotros no llega al corazón esta parábola, porque nos damos cuenta de la falta de generosidad de aquel que había recibido la benevolencia y la comprensión y luego él se la niega a un hermano.

6.   LO ENTREGÓ EN MANOS DE LOS VERDUGOS HASTA QUE PAGARA TODO LO QUE DEBÍA.

Es así como luego al enterarse el rey lo mandó llamar y le dijo: "¡Miserable!" e indignado, lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Esa es la gran diferencia que quiere destacar Jesús y nos pone en contrastes la generosidad de Dios, que nos perdona grandes deudas, contra la mezquindad de los hombres, el cual muchas veces ni siquiera quiere perdonar pequeñísimas cosas. Y no deja de ser cierto la gran diferencia de nuestros pecados contra Dios y la de algunos contra nosotros que comete nuestro prójimo o nosotros contra ellos, por eso Jesús destaca que el servidor debía diez mil y a él tan solo cien.

7.   DIOS NO NOS PERDONARÁ, SI NOSOTROS NO PERDONAMOS

Pero debemos tener muy en cuenta, que al final de este Evangelio, Jesús nos dice “Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos". Esta deducción es muy clara, Dios no nos perdonará, si nosotros no perdonamos. ¿Es justo esto?, lo que no es justo es que nosotros pidamos perdón, Dios nos conceda misericordia (Perdona nuestras deudas…), y nosotros no seamos capaces de perdonar (...así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

DIOS ES ALGUIEN QUE PERDONA INMENSAMENTE.

Con la venida de Jesús, el perdón se vuelve inmediatamente perceptible. Para el evangelista Mateo, toda la obra de Jesús está caracterizada por la remisión de los pecados: así en la curación del paralítico (9,2-7), así con su sangre, «que se derrama por todos para el perdón de los pecados» (26,28). Jesús intercede en la cruz por los que le están crucificando: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34).

El perdón de Dios, otorgado con generosidad y misericordia, se vuelve normativo para las relaciones entre los discípulos: « ¿No debías haber tenido compasión de tu compañero, como yo la tuve de ti?». La experiencia de haber sido perdonados por Dios debe llevarnos al perdón de los hermanos. Nuestra relación con el otro debe reflejar la de Dios con nosotros; lo que él ha hecho por nosotros es el paradigma de lo que nosotros debemos hacer a los otros. Hay, en la enseñanza de Jesús, algunos «como» sobre los que no reflexionamos bastante. Cuando Jesús nos enseña el amor al prójimo, establece unos cuanto «como» que forman una progresión que no admite excusas: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22,39; Gal 5,14), «como yo os he amado» (Jn 15,12), «como yo amo al Padre» (Jn 14,31)... En el Padre nuestro nos hace decir Jesús: «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Con este «como» no nos enseña Jesús que el precio para ser perdonados por Dios sea perdonar a nuestros hermanos. Ni nos enseña que lo único que debemos hacer para ser perdonados por él es perdonar; ni tampoco que si nosotros perdonamos imponemos al Dios omnipotente la obligación de perdonamos. El perdón de Dios no es simplemente el eco de nuestro espíritu de perdón. Es más bien lo contrario: el pensamiento de la grandeza del perdón de Dios debería amonestamos y ablandar nuestro corazón hasta el punto de hacernos desear también a nosotros perdonar a los otros.

ORACION (3)

 

Padre, míranos en tu inmensa bondad, mira a estos siervos de la parábola que deben una suma enorme a su patrón y ven perdonada toda su deuda. Pero, apenas recibido este favor, cogemos por la garganta a los que no nos deben casi nada para ordenarles que nos devuelvan todo y de inmediato.

Padre, nos olvidamos enseguida de que tú nos has perdonado todo. Somos deudores con memoria corta, que nos convertimos en un instante en acreedores despiadados, que exigen ser pagados hasta el último céntimo. Guárdanos, Padre, de semejante arrogancia y de un olvido como éste, porque tú nos has perdonado. Amén (G. Danneels, Padre nostro que sei nei cieli, Milán 1992).

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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