SANTA MARIA EN SABADO
ANTÍFONA DE ENTRADA SEDULIO
¡Salve,
santa Madre!, Virgen Madre del Rey que gobierna para siempre el cielo y la
tierra.
ORACIÓN COLECTA
Señor
y Dios nuestro, concédenos que podamos gozar de la salud del alma y del
cuerpo, y por la intercesión de la santísima Virgen María, líbranos de las
tristezas de este mundo y danos la eterna alegría. Por nuestro Señor
Jesucristo.
LECTURA Heb 11, 1-7
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos:
La fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las
realidades que no se ven. Por ella nuestros antepasados fueron considerados
dignos de aprobación. Por la fe, comprendemos que la Palabra de Dios formó
el mundo, de manera que lo visible proviene de lo invisible. Por la fe,
Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín, y por eso fue
reconocido como justo, y así lo atestiguó el mismo Dios al aceptar sus
dones. Y por esa misma fe, él continúa hablando, aún después de su muerte.
Por la fe, Henoc fue llevado al cielo sin pasar por la muerte. «Nadie pudo
encontrarlo porque Dios se lo llevó », y de él atestigua la Escritura que
antes de ser llevado «fue agradable a Dios». Ahora bien, sin la fe es
imposible agradar a Dios, porque aquél que se acerca a Dios debe creer que
Él existe y es el justo remunerador de los que lo buscan. Por la fe, Noé,
al ser advertido por Dios acerca de lo que aún no se veía, animado de santo
temor, construyó un arca para salvar a su familia. Así, por esa misma fe,
condenó al mundo y heredó la justicia que viene de la fe.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 144, 2-6. 10-11
R. ¡Bendeciré tu Nombre por siempre,
Señor!
Día
tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y
muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! R.
Cada
generación celebra tus acciones y le anuncia a las otras tus portentos,
ellas publican tus tremendos prodigios y narran tus grandes proezas. R.
Que
todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que
anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. R.
ALELUYA Cfr. Mc 9, 7
Aleluya.
Los cielos se abrieron y se oyó la voz del Padre: “Éste es mi Hijo muy
querido, escúchenlo”. Aleluya.
EVANGELIO MC 9, 2-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos.
Jesús
tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte
elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se
volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría
blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas,
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Pedro no sabía qué decir,
porque estaban llenos de temor.
Entonces
una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: “Éste es mi
Hijo muy querido, escúchenlo”. De pronto miraron a su alrededor y no vieron
a nadie, sino a Jesús solo con ellos.
Mientras
bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que
el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta
orden, pero se preguntaban qué significaría “resucitar de entre los
muertos”. Y le hicieron esta pregunta: “¿Por qué dicen los escribas que
antes debe venir Elías?” Jesús les respondió: “Sí, Elías debe venir antes
para restablecer el orden en todo. Pero, ¿no dice la Escritura que el Hijo
del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado? Les aseguro que Elías ya ha
venido e hicieron con él lo que quisieron, como estaba escrito”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
para que purificados de nuestros pecados nuestra ofrenda te sea agradable,
te pedimos que nos ayude la bondad de tu Hijo único que, al nacer de la
Virgen, no menoscabó, sino que consagró la integridad de su Madre. Por
Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Lc 11, 27
Feliz
la Virgen María que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor,
después de recibir los sacramentos celestiales, te suplicamos que quienes
nos alegramos en esta conmemoración de la Virgen María, a ejemplo suyo
cooperemos dignamente en la obra de nuestra redención. Por Jesucristo
nuestro Señor.
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" Allí se transfiguró en presencia de ellos "
Mc 9, 2-10:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. A TU HIJO ÚNICO, EL QUE TANTO AMAS
Jesucristo es la figura central de las Sagradas
Escrituras, situado en la cúspide misma, allí donde culmina el Antiguo y el
Nuevo Testamento. Los dos Testamentos tienen en él explicación consumada o
dicha de otra forma cumplida. Porque, en definitiva, si leemos con
contemplación ambos textos, uno y otro se refieren al Mesías, a Cristo, el
Salvador, es decir a El únicamente. No puede caber duda, todo el Antiguo
Testamento hace referencia al Nuevo. No se puede entender en plenitud el
Antiguo sin la luz del Nuevo. Y si alguien no quiere considerar o desea
ignorar el Antiguo, no le va a ser posible entender verdaderamente el
Nuevo.
Las Sagradas Escrituras, la Biblia entera,
desde sus primeras páginas hasta las últimas, nos hablan de múltiples
maneras y de forma variada, de Jesucristo, Nuestro Señor.
San Jerónimo dijo que: “que ignorar las
Sagradas Escrituras es ignorar a Cristo” Ahora invirtamos la frase,
leámosla de nuestra perspectiva cristiana diciendo: Conocer las Sagradas
Escrituras es conocer a Cristo, contemplarla, es contemplar al Señor.
Los primeros pasos se inician, como siempre, en
el Viejo Testamento y exactamente en el sacrificio de Abrahán Por obedecer
a Dios, Abrahán a sus setenta y cinco años había tenido la valentía de
abandonar tierra, casa, costumbres, todo; ahora, ya cargado de larga
ancianidad, aventura su fe hasta el mismo sacrificio de su único hijo.
“Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, Isaac; vete.., y ofrécelo en
holocausto,, (Gn 22, 2). Era éste un precepto doloroso para el corazón de
un padre, y no menos terrible para la fe de un hombre que de ninguna manera
quiere dudar de su Dios. Isaac es la única esperanza para que se puedan
cumplir las promesas divinas; y no obstante esto Abrahán obedece y sigue
creyendo que Dios mantendrá la palabra dada.
2. ISAAC QUE SUBE AL MONTE, ES FIGURA DE CRISTO QUE SUBE AL CALVARIO
CARGANDO EL LEÑO DE LA CRUZ
Dios no quería la muerte de Isaac, pero sí
ciertamente la fe y la obediencia sin discusión de Abrahán. Isaac va a
tener un papel singular en la historia de la salvación: anticipar la figura
de Jesús, el Hijo único de Dios que un día será sacrificado por la
redención del mundo. Lo que Abrahán, por intervención divina, ha dejado sin
cumplir, lo cumplirá Dios mismo, “El que no escatimó a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros” (Rom 8, 31-34).
Isaac que sube al monte llevando sobre sus
espaldas la leña del sacrificio y que se deja atar dócilmente sobre el
montón de leña, es figura de Cristo que sube al Calvario cargando el leño
de la Cruz y sobre aquel madero extiende su cuerpo “ofreciéndose libremente
a su pasión” (Pleg. Euc, II). Así como en Isaac, liberado de la muerte, se
cumplieron las promesas divinas, también en Cristo resucitado de la muerte
brotan la vida y la salvación para toda la humanidad, Nadie puede dudarlo,
porque: “Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la
derecha de Dios e intercede por nosotros? (Rom 8,34) (Comentario de
Intimidad Divina, Padre Gabriel de SMM ocd.)
3. CRISTO SUBIÓ A LA MONTAÑA PARA ORAR.
Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, el
hermano de éste, y los hizo subir a solas con él, Marcos relata que: los
condujo solos a un monte alto y apartado. No precisa el nombre del lugar,
por otra parte Mateo dice que es un monte elevado, pero la tradición lo ha
localizado en el Tabor, de aproximadamente 600 metros de altura
sobre la llanura.
En otra ocasiones, Jesús ha subido al monte a
orar solo, (Mt 14, 23) en esta ocasión ha invitado a tres de sus apóstoles
y, los ha escogido como testigos para una gran acontecimiento. Ellos son
los mismos apóstoles que luego serán testigo de su agonía en Getsemaní. Se
podría pensar que ocupaban un lugar privilegiado de entre sus apóstoles.
La primera enseñanza importante es, que Jesús
ha subido orar, él siempre lo está haciendo, es un modelo que debemos
hacerlo parte de nuestra vida diaria, orar al Padre. En esta ocasión invita
tres de sus amigos íntimos, entregándonos una gran oportunidad para
aprender de este ejemplo, cuando Jesús invita a seguirlo, es porque nos
está dando la oportunidad de ser testigo de las maravillas del Señor, como
para darnos a conocer cada instante de su vida. Prestemos atención a las
invitaciones que nos hace Jesús, tengamos disposición de atender sus
palabras, y guardar silencio para oírlo.
4. JESÚS NOS TRANSFIGURA NUESTRA VIDA
De acuerdo al relato de Lucas, mientras Jesús
oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una
blancura deslumbrante. Ahí se transfiguró en presencia de sus apóstoles, y
como dice Mateo, su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus
vestiduras se volvieron blancas como la nieve. San Marcos nos dice que:
“Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el
mundo podría blanquearlas.” Y de pronto aparecieron ante ellos Moisés y
Elías, conversando con Jesús, según Lucas, también aparecen
resplandecientes.
La transfiguración, es una experiencia profunda
de fe tenida por Pedro, Juan y Santiago, los amigos más íntimos de Jesús.
Así es, que como para llegar a conocer los momentos más transcendentes de
Jesús, necesitamos ser sus amigos íntimos, con una comunicación profunda,
como la que ellos tuvieron para percibir a Jesús en su verdadera identidad.
Debe haber sido un instante de éxtasis, vieron
la realidad gloriosa de Jesús, aunque no se les mostró en toda su magnitud,
porque para llegar a entenderlo, tuvieron que conocer a través de la vida,
pasión y muerte y de sus propios sufrimientos y muerte, que hay que pasar
por esta última, la muerte, para llegar a la vida.
Jesús nos transfigura nuestra vida, Él nos
ayuda a descubrir la presencia de Dios en nosotros y nos llama a ser sus
testigos ante un mundo de contradicciones.
5. “ÉSTE ES MI HIJO MUY QUERIDO, ESCÚCHENLO”
Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: Rabí,
bueno es estar aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, una para
Moisés y una para Elías. Muchas veces soñamos con grandes templos y majestuosos,
no preocupamos por construir bellas Iglesias o templos muy bien ambientados
para Dios, sin embargo siempre debemos recordar que el lugar favorito de El
no deja de ser aquí entre nosotros, en el corazón de todos los hombres, en
nuestra familia, junto a los niños, a los trabajadores, a los religiosos,
sacerdotes, laicos, y con gran privilegio donde la calidez del amor está
presente.
Cuando aún estaba hablando, se formó una nube
que los cubrió con su sombra, y se dejó oír desde la nube una voz: “éste es
mi Hijo muy querido, escúchenlo”. La manifestación de esta nube luminosa,
es una revelación de la divinidad, lo que los teólogos llaman teofanía, es
el símbolo de la presencia de Dios, y en ese momento sucede allí. Dice el
Evangelio según san Mateo que al oír esto, los discípulos cayeron rostro en
tierra, llenos de un gran temor, esto es porque en el Antiguo Testamento se
decía que no se podía ver a Dios y vivir (Ex 33:19; Lev 14:13; etc.). Esto
es lo que se acusa aquí. Con relación a los otros Evangelios, en san marco
es más sobrio el relato, porque solo dice: Luego mirando en derredor, no
vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
6. ESTAMOS LLAMADOS TAMBIÉN A TRANSFIGURARNOS
Pero debemos comprender, que esta es nuestra
gran instrucción que nos solicita Dios, escuchar a su Hijo amado, y eso nos
debe caracterizar para ser un servidor de verdad, oír siempre a Jesús, esta
actitud receptiva es para la palabra y la total aceptación de Cristo, es
una invitación a descubrir lo divino de sus enseñanzas y toda su obra. En
esta proclamación que hace el Padre de su Hijo, lo muestra como Dios,
revelando la filiación divina de Jesús.
Por esos, la transfiguración consiste
esencialmente en la toma de conciencia, por parte de los tres apóstoles, de
que Jesús es verdaderamente el Mesías y además también revela que la
persona de Jesús, es el Hijo muy amado del Padre y trascendente que posee
su misma gloria divina.
Estamos llamados también a transfigurarnos cada
vez más por la acción del Señor, la sociedad, el mundo, y nosotros en él,
se transformara cada vez que aceptamos la voz del Padre en su Hijo, cuando
escuchamos su Palabra y la llevamos a la vida. Aceptar las palabras de
Jesús, es una invitación a transfigurarnos, es decir a transformarnos en
hombres buenos, y salir al mundo a hacer el bien
7. “RESUCITAR DE ENTRE LOS MUERTOS”
Bajando del monte, les prohibió contar a nadie
lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitase de entre los
muertos. El Evangelio nos muestra que los apóstoles ignoraban lo que era la
resurrección, por eso dice que se preguntaban qué significaría “resucitar
de entre los muertos”.
Nuestro Señor Jesucristo, resucitó de entre los
muertos y así muriendo venció a la muerte. “Si no hay resurrección de los
muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra
predicación, vacía también vuestra fe.” (1 Cor 15)
La resurrección de Cristo, alienta nuestra
esperanza en nuestra propia resurrección. “Cristo, una vez resucitado de
entre los muertos, ya no muere más, y que la muerte no tiene ya señorío
sobre él. Su muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; más su
vida, es un vivir para Dios.” (Romanos 6). El que resucitó, y está a la
derecha de Dios e intercede por nosotros. (cf Rom 8,34)
8. ELÍAS DEBE
VENIR ANTES PARA RESTABLECER EL ORDEN EN TODO.
Sin embargo los escribas no interpretaban como
a ellos les convenía todo lo relativo a la venida de Elías. Ellos sostenían
que, si Jesús era el Cristo, debía ser precedido por Elías.
En el Evangelio según san Mateo Jesús resuelve
la duda de los discípulos diciendo «Sí, Elías debe venir a poner en orden
todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido”
Cuando el Señor dice que ya vino Elías, éste
Elías de quien habla el Señor es Juan Bautista, a quien por su especial
ministerio llama Elías. Porque así como Elías será el precursor de su
segunda venida, así también lo ha sido Juan de la primera y llamando a Juan
"Elías", nos manifiesta el Señor la conformidad de su venida con
el Antiguo Testamento y las profecías.
9. HAY QUE ENFRENTARSE A MUCHAS DIFICULTADES
Parece que no debemos extrañarnos sobre el
hecho que los profetas de Dios sean rechazados y no aceptados, más aún, negados,
perseguidos y maltratados. Como dice san Juan, “Vino a los suyos y los
suyos no lo recibieron” (Jn 1,11). Entonces si a Juan Bautista, que ya
había venido no lo recibieron a Elías que había de venir, seguramente
tampoco lo recibirían. Cristo agrega, ¿cómo está escrito del Hijo del
hombre que padecerá mucho y se verá despreciado?
Dios, siempre envía a sus profetas, ayer y hoy,
hay emisarios, con una misión que cumplir. No es fácil cumplir esta misión,
hay que enfrentarse a muchas dificultades, tales como el egoísmo, las
soberbias y muchos intereses personales. También muchos no quieren aceptar
a estos emisarios y se burlan de los profetas del Señor.
Por ser fieles a su misión evangelizadora,
sufren los emisarios del Señor persecuciones y humillaciones.
Porque así como Elías no fue reconocido como
enviados del Señor, del mismo modo como tampoco fue reconocido Juan
Bautista. No debemos sorprendernos de que a nosotros tampoco nos reconozcan
como sus emisarios. Pero no por esto nos vamos a desanimar y no hagamos
nuestra misión apostólica.
El Señor
les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
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