DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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23-04-2023

Edición  9.583

LITURGIA DE   LAS HORAS

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III DOMINGO DE PASCUA

CAMINA CON NOSOTROS

apa3Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero “algo impedía que sus ojos lo reconociera” Después del grito exultante del día de Pascua, la Iglesia nos regala cincuenta días para “reconocer” serena y pausadamente al Resucitado, que camina con nosotros. Esa es nuestra tarea de toda la vida. El Cristo en quien creemos, el único que existe actualmente, es el Resucitado, el Viviente, el Señor glorioso. Él está siempre con nosotros, camina con nosotros. Y nuestra tragedia consiste en no ser capaces de reconocerle. Pidamos ansiosamente que en este tiempo de Pascua aumente nuestra fe para saber descubrir espontáneamente a Cristo siempre y en todo.

Les explicó lo que había sobre Él en todas las Escrituras. Es lo primero que hace Cristo Resucitado: iluminar a sus discípulos el sentido de las Escrituras, oculto a sus mentes. También a nosotros nos quiere explicar las Escrituras. Leer y entender la Biblia no es sólo ni principalmente tarea y esfuerzo nuestro. Se trata de pedir a Cristo Resucitado, vivo y presente, que nos ilumine para poder entender. ¡Cuánto más provecho sacaríamos de la lectura de la Palabra de Dios si nos pusiéramos a escuchar a Cristo y le dejásemos que nos explicase las Escrituras!

Le reconocieron en la fracción del pan. Además de las Escrituras, Cristo Resucitado se nos da a conocer en la Eucaristía. El tiempo de Pascua es especialmente propicio para una experiencia gozosa y abundante, sosegada, de Cristo Resucitado, que sale a nuestro encuentro principalmente en su presencia eucarística. Se ha quedado para nosotros, para cada uno. Ahí nos espera para una intimidad inimaginable. Para contagiarnos su amor, para que también nuestro corazón se caldee y arda, como el de los de Emaús. Para que tengamos experiencia viva de Él “en persona”, de Cristo vivo. Para que también nosotros podamos gritar con certeza: “¡Es verdad! ¡Ha resucitado el Señor!”.

Para leer la Reflexión completa de las Lecturas de la Liturgia de este domingo (Primera Lectura, Segunda Lectura, Evangelio y el Salmo) pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 1-2

Aclame al Señor toda la tierra, cante la gloria de su nombre. Aleluya.

ACTO PENITENCIAL

·En ti creemos. Porque nos vence el desaliento y la falta de esperanza. Señor, ten piedad.

·A ti acudimos. Porque no valoramos tu Palabra y tu eucaristía. Cristo, ten piedad.

·Por ti optamos. Porque no te descubrimos en nuestro andar por la vida. Señor ten piedad

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que tu pueblo se alegre siempre por la nueva vida recibida, para que, con el gozo de los hijos, aguarde con firme esperanza el día de la resurrección final. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos.

PRIMERA LECTURA Hech 2, 14. 22-33

Los apóstoles daban testimonio de la muerte y resurrección de Jesús y se convertían por miles. No por acción humana, sino por la acción del Espíritu Santo

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

El día de Pentecostés, Pedro, poniéndose de pie con los Once, levantó a voz y dijo: «Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido. A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen, a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles. Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre Él. En efecto, refiriéndose a Él, dijo David: “Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque Él está a mi derecha para que yo no vacile. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza, porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción. Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia”. Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como Él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono. Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción. A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos. Exaltado por el poder de Dios, Él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen».

Palabra de Dios.

SALMO Sal 15, 1-2. 5. 7-11

R. Señor, me harás conocer el camino de la vida.

O bien: Aleluya.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: «Señor, tú eres mi bien». El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! R.

Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.

Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.

Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R.

SEGUNDA LECTURA 1 Ped 1, 17-21

Dios tomó tan en serio nuestra salvación que entregó a su propio Hijo por nosotros. Pero todo eso resultaría inútil si nosotros no tomamos en serio nuestra salvación acogiendo a Cristo.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.

Queridos hermanos: Ya que ustedes llaman Padre a Aquél que, sin hacer acepción de personas, juzga a cada uno según sus obras, vivan en el temor mientras están de paso en este mundo. Ustedes saben que «fueron rescatados» de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos para bien de ustedes. Por Él, ustedes creen en Dios, que lo ha resucitado y lo ha glorificado, de manera que la fe y la esperanza de ustedes estén puestas en Dios.

Palabra de Dios.

ALELUYA Cfr. Lc 24, 32

Aleluya. Señor Jesús, explícanos las Escrituras. Haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas. Aleluya.

EVANGELIO Lc 24, 13-35

Creer en Jesús resucitado, en nuestra resurrección y vivir en coherencia con esa fe pascual, sigue siendo difícil pero necesario, para alcanzar la felicidad temporal y eterna.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

El primer día de la semana, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: « ¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: « ¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera Él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que Él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a Él no lo vieron». Jesús les dijo: « ¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?». Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adónde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: « ¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor.

Se dice el Credo

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada intención, pedimos: Haz que arda nuestro corazón.

·         Por la Iglesia: para que acompañe sin desmayo el arduo caminar de los pueblos subdesarrollados. Oremos.

·         Por los comunicadores sociales: para que orienten la opinión pública hacia la esperanza y la superación. Oremos.

·         Por los que viven sin fe y caminan sin esperanza: para que encuentren a Jesús en nuestro testimonio. Oremos.

·         Por nosotros: para que encontremos a Jesús en su palabra, en la eucaristía y en los hermanos necesitados. Oremos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe Señor las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría, y después de haberle concedido el motivo de un gozo tan grande, concédele participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio de Pascua

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 24, 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, mira con bondad a tu pueblo y, ya que lo has renovado con los Sacramentos de la vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba".

Lc 24, 13-35

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    UNA ALDEA LLAMADA EMAÚS.

“El primer día de la semana, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús”, el mismo día de la resurrección del Señor, en el cómputo judío el primer día de la semana, dos de ellos, de los discípulos que estaban reunidos con los apóstoles tuvieron que salir de camino de Jerusalén. Probablemente fuesen peregrinos que, cumplidos los primeros ritos pascuales, se volvían a su pueblo. Era ésta una aldea llamada Emaús.

La lectura nos habla de; “Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén”. La topografía de esta aldea es dudosa, pues está sometida a un problema crítico. Como dato aparte, hay dos lecturas del mismo: unos manuscritos ponen que estaba situada a sesenta estadios, esto son 11:5 km.; otros, a ciento sesenta estadios, es decir 30 km. Críticamente la primera lectura está mucho más sostenida por los códices. Los que defienden la primera lectura ponen la topografía en el actual El-Qubeibe, que está a esta distancia exacta; los otros lo sitúan a 32 kilómetros, en el actual Amwas.

2.    SE LES UNE EN EL CAMINO, COMO UN VIAJERO MÁS, JESÚS.

En su caminar, preocupados por los acontecimientos, se les une en el camino, como un viajero más, Jesús. Pero ellos no le reconocieron. El texto dice: “algo impedía que sus ojos lo reconocieran”,  esto es sus ojos estaban retenidos para no reconocerle. Algunos autores piensan que se trata de una acción sobrenatural que les impedía reconocer a Jesús. La frase no debe de exigir una acción de este tipo. Era sencillamente que la apariencia de Jesús resucitado, cuerpo glorioso, se les mostró en una forma no ya la ordinaria. Como fue en el caso de Magdalena, recordemos que ella piensa que es un hortelano y donde se dice que no le conoció, pero sin alegar una acción sobrenatural que se lo impidiese; o cuando Jesús resucitado se les aparece junto al Tiberíades, y de momento no le reconocieron los discípulos.

La conversación se inicia con la preocupación que les embaraza, por lo que pasó en Jerusalén. El impacto tuvo que ser muy grande en la ciudad, pues Jesús era muy conocido, los peregrinos de todo Israel estaban allí con motivo de la fiesta pascual y la crucifixión era siempre un acto espectacular. El nombre de uno de ellos; “llamado Cleofás”, acusa la información histórica de san Lucas o su fuente.

3.    EL DESÁNIMO EN ELLOS ESTÁ PATENTE.

Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas

Estos peregrinos hablan de “lo referente a Jesús, el Nazareno”, nombre con que era conocido, pero como de un profeta. Sin embargo, con este nombre piensan en el Mesías, pues esperaban que rescataría a Israel. “Nosotros esperábamos que fuera Él quien librara a Israel”. Estaban en la promesa mosaico-mesiánica. Y le reconocen poderoso en obras y palabras, estilo de Lucas en Hechos 7:22, con el que los peregrinos proclaman la obra salvadora doctrinal de Jesús y su vida de milagros.

El desánimo en ellos está patente. Su esperanza no se ve. “Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado”. Esperaban que rescataría a Israel, y van tres días de su muerte. “Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas”.  Reflejan estos peregrinos la concepción judaica de la escatología mesiánica de formas complejas o confusas, que ya aparece en la petición del buen ladrón (Lucas), y según la cual se esperaba que el gran período mesiánico se inauguraría con la resurrección de los muertos. Y aunque aluden a la visita de las mujeres al sepulcro, y que no hallaron el cuerpo de Jesús; “ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que Él está vivo”, y que algunos discípulos fueron al sepulcro y no hallaron el cuerpo del Señor, el desánimo y la desilusión se acusa en ellos. La cifra de tres días, tan anunciada por Jesús para su resurrección, estaba muy fija en ellos. El alma permanecía tres días sobre el cadáver y lo abandonaba al cuarto (Talmud).

4.    JESÚS LES EXPLICA LO QUE EN LAS ESCRITURAS

Este es el momento en que Jesús les explica lo que en las Escrituras se decía de Él: que por el sufrimiento entraría en su gloria. Hacía falta deshacer el concepto judío de un Mesías triunfante política y nacionalmente; había de sufrir. Por eso apeló al gran argumento en Israel: las Escritura, “comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él”.  No faltó en la exposición, de seguro, la profecía mesiánica del Siervo de Yahvé. Así era preciso que el plan del Padre, revelador de las Escrituras, se cumpliese. Y así el Mesías entraría en su gloria. Pronto van a ver parte de esta vida sobrenatural que tiene en su aparición a ellos, a pesar del desconocimiento que tienen de Él y su misteriosa desaparición. A la hora en que san Lucas lo refiere, no debe ser ajeno a él, en la expresión su gloria, la plena irradiación de su divinidad a través de su humanidad.

En el resto del relato, Jesús esta la mesa con estos peregrinos, tiene la dificultad clásica de la pregunta que nos hacemos al inicio del comentario. Jesús, como invitado, tomó el pan (en sus manos), lo bendijo, lo partió y se lo dio. ¿Qué significa este acto? ¿Es la simple bendición del pan ritual en la mesa? ¿O es que Jesús realizó allí el rito eucarístico? Estos peregrinos le reconocieron en la fracción. Pero éstos no asistieron a la última Cena ni es fácil que hubiesen oído explicar este rito a los apóstoles. Más, por otra parte, esta expresión del relato parece una forma del rito eucarístico de la consagración del pan en los sinópticos Si el relato se considera histórico en todos sus detalles, se impone el sentido no eucarístico, ya que estos discípulos no habían asistido a la última Cena. Sería el rito ordinario de partir el pan y bendecirlo en la comida, hecho, como invitado de honor, por Jesús. Si la expresión viene a tener una coincidencia con la fórmula sinóptica eucarística, pudiera ser un Idea o expresión demasiado repetidas o tópicas con el que se expresaba el rito de la bendición de la mesa, de donde el mismo Jesús lo parece tomar para el rito nuevo eucarístico. Era una buena semejanza, basada en la misma naturaleza de las cosas.

5.    HOMBRES DUROS DE ENTENDIMIENTO, CÓMO LES CUESTA CREER

Sin embargo recordemos que Jesús les dijo: “¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?”. “Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él”,  es decir, primero Jesús se detiene en la enseñanza de las Escrituras, que llevan a Jesús, y luego él, por la consagración eucarística, está ante ellos por su real presencia eucarística y resucitado.

Lo que aquí se intenta no es, como en las apariciones de Jesús a sus apóstoles, el hecho mismo de la aparición, el hecho que Jesús viene, se presenta, se muestra. Para los discípulos de Emaús no basta que Jesús esté allí; es preciso aún más: que se le reconozca. No es una narración con finalidad apologética, sino con un deliberado enfoque teológico. Dada esta enseñanza, Jesús desaparece.

6.    UNA CATEQUESIS, DONDE LAS EXPLICACIONES HABÍAN DE TENER MAYOR VOLUMEN.

Pero San Lucas a veces no explica en su evangelio expresiones muy judías (Lc 20:17). El evangelio procede, en parte, de una catequesis, donde las explicaciones habían de tener mayor volumen. Por eso, la síntesis evangélica puede omitir cosas supuestas. Además, es muy poco probable que los lectores de Lucas no conociesen este tipo de bendición judía de la mesa cuando el mismo ágape debió de tener su origen en los preludios judíos de la cena del Señor. Y esto suponía una explicación de lo mismo. Además, esta narración está situada entre hechos manifiestamente apologéticos de este capítulo de Lucas.

Si la frase fracción del pan, anterior a su específico uso cristiano, es aquí síntesis de tomó el pan, lo partió., ambas fórmulas son del rito judío. Y Jesús tenía su rito, como se ve en los sinópticos. De aquí que la forma usual y repetida de la bendición del pan en Emaús pudiese, por su uso eucarístico, revertir sobre la fórmula histórica primitiva de bendición de la comida, evocando a esta hora, en cierto sentido, la Eucaristía, pero sin exigir, por ello, el que fuese la Eucaristía este rito. Lo mismo que se lee, citado por San Jerónimo, en el apócrifo Evangelio a los Hebreos: Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y lo dio al Justo Santiago, y le dijo: Hermano mío, come tu pan, porque resucitó el Hijo del hombre de entre los muertos. Y no se trata de la Eucaristía.

7.    CONOCIENDO A JESÚS EN EL RITO DEL PAN

Por último, la narración de la explicación que Jesús les hace de las Escrituras tiene un manifiesto valor apologético: les trata de hacer ver el verdadero mesianismo profético.

Pero este hecho me recuerda algo muy importantes en nuestra celebración litúrgica, primero se escucha a Jesús en la lectura y luego se entra en contacto con El por la Eucaristía.

Estos discípulos, conociendo a Jesús en el rito del pan, por ser característica suya la bendición, o el tono de voz, volvieron presurosos a Jerusalén. Allí encontraron a los Once y a sus compañeros. Fácilmente podemos imaginar con que alegría, detalles y viveza contaron su encuentro con Jesús. Estos les dijeron: “Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!”.  Sin embargo no les creyeron (Mc 16:13), al menos en un principio. Pero también ellos supieron que el Señor, el Kyrios, confesándose así la divinidad de Jesús, como lo hacía con este nombre la Iglesia primitiva, se había aparecido a Pedro. Sólo por san Lucas, en los evangelios, se sabe esta aparición. Acaso dependa de Pablo (1 Cor 15:5). Pero con ello se destaca a un tiempo el amor del perdón del Señor al Pedro negador y el prestigio de éste en la comunidad cristiana.

8.    "QUÉDATE CON NOSOTROS, PORQUE YA ES TARDE Y EL DÍA SE ACABA".

Los discípulos, se sintieron atrapados por las palabras y la compañía de Jesús, así es como le dijeron "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba". Eso es lo que queremos decirle hoy a Jesús, eso es lo que le rogamos, que se quede, porque sin él la tarde se hace oscura, sin El queda vacía el alma, y El es Luz para la oscuridad, alegría y consuelo para el espíritu.

Jesús se dio a conocer a los discípulos cuando estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron. Así hoy nosotros, es donde encontramos a Jesús, así se nos da a conocer en la Eucaristía de cada día, allí es donde debemos abrir los ojos y reconocer a nuestro Señor y donde nos arde nuestro corazón porque nos colma con su gracia.

Cristo es "nuestra paz" (Ef 2, 14), la Paz de Cristo Resucitado viva en nuestros corazones.

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

III Domingo de Pascua Ciclo A

PARA LA LECTIO DIVINA

 

CADA MOMENTO PUEDE SER EL DE LA REVELACIÓN DEL MISTERIO, PORQUE NUESTRA VIDA ESTÁ AHORA LIGADA INDISOLUBLEMENTE A JESÚS,

El reconocimiento de Jesús resucitado tiene lugar en un instante, mediante una intuición resplandeciente; a continuación, todo vuelve a la normalidad. Así fue también con los discípulos de Emaús. Después de aquel instante intuitivo, tras aquella mirada que penetra más allá del velo de la carne, desaparece Jesús y todo vuelve a ser, aparentemente, como antes: la posada, la mesa, el pan, los compañeros. Todo igual, pero, sin embargo, todo es ahora distinto. Se trata de una experiencia inexpresable.

También hoy todas las personas y todas las cosas nos reservan sorpresas, porque en todas ellas podemos encontrar a Jesús. Ser cristiano significa vivir en medio de un estupor siempre renovado, en un estado de continua espera de sorpresas. Cada momento puede ser el de la revelación del misterio, porque nuestra vida está ahora ligada indisolublemente a Jesús, invisible a los ojos, pero realmente presente entre nosotros. Toda realidad es epifanía de su presencia como «Emmanuel». A nosotros nos corresponde purificar de continuo nuestra mirada en la adoración para poder vislumbrarlo en la trama de los acontecimientos más pobres y cotidianos. Es él, siempre él, el que viene a nosotros a través de todo aquello que acogemos con fe.  

ORACION

 

Quédate con nosotros, Señor, porque sin ti nuestro camino quedaría sumergido en la noche. Quédate con nosotros, Señor Jesús, para llevarnos por los caminos de la esperanza que no muere, para alimentarnos con el pan de los fuertes que es tu Palabra.

Quédate con nosotros hasta la última noche, cuando, cerrados nuestros ojos, volvamos a abrirlos ante tu rostro transfigurado por la gloria y nos encontremos entre los brazos del Padre en el Reino del divino esplendor.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd

 

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