MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

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"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana"

(LG 11)      21 años en Internet

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

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13-02-2022

Edición Nº MD 9.220

LITURGIA DE LAS HORAS

 

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO

El peligro de las riquezas

Lc 6,7.20-26

Jesús no sólo pone las bienaventuranzas en positivo. El «¡ay de vosotros!» es una fuerte llamada para que nadie se llame a engaño. Con ello está resaltando que no se puede ser rico y cristiano al mismo tiempo. Nunca más necesarias estas palabras de Cristo que ahora. Vivimos en una sociedad opulenta y con frecuencia se intenta compaginar las riquezas y la fe en Jesucristo.

Sin embargo, el evangelio es bastante explícito y Jesús no ahorra palabras para poner en guardia frente al peligro de las riquezas. Pocos males hay tan rechazados en los evangelios como este. Ante todo, porque las riquezas embotan, hacen al hombre necio e impiden escuchar la palabra de la salvación (Mt 13,22). Las riquezas llevan al hombre a hacerse autosuficiente, endurecen su corazón y le impiden acoger a Dios; en vez de recibir todo como hijo, lleno de gratitud, el rico se afianza en sus posesiones y se olvida de Dios (Lc 12,15-21).

Por eso hemos escuchado en la primera lectura: «Maldito el hombre que confía en el hombre». La Virgen sabía bien al cantar el Magníficat: «A los ricos los despide vacíos» (Lc 1,53). Las riquezas empobrecen al hombre. Le impiden experimentar la inmensa dicha de poseer sólo a Dios.

A Cristo le duele que el rico se pierda al no haber encontrado el único tesoro verdadero (Mt 13,44) y por eso grita y denuncia el daño de las riquezas, que además cierran y endurecen el corazón frente al hermano necesitado. Epulón no ha hecho nada malo a Lázaro; es condenado simplemente porque no le ha atendido (Lc 16,19-31). (FGD)

 

I. RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 33-4

Señor, sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca y mi baluarte; por tu Nombre, guíame y condúceme.

ACTO PENITENCIAL

En silencio, pidamos perdón porque muchas veces nos guiamos por criterios que no son los criterios de Dios.

·    Tú que acoges a los pobres y necesitados: Señor, ten piedad

·    Tú que consuelas a los que sufren y a los que lloran: Cristo, ten piedad

·    Tú ayudas a los que trabajan en favor de la paz, para que reine la justicia: Señor, ten piedad

SE DICE GLORIA A DIOS.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que te complaces en habitar en los corazones rectos y sencillos, concédenos la gracia de vivir de tal manera que encuentres en nosotros una morada digna de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA Jer 17, 5-8

El profeta está diciendo que hay dos clases de personas: aquellos que ponen su con fianza ‘en el hombre’ es decir, que confían en las cosas mundanas, temporales y frágiles; y aquellos que confían sobre todo en Dios. ¿A qué clase de gente pertenecemos?

Lectura del libro de Jeremías.

Así habla el Señor: Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor! Él es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita. Bendito el hombre que confía en el Señor y en Él tiene puesta su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.

Palabra de Dios

SALMO SaI 1, 1-4. 6

Como Jeremías, el salmista nos recuerda que la vida es una opción entre dos caminos: El de los justos, camino hacia la felicidad; y el de los malos, camino de perdición. En las bienaventuranzas, Jesús precisará esta opción que Dios espera de nosotros.

R. ¡Feliz el que pone en el Señor su confianza!

Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.

Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.

No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.

SEGUNDA LECTURA l Cor 15, 12. 16-20

El mensaje de este texto es claro: nuestra fe tiene muy sólidos fundamentos, está basada en la Resurrección de Cristo. De la misma manera, nuestra esperanza y confianza en Dios. Por lo tanto, ser cristiano no es sólo creer en Dios, sino creer en Cristo resucitado y viviente.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados. En consecuencia, los que murieron con la fe en Cristo han perecido para siempre. Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más dignos de lástima. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.

Palabra de Dios.

ALELUYA Lc 6,23

Aleluya. Alégrense y llénense de gozo en ese, día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! Aleluya.

EVANGELIO Lc 6, 12-13. 17. 20-26

Analicemos algunas ideas claves de las bienaventuranzas. Jesús está diciendo que los pobres, los hambrientos y los afligidos, tienen una bienaventuranza especial, son privilegiados en el Reino de Dios. Ahora bien, en muchas ocasiones constatamos que los criterios de Dios son diferentes, y a veces opuestos a los de los hombres. Lo que el hombre rehúye: el sacrificio, el mayor esfuerzo y, en el fondo, la cruz, suelen ser lo que a él le conviene.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles. Al bajar con éstos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: «Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! Pero ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! Ay de ustedes cuando todos los elogien! De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!»

Palabra del Señor.

EL CREDO

Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Nuestro Dios es el Dios de la alegría. Con confianza, presentémosle nuestras súplicas para que todos los hombres sean felices y resuciten un día con Cristo Jesús.

·    Dios, nuestro Padre, te pedimos tanto por los pobres como por los ricos. Los Pobres: cólmalos de la riqueza de tu amor. Los ricos: conduce su corazón hacia el amor de la pobreza.

·    Te pedimos por aquellos que tienen hambre y por aquellos que están saciados. A los hambrientos, dales el pan de tu amor. A los saciados, enséñales a compartir su abundancia.

·    Te pedimos tanto por aquellos que lloran, como por aquellos que ríen. Los que lloran: consuélalos con tu paz. Los que ríen, enséñales a secar las lágrimas de sus hermanos.

·    Te pedimos por aquellos que nos odian, y por los que nos aman. Los que nos odian: suaviza la dureza de su corazón. Los que nos aman: dales el gozo de tu Reino

S. Dios de las bienaventuranzas, Tú qué haces levantar el sol de tu gracia sobre los buenos como sobre los malos, (Mt 5,45) y quieres que todos los hombres sean felices. Te rogamos: Haznos la gracia de ser para todos nuestros hermanos un manantial de alegría, una fuente de paz, como lo es para cada uno de nosotros tu Hijo Jesús, nuestro Salvador y nuestro hermano.

III. LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda nos purifique y renueve, Señor, y sea causa de recompensa eterna para quienes cumplen tu voluntad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DOMINICAL DURANTE EL AÑO

RITO DE COMUNIÓN

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

LA PAZ

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CORDERO

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Sal 77, 29-30

Ellos comieron y se saciaron, el Señor les dio lo que habían pedido; no fueron defraudados.

O bien: Jn 3,16

Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el pan del cielo, te pedimos, Padre, la gracia de desear siempre este alimento que nos da la vida verdadera.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

IV. RITO DE CONCLUSION

BENDICION

  Canto final.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Dichosos los Pobres”

Lc 6, 12-13. 17. 20-26

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      JESÚS SUBE A ORAR A LA MONTAÑA

Luego de varias jornadas sabáticas en las sinagogas, con la participación de muchos asistentes donde lo que expone Jesús como verdad causa ira e irrita a los escribanos y fariseos, quienes están con una ofuscación tenaz y persistente que les impide ver la realidad o razonar sobre ella, Jesús sube a orar a a montaña. Dos mil años más tarde, aún hay quien se irrita por el mensaje evangélico, les atormenta su conciencia.

En este fragmento, Lucas nos destaca algo muy importante, antes de la trascendental elección de sus apóstoles, Jesús sube a orar a la montaña. Además nos dice que Jesús paso la noche orando. El silencio de la montaña, especialmente de la noche, es un lugar muy apropiado para el encuentro con Dios, así también lo hizo Moisés, así lo hace Jesús, para reflexionar con su Padre, por eso va una montaña para orar, y pasa toda la noche en oración con Dios.

Nos enseña Jesús, lo bueno que es entrar en contacto con quien nos ama antes de tomar decisiones, queriendo el Padre lo mejor para nosotros, no podemos esperar nada mejor que su buen consejo. Teresa de Jesús define orar como: A mi parecer no es otra cosa oración sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama".

2.      LLAMÓ A SUS DISCÍPULOS Y ELIGIÓ A DOCE DE ELLOS

Luego, cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles. Este nombre significa el que recibe una misión determinada. La misión que les confía es triple: que le acompañen, pues Jesús desea formarlos bien; para enviarlos a predicar la doctrina del reino, sobre todo después de la gran iluminación de Pentecostés; y para confiarles el poder de expulsar demonios: con ello se demostrará la llegada del Mesías, una de cuyas características sería ésta, y, por tanto, ellos quedarían bien acreditados como “apóstoles” del Mesías para la expansión de su reino.

Jesús, al elegir a estos doce amigos íntimos como sus discípulos, establece los cimientos del nuevo Israel o pueblo de Dios. Ahora estos discípulos, acompañarán y aprenderán el modo de vida de su maestro, y le darán su apoyo, le tendrán fe, le entregarán su adhesión total, para luego ser los apóstoles, que como enviados han de continuar la misión entregada por Jesús.

3.      EL SIMPLE ACERCAMIENTO FÍSICO A JESÚS, LES DABA PAZ Y ALIVIO

Pero luego, estos doce no serán los únicos discípulos, ya que al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse sanar de sus enfermedades. El nuevo pueblo de Dios no estará formado ya por sólo judíos; también los paganos formarán parte de él.

Este fragmento del evangelio nos relata además que los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban sanos; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

El simple acercamiento físico a Jesús, les daba paz y alivio para sus dolencias, sean esta físicas o espirituales, y Jesús los hacía con todos y con todo tipo de personas, a ninguno le preguntaba si era judío, de otra región o lo que hacía, solo si tenían fe. Jesús, es un loco de amor por los hombres y por nosotros lo da todo.

4.      ¡FELICES USTEDES, LOS POBRES, PORQUE EL REINO DE DIOS LES PERTENECE!

Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: ¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!

Jesús al proclamar las bienaventuranzas, nos está proponiendo una forma de vida distinta como condición para salvarnos, nos invita a un camino solidario con los pobres, nos estimula a una vida mas austera, nos anima a no vivir atados a los bienes materiales, de esta forma nos podemos dedicar más a Dios. El se preocupa intensamente por nosotros, ¿y nosotros que?

A todos los pobres nos promete el Reino de los Cielos, donde reina la paz, donde todo lo abunda, donde no existe le dolor ni las lágrimas, dono se vive en alegría y felicidad para siempre.

5.      ¡FELICES USTEDES, LOS QUE AHORA LLORAN, PORQUE REIRÁN!

Que no nos suene extraña esta frase, porque lloraremos nuestros pecados y miserias, nos arrepentiremos de haber sido distinto a como Dios le agrada que sean sus hijos y, Jesús nos perdonará y nos consolará. Pero también nos entristecemos por la desesperanza, pero es así como son bienaventurados los que lloramos amargamente nuestras penas, pero que hemos permanecidos con paciencia y resignación por amor a Dios, buscando el consuelo de Dios y ofreciéndole a Él nuestras lágrimas. Sin embargo, es cierto que es triste sufrir, pero más triste es no saber porque y para que se sufre, entonces busquemos el sentido del dolor, descubriéndolo como nos enseña Jesús. En efecto el dolor no invita a ser más desprendido y nos desprende de lo malo de la vida, porque indudablemente los golpes de la vida nos van enseñando el valor de las cosas buenas. Confiemos que en sufrir por Dios, nos traerá la verdadera alegría.

6. ¡FELICES USTEDES, CUANDO LOS HOMBRES LOS ODIEN, LOS EXCLUYAN, LOS INSULTEN

¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre!

Jesús llama bienaventurados no a los que odian, sino a los que son odiados, especialmente a los que son odiados a causa de Él, por seguirlo a Él y vivir según sus enseñanzas, por proclamar su Evangelio y pedir que se viva conforme a Él, sin acomodarlo a nuestro modo para que sea más fácil, porque vivir el Evangelio nos hace dichoso. Entonces, no es el hecho de ser odiado por cualquier cosa, sino el de ser odiados por Cristo, por ser sus discípulos, por ser sus apóstoles, por aprender de Él y seguir sus enseñanzas, por esta adheridos a Él y ser fiel a su mensaje. Por esto nos sentimos felices de ser odiados por Jesucristo, especialmente si no damos motivos para que nos odien. En efecto, debemos cuidarnos de no dar motivos personales para ser odiados, porque en ese caso no nos odiaran por Jesús, sino que por nuestra causa, y lo que nos produce alegría es la causa de Jesucristo. Ahora vivir conforme a las enseñanzas de Jesús y los Evangelios, es siempre con la búsqueda de la bondad, la comprensión, y bueno es que los que nos vean, no reaccionen con odio, sino que con admiración por nuestra forma de vida.

7. ¡ALÉGRENSE Y LLÉNENSE DE GOZO EN ESE DÍA, PORQUE LA RECOMPENSA DE USTEDES SERÁ GRANDE EN EL CIELO!

Este es el premio, esta es la forma como Dios nos recompensará, nosotros le entregaremos todo nuestro tiempo a Dios, los momentos de angustias y sufrimientos, nuestro corazón libre de ataduras de bienes terrenales, y Dios a cambio nos saciará en abundancia, con riquezas de gran valor, de dones y gracia, con la alegría de su Reino, la recompensa grande estará en el cielo. No nos aislemos de Dios, él es nuestro Padre, y un hijo, debe estar íntimamente cercano a su Padre amado y que nos ama, recemos, pidamos, invoquemos, llenémoslo de gozo y alegría.

8. ¡DE LA MISMA MANERA LOS PADRES DE ELLOS TRATABAN A LOS PROFETAS!

Porque ellos y sus antepasados han sido pobres, han puesto su esperanza en Dios. Si la sociedad les ha fallado, negándoles lo que en justicia necesitaban para vivir, algún día Dios se los dará. Han esperado y no se han equivocado. Hoy son testigos de que Dios cumple su promesa.

Pero también no advierte: ¡Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!

9.      ALEGREMOS EL CORAZÓN, MOSTREMOS EL ESPÍRITU CONTENTO

En cambio, los que por tener mucho no esperaban nada, quedaron con las manos vacías. Han pasado los siglos y el hombre sigue igual. El pobre o el que tiene alma de tal, mira hacia Dios y todo lo espera de él. Le deja un lugar en su vida y con fe y confianza, busca dejarse guiar por él. No así el rico o el que tiene alma de tal. Acostumbrado a comprarlo todo, cree no necesitar de nada ni de nadie. Dominado por la soberbia, ni siquiera cree necesitar de Dios. Es esa actitud de autosuficiencia, la que lo va marginando del Reino y la que en definitiva, puede dejarlo fuera de él. En labios de Jesús, pobreza o riqueza no son términos abstractos, ligados solo a la economía, sino, apuntan y nos invitan a una actitud de vida.

Por todas estas bienaventuranzas que nos regala el Señor, alegremos el corazón, mostremos el espíritu contento, porque será grande la recompensa, y esta es la vida por siempre en el cielo.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

FELICES

El texto del Evangelio de ese domingo es uno de los más impresionantes de la historia de la humanidad, encontramos un lenguaje provocador para los que desean orar y buscar a Dios.

Sentencia Jesús: “¡Felices ustedes, los pobres…!” Dios se revela en los pobres. Así de claro.    

Pero luego sentencia: “¡ay de vosotros los ricos…!”

El Evangelio no puede ser escuchado de igual manera por todos. No pretendamos encontrar a Dios donde no está; es inútil. La oración se descristianiza cuando la hacemos desde la riqueza y desde el poder.

También sentencia: “Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados…

Todo es gracia. Los corazones abiertos a Dios son solidarios con los necesitados de alimento, casa y libertad.

Pero luego nos dice: “¡Ay de vosotros los que estáis saciados, porque tendréis hambre!”

Hay pobres porque alguien los empobrece.

Hay hambre, porque alguien les quita el pan.

Hay lágrimas, porque otros hacen llorar.

Hay excluidos y perseguidos, porque hay perseguidores.

Y Jesús sentencia: “Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis...

Ora quien se fía de Dios, quien abre el corazón a su bondad. Un Dios con corazón solo puede aparecer donde está la acequia del consuelo y la ternura.

Y más adelante sentencia: “¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!

La Palabra nos juzga y nos critica. En el mundo de los poderosos habita un gran vacío, un horizonte de muerte se abre ante ellos. No busquemos a Dios en la risa insolidaria, porque ahí no está.

Y Jesús nos consuela al decirnos: “Dichosos vosotros cuando os odien los hombres… Alegraos ese día y saltad de gozo...

Dios está con los últimos. La resurrección ilumina la vida, da futuro a todos los excluidos de la tierra.

Y Jesús nos advierte: “¡Ay de ustedes cuando todos los elogien!”

Al orante le basta saber que Dios habla bien de él. Saber que me amas, solo eso me Basta. Saber que Dios nos ama, como ama a Jesús, nos hace vivir de otra manera.  

ORACION (3)

 

Lucas nos relata que Jesús pasó toda la noche en oración con Dios.

¡Echemos a volar nuestra audacia! Orar es disponernos a la alegría de Dios.

Hoy doy gracias a Jesús:

Por decirme estas cosas mirándome a los ojos, por enseñarme que no todo lleva a la vida.

Por enrólame en su grupo, por permitirme caminar junto a él.

Por animarme a unir mis manos junto a otras manos para compartir su pan. 

Porque nunca faltas a sus amigos. 

Porque todos mis límites los abraza su infinito y eterno.

Dame tu fuerza, Señor Jesús, para cambiar.

Tú vas delante, abriendo los caminos.

  Pedro

 

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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