Misa Diaria,
Ciclo C
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
23 años en
Internet, desde 1998
La edición de
la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral, enviada por
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29-08-2021
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Nº MD 9.005
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La liturgia de las horas. (liturgiadelashoras.info)
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DOMINGO XXII DEL
TIEMPO ORDINARIO
ESTAMOS
LLAMADOS A CAMBIAR EL INTERIOR DEL HOMBRE
En el domingo vigésimo
segundo encontramos una nueva polémica de tipo legalista ritual con los
escribas y fariseos. Esto da pie a Jesús para afirmar una de sus enseñanzas
morales más importantes: frente al legalismo puramente externo, lo que
importa es la interioridad del hombre. Una vez más la enseñanza de Jesús se
presenta como noticia gozosa (evangelio) y profundamente liberadora. Más
allá de la mera observancia particular, es en el corazón del hombre – de
donde brota lo bueno y lo malo – donde se da la verdadera batalla; es ahí,
en el corazón, donde se realiza la auténtica adhesión a la voluntad santa y
sabia de Dios (Primera Lectura: Dt 4,1-2.6-8).
El reproche de Jesús a los
fariseos también nos afecta a nosotros. Los mandamientos de Dios son
portadores de sabiduría y vida. Pero muchas veces hacemos más caso a otros
criterios distintos de la Palabra de Dios. Incluso muchos refranes y dichos
de la llamada “sabiduría popular” chocan con el evangelio. De esa manera
despreciamos el evangelio y nos quedamos con unas palabras que sólo llevan
muerte y mentira. Es necesario estar atentos para no aferrarnos a preceptos
y tradiciones humanas contrarias a veces a la Palabra.
Uno de los aspectos más
importantes de la Buena Nueva que Jesús ha traído es la interioridad. No
basta la limpieza exterior, que puede ir unida a la suciedad interior.
Cristo ha venido a cambiar el interior del hombre, a darnos un corazón
nuevo. Cuando el corazón ha sido transformado por Cristo, también lo
exterior es limpio y bueno. De lo contrario, todo esfuerzo por alcanzar
obras buenas será inútil. ¿Hasta qué punto me creo esta capacidad de Cristo
para renovar mi vida y deseo intensamente esta renovación?
Ser cristiano no consiste en
hacer cosas distintas o mejores, sino en ser distinto y mejor, es decir, de
otra calidad: la divina. El amor y el poder de Cristo se manifiestan en que
no se conforma con un barniz superficial. Somos una “nueva creación” (2Cor 5,17), hemos sido hechos “hombres nuevos” (Ef 4,24) y por eso
estamos llamados a vivir una “vida
nueva” (Rom 6,4).
Para ver la Reflexión completa de las 3 lecturas
y el salmo de la Liturgia de este domingo XIX, pinchar este link: (Enlace): PALABRA
DE DIOS
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I. RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 85,3.5
Ten piedad de mí, Señor,
porque te invoco todo el día. Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en
misericordia con aquellos que te invocan.
ACTO PENITENCIAL
· Jesús, Hijo de Dios: Cuando no cumplimos tus
mandamientos. Señor, ten piedad.
· Jesús, único maestro: Cuando no ponemos en
práctica tu palabra. Cristo, ten piedad.
· Jesús, hermano nuestro: Cuando nos conformamos
con una religiosidad puramente exterior. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, de quien
procede todo bien perfecto, infunde en nuestros corazones el amor de tu
nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes en
nosotros lo que es bueno y lo conserves constantemente. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Por nuestro Señor
Jesucristo.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Deut 4, 1-2. 6-8
Dios, por medio de Moisés, da su ley para que seamos sabios,
prudentes y felices.
Lectura
del libro del Deuteronomio.
Moisés habló al pueblo,
diciendo: Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les
enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a
tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres. No
añadan ni quiten nada de lo que yo les ordeno. Observen los mandamientos
del Señor, su Dios, tal como yo se los prescribo. Obsérvenlos y pónganlos
en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos,
que al oír todas estas leyes, dirán: “¡Realmente es un pueblo sabio y
prudente esta gran nación!” ¿Existe acaso una nación tan grande que tenga
sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de
nosotros siempre que lo invocamos? ¿Y qué gran nación tiene preceptos y
costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de
ustedes?
Palabra
de Dios.
COMENTARIO: El
predicador de la ley la entiende como palabra de Dios que da la vida. Es
guía que señala el camino para ir al encuentro. Redactado en una época
crítica de la historia de Israel este discurso subraya el carácter siempre
actual de la Alianza. Se trata de ser fiel al hoy de Dios. Lo que importa,
en todo momento, es reanudar los lazos que unen a Yahvé con su pueblo. No
hay más cercanía que la del que está ya presente al pronunciar su nombre.
Ésa es la sabiduría que corona todo saber.
SALMO 14
El Salmo 14 nos ayuda a meditar la lectura anterior: «Señor,
¿quién puede habitar en tu casa? El que procede honradamente y practica la
justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia, el que no hace mal
a su prójimo... Este es el que cumple con la ley del Señor».
SALMO Sal 14, 2-5
R.
Señor, ¿quién habitará en tu Casa?
El que procede rectamente y
practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su
lengua. R.
R. El que no hace mal a su
prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y
honra a los que temen al Señor. R.
El que no se retracta de lo
que juró, aunque salga perjudicado. El que no presta su dinero a usura ni
acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará. R.
SEGUNDA LECTURA Sant 1, 17-18. 21-22. 27
El apóstol Santiago enseña que la verdadera religiosidad
consiste en recibir la palabra de Dios y practicarla.
Lectura
de la carta de Santiago.
Queridos hermanos: Todo lo que
es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los
astros luminosos, en quien no hay cambio ni sombra de declinación. Él ha
querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las
primicias de su creación. Reciban con docilidad la Palabra sembrada en
ustedes, que es capaz de salvarlos. Pongan en práctica la Palabra y no se
contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos.
La religiosidad pura y sin
mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en ocuparse de los
huérfanos y de las viudas cuando están necesitados, y en no contaminarse
con el mundo.
Palabra
de Dios.
COMENTARIO: La
actitud religiosa auténtica es una actitud de escucha: el Padre tiene la
iniciativa y nos interpela con su Palabra. Pero es una Palabra operativa:
creer es ya comprometerse a favor de los desvalidos y oprimidos y no
ensuciarse las manos con el mundo de la explotación y de la opresión. Por
la Palabra el Padre nos da su propia vida. La Palabra nos «engendra»; ella
está «plantada » en el hombre. Escucharla es obligatoriamente ponerla en
práctica, desplegarla en todas las exigencias de un auténtico amor
fraternal. En ello, consiste, por otra parte, el culto agradable a Dios.
ALELUYA
Sant
1,18
Aleluya.
El
Padre ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos
como las primicias de su creación.
Aleluya.
EVANGELIO Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23
La verdadera religiosidad procede del corazón del hombre que
escucha la voz de Dios y cumple sus mandamientos.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Los fariseos con algunos
escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos
de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los
fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes
cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al
volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay
muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el
lavado de los vasos, de las jarras, de la vajilla de bronce y de las camas.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus
discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados,
sino que comen con las manos impuras?” Él les respondió: “¡Hipócritas! Bien
profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: «Este
pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano
me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos».
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de
los hombres”.
Y Jesús, llamando otra vez a
la gente, les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa
externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es
aquello que sale del hombre. Porque es del interior, del corazón de los
hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los
robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños,
las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al
hombre”.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: El
Maestro no niega la utilidad e incluso la necesidad de atenerse a la
tradición, pero advierte, en primer lugar, que hay que distinguir lo que
hay de puramente humano en la tradición, y, en segundo lugar, siempre la
tradición más venerable estará subordinada a lo que ciertamente es precepto
divino, como el amor al prójimo con sus imprevisibles sorpresas.
SE DICE EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del
cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que
fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los
muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre
todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia
Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada
intención, pedimos: Enséñanos a practicar tus mandamientos.
- Por la Iglesia en América
Latina; para que anuncie sin desmayo la palabra de Dios. Oremos.
- Por los que ejercen la
autoridad civil: para que no caigan en la hipocresía de prometer una
cosa y hacer otra. Oremos.
- Por nuestra comunidad
parroquial: para que evite todo fariseísmo y sea testimonio de
verdadera religiosidad. Oremos.
- Por los que se conforman
con una religiosidad puramente formal: para que descubran la alegría
de honrar a Dios
III. LITURGIA EUCARISTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentación de las ofrendas: Cristo muerto y resucitado para
nuestra salvación es nuestra gran ofrenda al Paire. Junto a él, presentemos
al Señor nuestro propósito de poner en práctica su palabra honrándolo con
todo el corazón.
Te pedimos, Dios nuestro, que
esta ofrenda sagrada nos alcance siempre tu bendición salvadora y se cumpla
en nosotros lo que celebramos en esta liturgia. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
PREFACIO DOMINICAL DURANTE EL AÑO
Prefacio: El Padre ha querido engendrarnos por su palabra de
verdad. Por eso, junto al celebrante, demos gracias al Señor, nuestro Dios,
porque nos invita a escuchar su palabra y mantenernos firmes en el
seguimiento de su Hijo.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN SaI 30, 20
Qué grande es tu bondad,
Señor. Tú la reservas para tus fieles.
O bien:
Mt 5, 9-10
Bienaventurados los que
trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados
los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les
pertenece el Reino de los Cielos.
Comunión: Hermanos: Con alegría, vayamos a recibir la fuerza de
Jesús sacramentado para abrazar siempre los mandamientos de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, con el pan de la
mesa celestial, te suplicamos, Padre, que este alimento de nuestra caridad
nos fortalezca y nos impulse a servirte en los hermanos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
IV. RITO DE CONCLUSIÓN
Con el gozo de aspirar a la
sabiduría y sensatez que sólo puede dar la palabra de Dios, nos retiramos
cantando.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
|
“Escúchenme todos y entiéndanlo bien, ninguna
cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo”.
Mc 7,
1-8. 14-15. 21-23
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. EVANGELIO DE SAN MARCOS, “¿POR QUÉ TUS DISCÍPULOS
NO PROCEDEN DE ACUERDO CON LA TRADICIÓN DE NUESTROS ANTEPASADOS
El Evangelio de San Marcos que
leemos este domingo, capítulo 7, nos trae una enseñanza de gran
importancia, es una instrucción que
por sí misma constituye una de las cumbres de la historia religiosa de
todos los tiempos. El relato que leemos hoy toma como punto de partida la
pregunta que le hacen a Jesús: “los fariseos con algunos escribas
llegados de Jerusalén”.
A la ley mosaica sobre la
pureza ritual, habían ido aumentándose cada vez más con nuevos preceptos,
que, transmitidas oralmente, eran consideradas vinculantes, con la misma
fuerza que la ley escrita y, como ésta, reveladas por el Señor: “Entonces
los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos
no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que
comen con las manos impuras?”. Jesús no responde directamente, sino
que, citando a Isaías 29,13: ”Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí”., y así, saca a la luz lo falso y
vacío que es el modo de obrar de los fariseos, donde su culto es sólo
formal, dado que a la exterioridad de los ritos y de la observancia de la
Ley no le corresponden el sentimiento interior y la práctica de vida
coherente. La tradición de los hombres acaba así por sobreponerse y cubrir
el mandamiento de Dios: “Ustedes dejan de lado el mandamiento de
Dios, por seguir la tradición de los hombres”.
La verdadera religiosidad
procede del corazón del hombre que escucha la voz de Dios y cumple sus
mandamientos.
2. EXPOSICIÓN DE LOS HACEN CIERTOS GENTILES Y SUS
COSTUMBRES
En este fragmento del
Evangelio, san Marco hace una extensa exposición de lo que hacen ciertos
gentiles y sus costumbres y las practicas a los cuales están aferrados. Nos
narra que “Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se
acercaron a Jesús”. Parece ser que vienen como especialmente
técnicos en la Ley, y tal como dice el relato, son solo algunos, quizá para
garantizar la obra de espionaje, o para completar esta representación de
espionaje enviada, más o menos oficiosamente, por el Sanedrín, o al menos
con su implícita complacencia, como en San Juan; “cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y
levitas (Juan 1:19). San Marcos
se da tiempo de explicar que significaban estos usos en la mentalidad judía
y en los preceptos rabínicos.
San Marcos, no sólo recoge un
caso concreto como motivo de censura, por anular la ley de Dios por las
tradiciones de los hombres, sino que alude a otra perspectiva mayor porque
hacen muchas cosas por el estilo. Es muy fuerte la contraposición de lo que
legisló Moisés y la tradición humana. Aquello tiene valor; esto es
presentado como elaboración simplemente humana: farisaico-rabínica. “Ustedes
dejan de lado el mandamiento de Dios, (Moisés) por seguir la tradición de
los hombres”.
Estamos en presencia de una
diferencia importante, los hombres de la tierra de Genezaret, que parecían
menos instruidos, no vienen solos, sino que llevan sus enfermos al Señor,
para poder por lo menos tocar una parte de su vestido. Pero los fariseos y
escribas, que debieran ser los doctores del pueblo, acuden al Señor, no
para buscar la salud, sino para criticarlo y promover controversias.
Los discípulos de Jesús, que
habían aprendido a hacer sólo la virtud, comían sin haberse lavado las
manos; y queriendo los fariseos encontrar un pretexto, aprovecharon esta
ocasión; y no los reprocharon por trasgresores de la ley, sino por
trasgresores de las tradiciones de sus mayores. “Los fariseos, en efecto, y
los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos,
siguiendo la tradición de sus antepasados”.
3. ES INÚTIL ESTA PURIFICACIÓN EXTERNA Y NO DE LOS
BUENOS PENSAMIENTOS
Ellos habían recibido en un
sentido material las palabras espirituales de los profetas, que se referían
a la corrección del espíritu y del cuerpo, diciendo: "Lavaos y sed puros" (Is 1,16);
y: "Purificaos los que lleváis
los vasos del Señor" (Is 52,11), y observaban solamente estos
preceptos lavándose el cuerpo. Pero es inútil esta purificación externa y
no de los buenos pensamientos, en efecto en vano purifican sus vasos, si
descuidan el lavar las verdaderas manchas de sus cuerpos, esto es, las del
espíritu.
Entonces los fariseos y los
escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no proceden de
acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las
manos impuras?”
Ciegos los fariseos y
escribas! Objetan al Hijo de Dios, porque no observan las tradiciones y
preceptos de los hombres. Pero Jesús, es muy claro frente a los soberbios
fariseos, y los increpa y les dice: “¡Hipócritas”. Como no era de
trasgresión de la ley, sino de las tradiciones de los antiguos de lo que
acusaban injustamente a los discípulos, los humilla llamándolos “hipócritas”,
porque recomendaban con cierto respeto lo que no convenía. Añade la palabra
de Isaías como dirigida a ellos, y que viene a decir: ! Bien profetizó de ustedes
Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los
labios, pero su corazón está lejos de mí”.. Así como aquellos de
quienes se dice que honran a Dios con los labios, pero que tienen bien
lejos de El su corazón y se jactan en vano de observar las reglas de la
piedad, no observando sino las doctrinas de los hombres, “Ustedes
dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los
hombres”. Y de este modo, ellos abandonan el mal interior que puede
curarse, y acusan a los que respetan la justicia.
4. ES NECESARIO UN CORAZÓN PURO PARA VER LAS COSAS
DE DIOS
Jesús, nos da una gran
enseñanza, es el corazón el que tiene que estar siempre con Dios, con una
incondicional adhesión, con todo el afecto, con total entrega, con mucha
generosidad y profundamente sincero. Pero es necesario un corazón puro para
ver las cosas de Dios, con un corazón limpio de todo aquello que lo mancha,
lo oscurece. El que tiene el corazón enrarecido y manchado, no puede ver a
Dios. El que ve solo las cosas terrenales, el que está solo preocupado de
los bienes materiales, del buen vivir y de los gozos superficiales, no
comprende las cosas de Dios. “Solo
los que tiene el corazón limpio verán a Dios” (Mt 5,8)
Después de la exposición
anterior, Jesús llama a la muchedumbre; “Escúchenme todos y
entiéndanlo bien” y les expone una pequeña parábola.
“Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo”.
La apatía del pueblo no pidió
más explicaciones de la misma. Pero,
ya en casa, los “discípulos,” acaso a iniciativa de Pedro, le piden una
explicación de la misma. “Tomando
Pedro la palabra, le dijo: Explícanos la parábola. Mateo (SBJ) 15,15)”. Y
la explicación se la hace detalladamente, no sin antes dirigirles una
amonestación de afecto y enseñanza: “Él
dijo: ¿También vosotros estáis todavía sin inteligencia? En realidad, el sentido fundamental de lo
que había expresado en esa pequeña parábola era claro. Pero esto hace ver
la necesidad de educación que tenían los apóstoles como la necesidad de
educación que aún tenemos nosotros.
Los rabinos daban un valor
excepcional a ciertas purificaciones de cosas y de manos, se decía: “Si
alguno come pan sin lavarse las manos, es como si fuese a casa de una mujer
de mal vivir.” “Quien desprecia la purificación de las manos será extirpado
del mundo.” “Hay demonios encargados de dañar a los que no se lavan las
manos antes de las comidas.” En una ocasión un rabino llamado Eleázar, que
despreció esta purificación, fue excomulgado por el sanedrín, y, después de
muerto, se colocó una gran piedra en su féretro para indicar que había
merecido la pena de la lapidación. Así es, como para los israelitas, e
inclusos para las primera comunidades judeo-cristianas era un situación
ardiente la impureza legal y la de los alimentos.
5. ENTRA EN LA BOCA NO MANCHA AL HOMBRE, LO QUE DEL
HOMBRE SALE, ESO ES LO QUE MANCHA AL HOMBRE
¿Para qué tanta purificación?,
¿porque que hay que purificarse las manos al venir del mercado? ¿Por su
contacto con los alimentos?, ¿es que los alimentos contaminan?. ¿Hay algo
de verdad en esto? Dios creó todas las cosas, como los alimentos para
servicio del hombre como responsable de sus actos morales. Dice el Génesis
que Dios crea todas las cosas y “están bien,” son buenas y esos alimentos
como dice el Señor si entra en la boca no mancha al hombre, lo que del
hombre sale, eso es lo que mancha al hombre; “Porque es del interior, del
corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones,…… Todas
estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.
Esta enseñanza de Jesús iba a
tener repercusiones muy grandes, porque afectaba a las mismas órdenes
legales mosaicas sobre lo puro e impuro. Pero había de terminar su valor
disciplinario y ritual, máxime cuando se hacía carga insoportable, como
dice Jesús en Mateo 23, 4 “Preparan
pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de
la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas”. Si
Jesús no quiso abolir de momento todo aquello, el principio había quedado
asentado por Jesús.
Estas tradiciones rabínicas,
eran tan caprichosas, que “anulaban la ley de Dios,”
tenían que ser arrancadas por inútiles y perjudiciales para el Reino, pues
a veces anulaban la verdadera religiosidad.
Con todo esto, Jesús nos
quiere dar una lección que no es menos importante, a Dios se le debe adorar
en espíritu y en verdad y no solo con observancia externa de los ritos. No
quiere decir Jesús que él está contra los ritos, ni contra las
manifestaciones externas de la ley, solo quiere poner las cosas en su lugar.
Es el corazón el que debe estar siempre con Dios, con afecto, entrega,
generosidad y un amor muy profundo. Es el corazón el que debe estar puro
para ver las cosas de Dios. Preocuparse de las cosas de la tierra, es tener
tierra en el corazón y, “los que tienen
el corazón limpio verán a Dios” (Mt 5, 8)
6. LO MALO A LOS OJOS DE DIOS LO ENSUCIA NUESTRO
CORAZÓN
Lo triste, es que hoy vivimos
una realidad extremadamente preocupante, hombres manchando a los hombres y
hombres que se dejan manchar por otros, juzgamos a nuestros hermanos por
sus apariencias, y por hacerlo así nos equivocamos al emitir nuestros
juicios, vemos malicia donde no la hay, transformamos situaciones buenas en
malas por pensar retorcidamente o porque le tenemos mala voluntad. Lo peor
es que permanecen vigentes las palabras del Señor de los últimos versículos
de este fragmento del evangelio, “del corazón del hombre, proceden los
pensamientos malos, las fornicaciones, los robos, los
homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las
deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino”..
Todas estas maldades proceden del hombre y manchan al hombre. Es decir,
estamos pasando por un embrutecimiento moral culpable, que desprecia el
ideal de vida que Dios quiere para nosotros.
Ante esto, es que Jesús nos
aclara que nada hay sucio o impuro en el exterior de los hombres, lo malo a
los ojos de Dios lo ensucia nuestro corazón, como dice el mismo Jesús. “Porque
es del interior, del corazón de los hombres”. En efecto la santidad
reside en lo interior, sin embargo la maldad y el pecado procede del
atrevimiento.
Y todos estamos llamados a la
santidad. “La voluntad de Dios es que
todos sean santos” (1 Tes 4,3). Así también nos lo ha pedido Jesús: “Sean perfectos, como es perfecto el
Padre de los cielos” (Mt 5, 48).
No tenemos excusas para no
pensar y decidirnos a caminar por senderos de santidad, por elegir una vida
cristiana y evangélica. No permitamos que nuestro trabajo o que otros
agentes externos se conviertan en dificultades para vivir haciendo el bien,
sin dejar de pensar que lo que santifica no es tanto lo que hacemos, sino
que con el espíritu con que lo hacemos, con la buena intención y voluntad y
el amor que ponemos en hacer las cosas, sin preocuparnos sin son sencillas
y humildes, porque justamente las cosas simples tiene un valor admirable si
se hacen con amor.
El Señor
les Bendiga, Cristo Jesús, viva en nuestros
corazones
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
|
PARA
LA LECTIO DIVINA (3)
|
LA PALABRA DE DIOS
La Palabra que hemos escuchado hoy nos invita a mirar en nuestro
corazón con sinceridad. ¿Qué es lo que lo ocupa? ¿Por qué se afana? Son preguntas
que liquidamos con excesiva facilidad porque «tenemos muchas cosas que
hacer».
La Palabra de Dios pide ser escuchada con el corazón, pide un
espacio, pide un poco de tiempo. Nuestro obrar, en verdad, no es
especialmente cuestión de brazos o de mente, sino de corazón. Es el corazón
el que anima lo que decimos, hacemos, decidimos. El corazón es la sede de
la conversión, de la decisión fundamental de acoger la Palabra de Dios y
ponerla en práctica. Y la Palabra de Dios, cuando habita en el corazón, lo
cura, lo libera de los sentimientos egoístas, de la rivalidad, del
desinterés por el otro: sentimientos que nos impiden experimentar la
realidad más grande y determinante: el Señor está cerca.
La Palabra de Dios, si le dejamos sitio en nuestro corazón, nos
enseña a invocar al Señor y a ver al prójimo. Nos hace conscientes de que
estamos bautizados y nos da la fuerza necesaria para vivir de manera
coherente.
Nos hace comprender cómo hemos de obedecer a la ley de Dios, la ley
definitiva del amor, ese amor con el que Jesús fue el primero en amarnos.
|
ORACION (3)
|
Venimos a ti, Señor, con el corazón que tenemos,
repleto de sentimientos que nos esforzamos en reconocer y purificar a la
luz de tu Palabra. No somos gente que te sea extraña: somos tus hijos,
somos miembros del cuerpo de Cristo en virtud del bautismo que hemos
recibido, formamos parte de tu Iglesia; sin embargo, cuántas veces estamos
lejos de ti con el corazón y no nos damos cuenta de que tú estás siempre
cerca de nosotros, tú, el único de quien tenemos una atormentadora
necesidad.
Repítenos una vez más que no te encontraremos
multiplicando prácticas religiosas, sino abriendo el corazón a tu Palabra,
orientando la vida según lo que te agrada, preocupándonos del hermano y de
la hermana. Repítenos que el amor -y sólo el amor- nos hace puros. Y
nosotros, acogiendo tu don, renovados en la mente y en el corazón, te
diremos: «Tú eres nuestro Señor”
|
FUENTES
DE LA PAGINA
|
La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd,
(4) Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo.
No responda este correo, si desea comunicarse,
escriba a caminandoconjesus@vtr.net
|
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