Misa Diaria,
Ciclo C
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
23 años en
Internet, desde 1998
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23.806
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14-08-2021
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Nº MD 8.992
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 73,20.19.22.23
Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus
pobres Levántate, Señor, defiende tu causa y no desoigas el clamor de los
que te invocan.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, a quien, movidos por el Espíritu Santo,
nos animamos a llamar Padre; confirma en nuestros corazones la condición de
hijos tuyos, para que podamos entrar en la herencia prometida. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Jos 24,14-29
Lectura del libro de Josué.
Josué habló al pueblo diciendo: «Teman al Señor y sírvanlo con
integridad y lealtad; dejen de lado a los dioses que sirvieron sus
antepasados al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al Señor. Y si no están
dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los
dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los
dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia
serviremos al Señor». El pueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar al
Señor para servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que
nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a
nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes
prodigios. Él nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los
pueblos por donde pasamos. Además, el Señor expulsó delante de nosotros a
todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. Por eso,
también nosotros serviremos al Señor, ya que Él es nuestro Dios». Entonces
Josué dijo al pueblo: «Ustedes no podrán servir al Señor, porque Él es un
Dios santo, un Dios celoso, que no soportará ni las rebeldías ni los
pecados de ustedes. Si abandonan al Señor para servir a dioses extraños,
El, a su vez, los maltratará y los aniquilará, después de haberles hecho
tanto bien». Pero el pueblo respondió a Josué: «No; nosotros serviremos al
Señor». Josué dijo al pueblo: «Son testigos contra ustedes mismos, de que
han elegido al Señor para servirlo». «Somos testigos», respondieron ellos.
Josué replicó: «Entonces dejen de lado los dioses extrañes que hay en medio
de ustedes, e inclinen sus corazones al Señor, el Dios de Israel». El
pueblo respondió a Josué: «Nosotros serviremos al Señor, nuestro Dios, y
escucharemos su voz». Aquel día Josué estableció una alianza para el
pueblo, y les impuso una legislación y un derecho, en Siquém. Después puso
por escrito estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Además tomó una
gran piedra y la erigió allí, al pie de la encina que está en el Santuario
del Señor. Josué dijo a todo el pueblo: «Miren esta piedra: ella será un
testigo contra nosotros, porque ha escuchado todas las palabras que nos ha
dirigido el Señor; y será un testigo contra ustedes, para que no renieguen
de su Dios». Finalmente, Josué despidió a todo el pueblo, y cada uno volvió
a su herencia. Después de un tiempo, Josué, hijo de Nun, el servidor del
Señor, murió a la edad de ciento diez años.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: La conquista de la tierra de promisión no
expulsó a los lugareños ni erradicó sus costumbres. Quedaban los ídolos que
facilitaban un culto sin exigencias y muchos israelitas se convirtieron en
sus clientes. Josué pone al pueblo ante una disyuntiva: esforzarse por
conquistar la perfección moral o el cómodo rodar cuesta abajo tras los
ídolos y las inevitables consecuencias.
SALMO Sal 15, 1-2. 5. 7-8. 11
R. ¡Tú eres mi herencia, Señor!
Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor:
«Señor, Tú eres mi bien». El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
¡Tú decides mi suerte! R.
Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi
conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca
vacilaré. R.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu
presencia, de felicidad eterna a tu derecha. ¡Tú eres mi herencia, Señor!
R.
ALELUYA Cfr. Mt 11,25
Aleluya. Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.
EVANGELIO Mt 19, 13-15
COMENTARIO: Cuando el gran Juan Pablo II, viajaba por
el mundo, confirmando en la fe, a los cristianos de todas las Iglesias
locales en los diferentes países, parecía indiferente ante el entusiasmo de
los que lo aclamaban, pero no sucedía así cuando le presentaban niños para
que los bendijera. A ellos besaba, acariciaba y bendecía. El gesto no es
más que un eco de la conducta observada por Jesús mismo. Los celosos
discípulos velaban por la tranquilidad del Maestro y se molestaban contra
las mamás que presentaban a sus niños. «Dejen a los niños y no les impidan
que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como
ellos», es la norma y la decisión del Maestro.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Mateo.
Trajeron a unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y
orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo:
“Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de
los Cielos pertenece a los que son como ellos”. Y después de haberles
impuesto las manos, se fue de allí.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre de bondad, acepta los dones que misericordiosamente has dado a
tu Iglesia y que, con tu poder, conviertes en sacramento de salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Jn 6, 51
Dice el Señor: el pan que yo daré, es mi carne para la vida del
mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, que la comunión de tus sacramentos nos alcance la salvación y
nos confirme en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“Dejen a los niños, y no les impidan que
vengan a mí”
Mt 19, 13-15
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. LES IMPUSIESE LAS MANOS Y ORASE POR ELLOS
Esta es la segunda vez que aparece Jesús
con los niños en los Evangelios, en esta ocasión se los presentan. El
motivo por que se los presentan es para que “les impusiese las manos y
orase por ellos.” Era costumbre hacer bendecir a los niños por jefes de las
sinagogas. Se pensaba que por la vinculación, como jerarcas, con Moisés, a
su oración e imposición de manos, habían de recibir la bendición de Dios
(Dt 34:9). Pero no sólo en estos casos, sino que también era costumbre que
los hijos y los discípulos se presentasen a sus padres y a sus maestros
para hacerse bendecir por ellos. En estos casos, la fórmula de bendición
era improvisada. Todo esto prueba el concepto de grandeza moral y
prodigiosa en que las gentes tenían a Jesús. Veían en su oración sobre
ellos y en su imposición de las manos, la facultad de realizar milagros o
actos extraordinarios.
Fácilmente podríamos imaginarnos la
escena de esos momentos, tal vez alguna cierta aglomeración de las mamas
con sus hijos, intentando tener la preferencia de presentación de sus
niños. Según se entiende en el Evangelio, esto incomodó a los apóstoles.
Tanto, que ellos regañaron a las gentes. Lo que sucedía era que en ese
momento Jesús estaba enseñando, y los apóstoles no miraron con buenos ojos
este proceder de los padres y los niños, entonces ellos reprendieron a los
muchachos, quizás pensaron que molestarían al Maestro.
2. JESÚS SEÑALA LA ACTITUD DE LOS NIÑOS PARA
INGRESAR EN EL REINO.
Pero esta actitud de los apóstoles
molesto a Jesús (Mc), quien les dijo que no les impidiesen acercarse a él,
porque de los que son como ellos es el Reino de los Cielos. Frente a la
actitud de los fariseos y de otros, Jesús señala la actitud de los niños
para ingresar en el reino.
Frente a los fariseos, que se creían con
derecho y exigencia del reino, Jesús señala de quiénes es: de los niños.
Considerados en aquel tiempo, como sin valor, reciben el reino sin
exigencia: como puro don gratuito del Padre.
Mateo y Marcos, dicen que Jesús les
“impuso” las manos; sin embargo Lucas lo omite. Pero Marcos, lo describe
minuciosamente: abrazándolos, los bendecía. El gesto de la “imposición” de
manos, era muy frecuente en Jesús, incluso en sus milagros.
Así fue, como la gente trajo sus hijos
para que Jesús les impusiera las manos. Nosotros no hemos visto a Jesús, no
estuvimos junto a Él, pero nos imaginamos que debe haber tenido un
atractivo cautivante, encantador, maravilloso, muchos los seguían, querían tocarle,
aunque sean los flecos de su manto, su afabilidad y cordialidad,
asombraban, y veían en El, facultad de realizar milagros o actos
sorprendentes. Con esta forma de ser de Jesús, los niños deben haber
actuado como son hasta hoy, donde ellos ven cariño, donde sienten paz, se
acercan con mucha confianza.
3. SU GRAN AMOR POR NUESTROS NIÑOS
Con esta lección de Jesús, cuando veamos
a los niños acercarse al presbiterio, dejémoslo, esa confianza que a ellos
les inquieta se les confirma en el corazón, la presencia de Cristo en el
altar, allí está su cuerpo y sangre en cada eucaristía, aún más invitemos a
los niños al sagrario, digámosle que es el tabernáculo, enseñemos a
nuestros muchachos a orar, a hacer sus plegarias frente al santísimo,
acostumbremos a nuestros niños a ofrecer sus oraciones por ellos y por sus
familia al Señor Sacramentado, es justo eso lo que Jesús no está pidiendo,
"Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino
de los Cielos pertenece a los que son como ellos".
Jesús no solo quiere demostrarnos su gran
amor por nuestros niños, en los Evangelios la sencillez de corazón es
reclamada con insistencia, la limpieza y la humildad e espíritu es un
requisito indispensable para llegar al Reino de los Cielos y Jesús quiere
que todos lleguemos, por esa razón nos invita a ser como niños, porque en
ellos las virtudes no están contaminadas, siempre está presente la
docilidad, y la buena disposición.
4. EL NIÑO LLEVA A SU CORAZÓN LO APRENDIDO Y
LO HACE CON SENCILLEZ,
Cuando un niño asiste a una catequesis,
oye, presta atención, pregunta y lleva a su corazón lo aprendido y lo hace
con sencillez, es así, como Jesús ve en los niños el prototipo de sus
discípulos, igual como los niños abren sus corazón, sin contradicciones al
espíritu, sin juzgar el plan Salvador de Dios, así quiere nuestra
disposición a oír los Evangelios.
Fomentemos en nosotros y nuestros niños
las virtudes de los infantes, inocencia, sencillez de corazón, sinceridad,
credibilidad, docilidad y buena disposición, especialmente para descubrir
en los Evangelios el camino para participar en la pertenencia del Reino de
los Cielos.
El Señor nos Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA
LA LECTIO DIVINA (3)
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SERÁ VERDADERO DISCÍPULO Y APÓSTOL QUIEN SE
HAGA NIÑO.
Los niños fueron «presentados» a Jesús «para que les impusiera las
manos y orase». Fueron «presentados» tal vez porque eran verdaderamente
pequeños y no sabían caminar todavía solos. Esa es la situación de todo
hombre que busca la bendición de Dios y es incapaz de ir a él. Tenemos
necesidad de «madres» que nos presenten a Jesús, que no tengan miedo a este
Maestro. También tenemos necesidad de dejarnos presentar a Jesús, cosa que
sólo es posible si tenemos el espíritu de los niños; si queremos hacerlo
solos, tal vez no lleguemos.
Algunos querían impedírselo: llegamos a Dios, a conocerlo y a amarlo
de verdad, sólo cuando nos encontramos en la madurez, cuando somos capaces
de realizar gestos de adulto. Durante mucho tiempo se ha pensado -y todavía
se piensa- que los niños no pueden ser santos. Jesús nos dice que
precisamente «de los que son como ellos es el Reino de los Cielos». Nos
vienen a la mente todos aquellos que fueron presentados a Jesús para que los
curara: el paralítico, el ciego... Quizás nuestra única decisión, la única
que tendrá éxito, es la de «dejarnos presentar». ¿Quién nos presentará? En
el rostro de esas madres entrevemos al Espíritu del amor.
Podemos realizar aún una ulterior reflexión. Con el gesto de la
imposición de las manos acompañado de la oración es posible que Jesús
quiera darnos a entender que pretende confiar a los niños un poder, una
misión en relación con el Reino: los niños no sólo forman parte del Reino,
sino que tienen asimismo el poder de hacer entrar en él. Será verdadero
discípulo y apóstol quien se haga niño.
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ORACION (3)
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Estamos un poco confusos y nos cuesta todavía comprender. Ni
siquiera percibimos que sea justo y nos cuesta tener que creer que tu Reino
es de los niños, de aquellos que no hacen nada para tenerlo, de los que
nada prometen o juran, de los que no piensan tener que darte nada: sólo
muestran su disponibilidad para acogerlo, sólo gozan con recibirlo.
Quisiéramos estar entre «ésos» de quienes tú aseguras que forman
parte ya de tu Reino. Danos el Espíritu del niño que tiene una confianza
absoluta en el amor de quien lo acoge, de quien no quiere estar nunca solo,
de quien goza con la posibilidad de referirse a alguien, de quien goza y se
maravilla con todo don.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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