ANTÍFONÁ DE ENTRADA Cf r. Sal
30, 3-4
Señor, sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca y mi
baluarte por tu nombre guíame y condúceme
ACTO PENITENCIAL
·
Tú
eres la verdad sin error Señor, ten piedad.
·
Tú
eres el camino seguro Cristo, ten piedad.
·
Tú
eres la vida en plenitud. Señor, ten piedad.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te complaces
en habitar en los corazones rectos y sencillos, concédenos la gracia de
vivir de tal manera que encuentres en nosotros una morada digna de tu
agrado Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA Ecli 15, 15 20
COMENTA RIO: Se desarrolla aquí el tema de
la libertad personal para elegir entre el bien ye! mal, la vida o la
muerte. El pecado, así como los antivalores existentes en el mundo, no son
obra de Dios ni corresponden a su designio sobre el mundo. De ahíla
invitación aguardar sus mandatos y cumplir su voluntad.
Lectura
del libro del Eclesiástico
Si quieres puedes observar los
mandamientos y cumplir fielmente lo que agrada al Señor. Él puso ante ti el
fuego y el agua hacia lo que quieras, extenderás tu mano Ante los hombres
están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera Porque
grande es la sabiduría del Señor, Él es fuerte’ y poderoso, y ve todas las
cosas. Sus ojos están fijos en aquellos que lo temen y El conoce todas las
obras del hombre. A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización
para pecar.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34
R. Felices los que siguen la ley del Señor:
Felices
los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor Felices
los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón. R.
Tú
promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente ¡Ojala yo me mantenga firme en la
observancia de tus preceptos! R.
Sé
bueno con tu servidor, para qué yo viva y pueda cumplir tu palabra. Abre
mis ojos, para que contemple las maravillas de tu ley. R.
Muéstrame,
Señor, el camino de tus preceptos, y yo los cumpliré a la perfección
instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón. R.
SEGUNDA
LECTURA 1Cor 2, 6-10
COMENTARIO: Para acercarse al misterio de
Dios y describir de alguna forma lo que significa esa experiencia, Pablo
recurre al profeta Isaías: ningún ojo vio, ni oído oyó, ni mente humana
concibió” (Is 64, 3) a lo que él agrega: “lo que Dios preparó para quienes
lo aman’ Así deja de manifiesto a un Dios que sigue saliendo al encuentro
del hombre.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto.
Hermanos:
Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas
espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que
ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción. Lo que
anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que El preparó
para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquélla que ninguno de
los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran
conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria. Nosotros anunciamos,
como dice la Escritura,
«lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios
preparó para los que lo aman». Dios nos reveló todo esto por medio del
Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios.
Palabra de Dios.
ALELUYA Cf r. Mt 11,25
Aleluya.
Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los
misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.
EVANGELIO
Mt 5, 17-37.
COMENTARIO: Jesús expone su pastura frente
a la Ley. Él
reconduce los mandamientos a su raíz ya su objetivo último: el servicio a
la vida, a la justicia, al amor ya la verdad. No opone a la Ley antigua una nueva ley,
sino que la transforma y la lleva hacia una radicalidad sin precedentes,
rompiendo todos los moldes y criterios que la asemejan a una legislación
humana.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Mateo.
Jesús
dijo a sus discípulos: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no
he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni
una i ni una coma de la Ley
sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra. El que no
cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer
lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio,
el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los
Cielos.
Les
aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y
fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se
dijo a los antepasados: «No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante
el tribunal». Pero Yo les digo que todo aquél que se irrita contra su
hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquél que lo insulta,
merece ser castigado por el Tribunal. Y el que lo maldice, merece el
infierno. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas
de que tu hermano tiene alguna queja contra ti deja tu ofrenda ante el
altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a
presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario,
mientras vas caminando con él, no sea que el adversario té entregue al
juez, y el juez al guardia, y te pongan preso, Te aseguro que no saldrás de
allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Ustedes
han oído que se dijo: «No cometerás adulterio». Pero Yo les digo: El que
mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo
lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que
todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti
una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se
pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al
infierno. También se dijo: «El que se divorcia de su mujer, debe darle una
declaración de divorcio». Paro Yo les digo: El que se divorcia de su mujer,
excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se
casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
Ustedes
han oído también que se dijo a los antepasados: «No jurarás falsamente, y
cumplirás los juramentos hechos al Señor». Pero Yo les digo que no juren dé
ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra,
porque es el estrado de su pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No
jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro
uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando
digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.
Se
dice el Credo
ORACIÓN
DE LOS FIELES
A
cada intención, pedimos: Danos la alegría de cumplir tu ley.
·
Por la Iglesia: para que en sus
disposiciones brille el mandamiento nuevo de Cristo. Oremos.
·
Por los que elaboran las leyes: para
que procuren siempre lo que es justo e interesa al bien común. Oremos.
·
Por los que prescinden de toda norma
moral: para que descubran la felicidad de cumplir la ley del Señor. Oremos.
·
Por los grupos parroquiales: para que
experimenten la alegría de cumplir las exigencias del amor fraterno. Oremos
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Que
esta ofrenda nos purifiqué y renueve, Señor y sea causa de recompensa
eterna para quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACÍO
DOMINICAL DURANTE EL AÑO
ANTIFONADE
COMUNION
Ellos
comieron y se saciaron, el Señor les dio lo que habían pedido, no fueron
defraudados
O
bien: Jn3,16
Dios
amo tanto al mundo que entrego a su Hijo único para que todo el que cree en
él no muera, sino que tenga Vida eterna.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Saciados
con el pan del cielo, te pedimos, Padre, la gracia de desear siempre este
alimento que nos da la vida verdadera Por Jesucristo, nuestro Señor.
|
“Yo
no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán
ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse”
Mt
5, 17-37
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. NO PIENSEN QUE VINE PARA ABOLIR LA LEY O
LOS PROFETAS
Jesús
hace una declaración de mucha importancia para todo el cristianismo, en la
que fija su actitud doctrinal frente al judaísmo. Jesucristo proclama que
no vino a abolir ni la Ley ni los Profetas. Por el contrario, Cristo vino a
llenar a cumplir y perfeccionar; cumplir la Ley con las obras, y llevar lo
imperfecto a lo perfecto, Jesucristo no viene a destruir la ley, pero
tampoco viene a consagrarla como algo que no se puede tocar, al contrario
viene a darle con su enseñanza y su actitud, una nueva forma, más definitiva,
en la cual ahora se realiza en plenitud aquello hacia donde la ley
conducía.
Jesús
no vino a anular los valores normativos del Antiguo Testamento, sino que
hacer posible su total efectividad y realización en la novedad del
Evangelio. ¿Entonces, qué sentido conviene aquí al verbo Cumplir o
perfeccionar El sentido que aquí le corresponde es el de “perfeccionar”? El
sentido que aquí le corresponde es el de perfeccionar. Se ve esto porque
Jesús cumple con su práctica muchas cosas del Antiguo Testamento, pero
perfecciona ésta con su doctrina al interpretar el sentido recto de muchas
cosas del Antiguo Testamento deformadas por el leguleyismo
farisaico y añade otras muchas como la nueva revelación, lo mismo que por
el espíritu evangélico que ha de informarla.
Jesús
perfecciona la Ley del Antiguo Testamento, al interpretar el verdadero
sentido de prescripciones deformadas del Antiguo Testamento y al añadir
nuevas enseñanzas, revelaciones y prescripciones. La Ley de Moisés y la
evangélica no son opuestas, son una sola, es la Ley de Dios a los hombres,
eso sí, en dos etapas, entonces la segunda es complemento y
perfeccionamiento de la primera.
Jesús
dice: Les aseguro que no quedarán ni una coma de la Ley sin cumplirse,
antes que desaparezcan el cielo y la tierra, término con que se expresa el
fin de los tiempos y, por tanto, se expresa también con ello la duración de
una cosa o la firmeza de la misma.
Dice
Jesús; “El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a
los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los
Cielos”.
Cabe
destacar que Jesús dice El que no cumpla el más pequeño, no habla
explícitamente de preceptos mayores, es algo lógico, porque cuando dice;
Les aseguro que no quedarán ni una y ni una coma de la Ley sin cumplirse,
ha de cumplirse.
El
que no cumpla, o el que quebrantase o, por el contexto, mejor, descuidase
cumplir uno de estos preceptos pequeños o mínimos y además enseñase así a
los hombres, será el menor en el reino de los cielos, es decir no está
excluido de él. Y la contraposición se hace con los preceptos grandes y su
premio correspondiente. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será
considerado grande en el Reino de los Cielos.
Así
es, como Jesús nos afirmó que la Ley la deberemos cumplir en todos sus
aspectos, hasta en los más insignificantes preceptos, haciendo estos
llegaremos hacer grande en el Reino de los Cielos. Entonces, la perfección
evangélica, consistirá en la observancia de los Evangelios, un modo de
hacerlo, es cumplir hasta en sus más pequeñísimos detalles, con gran
cuidado, con un gran espíritu de amor, con aceptación y entrega a la
voluntad del Padre.
Ahora,
nos hacemos una pregunta, ¿somos fieles en el cumplimiento de los que el
Evangelio se nos propone cumplir? o bien, ¿cumplimos todo lo que Jesucristo
nos ha enseñado como norma de vida? También es bueno preguntarse, ¿sino
cumplimos, aparte de no cumplir, estamos enseñando o incentivando a otros a
no cumplir?
Ser
cristiano, tener fe en Cristo, se resume en ser incondicional a Él, es decir,
esforzarte para ser como Él nos ha enseñado, y trabajar por implementar el
Reino de Dios en todo lugar, y ese Reino, es la justicia, la paz, el amor
por implementar el Reino de Dios en todo lugar, y ese Reino, es la
justicia, la paz, el amor por los hombres, el ser solidario y la
inclinación natural por hacer el bien.
2. SI LA JUSTICIA DE USTEDES NO ES SUPERIOR
A LA DE LOS ESCRIBAS Y FARISEOS
Jesús,
se atribuye una autoridad superior a la de Moisés, así es como lo dice
explícitamente. Jesús es superior a la misma Ley y tiene además autoridad
para cambiarla.
Jesús,
ahora no solo prohíbe el homicidio, también veda la ira, los insultos, las
injurias, es decir, se deben evitar los pecados y faltas externas e
internas, como las ofensas, la rabia, agravios y ultrajes.
Jesús
dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si la justicia de
ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el
Reino de los Cielos.” Se trata, pues, de fidelidad a la Ley, pero
de fidelidad al cumplimiento del espíritu de la Ley, pues en su
cumplimiento material, aquéllos eran maestros insuperables. Ya los profetas
habían urgido la necesidad de poner el espíritu y el corazón en los
sacrificios. El rito material no cuenta. Por el simple cumplimiento del
rito cultual, Dios no lo atiende ni retribuye. Esto es lo que Jesús
censura, al tiempo que enseña cómo ha de ser la práctica de la nueva Ley,
de la justicia mesiánica; no hipocresía de un rito sin vida. La justicia
del reino mesiánico es sencillamente la justicia de la autenticidad
religiosa. Este versículo, es un término completivo del tema sobre la
relación de Jesús y la Ley vieja, pero es, al mismo tiempo, un versículo
puente para el tema del sermón de la Montaña: el perfeccionamiento moral de
la vieja Ley y el perfeccionamiento del espíritu con que ha de ser
practicada.
Dice
Jesús: “Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el
que mata debe ser llevado ante el tribunal”. Jesús se está
refiriendo al quinto precepto del Decálogo (Diez Mandamientos): No matarás.
Refiriéndose al auditorio les dice: Ustedes han oído que se dijo a los
antepasados. Estos antepasados son las generaciones judías anteriores.
La
cita se hace literalmente del Decálogo, pero la segunda parte, No matarás,
y el que mata debe ser llevado ante el tribunal, no se encuentra citada así
en la Ley, esta castiga el homicidio: El que hiere mortalmente a otro será
castigado con la muerte (Ex 21:12; Lev 24:17). Este juicio al que se alude
puede ser el juicio jurídico del tribunal (Dt
16:18; Dan 7:26 en los LXX) que le juzgará y le condenará o puede ser la
misma condena.
Esta
legislación del Decálogo había sido interpretada materialmente: realización
física del homicidio. Pero Jesús, al contraponer su enseñanza a la
interpretación rabínica del mismo mandamiento, está dando la interpretación
del contenido primitivo.
Hay
también en ello otro valor. Al contrastar lo que se les había dicho por
Moisés a los antiguos, sin embargo al decir Jesús Pero yo les digo, está
implícitamente declarándose superior a Moisés. Jesús ira luego gradualmente
declarándose superior a los reyes, profetas, sábado y Templo (Mt 16:6).
Aquí se presenta ya como el supremo Legislador de Israel.
Pero
yo les digo que todo aquel que se enoja contra su hermano merece ser
condenado por un tribunal. En este precepto no solamente se condena el acto
de homicidio real, sino la injuria al hermano. Este, en la apreciación
judía, era el equivalente al prójimo, y éste era sólo el judío. Aquí
también se condena el irritarse contra el hermano injustamente (Mc 3:5) al
llamarlo racá. Es palabra aramaica;
se proponen varias etimologías, como abominable, o loco, pero ésta
significa además rebelde contra Dios, ateo.
Naturalmente,
Jesús no pretende establecer este triple y exclusivo código de penas y
castigos. Toma los términos de la jurisprudencia judía como medio de
expresión de valoración moral. El tribunal ante el que Jesús cita no es más
que uno: el de Dios.
Luego
Jesús, expone en dos pequeñas parábolas la necesidad de la reconciliación
con el prójimo, Él quiere que vivamos en paz los unos con los otros.
Por
lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu
hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a
reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu
ofrenda. Esta presenta con una semejanza tomada del sacrificio y la
presenta con la urgencia del que está ya a punto de ofrecerle. Que la deje
ante el altar y que vaya primero a reconciliarse con su hermano, si tiene
algo contra ti, por suponerse que el oyente hizo algo injusto contra él.
Con ello encarece la necesidad de la caridad al ponerlo en comparación con
el sacrificio. Ya que, siendo éste representación vicaria del oferente, no
es grata a Dios sin el amor al prójimo (Os 6:6).
“Trata
de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando
con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia,
y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado
el último centavo”. Esta segunda comparación está tomada de
la vida civil: más vale componerse los litigantes de un pleito entre ellos
que venir a la sentencia inapelable del juez, aparte de pagar costas y tener
incomodidades y pleito. Se pagará hasta el último centavo. Es una pequeña
parábola, de la que luego se alegorizan algunos elementos, el tiempo que
están en camino probablemente alegoriza el tiempo que se está in vía; el
juez y su sentencia son el tribunal de Dios; el castigo en prisión, de la
que no se saldrá hasta que se pague el último centavo, es decir, hasta que
se cumpla estrictamente la justicia, y porque el tono de esta redacción
parabólica sólo habla popular y sapiencialmente del anuncio de un castigo
que corresponde a una culpa contra la caridad, pero sin más precisiones.
Jesús,
nos pide siempre que vivamos en paz y armonía con todos nuestros hermanos
y, que tengamos una actitud constante de reconciliación frente a las
diferencia que a veces nos separan. Dios aprecia de sobremanera la unidad
fraternal, nos está diciendo que: deja tu ofrenda ante el altar, ve a
reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu
ofrenda, es decir el sacrificio no será agradable a Él, sino en cuanto
vivamos en amor y paz con nuestros hermanos.
3. “NO COMETERÁS ADULTERIO”.
Jesús
dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: No
cometerás adulterio”. La ley judía condenaba en el Decálogo (Diez
Mandamientos) (Ex 20:14) el adulterio. Pero explícitamente no se legislaba
sobre la simple fornicación, entonces la interpretación de la prohibición
del adulterio en el Decálogo era usualmente entendida del acto externo. El
mismo Decálogo daba, aparentemente, pie a ello, pues lo valoraba solamente
desde el punto de vista de la justicia. También se condenaban otros pecados
externos como el de lujuria y seducción, esto se lee en varios fragmentos
del Antiguo Testamento, donde se hace ver el peligro del pecado interno
(Job 31:1; Eclo 9:5). El décimo mandamiento del
Decálogo, se prohíbe el deseo de la mujer ajena sólo por ser propiedad del
marido (Ex 20:17; Dt 5:21).
Pero
ante esta legislación interpretada restrictivamente, Jesús da su
interpretación auténtica: en este precepto está incluido todo mal deseo de adulterio.
El corazón es el verdadero responsable ante la moral.
Dice
Jesús: “Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola ya cometió
adulterio con ella en su corazón”. Es verdad que en la literatura
rabínica se encuentran textos de todas las épocas expresando un sentimiento
constante que condena la impureza que se comete con los ojos o el
pensamiento. Rabí Simeón dice: No cometerás adulterio, ni tampoco con los
ojos ni con el corazón. Pero la práctica debía de ser muy distinta, cuando
Jesús tiene que tomar esta actitud ante la interpretación del Decálogo.
Declarado
el sentido del sexto mandamiento, surge su cumplimiento, haciendo ver la
necesidad de evitar la ocasión del pecado, este se hace con un grafismo
hiperbólico, aumentado y paradójico.
Dice
Jesús: “Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y
arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros,
y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno”. Si el ojo
derecho, por especialmente estimado (1 Sam 11:2), lo mismo que si la mano
derecha escandalizan, vale más sacárselo o cortarla que ir con ambos al
infierno.
Naturalmente,
esto no se dice en el sentido de una realización material, porque el que se
saque una persona el ojo derecho, no le impide que siga pecando con mismo
izquierdo, por eso es el sentido etimológico de que es tropiezo u ocasión
de pecado. Lo que Jesús destaca es la necesidad de la precaución, de la
vigilancia y el heroísmo, para superar todo escándalo temporal, a fin de no
ir por él al infierno.
Luego
Jesús agrega: “También se dijo: El que se divorcia de su mujer debe darle una
declaración de divorcio. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer,
excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se
casa con una mujer abandonada por su marido comete adulterio”.
En
este fragmento, se encuentra una dificultad ya clásica. Parecería que el
divorcio fuese lícito en el caso de fornicación, aquí se trata
especialmente del repudio, pero esto, se aclara mejor cuando leemos a san
Mateo 19, 3-9, que se refiere a la indisolubilidad, sucede cuando los
fariseos preguntan a Jesús; ¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer
por cualquier motivo?. Pero Jesús afirma categóricamente sobre lo
indisoluble del vínculo matrimonial, revalidando la dignidad del
matrimonio, rechazando la teoría del repudio, y restaura el derecho en su
sentido original, sin dejar de recordar que Moisés les permitió divorciarse
de su mujer, debido a la dureza del corazón, pero al principio no era así.
Jesús
quiere devolver a la ley divina, su primitivo vigor, y dice: Por lo tanto,
yo les digo: “El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal,
la expone a cometer adulterio”. Sus discípulos le dijeron como
respuesta: Si ésta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no
conviene casarse.
Es
cierto que muchas veces el matrimonio no es algo fácil, en otras palabras
tiene su cruz y en ocasiones muy pesada, más aún si se mira como algo del
cuerpo y de sus instintos, o relacionado con ellos, esto es carnal, pero si
al contrario, si lo miramos con algo más de espíritu, y tomamos conciencia
de que es un gran sacramento, descubriremos la riqueza del matrimonio.
4. NO JURARÁS FALSAMENTE, Y CUMPLIRÁS LOS
JURAMENTOS HECHOS AL SEÑOR.
El
mal produce el los hombres palabras de desconfianzas, mentiras y
falsedades, se habla con hipocresía y lo peor, es el abuso de la palabra en
juramento con falsas promesas. Jesús nos encamina y nos orienta a ser
hombres sencillos y fieles en todo y con todos, con una conducta sincera,
franca en el trato con los demás.
Jesús
dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo a los
antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al
Señor”. El uso de los juramentos había venido a ser un abuso en
Israel. Se juraba por Dios, por el cielo, por el Todopoderoso, por el
templo, por esta morada, sinónimo del mismo; por el altar, por la Alianza,
por la Thorah (la ley), por la Consolación de
Israel (Mesías). A veces la fórmula empleada era negativa, y se decía yo
(juro) no querer ver la Consolación de Israel si….hago o sucede tal cosa; o
en forma positiva: Yo juro que quiero ver muertos a mis hijos si…..sucede
tal cosa. Se juraba que comería o que no comería, que comió o que había
comido, que daría o no tal cosa a otro, que se entregaría al sueño o no,
etc.
Entonces
le dice Jesús; “Pero yo les digo que no juren de ningún modo”. No es que
lo excluya en absoluto, pues El mismo responderá ante la conjuración que
por Dios le hace Caifás, sino que es la forma rotunda de expresión contra
la moral relajada.
También
dice Jesús; “por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque
es el estrado de sus pies”; destacando algunos juramentos, como
modelo y más frecuentes, que se hacían por las criaturas, para hacer ver
que en ellos está Dios y que por eso se utilizaban, y dice ni por el cielo,
pues es la morada de Dios; allí está el trono de Dios (Is 66:1); ni por la
tierra, pues también en ella está Dios.
También
dice Jesús; “Ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey”, que
es Dios, en la que puso su nombre. Por eso es la Ciudad Santa.
Jesús
dice: “No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en
blanco o negro uno solo de tus cabellos”. Ni por tu cabeza jures
tampoco, pues aun en este juramento se incluía a
Dios. Se lo incluía al usar la palabra técnica jurar, y porque ella es la
representación del hombre, que está bajo el dominio de Dios. Por eso no
puede cambiar por un acto de su determinación el color de sus cabellos.
Ante
esta frivolidad religiosa, Jesús propone Cuando ustedes digan sí, que sea
sí, y cuando digan no, que sea no. pues, además de salvar el honor de Dios,
se trata de revalorizar la dignidad y lealtad del hombre.
Añadiéndose
todo lo que pasa de esto, de decir sí o no, procede del mal, Todo lo que se
dice de más, viene del Maligno, en su obra de mal contra el Reino. Además,
que el Maligno al introducir la mentira y el mal en el mundo (Jn 8:44),
hizo necesaria, a veces, la garantía del juramento.
De
esta forma de expresarse san Mateo no se sigue que se niegue la legalidad
del juramento en ocasiones. La fórmula rotunda de prohibición no es más que
el exceso de un estilo oratorio y oriental. A lo que era un abuso total se
le opone en este estilo una prohibición total. Pero como contraprueba de su
permisión está que Jesús responde a la conjuración que le hace Caifás, lo
mismo que la práctica de San Pablo y el ángel del Apocalipsis, que jura por
el que vive por los siglos (Ap 10:6).
El
que sabe expresarse, el que sabe hablar de verdad, no es el que utiliza
bellos términos para impresionar, si el corazón no es sincero, las palabras
no se oirán como verdad, sin embargo, el que habla con el corazón sabe
hablar bien y con sencillez, sus palabras muestran sinceridad y convicción.
Al hablar con nuestros hermanos, hagámoslo con lealtad, sin fingimiento,
sin hablar de frente algo y de espalda otra cosa.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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