MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Página de Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
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de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más
antigua de Internet, comenzó en el año 1998.
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26-11-2023
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Nº MD 9.197
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LITURGIA DE LAS HORAS
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En
Chile, comenzamos el Mes de María, un mes de Santo Rosario y oración a la
Madre de Dios, que culmina con la Fiesta de la Inmaculada Concepción de la
Virgen María del 8 de Diciembre, Los invito a
reflexionar sobre la figura de la
Virgen María en mi página WEB www.caminando-con-maria.org ahí
encontraran entre otros temas este link: BIBLIOTECA MARIANA PREGUNTAS SOBRE
MARIA y en especial en este
link: REFLEXIONES
Y LECTURA ESPIRITUAL PARA El MES DE MARIA
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DOMINGO
XXXIV DEL TIEMPO ORDINARIO
NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
REY, PASTOR Y JUEZ
“Cristo
tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies”.
Esta fiesta de hoy nos sitúa ante un aspecto central de nuestra fe: Cristo
es Rey del universo, es Señor de todo. Este es el plan de Dios: someter
todo bajo sus pies, bajo su dominio. Así lo confesaron y proclamaron los
apóstoles desde el día mismo de Pentecostés: “Sepa, pues, con certeza toda
la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a
quien vosotros habéis crucificado” (He 2,36). Toda la realidad ha de ser
sometida a este poder salvífico de Cristo el Señor. Su influjo poderoso va
destruyendo el mal, el pecado, la muerte... hasta que sean sometidos todos
sus enemigos... que son también del hombre.
“Yo
mismo apacentaré mis ovejas”. Todas las imágenes humanas aplicadas a Cristo
se quedan cortas. Por eso, la imagen del Rey es matizada en la primera
lectura con la del pastor. Cristo reina pastoreando a todos y cada uno,
cuidando con delicadeza y amor de cada hombre, más aún, buscando al
perdido, sanando al pecador, haciendo volver al descarriado... Su dominio,
su realeza, su señorío van dirigidos exclusivamente a la salvación y al
bien del hombre. Y además este dominio y señorío no son al modo de los reyes
humanos: es un influjo en el corazón del hombre, que ha de ser aceptado
libremente. Él es Señor, pero cada uno debe reconocerle como Señor, como su
Señor (Rom 10,9; 1 Cor 12,3; Fil 2,10-11), dejándose gobernar por Él. Él
apacienta, pero cada uno debe dejarse guiar y apacentar: “El Señor es mi
pastor” (Salmo responsorial).
Finalmente,
el evangelio subraya otro aspecto de esta realeza de Cristo: Si ahora
ejercita su señorío salvando, al final lo ejercitará juzgando. Y juzgando
acerca de la caridad. Por tanto, si no queremos al final ser rechazados “al
castigo eterno”, es preciso acoger ahora sin límites ni condiciones este
señorío y está realeza de Cristo. Si nos sometemos ahora a Él y le dejamos
infundir en nosotros su amor a todos los necesitados, tendremos garantía de
estar también al final bajo su dominio e ir con Él “a la vida eterna”.
Para ver
la Reflexión completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este
domingo pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS
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I.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Apoc 5, 12; 1,
6
El Cordero que ha sido
inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza
y el honor. A él la gloria y el poder para siempre.
ACTO PENITENCIAL
·
Tú
eres nuestro Pastor. Señor, ten piedad.
·
Tú
nos resucitarás en el último día. Cristo, ten piedad.
·
Tú
vienes a nosotros en cada necesitado. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno que
quisiste restaurar todas las cosas por tu amado Hijo, Rey del universo; te
pedimos que toda la creación, liberada de la servidumbre del pecado, te
sirva y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
II.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
COMENTARIO El amor solícito de Dios se expresa en la fuerte
imagen del pastor. En la época del destierro reina la injusticia y las
autoridades del pueblo faltaban gravemente a sus deberes. Es la ocasión
para el profeta de retomar el tema de Jeremías 23,1-6 (cf. Zac 11, 4-17) y
censura los crímenes de los pastores, anunciando que el Señor mismo será
pastor de su pueblo.
En realidad, cuando vuelvan del destierro, no tendrán más un rey.
Dirigiéndose a las ovejas que perjudican a las otras, se declara su juez.
Frente a los pastores que explotan el rebaño y lo dejan morir, el Señor
reúne a los dispersos y los guía a la fuente de la vida. El Señor es el
autor de la “reunificación” universal a la que aspiran los hijos de Israel,
de una vuelta a la unidad desde la dispersión, fundada sobre las relaciones
recíprocas de conocimiento y amor. Es lo que pedimos en cada celebración
eucarística cuando en la tercera plegaria eucarística oramos, diciendo:
“Reúne en torno a Ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por
el mundo”.
Lectura
de la profecía de Ezequiel. Ez 34, 11-12. 15-17
Así habla el Señor: ¡Aquí
estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él. Como el
pastor se ocupa de su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas,
así me ocuparé de mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde se
habían dispersado, en un día de nubes y tinieblas. Yo mismo apacentaré a
mis ovejas y las llevaré a descansar –oráculo del Señor –. Buscaré a la
oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y sanaré a
la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las
apacentaré con justicia. En cuanto a ustedes, ovejas de mi rebaño, así
habla el Señor: “Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y
chivos”.
Palabra
de Dios.
SALMO SAL 22, 1-3. 5-6
En consonancia con este mensaje, el
salmo 22 exalta la confianza de quien siente que el Señor es su pastor.
Participamos de esta oración, aclamando:
R. El
Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor, nada me
puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas. Me conduce a las
aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por
amor de su Nombre. R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia me
acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy
largo tiempo. R.
SEGUNDA LECTURA 1Cor 15, 20-26. 28
COMENTARIO: Al final
de los tiempos, Cristo entregará al Padre el Reino, para que Dios sea todo
en todos. Pablo demuestra cómo la verdad “Cristo resucitó”, implica nuestra
resurrección. Así la resurrección de Cristo abre el tiempo de la Iglesia,
que es tiempo de la realeza de Cristo. Se necesita todo ese tiempo para que
la humanidad sea liberada de las múltiples alienaciones que pesan sobre
ella.
Cuando la muerte sea
vencida por todos y todos revivan en Cristo, Él habrá realizado
perfectamente su obra y Dios será todo en todos. Pero la plenitud de la
salvación sólo se obtendrá al final. Mientras se camina, nunca se debe
cantar victoria, sino seguir siempre con ánimo bien dispuesto en la ardua
tensión entre el “ya sí” y el “todavía no”, con la esperanza de la
resurrección como culmen de todo el proceso de liberación integral.
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Cristo resucitó de
entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por
medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en
Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de
todos; luego, aquéllos que estén unidos a él en el momento de su Venida. En
seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre,
después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. Porque es
necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de
sus pies. El último enemigo que será vencido es la muerte. Y cuando el
universo entero le sea sometido, el mismo Hijo se someterá también a Aquél
que le sometió todas las cosas, a fin de que Dios sea todo en todos.
Palabra de Dios.
ALELUYA Mc 11, 9-10
Aleluya. ¡Bendito el que viene
en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de
nuestro padre David! Aleluya.
EVANGELIO Mt 25, 31-46
COMENTARIO: Jesús
anuncia que, a su vuelta, seremos examinados en el amor. Estamos
concluyendo el discurso escatológico, y Mateo describe con imágenes
grandiosas la venida de Jesús, rey-mesías que hace pasar a los suyos de su
reino al del Padre. La imagen fundamental está sacada de la profecía de
Ezequiel: el rey-pastor que juzga entre oveja y oveja o entre carneros y
cabritos. Su juicio no tendrá en cuenta obras grandiosas, sino las obras de
misericordia, enumeradas aquí en el estilo de Isaías (Is 58,7). Así, esta
grandiosa escena del juicio de Dios, nos impide fantasear sobre aquel día y
nos obliga a conferir, a cada momento, nuestra vida en vista del encuentro
con Cristo, que ahora se nos presenta en los pobres.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos:
“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles,
se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su
presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas
de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi
Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el
comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve
sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y
me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. Los
justos le responderán: --Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de
comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te
alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y
fluimos a verte?--. Y el Rey les responderá: --Les aseguro que cada vez que
lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo-- Luego
dirá a los de su izquierda: --Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego
eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre,
y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era
forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y
preso, y no me visitaron--. Éstos, a su vez, le preguntarán:--Señor,
¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o
preso, y no te hemos socorrido?--. Y él les responderá: --Les aseguro que
cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo
hicieron conmigo --. Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna”.
Palabra
del Señor.
SE DICE EL CREDO
ORACIÓN DE FIELES
A cada intención, pedimos: Que
te veamos en cada hermano.
· Por todas las obras
caritativas de la Iglesia:
para que reciban el apoyo generoso de los cristianos. Junto a María,
Oremos.
· Por todos los pueblos
y naciones: para que reconozcan a Jesucristo, Rey del Universo. Junto a
María, Oremos.
· Por los pobres,
débiles y enfermos: para que reciban la efectiva solidaridad de quienes se
dicen cristianos. Junto a María, Oremos.
· Por nuestra Iglesia
diocesana: para que pueda intensificar sus obras a favor de los
necesitados. Junto a María, Oremos.
· Dirigiendo en este mes
Noviembre la mirada a María, contemplando su Corazón de Madre, que sigue
velando tierna solicitud sobre todos nosotros, le pedimos que nos obtenga
ser siempre fieles a la vocación cristiana.” Junto a María, Oremos.
· Por los enfermos para
que reciban el alivio en su enfermedad, consolados por el amor de Dios.
Junto a María, Oremos. (nombrar)
· Por todos los difuntos
que tanto amamos en su vida terrenal, para que el Señor les de la paz de la
vida eterna. Junto a María, Oremos. (nombrar)
(Añadir y/o sustituir intenciones,
dando lugar a otras que reflejen las necesidades del momento y/o de la
comunidad).
III.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Presentación de las Ofrendas: Cristo inmolado
por nosotros recibió la gloria y el poder para siempre. Por eso, junto al
pan y el vino, presentemos al Señor los sufrimientos y las buenas obras de
todos los hombres de buena voluntad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al ofrecerte la Víctima que
reconcilió a los hombres contigo, te pedimos humildemente que tu Hijo
conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Que vive y
reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO (PROPIO)
(Después del “Amén” de la Oración sobre
las ofrendas). Cristo, nuestro buen Pastor, vendrá un día a juzgarnos en el
amor. Por eso, junto al celebrante, iniciemos con aclamaciones y el canto
la gran Acción de Gracias a Dios porque ungió a Jesucristo para que
establezca el Reino de la verdad y la vida, la santidad y la gracia; la
justicia, el amor y la paz.
PREFACIO
CRISTO, REY DEL UNIVERSO
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V/. Demos gracias al Señor,
nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
Realmente es justo y
necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque consagraste Sacerdote
eterno y Rey del universo a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo,
ungiéndolo con óleo de alegría, para que, ofreciéndose a sí mismo en el
altar de la cruz como Víctima inmaculada y pacificadora, consumara el
misterio de la redención humana; y sometiendo a su poder la creación
entera, entregara a tu soberana grandeza el Reino eterno y universal: Reino
de la verdad y la vida, Reino de la santidad y la gracia, Reino de la
justicia, el amor y la paz.
Por eso, con los ángeles y los
arcángeles, con los tronos y las dominaciones, y con toda la milicia del
ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, santo, santo...
COMUNIÓN: Hermanos: Al recibir a
Cristo hermano, pidamos que él nos descubra su rostro en cada hermano
necesitado. Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 28, 10-11
El Señor reinará eternamente,
él bendecirá a su pueblo con la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, después de recibir el
alimento de la inmortalidad, te pedimos que cuantos nos gloriamos de
obedecer los mandamientos de Cristo, Rey del universo, podamos vivir para
siempre con él en el Reino de los cielos. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor.
IV.
RITO DE CONCLUSIÓN
(Después de los avisos
parroquiales, la bendición y despedida).
Canto final: Queridos amigos: Con
gozo, porque Jesús nos invita a acompañarlo en la construcción del Reino,
nos retiramos cantando. (Hoy, el canto final tiene que ser particularmente
festivo.)
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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JESUCRISTO,
REY DEL UNIVERSO
“Juzgados
en el amor”
Mt
25, 31-46
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1 EL “DISCURSO ESCATOLÓGICO
El Evangelio de Mateo, nos trae en este fragmento
una visión del juicio final, y lo hace de modo de finiquitar el “discurso
escatológico”, como así mismo concluir todos los discursos de Jesús. En
verdad, Jesús no articuló esta disertación con el propósito de describirnos
los eventos finales relativos al juicio definitivo. No obstante, analizando
los hechos de su tiempo, Jesús sí ha querido comunicarnos los medios
concretos para salir triunfantes en la prueba final de la vida, cuando toda
la humanidad se encuentre frente a él, como rey universal restaurando su
Reino. Es así como el relato evangélico, tiene una fuerza extraordinaria
tanto por el mensaje en sí como por lo atractivo de la escena. El texto se
encuentra articulado en tres partes: a) primero, la introducción, que
presenta la llegada del Hijo del hombre, el llamamiento de los pueblos y la
separación de los mismos, b) segundo, el diálogo del rey con los de un
lado, quienes entrarán y tomarán posesión de su Reino, y, los del otro
lado, los que están excluidos; c) en tercer lugar, la conclusión, que
reanuda y ejecuta las distintas sentencias
que se proponen.
En todo caso, el fragmento más importante del
pasaje es la que se fija, y con insistencia, en las actitudes de amor o
indiferencia, es decir, en la acogida amorosa o en el rechazo de los pobres
y los necesitados. Las obras misericordiosas y gratuitas son premiadas por
Dios. Está claro que este rey y juez escatológico, que cumple las profecías
antiguas, es Jesús de Nazaret, el crucificado, aquel que experimentó el
hambre, la desnudez, la soledad, el dolor. Este rey y Señor, que se
identifica con los pequeños y los pobres, vive escondido y oculto en “sus
hermanos más pequeños”.
2 CUANDO
EL HIJO DEL HOMBRE VENGA EN SU GLORIA RODEADO DE TODOS LOS ÁNGELES, SE
SENTARÁ EN SU TRONO GLORIOSO.
En esta hora de la parusía final, el Hijo del
hombre vendrá “en su gloria,” y, como parte de ella, vendrá “con
todos los ángeles,” que son sus ángeles, como ornamento suyo y como
ejecutores de sus órdenes. Todo ello indica, dentro del género
apocalíptico, la grandeza de la majestad con que Cristo realizará aquel
acto, lo que no excluye, naturalmente, la realidad de esta presencia de los
ángeles. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a
unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a
aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.
En el uso rabínico de casos de separación, a la
derecha se pone siempre lo mejor. Por cuanto los pecadores conocerán sus
delitos y los justos verán patentes los frutos de su justicia que les
acompañaron hasta el fin. Se llaman ovejas los que se salvan, por la
mansedumbre con que aprendieron de Aquél que dijo: “aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón” (Mt 11,29); y por cuanto estuvieron dispuestos
hasta sufrir la muerte, imitando a Jesucristo, que como oveja fue llevado a
la muerte (Is 53,7).
Los malos, en cambio, son llamados cabritos, los
que trepan los más ásperos peñascos y caminan por sus precipicios. La
Sagrada Escritura suele designar la sencillez y la inocencia con el nombre
de oveja. Bellamente, pues, se designan aquí los elegidos con este nombre.
Sin embargo el cabrito es animal lascivo, que en la ley antigua se ofrecía
para víctima de los pecados.
3 PORQUE
TUVE HAMBRE, Y USTEDES ME DIERON DE COMER; TUVE SED, Y ME DIERON DE BEBER
“Porque
tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber;
era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me
visitaron; preso, y me vinieron a ver". Y hay que notar que lo que menciona Jesús, son
las siete obras de misericordia, las cuales, cualquiera que tenga cuidado
de cumplirlas, merecerá alcanzar el reino preparado a los escogidos desde
el establecimiento del mundo. Pues en un sentido místico observa las leyes
del verdadero amor, quien al que tiene hambre y sed de justicia le alimenta
con el pan de la palabra, o bien le da de beber la bebida de la sabiduría,
y el que recibe en la Iglesia al que anda errante por el pecado, y el que
admite al que está enfermo en la fe.
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te
vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos
enfermo o preso, y fuimos a verte?". Los Santos, pues, que
obraron obras derechas, recibieron en premio de sus obras rectas, la
derecha del Rey, en la cual está el descanso y la gloria. Y a causa de su
humildad se proclaman indignos de alabanza por sus buenas obras; no por
haberse olvidado de aquello que hicieron, pues El mismo les muestra su
compasión en los suyos. Dicen esto ciertamente no desconfiando de las
palabras del Señor, sino pasmándose de tan extraordinaria excelencia y de
la grandeza de su majestad.
4 "LES
ASEGURO QUE CADA VEZ QUE LO HICIERON CON EL MÁS PEQUEÑO DE MIS HERMANOS, LO
HICIERON CONMIGO"
Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada
vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron
conmigo". Libremente podemos entender que Jesucristo
hambriento es alimentado en todo pobre, y sediento saciado, y de la misma
manera respecto de lo otro. ¿Por qué los llama pequeños? Por lo mismo que
son humildes, pobres y despreciados. Y dice mis hermanos, recordándonos que
nos dijo; "Son hermanos míos, los que hacen la voluntad de mi
Padre" (Mt 12,50).
Así como había dicho a los justos, vengan, así
también dice a los injustos, malvados y crueles, "Aléjense de mí,
malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus
ángeles” Los que se apartan de Jesús, caen en el fuego eterno, el
cual es de distinta naturaleza del fuego de que hacemos uso: pues ningún
fuego es eterno entre los hombres, y ni siquiera de mucha duración. Y
tengamos presente que no dice que el reino está preparado, en verdad, para
los ángeles, más sí que el fuego eterno lo está para el diablo y
para sus ángeles. Porque por lo que a Él toca, no ha creado a los hombres
para que se pierdan, pero los que pecan son los que se unen con el diablo,
para que así como los que se salvan son comparados a los ángeles santos, de
la misma manera sean comparados a los ángeles del diablo los que perecen.
5 “PORQUE
TUVE HAMBRE, Y USTEDES NO ME DIERON DE COMER; TUVE SED, Y NO ME DIERON DE
BEBER
“Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de
comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron;
estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me
visitaron".
Así es, cómo los malos hombres, abandonaron la misericordia, y no en un
sólo concepto, sino en todos. Porque no tan sólo no dieron de comer al
hambriento, sino que tampoco visitaron al enfermo. Nótese que Jesús no está diciendo estaba en la cárcel y no me
sacaron; enfermo y no me curaron; sino dice, no me visitaron, no se
acercaron a mí.
Todas estas cosas, por tanto, bastan para sufrir
la pena del infierno. Además, ninguna de las cosas que pedía Jesús era
difícil dar, (tampoco lo es hoy), era un poco de pan porque tenía hambre,
era darse cuenta de la miseria pues era pobre, era sentir compasión de la
naturaleza, pues era hombre, era el deseo de alcanzar lo que se prometía,
tan deseable como el reino, era sentir la dignidad del que recibía, pues
era Dios el que recibía por medio de los pobres; era un trato con honor,
porque se dignó recibir de mano de los hombres, lo justo que era dar, pues
recibía de nosotros lo que es suyo, sin embargo los hombres ante todas
estas cosas estuvieron cegados por la avaricia.
6 "SEÑOR,
¿CUÁNDO TE VIMOS HAMBRIENTO O SEDIENTO, FORASTERO O DESNUDO, ENFERMO O
PRESO, Y NO TE HEMOS SOCORRIDO?"
Éstos a su vez, le preguntarán: "Señor,
¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o
preso, y no te hemos socorrido?" No es menos cierto, que es
propio de los hombres que no gustan de hacer el bien, excusarse, dar a
entender que no tienen culpas, o que son leves y pocas las faltas; y esto
mismo lo indica la respuesta de Jesucristo. "Les aseguro que cada
vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo
hicieron conmigo". Queriendo demostrar que las acciones buenas
de los justos son sublimes, y que las culpas de los pecadores no lo son.
Dice Jesús, “mis hermanos” verdaderamente,
los que son perfectos, son sus hermanos. Finalmente dice Jesús; Éstos irán
al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna”. La sentencia que se da
es eterna. Los malvados “irán al suplicio eterno, y los justos a
la vida eterna” “El castigo será “eterno.” La palabra cobra un
espantoso realismo, sin atenuación alguna posible, en este contexto. Los
unos y los otros tienen un destino igualmente eterno. Eso sí, algunos irán por la derecha y otros
por la izquierda.
7 JUZGADOS
EN EL AMOR
En esta venida de Cristo, que se presentado como
Rey que viene a juzgar a “todas las
naciones”, que “serán reunidas en su presencia” y donde “El separará a los
unos de los otros”, será un juicio perfectamente justo y definitivo, al
cual estaremos sometidos, por tanto dependerá de la vida que hagamos, el
lugar que ocuparemos. Lo importante ahora es que comprendamos de este
fragmento del evangelio, que no tiene ya importancia los juicios que los
hombres hagan de nosotros, es decir, como verdaderos creyentes,
vislumbremos que no es mejor ni peor porque los hombres nos tengan por tal;
lo que de verdad somos es lo que somos a los ojos de Dios. En un mundo en
que tantas veces triunfa la injusticia y la incomprensión, consuela saber
que todo se pondrá en claro y para siempre y cada uno recibirá los justo y
lo apropiado a su conducta.
Pero Cristo no es sólo el Juez; es también el
centro y el punto de referencia por el que se juzga: “lo hicieron conmigo” o
“tampoco
lo hicieron conmigo”. Él ha de ser siempre el fin de todas nuestras
acciones. Por lo demás, ¡qué fácil amar a cada persona cuando en ella se ve
a Cristo!
Este evangelio insiste en otro aspecto que ya
aparecía en la parábola de los talentos. El siervo era condenado por
guardar su talento sin hacerlo fructificar, y ahora se le condena por otra
omisión, por lo que “dejaron de hacer”, “ustedes
no me dieron” de comer o de beber. No solo no hay que perjudicar a
los hermanos, también hay que ayudarlos. En esto hemos conocido lo que es
amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la
vida por los hermanos. (1 Juan (SBJ)
3, 15-17). Por eso, el texto nos hace entender la enorme gravedad de todo
pecado de omisión, que realmente daña y hace mal, pues deja de producir en
la vida el amor que debía promover y que el hermano necesitaba para vivir.
“Al atardecer de la vida ... nos examinarán del
amor” ... San Juan de la Cruz
El Señor nos
Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
Domingo XXXIV Ciclo A
|
PARA LA LECTIO DIVINA
|
ES BUENO QUE HAGAMOS UN BALANCE
PERSONAL
Estamos concluyendo otro año litúrgico con toda
la Iglesia. Es bueno que hagamos un balance personal - y comunitario,
también - y nos preguntemos si durante el tiempo transcurrido hemos
realizado una coherente acción evangelizadora, de promoción humana, de
santificación personal y fraterna con quienes vivimos, de glorificación a
Dios en Cristo, hacia donde convergen como meta todas las actividades de la
Iglesia. Y debemos planteamos más cosas, a la luz de la Palabra de Dios, en
esta fiesta de Cristo Rey: ¿cómo estamos viviendo la vida presente?,
¿tenemos presente la vida futura?
Nuestra
vida tiene dos tiempos. El primero es terrenal: el “tiempo propicio” que
estamos viviendo, el de la salvación (cf. 2 Cor 6,2), donde contamos con
Cristo como “buen pastor” y decidimos, porque está en nuestras manos, si
nos salvamos. Y después vendrá “aquel día”, cuando Cristo como juez se
siente en su trono de gloria y nada quede impune ante él. La Escritura nos
invita en este día a reflexionar austeramente. La fiesta de Cristo Rey nos
ayuda a reconsiderar que todavía estamos en el tiempo favorable de la
salvación, donde todo depende de la disponibilidad para acoger la
invitación de Dios. Él, buen pastor, nos invita a no endurecer el corazón
para no ser seducidos por el pecado. Merece la pena repetir
convencidamente: “El Señor es mi pastor, nada me falta”.
|
ORACION
|
Señor, con la palabra, tajante
y auténtica, que nos has dirigido hoy hemos comprendido que lo esencial en
la vida no es, ni mucho menos, confesarte con palabras, sino practicar el
amor con los pobres y desfavorecidos. En esto consiste la voluntad del
Padre, en vivir de ti y como tú, incluso de parte de quienes no te conocen
bien. Señor, Jesús, tú te identificaste con los perseguidos, con los
pobres, con los débiles. Nos has mostrado un claro ejemplo de vida,
contenido en el evangelio y condensado en las bienaventuranzas.
La señal de que ha
llegado tu Reino se encuentra en que en ti el amor concreto de Dios alcanza
a los pobres y los marginados, y no por sus méritos, sino por su condición
de excluidos y oprimidos, porque tú eres Dios y porque los “últimos” son
los primeros “interesados” tuyos y del Padre.
Ayúdanos, Señor, a entender que descuidar este
amor concreto por los pobres, los forasteros, los prisioneros, los desnudos
o los hambrientos, significa no vivir según la fe del Reino, sino
apartarnos de su lógica. Faltar al amor es negarte, porque los pobres son
tus hermanos, y lo son justamente por su pobreza. Haznos comprender con
todas sus consecuencias que ellos son el lugar privilegiado de tu presencia
y del Padre celestial.
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
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Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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