Misa Diaria, Ciclo C

MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

25 años en Internet

La edición de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más antigua de Internet, comenzó en el año 1998

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19-09-2023

 MD 9.129

LITURGIA DE LAS HORAS

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Eclo 36, 18

Señor, concede la paz a los que esperan en ti, para que se compruebe la veracidad de tus profetas. Escucha la oración de tu servidor y la de tu pueblo Israel.

ORACIÓN COLECTA

Míranos, Dios nuestro, creador y Señor del universo, y concédenos servirte de todo corazón, para experimentar los efectos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA 1Tim 3 1-13

COMENTARIO: Gobernar la Iglesia no es para aventureros. Pablo entrega alguno de los requisitos: ser irreprochable, sobrio, enemigo de las querellas, y saber gobernar primero su propia casa. La Iglesia sigue actualizando estos requisitos de frente a las nuevas realidades que le tocan vivir en esta sociedad que cambia.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.

Querido hijo: El que aspira a presidir la comunidad desea ejercer una noble función. Por eso, el que preside debe ser un hombre irreprochable, que se haya casado una sola vez, sobrio, equilibrado, ordenado, hospitalario y apto para la enseñanza. Que no sea afecto a la bebida ni pendenciero, sino indulgente, enemigo de las querellas y desinteresado. Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos en la obediencia con toda dignidad. Porque si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar la Iglesia de Dios? Y no debe ser un hombre recientemente convertido, para que el orgullo no le haga perder la cabeza y no incurra en la misma condenación que el demonio. También es necesario que goce de buena fama entre los no creyentes, para no exponerse a la maledicencia y a las redes del demonio. De la misma manera, los diáconos deben ser hombres respetables, de una sola palabra, moderados en el uso del vino y enemigos de ganancias deshonestas. Que conserven el misterio de la fe con una conciencia pura. Primero se los pondrá a prueba, y luego, si no hay nada que reprocharles, se los admitirá al diaconado. Que las mujeres sean igualmente dignas, discretas para hablar de los demás, sobrias y fieles en todo. Los diáconos deberán ser hombres casados una sola vez, que gobiernen bien a sus hijos y su propia casa. Los que desempeñan bien su ministerio se hacen merecedores de honra y alcanzan una gran firmeza en la fe de Jesucristo.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 100, 1-3. 5-6

R. ¡Procederé con rectitud de corazón!

Celebraré con un canto la bondad y la justicia: a ti, Señor, te cantaré; expondré con sensatez el camino perfecto: ¿cuándo vendrás en mi ayuda? R.

Yo procedo con rectitud de corazón en los asuntos de mi casa; nunca pongo mis ojos en cosas infames. Detesto la conducta de los descarriados. R.

Al que difama en secreto a su prójimo lo hago desaparecer; al de mirada altiva y corazón soberbio no lo puedo soportar. R.

Pongo mis ojos en las personas leales para que estén cerca de mí; el que va por el camino perfecto es mi servidor. R.

ALELUYA Lc 7,16

Aleluya. Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo. Aleluya.

EVANGELIO Lc 7, 11-17

COMENTARIO: Con los milagros, Jesús responde también a esta pregunta: Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? En la resurrección del hijo de la viuda de Naím se manifiesta y revela particularmente como profeta del Reino:

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: “No llores”. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: “Joven, Yo te lo ordeno, levántate”. El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”. El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escucha, Padre, nuestras súplicas y recibe con bondad estas ofrendas de tu Pueblo, a fin de que los dones presentados por cada uno en honor de tu Nombre aprovechen a todos para su salvación.

Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. 1Cor 10, 16

¡Qué inapreciable es tu misericordia, Señor! Los hombres se refugian a la sombra de tus alas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Dios nuestro, que el don celestial que hemos recibido impregne nuestra alma y nuestro cuerpo, para que nuestras obras no respondan a impulsos puramente humanos sino a la acción de este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores».

Lc 7, 11-17

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1     CUANDO EL SEÑOR LA VIO, SE COMPADECIÓ DE ELLA Y LE DIJO: «NO LLORES».

Al sur-oeste de Nazaret, en Galilea, aproximadamente a 10 Km. Se encuentra Nain. En aquel tiempo, se dirigía Jesús a esa población, como siempre lo hacía acompañado de sus discípulos y de mucha gente que lo seguía. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, este hijo era el único de una viuda. La acompañaba una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores».

Dice el Evangelio que Jesús se compadeció. El siempre ante el dolor se conmueve y se apiada, pero para mayor precisión lo que hace el Señor condolecerse, es decir sentir compasión y lástima por la desgracia y por el sufrimiento ajeno, pero además participar de ello.

Por eso Jesús le está diciendo: «No llores», ¿Se puede decir no llores a quien se la ha partido el corazón de dolor? Llorar no es solo derramar lágrimas, especialmente cuando lloramos por un suceso desgraciado. Llorar es lamentarlo y sentirlo profundamente, sobre todo cuando hemos perdido una vida muy querida, amigo o familiar, y perder es algo que se tiene y se deja de tenerlo, pero ese «No llores» que dice el Señor, es distinto, es un ruego de confianza, porque en otra palabras es “deja el llanto y ten fe”. También es un mensaje para el que no tiene fe, para el que ha perdido toda esperanza, por eso también es “deja de dudar”, o “no dejes de creer”.

2     SOMOS HUMANOS, Y CUANDO AMAMOS, LLORAMOS

Si creemos ¿porque lloramos?, acaso ¿no creemos en la infinita bondad del Señor?, ¿no creemos en la disposición y el cuidado que se toma Dios para evitarnos un daño?, ¿no creemos que nuestro Padre busca nuestro bien?, si creemos, pero somos humanos, y cuando amamos, lloramos.

(Evangelio según San Juan, Juan 11, 1-45) Jesús, al verla llorar y al ver llorar a los judíos que la acompañaban, se conmovió hasta lo más hondo y preguntó: “¿Dónde lo han puesto?” Le contestaron: “Ven, Señor, y lo verás”. Jesús se puso a llorar y los judíos comentaban: “De veras ¡cuánto lo amaba!”.

Nuevamente Jesús, nos muestra sus sentimientos y su gran Corazón, cuando se encuentra con la desgracia y el sufrimiento, nunca pasa de largo, es así como cuando vio a la triste viuda se compadeció de ella. La misericordia es “lo propio de Dios”, afirma Santo Tomás de Aquino, y se manifiesta plenamente en Jesucristo cada vez que se encuentra con el sufrimiento. Jesús tiene una inclinación natural a tener un sentimiento de pena y lástima por la desgracia y por el desconsuelo ajeno, aquí lo demuestra al acercarse a la madre privada de su hijo.

Este es el ejemplo que debemos imitar de Jesús, tener compasión de todos cuantos sufren. Porque el que sufre inspira compasión al que conoce de sentimientos, y si nos sentimos impresionados por el dolor, y llegamos angustiarnos por los oprimidos, y llorar juntos con ellos, estamos sintiendo a un hermano como lo sentía Cristo y así entenderemos mejor esta compasión del Señor.

3     JOVEN, YO TE LO MANDO: LEVÁNTATE

Sigue el Evangelio.; Jesús acercándose al ataúd, lo tocó. Los que lo llevaban se detuvieron. Entonces, dijo: «Joven, yo te lo mando: levántate». Inmediatamente el muerto se levantó y comenzó a hablar; y Jesús se lo entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”. La noticia del hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.

Jesús nos enseña quién es y en qué consiste ser profeta, pero un profeta del Pueblo de Dios que da la vida a los muertos, porque solamente los profetas de Dios, pueden hablar con autoridad del mismo Dios, pero además Él es que ha sido anunciado como tal por los antiguos profetas de la Sagradas Escrituras, Él es el Mesías prometido, es el mayor de todos, los anteriores y los posteriores.

A veces pensamos que profeta es aquel que nos anticipa el futuro, pero este evangelio no nos entrega esta imagen de profeta, porque la gente, después de ver a Jesús, reanimando el cadáver del joven de Naín, no lo aclama como un obrador de milagros, sino que exclama: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo». En tiempos de Jesús la gente intuyó cuál era la verdadera misión del profeta que hablaba en nombre del Dios de la vida.

4     EL ES SEÑOR DE LA VIDA, NO DE LA MUERTE

Jesús, devuelve la vida, la ilusión, la esperanza y la confianza a un mundo que, como la madre y viuda de Naín, que ha perdido su único hijo. Jesús lo hace, Él va de pueblo en pueblo anunciando que es posible la vida, y que su palabra es para hacer una buena vida, aquella que el hombre se dedica a destruir, con una irreverencia incomprensible, aceptando el hambre, cerrando los ojos a la pobreza, a la drogadicción, a la marginación, enterrando las esperanza de paz con la guerra y el terrorismo, con la violencia vista en cada esquina del mal y pero lo peor, es siendo permisivo para que estas cosas ocurran.

Es así, como si somos seguidores de Jesucristo, seamos consecuente, con el llamado de Jesús, detener esta marcha fúnebre en el que transita el mundo, para darle la vida, la vida de la gracia, del amor y la esperanza, asumamos el papel profético frente a este cadáver, porque Dios quiere que vivamos, y porque él es Señor de la vida, no de la muerte.

Jesús, nos ha pedido, ámense, como Él nos ha amado, como Él nos ha hecho ver con el ejemplo de su vida, amor que se dirige a toda la humanidad, amor que se hace al percibir el sufrimiento, la injusticia, la pobreza y la comprensión por la fragilidad física del hombre. Jesús nos muestra su Corazón misericordioso, sigamos su amoroso ejemplo, mostrémosles el nuestro a los que necesitan de él.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA 

 

“UN GRAN PROFETA”

En la orden de que no llore, aparentemente paradójica, que da Jesús a la viuda, Lucas hace intuir desde el comienzo del texto el desenlace de este encuentro, dado que llama a Jesús con un título cargado de significado: “el Señor” (7,13b). Basta con la orden de Jesús para que el curso de los acontecimientos se invierta: Jesús restituye al joven vivo a su madre.

La reacción religiosa de la gente: «Alababan a Dios», introduce la exclamación: « Un gran profeta...», que ofrece la clave interpretativa de todo el episodio. Y Jesús, el gran profeta, Elías redivivo, a diferencia de éste, es el Señor. Es Dios mismo el que interviene ahora de una manera eficaz para la salvación de su pueblo. Ésta es la “visita” por excelencia y definitiva de Dios: la resurrección de los muertos es un “signo” decisivo para quien sabe acogerlo. Jesús no sólo es el profeta que consuela curando enfermedades y aplazando la muerte, sino que —como Señor— es el vencedor de la muerte, el que inaugura el tiempo nuevo de la esperanza para todos los creyentes.

Ahora, frente a la lista de las cualidades requeridas para el “ministerio” de la autoridad en la Iglesia, según la primera lectura, vemos que la autoridad del Señor indica la cualidad esencial que los “ministerios” del obispo y de los diáconos deben presentar. Esta cualidad es la fidelidad en el testimonio y en el servicio. Una fidelidad basada en la obediencia a la Palabra, como demuestra toda misión profética del Antiguo y del Nuevo Testamento, y por excelencia la del profeta Jesús de Nazaret. No puede haber autoridad cristiana sin obediencia de los “ministros” a la Palabra de Dios, de suerte que les sea posible gobernar y guiar a la Iglesia no siguiendo criterios mundanos, sino siguiendo las exigencias de la misma Palabra. La búsqueda de la voluntad de Dios por parte de los pastores y del rebaño —aunque con papeles diferentes— ha de ser unívoca y concorde (cf Hech 2,42). El poder sobre la muerte y sobre todo mal se comunica, a través de la línea de la obediencia y de la profecía, por el Profeta y Testigo fiel, a los apóstoles y a los diáconos, para el servicio a la comunión y a la vida en la Iglesia.

La alabanza a Dios: “Un gran profeta...” (v. 16), es la primera resurrección de los muertos en el corazón humano. Viene, después, el agradecimiento por las visitas y las grandes obras de Dios. Y, en consecuencia, la intercesión abre la conciencia de la persona a la estructura permanente de vida que es la conversión del corazón y la oración continua. Conversión y oración son, simultáneamente, dones del Espíritu y compromiso de la persona indispensables para obedecer y mandar en la Iglesia, para empezar a vivir como resucitados en el tiempo presente, como anticipo de la definitiva resurrección de los muertos.

ORACION

 

Oh Padre, tú eres compasión infinita. En tu Hijo, Jesús, Señor de la historia, consolaste a la madre viuda con la resurrección de su hijo, antes incluso de que tuviera la fe y la voz para pedírtelo. Concédenos una confianza tal en tu Palabra que nos enseñe a prevenir las peticiones de los dolores más grandes de la vida; para que nuestras respuestas de vida, en vez de pertenecer sólo al orden de las palabras, se muestren eficaces en la solución de los problemas más graves de los hermanos. Y que sean portadoras de liberación evangélica de las opresiones y de las violencias de muerte.

Concédenos comprender y comunicar a todos que la Palabra, si es asimilada en la vida del discípulo, le da posibilidades de liberar de todo mal, así como capacidad para «dominar» toda la fuerza del Divisor, el “diablo”. Y a través del camino de unidad interior, será capaz de vivir como resucitado y comunicar a los otros las posibilidades que encuentra cada día.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

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