Misa Diaria,
Ciclo C
MISA
DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es
fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
24 años en Internet, desde 1998
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La edición de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina
y Santoral, enviada por correo por sistema de grupos, es las más antigua de
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02-11-2022
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Edición Nº 9.421
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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LA ÚLTIMA PALABRA NO
ES LA MUERTE, SINO LA VIDA
En este día recordamos la muerte de nuestros difuntos,
pero celebramos su nacimiento a la vida eterna. Pues “la muerte no es el
final de la vida, sino el principio de la vida sin final”. La muerte no
es muerte, sino puerta que se abre a la vida eterna para todos los que
pasan por la vida terrena haciendo el bien. El mismo Jesús así lo afirma:
Tuve hambre..., estuve desnudo..., en la cárcel..., enfermo... y ustedes
me socorrieron. Vengan, benditos de mi Padre, a poseer el reino preparado
para ustedes desde el principio del mundo. (Mt 25, 34-36).
Hoy es día de orar por nuestros difuntos, y
recordemos que no hay oración que pueda ayudarles tanto como la
Eucaristía ofrecida por ellos. Pero es también el día de reflexionar y
preparar nuestra partida de este mundo, y decidir trabajar con ilusión y
esperanza por la resurrección para la gloria eterna, sin dejarnos
paralizar por el temor a la muerte, sino abrirnos con gozo a la esperanza
de que Jesús resucitado transformará nuestro pobre cuerpo en un cuerpo
glorioso como el suyo.
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ANTÍFONA DE ENTRADA 1Tes 4, 14; 1Cor
15, 22
Así como Jesús murió y resucitó, de la misma
manera Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. Y así como todos
mueren en Adán, todos revivirán en Cristo.
ACTO PENITENCIAL
·
Por el olvido en que dejamos a nuestros
difuntos. Señor ten Piedad
·
Por olvidar que aquí somos peregrinos hacia
la casa del Padre. Cristo ten Piedad
·
Por no sacar de la muerte las lecciones para
vivir más cristianamente. Señor ten Piedad
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, escucha con bondad nuestros
ruegos para que, al aumentar nuestra fe en tu Hijo resucitado de entre
los muertos, se afiance también nuestra esperanza en la resurrección de
tus servidores difuntos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
LECTURA 1 Cor 15, 51-57
Lectura de la primera carta del Apóstol san
Pablo a los cristianos de Corinto
Hermanos: Les voy a revelar un misterio: No todos
vamos a morir, pero todos seremos transformados. En un instante, en un
abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final —porque esto
sucederá— los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos
transformados. Lo que es corruptible debe revestirse de- la
incorruptibilidad y lo que es mortal debe revestirse de la inmortalidad.
Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que
es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra
de la Escritura: La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu
victoria? ¿Dónde está tu aguijón? Porque lo que provoca la muerte es el
pecado y lo que da fuerza al pecado es la Ley; ¡Demos gracias a Dios, que
nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
Palabra de Dios.
COMENTARIO
“Dónde-está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está
tu aguijón?” El aguijón de la muerte es el pecado dice san Pablo, por tanto,
el misterio de la resurrección no debe llevarnos a una esperanza pasiva,
sino más bien, es un invitación al progreso en la tarea asignada a cada
uno en está vida en vista a la definitiva.
SALMO Sal 129, 1-8
R. ¡Desde lo más profundo te invoco, Señor!
Desde lo más profundo te invoco, Señor.
¡Señor, oye mi voz! Estén tus oídos atentos al clamor de mi plegaria. R.
Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién
podrá subsistir? Pero en ti se encuentra el perdón, para que seas temido.
R.
Mi alma espera en el Señor, y yo confío en su
palabra. Mi alma espera al Señor, más que el centinela la aurora. R.
Como el centinela espera la aurora, espere
Israel al Señor, porque en El se encuentra la misericordia y la redención
en abundancia: El redimirá a Israel de todos sus pecados. R.
ALELUYA Jn 11,25.26
Aleluya. Yo soy Resurrección y la la Vida. El
que cree en mí no morirá jamás, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 11, 17-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según
san Juan.
Al llegar a Betania, Jesús se encontró con
que Lázaro estaba sepultado desde hacía cuatro días. Betania distaba de
Jerusalén sólo unos tres kilómetros. Muchos judíos habían ido a consolar
a Marta y a María, por la muerte de su hermano. AI enterarse de que Jesús
llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la
casa. Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no
habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le
pidas». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta le respondió: «Sé que
resucitará en la resurrección del último día». Jesús le dijo: «Yo soy la
Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo
el que vive y cree en mí, no morirá, jamás. ¿Crees esto?». Ella le
respondió: «Sí, Señor, creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el
que debía venir al mundo».
Palabra del Señor.
COMENTARIO
‘Yo soy la Resurrección y la Vida. El que
cree en mí, aunque muera vivirá; y todo el que vive y cree en mi, no
morirá jamás” Con estas palabras Jesús se pone al nivel de las hermanas
de Lázaro para acompañarlas en sus sentimientos y despertar en ella la
profesión de fe: “Señor, yo creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios,
el que había de venir al mundo”
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oramos por todos los difuntos, que ya gozan
de la bienaventuranza eterna.
·
Para que los cristianos vivamos nuestra fe
con ilusión, y dejemos que la gracia nos transforme. Oremos.
·
Para que los gobernantes de las naciones, con
espíritu de justicia, promuevan la paz en el nuevo milenio. Oremos.
·
Para que en nuestra sociedad se reconozca y
valore lo sencillo, lo humilde y lo cotidiano, y se tenga en cuenta a
todos los ciudadanos. Oremos.
·
Para que nuestros hermanos y hermanas, que
trabajan por el bien de los pobres y necesitados, sepan que el Reino ya
les pertenece. Oremos.
·
Por los enfermos para que reciban el alivio
en su enfermedad, consolados por el amor de Dios. Oremos (nombrar)
·
Por todos los difuntos que tanto amamos en su
vida terrenal, para que el Señor les de la paz de la vida eterna. Oremos
(nombrar)
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta con bondad estos dones Señor, para que
tus hijos difuntos sean recibidos en la gloria con tu Hijo, a quien nos
unimos por este gran sacramento de su amor. El que vive y reina por los
siglos de los siglos.
PREFACIO DE DIFUNTOS I
No se nos quita la vida, se nos cambia por
otra mejor
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro
deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
En el cual resplandece la esperanza de
nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos
entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.
Pues, para quienes creemos en ti, Señor, la
vida se transforma, no se acaba; y disuelta nuestra morada terrenal, se
nos prepara una mansión eterna en el cielo.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y
con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu
gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 11, 25-26
Dice el Señor: “Yo soy la resurrección y la
Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree
en mí, no morirá jamás”.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, que recibas en la morada
de la luz y de la paz a tus servidores difuntos, ya que por ellos hemos
celebrado el misterio pascual. Por Jesucristo nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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"Yo soy la
resurrección y la vida”
Jn
11, 17-27
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1.
LA
"RESURRECCIÓN DE LÁZARO.
Entre líneas aparece la
humanidad llena de ternura de Jesús - que no reprime las lágrimas ni los
sollozos -, la confidencialidad de la amistad y el misterio de la filiación
divina. El "credo" de Marta sintetiza magistralmente esta rica
realidad: "Señor, creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que
debía venir al mundo”. El punto más revelador: "Yo soy la resurrección
y la vida". El potente grito con que Jesús llama a Lázaro. La fe,
siempre la fe. Avisada de la llegada del Mesías, Marta sale a su encuentro
y dice: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi
hermano". El le responde con una promesa que supera toda esperanza y
parece desconcertar su fe: "Tu hermano resucitará."
2.
LÁZARO
LLEVABA YA CUATRO DÍAS EN EL SEPULCRO
Cuando llego Jesús a
Betania, que está muy cerca de Jerusalén, a unos tres kilómetros, se
encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Ya habían
llegado a consolar a Marta y a María muchos judíos, pero en cuanto ella
supo, que se aproximaba Jesús, ella sale a su encuentro. Probablemente
alguien debió de adelantarse a dar la noticia de su llegada. Solo Marta
sale a su encuentro, mientras que María se quedó en casa, entre los
aquellos que vivieron a entregar su pésame.
Era costumbre de aquel tiempo,
hacer luto por ocho días. Además, las visitas de duelo eran unas obras de
caridad muy estimadas por los judíos. También se sabe que los tres primeros
días estaban dedicados al llanto, y los otros al luto. Otra costumbre era
el ayuno y al volver del enterramiento, sentarse en el suelo con los pies
descalzos y velada la cabeza.
3.
"SEÑOR,
SI HUBIESES ESTADO AQUÍ, NO HABRÍA MUERTO MI HERMANO”
En ese ambiente de
pesar se encontró Jesús cuando llego a casa de Marta. En el encuentro Marta
le dice al Señor: "Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi
hermano. No es perfecta la fe de Marta, ella creía en el poder de la
oración de Jesús, de tal forma que si hubiese estado allí, por su oración
Lázaro no hubiese muerto, es decir no reconoce la presencia del Señor a
distancia. Sin embargo encontramos en otros relatos de los Evangelios donde
otras personas si tuvieron esa fe, y sin tener ese grado de amistad que
tenía Marta y María con Jesús.
No obstante Marta le
dice a Jesús: Pero sé que lo que pidieres a Dios, te lo concederá. Sin
embargo ella no cree en la resurrección de su hermano, cuando Jesús le
dijo: Tu hermano resucitará", lo que es una afirmación, ella piensa
con pena y, a modo de consuelo, Sé que resucitará en la resurrección en el
último día, y dice esto pensando acorde a la creencia ortodoxa de Israel.
4.
"YO
SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA”
La respuesta que da
luego Jesús, plantea un cambio muy grande para las creencias de aquel
tiempo, ya que tener fe en la resurrección, era algo que estaba en el
pensamiento religioso, pero lo que ellos no tenían en mente y no lo sabían,
era que el Mesías fuese la resurrección. Y así lo dice el mismo: "Yo
soy la resurrección y la vida; quien cree en Mí, aunque muera, revivirá.
Jesús, ahora se presenta como el Mesías, agente de la resurrección de los
muertos. El es la resurrección, porque el Padre le dio el “tener vida en sí
mismo” (Jn 5:26), y por eso El causa la resurrección de los muertos, tanto
del alma (Jn 5:25) como del cuerpo (Jn 5:28.29).
Como sabemos, según el
Antiguo Testamento el poder de dar la vida y resucitar es atributo
exclusivo de Dios. Entonces Jesús con esta enseñanza se está proclamando
Dios. Ya lo dijo antes: “Como el Padre resucita a los muertos y les da
vida, así también el Hijo a los que quiere les da vida” (Jn 5:21).
5.
Y TODO
VIVIENTE Y CREYENTE EN MÍ, NO MORIRÁ JAMÁS
Jesús también le dice a
Marta, Y todo viviente y creyente en Mí, no morirá jamás. Del modo como lee
a primeras esta frase, alguien podría pensar que el que muere físicamente,
resucita de la misma forma. Lázaro resucita porque es causada por Cristo y,
Jesucristo es la resurrección, y El nos dice: quien cree en Mí, es decir,
la resurrección esta enlazada a la fe en el Señor y, Lázaro creía en
Cristo.
Jesús le pregunta a
Marta: ¿Lo crees tú?" Esta es la fe que Jesús le pide a Marta,
entonces ella le confiesa. Sí, Señor. Yo creo que Tú eres el Cristo, el
Hijo de Dios, el que viene a este mundo.
6.
CONFIANZA
EN LA ORACION
Tengamos confianza, en
especial cuando nuestras oraciones parece que no son escuchadas. No
pensemos que no han tocado el corazón de Jesús. Si aparentemente han caído
en el vacío, no es que él no vea nuestras lágrimas. Con una mirada certera
y sin distracciones, él va siguiendo todos los avances del mal. Si no viene
en el momento esperado, quiere decir que todavía no ha llegado su hora.
Reservemos su acción para una conversión que engrandezca y manifieste más
la gloria de Dios, que haga nuestra fe más firme y perseverante.
¡Confianza!
“Recuerda la palabra
dada a tu servidor, de la que has hecho mi esperanza. Este es mi consuelo
en mi miseria: que tu palabra me da vida.” (Salmos (SBJ) 119, 50)
7.
Y JESÚS
LLORÓ
Si continuamos con los
siguientes versículos de este Evangelio de san Juan, vemos que al llegar
María a donde estaba Jesús, en cuanto lo vio, cayó a sus pies y le dijo:
Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Al ver Jesús
el llanto de María y de todos los judíos que estaban con ella, su espíritu
se conmovió profundamente y se turbó. Y preguntó: ¿Dónde lo han puesto? Le
contestaron: Señor, ven a ver. Y Jesús lloró.
Jesús, al verla llorar
a ella y a ellos, sin duda de emoción sincera, lloró. Y ante esta emoción
traducida en lágrimas, los judíos presentes decían: “¡Cómo le amaba!”. Esta
emoción y lágrimas de Jesús, es una emoción profunda, legítima y bondadosa
del Señor ante la muerte de Lázaro, su amigo, a quien Jesús amaba. En esas
lágrimas de Jesús, quedaron santificadas todas las lágrimas que nacen del
amor y del dolor de cada cristiano.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
|
PARA
LA LECTIO DIVINA
|
EL
LLANTO DE JESÚS JUNTO A LA TUMBA DE SU AMIGO LÁZARO
Jn
11, 17-27
Si
continuamos con los siguientes versículos de este Evangelio de san Juan que
leemos hoy en la “Conmemoración de todos los difuntos”, se nos relata que
al ver Jesús el llanto de María y de todos los judíos que estaban con ella,
su espíritu se conmovió profundamente y se turbó y Jesús lloró. (Jn 1,35)
Nos
detenemos en el llanto de Jesús junto a la tumba de su amigo Lázaro.
Si
sabía que iba a devolverle la vida, ¿por qué llora?
Sus
lágrimas, tan reales, tienen también un valor simbólico. Se trata de todas
las miserias humana -cuyo culmen es la muerte corporal-, que producen en
Jesús esas lágrimas de compasión.
Todo
el misterio de la redención es un misterio de compasión y de amor.
La
resurrección de Lázaro provocará directamente la condena a muerte de Jesús,
que libra a los demás de la muerte a precio de su propia muerte.
Los
judíos dirán: "¡Ha resucitado a Lázaro, que se salve a sí
mismo!".
Pero
si Jesús se salvara a sí mismo, no podría salvarnos.
El
amor es don.
En
Jesús vence el amor precisamente al no salvarse a sí mismo, sino muriendo
por nosotros.
Pues
el amor, para vencer, debe saber perder: ésta es la ley fundamental del
cristiano. No podemos obtener ningún bien para los demás sin perder
nosotros mismos por amor.
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ORACION
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Señor
Jesús, eres nuestro amigo.
Sabemos
que nos amas muchísimo y que con frecuencia haces con nosotros lo mismo que
con tus amigos de Betania.
Cuántas
veces y en cuántas circunstancias te llamamos, y tú no acudes enseguida.
Tus
demoras nos dejan preocupados. Tus retrasos nos hacen morir.
Pero
tú sabes por qué.
Tú
sabes lo que favorece a tus amigos.
Tú
sabes lo que más conviene a los que amas.
Todo
lo dispones para hacer que creamos, para llevarnos a una fe más madura y a
una esperanza más firme.
Mejor
es tu llanto por nosotros que nuestro vivir tranquilo.
Mejor
es morir para resucitar escuchando tu grito que nos llama.
Señor
Jesús, cuando por nuestra miseria estemos muertos, desintegrados, no
permitas que dejemos de creer que tú lo puedes todo, porque lo quieres por
la fuerza de tu amor y tu obediencia al Padre.
El
Padre siempre te escucha porque se complace en ti.
Tú,
que eres la vida y compartes nuestro morir cotidiano, tú nos harás salir
del sepulcro, de todos los sepulcros en los que caemos por la debilidad de
nuestra fe.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La
Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A.
Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor
por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para
que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios
que tanto nos ama.
Nota:
Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones
San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos
de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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