MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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18-06-2023

Edición Nº 9.639

LITURGIA DE   LAS HORAS  

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DOMINGO XI

INTRODUCCIÓN

Hoy, muchos viven desconcertados por las crisis del presente. Las lecturas de este domingo nos ofrecen luces y dan sentido a nuestras vidas para enfrentar el desconcierto, lo que nos entusiasma y lanza a la acción.

La lectura del Éxodo nos dice que, como lo hizo con Israel, el Señor quiere hacer alianza y fiesta con nosotros. A Él no le importa nuestra debilidad porque su amor todo lo vence. Miremos al Hijo de Dios en la cruz, prueba de que no hay amor más grande que quien murió por nosotros (Rom 5, 8). Conectados a ese amor haremos de nuestra vida una respuesta generosa y fecunda.

El evangelio nos muestra un Señor compasivo con la ignorancia y la debilidad: enseñaba y sanaba a la multitud de entonces. No quiso ser el único en hacerlo y eligió a los Doce para que lo ayudaran. El evangelio se complace en dar sus nombres, uno a uno.

Hoy, Cristo nos llama y envía, a todos y a cada uno, a enseñar y sanar. A hablar con cariño de Dios, nuestro Padre, y de su reino, el presente y el eterno del futuro. A trasmitir la fe a las nuevas generaciones. A sanar cuerpos, mentes y corazones. A establecer en la sociedad la justicia, el amor y la paz. Hay tantos heridos postrados que esperan un buen samaritano. Por medio nuestro el Señor quiere ir a sanarlos.

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 26, 7.9

Escucha, Señor, la voz de mi clamor: no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, fuerza de los que esperan en ti, escucha con bondad nuestras súplicas, ya que sin tu ayuda nada puede la fragilidad humana, y concédenos la gracia de cumplir tus mandamientos para agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada.

Lectura del libro del Éxodo   19, 1b-6a

Los israelitas llegaron al desierto del Sinaí. Habían partido de Refidím, y cuando llegaron al desierto del Sinaí, establecieron allí su campamento. Israel acampó frente a la montaña.

Moisés subió a encontrarse con Dios, El Señor lo llamó desde la montaña y le dijo:

“Habla en estos términos a la casa de Jacob y anuncia este mensaje a los israelitas:

“Ustedes han visto cómo traté a Egipto, y cómo los conduje sobre alas de águila y los traje hasta mí. Ahora, si escuchan mi voz y observan mi alianza, serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada””.

SALMO RESPONSORIAL   99, 1b-3. 5

R/. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta Él con cantos jubilosos.

Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a Él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones.

SEGUNDA LECTURA

Fuimos reconciliados por la muerte del Hijo, seremos salvados por su vida.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Romanos 5, 6-11

Hermanos:

Cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores.

Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por Él de la ira de Dios.

Porque, si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.

Y esto no es todo: nosotros nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien desde ahora hemos recibido la reconciliación.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Mc 1, 15

Aleluya.

El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio. Aleluya.

EVANGELIO

Jesús convocó a sus doce discípulos y los envió.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   9, 35—10, 8

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:

“La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”.

Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia.

Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.

A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones:

“No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”.

Palabra del Señor.

Credo

LITURGIA EUCARÍSTICA

(Ver Ordinario de la Misa)

ORACIÓN SOBRE LOS FIELES

Oremos, hermanos, al Señor, que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres:

Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo.

Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado.

Oremos también por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias, y la realización plena de los proyectos de su viaje.

Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco (pastor) que nos preside (o bien: y por mí, su indigno ministro): para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siempre agradables.

Dios nuestro, que nos has elegido como reino de sacerdotes, propiedad personal y nación santa y has querido que seamos signo visible de la nueva realeza de tu reino, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos vivir en plena unión contigo, tanto en el sacrificio de alabanza como en el servicio a nuestros hermanos, para que así lleguemos a ser delante de los hombres anunciadores y testigos del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que nos alimentas con estos dones, y nos renuevas con tu sacramento, concédenos que nunca nos falte el sustento para el alma y para el cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Sal 26,4

Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos Padre, que así como la comunión que hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti, también se realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha”

Mt 9, 35—10, 1. 5. 6-8

“JESÚS RECORRÍA TODAS LAS CIUDADES Y LOS PUEBLOS, ENSEÑANDO

Comienza el relato diciendo que: “Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias”. Este es un cuadro resumido en el que se relaciona la enfermedad del cuerpo y la del alma y se ilustra a Jesús como capaz de hacer grandes prodigios, se le presenta como el gran Médico y Misionero de las almas.

AL VER A LA MULTITUD, TUVO COMPASIÓN

Después que san Mateo ha descrito la vida misional de Jesús por toda Galilea, nos relata que, al ver a las muchedumbres por todas las partes que El recorría, sé enterneció de compasión. Es ésta una de las bellas estampas de Jesús Misionero. Pues al ver a la multitud, tuvo compasión. Esto es algo muy natural en Jesús. El relato dice que las gentes estaban fatigadas y abatidas, como ovejas que no tienen pastor. No se refiere a que las gentes, por seguirle incluso a lugares desiertos, se encontraran fatigadas, sin tener en aquellos lugares descampados medios de proveerse, sino a que las gentes desfallecían sin saberlo, porque no había quien les diese el pan, la doctrina del reino. En el relato apreciamos como se conmueve Jesús, por ver a la gente abatida, maltratada y humillada. Esta situación a Jesús no lo deja indiferente, al contrario, despierta en El la compasión, es decir siente tristeza por la situación desdichada de estas gentes, compartiendo así su pena y procurando su remedio. A nosotros también debiera apenarnos tanta gente que anda por esta vida “como ovejas que no tienen pastor". “Jesús se compadece de nuestras miserias, conoce a fondo nuestro pobre corazón” (Santa Teresa de los Andes C143)

MUCHA GENTE SIN DIOS

Vivimos en una sociedad estresada, apremiada, desorientada y sin descanso para el alma, mucha gente “sin Dios”, mucha gente que no ha oído el llamado de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mt 11,28-29). Y si nosotros lo hemos oído y experimentado, tenemos que ayudar a conquistar almas para que conozcan al Señor, pues allí hallaran remedio para sus males, en Cristo Jesús, encontraran consuelo y alivio. Las gentes estaban como ovejas sin pastor y les hacía falta ser conducidas por el Pastor-Mesías a los pastos de la verdad. Canta el salmista: "El Señor es mi pastor, nada me falta. Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce, y conforta mi alma... Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan" (Sal 23,1-4). Y así canta hoy la oveja que tiene pastor, pero no un pastor cualquiera: su pastor es el Nuestro Señor Jesucristo, que nos dijo: "Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas... y doy mi vida por las ovejas... Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mi mano" (Jn 10,14.27-28)

“LA COSECHA ES ABUNDANTE, PERO LOS TRABAJADORES SON POCOS.”

Jesús que se dirige, literariamente en este contexto del evangelio, a los discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.”. La cosecha son esas muchedumbres que citó antes. Están como ovejas sin pastor, fatigadas y decaídas porque los trabajadores — esto es hoy los pastores cristianos — son pocos. Hace falta multiplicar su número y continuar la obra misional de Jesús. ¿Qué hacer para ello? Jesús nos da la respuesta. Es una oración misional. Dirigiéndose a los discípulos, les dice: “Rueguen”… para que envíe trabajadores para la cosecha”. Jesús quiere colaboradores para llevar esas ovejas desfallecidas a su reino, y para que esos pastores los suscite el Padre, y entren por su puerta (Jn 10:1.2), pone el gran medio de la oración.

JESÚS CONVOCÓ A SUS DOCE DISCÍPULOS

Y es así, como Jesús convocó a sus doce discípulos por su nombre, El organizo su apostolado con un grupo de hombres, sus amigos más cercanos, a ellos los forma y les da una misión, además le dota de poderes y cualidades para destruir el mal. Todos nosotros fuimos elegidos también por nuestro nombre desde el Bautismo para seguir a Jesús, al igual que los Doce amigos seguidores del Maestro y para el mismo fin, es así, como él nos prepara con sus enseñanzas, para que tengamos fuerza en nuestra misión en un mundo donde la injusticia, la maldad, la corrupción está presente cada día.

Nuestra misión, debe comprender que la voluntad de Dios no tiene fronteras para realizar nuestra tarea apostólica y no está limitada a un lugar específico, tal vez nuestro campo de acción está en nuestro propio hogar, en nuestra parroquia, en el trabajo, la comunidad donde vivimos o más allá de la fronteras, basta tener muchas veces capacidad para conmovernos frente al dolor de la humanidad para darnos cuenta que la Palabra de Dios es indispensable en todo lugar. “Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca”. No pensemos en dimensionarlo en tiempo, en años, pensemos que somos nosotros los que debemos hacerlo cercano, con nuestro estilo de vida, seamos constructores del Reino de los Cielos, lo hacemos con cada una de nuestras obras, y todas son importantes en esta obra, por muy sencillas que parecieran

“USTEDES HAN RECIBIDO GRATUITAMENTE, DEN TAMBIÉN GRATUITAMENTE”.

Y el Señor nos dice que: “ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”. En efecto hemos recibido gratuitamente, “de gracia”, la salvación del Señor, ¿y qué méritos hemos hecho de nuestra parte?. ¿Qué estamos haciendo o qué nos proponemos hacer para anunciar a los demás el mensaje de amor que hemos recibido? Hemos sido elegidos por Cristo, quien nos llamó a la fe, nos dio su mensaje evangélico, somos depositarios de él, y somos apóstoles con la misión de transmitirlo al mundo. Y no lo hemos recibido para guardarlo para nosotros, es para compartirlo con todos los demás, porque todos estamos llamados a la salvación. Es así, hemos sido destinados a difundir el Reino de los Cielos, esa es nuestra misión, somos misioneros porque la misión es la forma concreta de manifestarle a Dios nuestro reconocimiento por haber sido llamados a ser en el mundo testigos de su amor. Pero no basta dar gratuitamente lo que hemos recibido de igual forma, debemos darlo con cariño, con generosidad, con entrega total, a manos llenas, sin regateos, con todo el corazón, está claro, con las cosas de Dios no podemos ser mezquinos.

Bendito sea Dios

Pedro Sergio Donoso Brant

Domingo XI

PARA LA LECTIO DIVINA

 

HEMOS RECIBIDO GRATUITAMENTE EL DON DE LA FE

Dios ha creado y ha amado a cada uno de forma personal, individual, única e insustituible. Pero no nos ha creado aislados: somos pueblo, somos familia. La vida que Dios nos da se comunica y fluye como don. Dios ha querido, y quiere, tener necesidad de la voz del hombre para que sea su voz ante los otros. Jesús es el mediador por excelencia, es la misma Palabra de Dios, que se ha hecho carne, visible y tangible. Y también Jesús quiere tener necesidad de quien, en comunión con él, muestre a los otros el don de Dios.

Esta tarea no es privativa de ningún colectivo, sacerdotes o «entendidos»; todos somos «misioneros» del amor, todos estamos llamados a suscitar esperanza en este mundo, a sacudir expectativas adormecidas de un bien que ya está aquí. Es fácil retirarse y decir «no es asunto mío» o «no soy capaz». ¿Quizá no nos quema bastante en el corazón el ardor del amor -absoluta gratuidad- con el que Dios nos ha envuelto, y para siempre, en su abrazo de perdón?

Sí, es asunto nuestro, porque hemos recibido gratuitamente el don de la fe. Sí, somos capaces, porque el Espíritu del Señor nos anima, nos da fuerza e inteligencia.

ORACION

 

¡Grande es tu amor, Dios!

Quieres tener necesidad de los hombres para darte a conocer a ellos, y así unes tu acción y tu Palabra divina a las acciones y palabras de personas que no son ni perfectas ni mejores que otras.

¡Grande es tu amor, Dios!

No te asusta ni nuestra fragilidad ni nuestro pecado: así lo dispusiste, para que tu vida curase nuestros males.

¡Grande es tu amor, Dios!

Renuevas tu alianza gracias a quien parte el pan de vida, a quien pronuncia las palabras del perdón, a quien vocea buenas nuevas, a quien sirve a los hermanos, testigos de tu amor infinito que hacen visible el Reino.

Te pedimos, Dios: haz que estas personas no falten nunca.

FUENTES DE LA PAGINA

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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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