MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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21-06-2020

Nº MD 7.945

LITURGIA DE LAS HORAS

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DOMINGO XII

NO TEMAN

La misión del cristiano siempre fue ardua. Confesar abiertamente a Jesucristo y vivir los valores evangélicos ha tenido, y tiene, sus dificultades y también sus riesgos. Los mensajeros del evangelio siempre tienen la posibilidad cierta de sufrir alguna forma de persecución, aunque mas no sea, la ironía la burla

En este 12° domingo Durante el Año, el Señor nos exhorta a superar toda forma de temor. Tres veces le oiremos decir ¡No teman! Esta liturgia es un reaseguro de confianza para todos los que queremos reconocer abiertamente a Jesucristo.

ato12Si somos cristianos, actuemos a cara descubierta. ¿Acaso se puede parar la fuerza de la Palabra que quiere transmitirse a través de nosotros?. Es inevitable que el cristiano, fiel a la Palabra, entre en conflicto por una serie de gestos que van a contracorriente del estilo opulento de vida de nuestro mundo; gestos incomprensibles, aparentemente, y que en realidad denuncian un modo de vivir egoísta e injusto. Los cristianos -si realmente lo son- molestan y procuran eliminarlos: atrayéndolos a una vida tranquila, marginándolos, poniéndolos en el punto de mira. ¿Nos sorprende? Si realmente buscamos vivir el amor, experimentaremos el temor de acogerlo y tropezaremos con el rechazo.        ¡Antiguo pecado, que anida en nuestro corazón y en el de nuestros semejantes! Jesús nos ha liberado del pecado. Somos libres si permanecemos en comunión con él. Lo que se opone a la Palabra (la raíz del pecado) está dentro de nosotros. Procuremos que todo nuestro ser cuerpo, el afecto, el pensamiento, la historia- esté reconciliado. Entonces seremos fuertes en la verdad, que es Jesús. Allí donde suframos desprecios y oposiciones llevaremos la Palabra del amor, fiándonos del Padre que a todos protege y salva.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 27, 8-9

El Señor es la fuerza de su pueblo, es el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice tu herencia; apaciéntalo y sé su guía para siempre.

ACTO PENITENCIAL

(Después de la invitación del celebrante y un momento de silencio).

·             Tú estás siempre con nosotros. Señor, ten piedad.

·             Tú nos libraste del pecado y de la muerte. Cristo, ten piedad.

·             Tú nos haces superar el temor. Señor, ten piedad.

ORACIÓN COLECTA

Señor, te pedimos la gracia de venerar y amar siempre tu santo nombre, ya que tu providencia nunca abandona a los que estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

1ª LECTURA Jer 20, 10-13

Lectura del libro de Jeremías.

Dijo el profeta Jeremías: Oía los rumores de la gente: “¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!”. Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: “Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza”. Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna, inolvidable. Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa. ¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!

Palabra de Dios.

COMENTARIO: El profeta debe sufrir la tensión entre ser fiel al mensaje de Dios o ser complaciente con sus adversarios. El profeta sabe que Dios está de su parte y que debe denunciar y anunciar aquello que Él le indica.

SALMO Sal 68, 8-10. 14. 17. 33-35

R. Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor.

Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro; me convertí en un extraño para mis hermanos, fui un extranjero para los hijos de mi madre: porque el celo de tu casa me devora, y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian. R.

Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad. Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión vuélvete a mí. R.

Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos. Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar, y todos los seres que se mueven en ellos. R.

Haciéndose eco de este mensaje, el salmo, en medio de la súplica, expresa confianza en la ayuda del Señor.

2ªLECTURA Rom 5, 12-15

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. En efecto, el pecado ya estaba en el mundo, antes de la ley, pero cuando no hay ley, el pecado no se tiene en cuenta. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, cometiendo una trasgresión semejante a la de Adán, que es figura del que debía venir. Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos. Palabra de Dios.

COMENTARIO: El argumento de san Pablo es categórico: así como reconocemos que por un hombre entró el pecado en el mundo, así también debemos aceptar que por otro entró la salvación de todos. La gracia que llega por Jesús, también le obtiene al hombre la condición de hijo de Dios.

ALELUYA Jn 15, 26. 27

Aleluya. “El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí. Y ustedes también darán testimonio”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO Mt 10, 26-33

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús dijo a sus apóstoles: “No teman a los hombres. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres”.

Palabra del Señor.

COMENTARIO: Por muchos motivos podemos no anunciar lo que creemos: comodidad, inseguridad, miedo, o incluso por presiones internas o externas. Sin embargo ninguno de estos motivos es suficiente para no ser fiel a la dimensión profética de nuestro bautismo. Aquello que escuchamos “en lo oculto” debemos saber comunicarlo y anunciarlo a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada intención, pedimos:

Protégenos, señor, con tu providencia.

·         Por la iglesia perseguida en muchísimos países, por anunciar a Jesucristo y comprometerse con los pobres: Oremos.

·         Por los gobernantes que atropellan los derechos humanos de los cristianos en los más diversos países: oremos.

·         Por los cristianos que en tantas partes del mundo sufren y mueren a causa de la fe: Oremos.

·         Por los cristianos vergonzosos que no se animan a ser testigos de Jesús en sus ambientes laborales: Oremos.

·         Por los enfermos en el cuerpo y en el alma, para que reciban el desahogo y alivio que necesitan: Oremos

·         Por los difuntos, para que el señor les de descanso eterno: Oremos

ORACIÓN SOBRE LA OFRENDAS

Señor, recibe el sacrificio de reconciliación y de alabanza, y concédenos que, purificados por su eficacia, te ofrezcamos el afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 144, 15

Señor, los ojos de todos esperan en ti, y tú les das la comida a su tiempo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, renovados con el alimento del sagrado cuerpo y la preciosa sangre, imploramos tu misericordia para que, lo que piadosamente hemos celebrado, lo alcancemos en la plenitud de la redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“No teman”

Mt 10, 24-33 

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.  NO TEMAN. 

“No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba  ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo  que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas”.  En aquel tiempo, en las sinagogas judías, el lector del texto hebreo no  hablaba en voz alta ni se dirigía a los asistentes, sino que lo hacía un  intermediario, que repetía al pueblo, en voz alta y en arameo, todo lo que el  lector decía junto a él en voz baja. También era costumbre que los viernes  por la tarde, el ministro de la sinagoga subía a lo más alto de la localidad y  desde allí hacía sonar la trompeta para advertir a los trabajadores que se  recogiesen de sus trabajos a tiempo, antes de comenzar el reposo sabático.  Sin embargo, los apóstoles oyeron a Jesús directamente, fueron privilegiados,  entonces deben hacer lo mismo, decirlo de tal modo que llegue el Evangelio a  todos, incluso a los que pueden matarles, y les dice que; No teman a los que  matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. El alma es inmortal,  creencia definitiva del judaísmo ortodoxo contra los saduceos. La idea de  aniquilamiento del alma era totalmente ajena a la teología judía. De este  modo Jesús afirma: Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el  cuerpo al infierno. 

2.  NO TEMAN ENTONCES, PORQUE VALEN MÁS QUE MUCHOS  PÁJAROS

El maestro, con gran pedagogía, les dice: ¿Acaso no se vende un par de  pájaros por unas monedas? Y, con todo eso, sin embargo, ni uno solo de ellos  cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. Y luego les dice;  También ustedes tienen contados todos sus cabellos. Lucas (Lc 21:18) agrega  además: “pero no se perderá un solo cabello de vuestra cabeza”. Esta  indicando así la providencia de Dios, y San Pablo habla en términos  semejantes (Hech 27:34)  Dice Jesús: No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. De  este modo extiende su privilegio sobre los hombres, y más aún sobre ellos,  que son sus apóstoles.  Y, en verdad, lo que ha sido vendido como esclavo del pecado lo ha rescatado  Cristo de la Ley. Así pues, lo que ha sido vendido es el cuerpo y el alma.  Aquel al que ha sido vendido es el pecado, puesto que Cristo nos ha  rescatado del pecado y es redentor del alma y del cuerpo.  Por consiguiente, los que venden un par de pájaros por muy poco dinero se  venden a sí mismos al pecado al precio más bajo. Estos han nacido para volar  y deben elevarse al cielo con alas espirituales. Sin embargo, por ser esclavos  del precio de los placeres presentes y estar vendidos al lujo del mundo, con  esos comportamientos regatean sólo consigo mismos. (Hilario de Poitiers,  Cornmentario a Matteo, Roma 1988, pp. 126-128). 

3.  AL QUE ME RECONOZCA ABIERTAMENTE ANTE LOS HOMBRES,  YO LO RECONOCERÉ ANTE MI PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO

Por tanto, que no teman. Si el perseguidor triunfa sobre el cuerpo, es que el  Padre lo ha permitido, y tal trato es sólo una forma misteriosa del cuidado del  Padre .Sin embargo nos advierte que a lo único que debemos temer, es a no  confesarle delante de los hombres, entonces les dice: Al que me reconozca  abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en  el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que  reniegue de mí ante los hombres. El contexto hace ver que la confesión de  Jesús es veredicto inapelable que el Padre ratifica definitivamente. Así es  como el martirio es presentado con efecto de ir a dar testimonio por él.  Pidamos al Señor, no avergonzarnos nunca de él, sepamos reconocer el  honor que tenemos de ser sus apóstoles, sus enviados y cumplamos  fielmente la misión de dar a conocer por todo el mundo a Nuestro Señor  Jesucristo. 

4.  TRANSMITAMOS LO QUE JESÚS NOS ENSEÑÓ, COMO LES  ENSEÑO A SUS APÓSTOLES

Somos apóstoles del Señor, y nuestra misión es darlo a conocer, y cuando  decimos fielmente, decimos que debemos vivir como apóstol, esto es actuar  como tal, ante todos, ante el mundo, sin temor de nuestra misión, porque lo  que estamos predicando es el Evangelio, y esta predica se hace en toda y  cualquier circunstancia, y ante toda consecuencia.  Es así, como si estamos interesados en salvar al mundo, transmitamos lo que  Jesús nos enseñó, como les enseño a sus apóstoles y como ellos a modo de  gran ejemplo, lo hicieron, proclamando sin temor, rechazando la injusticia. Hagámoslo entonces abiertamente, con decisión, comprendamos la valentía de los apóstoles amigos de Jesús.

A través de estos 2000 años, vidas  ejemplares y santos que tuvieron la convicción de no tener temor de perder  la vida terrenal, y todo lo hicieron por la vida eterna.  Valentía en transmitir y promover nuestra fe, es los que nos pide Jesús, con  mucha confianza en Dios, sin abandono de él, somos apóstoles del Señor, nos  envió para dar a conocer a su Hijo y por nuestro fiel testimonio de Jesús,  ahora aquí en la tierra, Cristo declarará en nuestro favor ante el Padre que  esta en el Cielo. 

La paz del Señor viva em sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

“AQUÍ ESTOY YO, ENVÍAME”.

La sociedad del «tener más» margina cada vez más a Dios mediante una serie de mecanismos que tienen que ver con el placer a cualquier precio, por cualquier medio. Ropa, dinero, servicios, experiencias: todo se ofrece en el gran supermercado del mundo. Sin embargo, el hombre, antes que perseguir la paz del corazón, experimenta un gran vacío, amplificado precisamente por estar abrumado por bienes de fortuna. Si no quiere morir de asfixia espiritual, ha llegado el tiempo de invertir por completo su marcha.

«Buscad a Dios y viviréis», advierte el profeta Amós. Y los ángeles de la natividad cantan: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor». Lo que el corazón (mucho más que la mente) debe comprender es el hecho de que, si busco la gloria del Señor en mi obrar, si mi ojo interior se abre a contemplarle, a querer obrar por amor a él, llego también a la paz. Si, en cambio, busco mi paz adhiriéndome a este mercado de propuestas consumistas apoyadas por el psicologismo, me pierdo en callejones sin salida, donde se encuentran dispuestos a sofocarme miedos cada vez más insurrectos.

Ahora bien, para que busque yo la gloria del Señor y sepa descubrirla por doquier -en la flor apenas entreabierta, en el cielo poblado de estrellas, en el rostro amigo, en el día alegre y en el cansado- necesito dejarme purificar. El Señor sabe de quién y de qué servirse para que yo no esté bajo el dominio del egoísmo, sino de la gloria de Dios. El otro elemento fundamental es que reciba el repetido: «No tengáis miedo». En un mundo profundamente turbado, absorber el «no tengáis miedo» en los ámbitos más profundos del ser me hace adquirir confianza, solidez, soltura, incluso en orden al apostolado. Diré con Isaías: «Aquí estoy yo, envíame».

ORACION (3)

 

Señor, sabes que me atrae el placer y que tiendo a cambiarlo por la alegría y por la paz que necesito. Te suplico, en medio de la corrupción del gran mercado en que vivo, que me hagas dejarme purificar por ti no sólo los labios, como Isaías, sino en lo profundo del corazón.

Ayúdame a aceptar aquello de que tú quieres servirte para realizar esta necesaria purificación. Espabílame en el combate espiritual contra las pasiones, para que desee y anhele, en todo, tu gloria y no las mezquinas satisfacciones de mi egoísmo. Y que tu «no tengáis miedo» sostenga esta voluntad mía un día tras otro.

Si tú me persuades de que buscar tu gloria significa obtener asimismo la paz del corazón, viviré mejor estos mis breves días y los viviré en plenitud: no replegado en mí mismo, sino entregado al anuncio de esta paz, de esta alegría, también a mis hermanos. Purifícame, Señor, fortifícame y, después... “aquí estoy yo, envíame”.

SANTORAL (4)

 

SAN LUIS GONZAGA 1568-1591

De los tres santos jóvenes de la Compañía de Jesús - Estanislao de Kostka, Juan Berchmans y Luis Gonzaga - este último es el más conocido.

El hijo del alto dignatario de la corte de Felipe II de España que, a sus diecisiete años renunciaba a sus derechos de príncipe de Mantua, era uno de esos hombres de los que los Ejercicios ignacianos son capaces de lograr un instrumento excepcional para las grandes tareas apostólicas.

Si bien escuchó desde la infancia un llamamiento interior hacia la oración y juntaba «una admirable inocencia de vida y un espíritu de penitencia», no fue por eso, al punto y sin esfuerzo un Santo Luis. Siendo aún adolescente, se juzgaba a sí mismo más apto para mandar que para obedecer: la cólera, la impaciencia y el descontento afloraron por mucho tiempo a su conciencia, y se humillaba por ello ante Dios.

Ante el altar de Nuestra Señora del Buen Consejo, en Madrid, se siente llamado a entrar en la Compañía de Jesús, el día de la Asunción del año 1583. Para ello logra superar la tenaz oposición de su padre y abdica el Principado de Mantua a favor de su hermano.

No le importa fatigarse para mantener una constante unión con Dios pues "no pensar en Dios en todo momento me causaría más fatiga".

Cinco años de luchas contra su propia voluntad, de dependencia de la autoridad de los superiores - tanto en el noviciado como durante sus estudios - y, sobre todo, el acto heroico de caridad de tomar a un apestado sobre sus hombros para llevarlo al hospital, fueron suficientes para colmar la misión del joven religioso en la Iglesia.

Estaba presto para el encuentro con el amor digno, «ese mar inmenso, sin riberas y sin fondo», del que hablaba con gozo a su madre en la carta en la que le comunicaba su cercana muerte. Ocurría esto en Roma, era el 21 de junio de 1591. Luis Gonzaga contaba veintitrés años.

Muchos santos se sometieron a actos de penitencia tan intensos que parecen casi masoquistas. San Luis Gonzaga fue uno de tales penitentes rigurosos. Ayunaba tres días a la semana con pan y agua se flagelaba, rehusaba ninguna calefacción en sus aposentos y se privaba del sueño.

Como Aloisio tuvo que aprender, sin embargo, que la penitencia autoimpuesta a menudo no es tan difícil como la obediencia. Tras ingresar en la Orden de los Jesuitas, Luis tuvo que comer más, pasar tiempo relajándose con los demás estudiantes, y limitar las horas que dedicaba a la oración. Aunque fue obediente, no debió resultarle fácil. La obediencia nunca lo es.

Sin embargo, como dice el Beato Jan Van Ruysbroeck: «Dios ama la obediencia más que el sacrificio.» El sacrificio es a menudo cuestión de una sola vez. Puede ser duro abandonar algo que amamos, pero una vez que lo abandonamos, la dificultad está superada. Es como limpiar el desván y dar lo que nos sobra a la caridad. Una vez que el camión carga con las cajas, no hay vuelta atrás.

La obediencia, en cambio, tiene lugar una y otra vez. Cada día, día tras día, hemos de poner a un lado nuestros propios deseos y hacer lo que hemos de hacer. ¿Qué es lo que hemos de hacer? No tenemos por qué ir a la búsqueda de actos extraordinarios o disciplinas estrictas. Lo único que hemos de hacer es mirar a nuestro alrededor y ver qué necesita ser hecho... y entonces hacerlo.

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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,

(4) Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 

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