MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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29-01-2021

Edición N.º MD 8.147

LITURGIA DE LAS HORAS

        

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Viernes 3ª semana del tiempo ordinario ciclo B

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1. 6

Canten al Señor un canto nuevo. Cante al Señor toda la tierra. En su presencia hay esplendor y majestad; en su santuario, poder y hermosura.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, ordena nuestra vida según tu voluntad, para que en nombre de tu Hijo amado, podamos en abundancia frutos de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Heb 10, 32-39

Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos: Recuerden los primeros tiempos: apenas habían sido iluminados y ya tuvieron que soportar un rudo y doloroso combate, unas veces expuestos públicamente a injurias y atropellos, y otras, solidarizándose con los que eran tratados de esa manera. Ustedes compartieron entonces los sufrimientos de los que estaban en la cárcel y aceptaron con alegría que los despojaran de sus bienes, sabiendo que tenían una riqueza mejor y permanente. No pierdan entonces la confianza, a la que está reservada una gran recompensa. Ustedes necesitan constancia para cumplir la voluntad de Dios y entrar en posesión de la promesa.

Porque todavía falta un poco, muy poco tiempo, y el que debe venir vendrá sin tardar. Mi justo vivirá por la fe, pero si se vuelve atrás, dejaré de amarlo. Nosotros no somos de “los que se vuelven atrás” para su perdición, sino que “vivimos en la fe” para preservar nuestra alma.

Palabra de Dios.

COMENTARIO: Los destinatarios de la carta soportan con dificultad las pruebas. El autor trata de sostenerlos en su fidelidad, recordándoles el camino de la fe que ellos ya han recorrido.

Todo lo humano lleva la marca de la caducidad y el cansancio. El entusiasmo también. Las ideas que un día enardecieron pueden hacerse rutina sin relieve, el fuego queda reducido a cenizas. ¿Para qué tanto esfuerzo?

SALMO Sal 36, 3-6. 23-24. 39-40

R. La salvación de los justos viene del Señor

Confía en el Señor y practica el bien; habita en la tierra y vive tranquilo: que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón. R.

Encomienda tu suerte al Señor, confía en él, y él hará su obra; hará brillar tu justicia como el sol, y tu derecho como la luz del mediodía. R.

El Señor asegura los pasos del hombre en cuyo camino se complace: aunque caiga no quedará postrado, porque el Señor lo lleva de la mano. R.

La salvación de los justos viene del Señor, él es su refugio en el momento del peligro; el Señor los ayuda y los libera, los salva porque confiaron en él. R.

ALELUYA Cfr. Mt 11, 25

Aleluya. Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

EVANGELIO Mc 4, 26-34

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Jesús decía a sus discípulos: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha”. También decía: “¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra”. Y con muchas parábolas como éstas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.

No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

Palabra del Señor.

COMENTARIO: Jesús ya ha inaugurado el Reino, pero su mensaje encuentra, de día en día, mayor incomprensión. Se espera otra cosa. Es el momento en que el Maestro trata de identificar su obra mesiánica. La parábola del agricultor paciente (vv. 26-28), subraya el lento crecimiento del Reino, a ejemplo de la semilla, en el humilde secreto de la tierra; todo se desarrollará en el aparente silencio de Dios y sin medios espectaculares. Por otra parte, la parábola del grano de mostaza (vv. 30-32), revela el contraste entre los humildes comienzos del Reino y la grandeza de su futuro.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe con bondad nuestros dones, Señor; y al santificarlos, haz que se conviertan en causa de salvación para nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 33, 6

Miren hacia él Señor y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos a los que somos vivificados por tu gracia, alegrarnos siempre con el don recibido. Por Jesucristo nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra”

“Mc 4, 26- 34”

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    SI LA TIERRA ES BUENA, TODO IRÁ BIEN; BASTA PONER EN ELLA LA SEMILLA DE LA PALABRA.

Este fragmento del evangelio se compone de dos parábolas y una explicación final sobre como enseñaba Jesús. En la primera parábola, propia del evangelio de san Marcos, no se refiere, como en las anteriores, a los apóstoles, sino que es una enseñanza en general. A esto mismo lleva el tema de la misma. El contenido de esta parábola no es explicado por Jesús como en otros casos, esto da origen a enfoques muy personales de interpretación, tal vez sea considerada auto- explicativo. Sin embargo, podemos decir también, que El reino de Dios es la Iglesia, la semilla es la predicación, la tierra somos los oyentes y el hombre que siembra, es Jesucristo, o, en general, los predicadores; la recolección, la muerte o el juicio; Dios es el sembrador. Lo que se trata de comparar o ilustrar es: si la tierra es buena, todo irá bien; basta poner en ella la semilla de La Palabra.

2.    TODO SE HACE GRACIAS A DIOS.

“La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga”. Tal como lo expresa el Señor en esta parábola, la semilla germina por sí misma según el curso normal de las cosas, “sea que duerma o se levante, (el hombre) de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo” y lo hace por ese vigor virtual que ella tiene, de igual modo sucede al germinar y desarrollarse el Reino de los Cielos: el vigor interno vital de que está dotado le hará irse desarrollando necesariamente. Posiblemente entra también en el contenido de la parábola, en el sentido que el Reino de los Cielos va desarrollándose gradualmente como la germinación de la semilla. No es el hombre el que hace germinar ni desenvolverse ni la semilla ni el Reino, aunque condiciones externas puedan favorecerlo, sino el vigor vital de que están dotados. Todo se hace gracias a Dios. Un gran comentario a esta parábola son las palabras de San Pablo, cuando escribe: “¿Quién es Apolo y quién es Pablo? Ministros según lo que a cada uno ha dado el Señor. Yo planté, Apolo regó; pero quien dio el crecimiento fue Dios” (1 Cor 3:5.6). También dice luego san Pablo: “De modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que hace crecer”. (1 Corintios (SBJ) 3,7)

3.    SI DECIMOS QUE SI A LA PALABRA DE DIOS

El reino de Dios, una vez puesto en la tierra por Cristo, llegará necesariamente a su madurez. No podrán los seres humanos impedir la vitalidad y el crecimiento del mismo. La semilla crece en nosotros, pero es pequeña. Si decimos que si a la Palabra de Dios, Él le dará la fuerza necesaria y nosotros dispondremos de la fecundidad de esa semilla en nuestro Espíritu. La Palabra lleva en sí, una fuerza interior, que nos transforma la vida.

Pero esta lleva distintas etapas para desarrollarse, primero las oímos o la leemos, luego la conservamos en nuestro interior, la meditamos en profundidad, buscamos comprender su alcance y luego se nos convierte en vida.

El Señor quiere que sembremos en nuestro interior, es decir que atesoremos la Palabra en el mismo corazón, “porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. (Lucas (SBJ) 12), Y además también desea que lo hagamos en el corazón de nuestros hermanos, con la confianza de que contamos con el vigor de la semilla y de la siembra.

4.    “ES LA MÁS PEQUEÑA DE TODAS…. Y LLEGA A SER LA MÁS GRANDE DE TODAS”.

“Es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas”. La segunda narración es puramente parabólica. La enseñanza está en la comparación establecida entre la semilla “más pequeña” que crece hasta hacerse la “más grande de las hortalizas.” En orden a completar el cuadro descriptivo, se dice que se “extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra”. La comparación se establece entre lo “más pequeño” que viene a hacerse “lo más grande.” De igual modo sucedería con el Reino: en los comienzos es mínimo, son pocas personas las que se les unen, pero este va a ser muy grande, tanto que recibirán y cobijarán en él (Reino), multitudes.

Un buen ejemplo lo encontramos en la más pequeña simiente, el Evangelio, predicado por los Apóstoles, que eran los menos poderosos de entre los hombres, pero sin embargo, como su semilla tenían un gran vigor, creció y se extendió con su predicación por todas las partes del mundo. “creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas”. (Lucas (SBJ) 13,19) y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas. (Mateo (SBJ) 13)

5.    CON MUCHAS PARÁBOLAS COMO ÉSTAS LES ANUNCIABA LA PALABRA

San Marcos nos dice que “con muchas parábolas como éstas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.”. Por lo general, hacemos un gran esfuerzo para sembrar la Palabra, y nos tratamos de hacer entender con términos rebuscados, o por querer causar una buena impresión de lo que sabemos, o porque de algún modo queremos hacernos entender, y con todo eso, nos desanimamos al ver que no cosechamos el fruto que esperamos. Esto es así, porque no decimos las cosas con la misma sencillez que utilizaba el Señor para con las gentes y/o porque no confiamos en la vitalidad de la semilla. (La Palabra).

De ahí, que este pasaje es de gran interés para valorar la finalidad del método parabólico que utiliza Jesús en su enseñanza. Jesús sabe bien como hacerse entender pedagógicamente, es decir El habla para que le entiendan y utiliza los elementos de la naturaleza que a todos les son conocidos, tales como la levadura, el trigo, el grano de mostaza. Las parábolas son ilustrativas, pero al igual que en ese entonces, esto exige atención, buenas disposiciones, y también, en ocasiones, buscar nueva luz en ello.

6.    EL REINO DE DIOS, NO DETIENE SU CRECIMIENTO, LO HACE SILENCIOSAMENTE MIENTRAS NO NOS DAMOS CUENTA, DE DÍA Y DE NOCHE

Es posible, que no nos demos cuenta todo lo que ha resultado de nuestro trabajo de ir sembrando la Palabra, del mismo modo es posible que nunca veamos la cosecha de lo que hemos sembrado, o también puede suceder que otros recojan los frutos de nuestra siembra. Esto no debe ni desanimarnos ni quitarnos el empeño de seguir sembrando, a causa de esta labor, de seguro que tendremos cosecha. Dice san Pablo; “No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos.

Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe.” (Gálatas (SBJ) 6). Por eso, aunque suene arrogante, podemos pensar que hemos contribuido con nuestras enseñanzas, catequesis y oraciones, para que muchos miren al cielo o piensen en transformar su vida. No nos descorazonemos si no vemos los frutos de inmediato, y confiemos que hemos ayudado espiritualmente a quienes nos han oído, porque llegará el día que recemos; “La tierra ha dado su cosecha: Dios, nuestro Dios, nos bendice”. (Salmos (SBJ) 67,7)

El Reino de Dios, no detiene su crecimiento, lo hace silenciosamente mientras no nos damos cuenta, de día y de noche, y seguro que dará frutos a su debido tiempo. Y si nosotros no cosechamos lo que sembramos, otros cosecharán y recogerán los frutos de nuestro trabajo, eso no nos preocupe, lo importante es que estamos trabajando por el Reino. Dice el Señor; “Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado” (Juan (SBJ) 9, 4).

7.    JESÚS EN PRIVADO, LES EXPLICABA TODO.

Dice San Marcos, que a sus propios discípulos, Jesús “en privado, les explicaba todo”. Los apóstoles, en privado piden nuevas aclaraciones. Por eso, aun siendo el método el mismo para los apóstoles y el pueblo, aquéllos logran más provecho, “les es dado (de hecho) conocer el misterio del reino de Dios”; Jesús trata con especial cuidado a sus apóstoles, los adoctrina y les enseña cercanamente, ellos son sus profetas y los ayuda para que puedan sobrellevar la gran responsabilidad que les está entregando. Nosotros también podemos recibir cercanamente la ayuda de Jesús, solo tenemos que iniciar una vida íntima con El, aproximándonos al Corazón de Jesús, manteniendo estrechas relaciones con El, comunicándole nuestro interior, abriéndole nuestro espíritu, no guardando ningún secreto, acostumbrándonos a hablar con Él, con honestidad, sencillez, con toda confianza.

La Paz de Cristo Jesús viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

DOS PEQUEÑAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO

Sólo haciendo nuestro el «deseo de Dios» expresado en tantas páginas del Antiguo Testamento, y de modo absolutamente particular en los salmos, es posible intuir qué grande debió de ser la alegría de los primeros judeocristianos cuando, iluminados por la gracia, reconocieron en Jesús al Mesías, al Esperado por todas las gentes, al Salvador prometido. Este descubrimiento suscitó un gran fervor; los nuevos cristianos se encaminaron con entusiasmo por el «camino nuevo y vivo». Pero muy pronto se dieron cuenta de que el camino era largo y fatigoso; la exaltación inicial cedió el paso al desaliento. Es la hora de la prueba, en la que es preciso resistir con paciencia. El autor de la carta a los Hebreos exhorta, por tanto, a sus interlocutores a perseverar con buen ánimo. Aunque el paisaje parezca estar desolado, cada paso les aproxima a la meta. Hay períodos en la vida de cada persona en los que se vuelve necesario aferrarnos con todas nuestras fuerzas a la virtud de la esperanza. Esta es, por así decirlo, el bastón del peregrino que se dirige hacia el Reino de los Cielos.

También las dos pequeñas parábolas del evangelio aluden a esta virtud. ¿No es acaso su presencia la que nos hace soportable el tiempo que discurre entre la siembra y la siega? Es preciso estar fuertemente motivados para perseverar cuando el desánimo, como un ladrón, viene a robarnos las pocas fuerzas de las que disponemos. Sólo la esperanza nos las puede restituir. Con todo, también ella debe tener un sólido fundamento. No basta con mantener fija la mirada en las realidades futuras, en el Reino que parece inalcanzable. Entonces, ¿en qué se puede apoyar la esperanza cristiana? En la experiencia de los peregrinos de Emaús, en la certeza de que aquel que nos llama a la meta es también nuestro silencioso compañero de viaje, y cuanto más duro se vuelve el camino, más presente se hace.

ORACION (3)

 

Señor Jesús, eterno Viviente, tú eres nuestra única esperanza. Por nosotros te escondiste como semilla en nuestra humana debilidad; experimentaste la persecución, el peso de la soledad y la aflicción de la pobreza; por nosotros aceptaste voluntariamente la muerte, por nosotros te hiciste Pan de vida que nos sostiene a lo largo del camino. Tú nos conoces en lo íntimo y ves nuestras tribulaciones y la fatiga que nos produce el compromiso de conservar la fe. Perdónanos si hemos dejado envejecer nuestro corazón, perdiendo el ardor y el entusiasmo de nuestro primer amor. Despierta en nosotros el hermoso recuerdo de nuestra enamorada juventud, para que nunca nada ni nadie pueda apartamos de buscar tu rostro. Quédate con nosotros en la hora de la prueba y concédenos la fuerza de tu Espíritu para serte fieles hasta la muerte. Contigo ni siquiera nuestra pobreza nos espanta ya: al ofrecértela, se convierte en el pequeño signo de nuestro infinito deseo de colaborar en la realización de tu Reino.

SANTORAL (4)

 

SAN VALERO

Obispo de Zaragoza 29 de enero

Autor: Jesús Martí Ballester

Los nombres de Valeriano, Valerio y Valero proceden de la noble estirpe romana de los Valerios, y derivan del verbo valere, de donde procede también el nombre de Valentín. En todos ellos subyace la idea de valiente, fuerte, eficaz, vigoroso.

OBISPO DE ZARAGOZA

San Valero, fue elegido obispo de Zaragoza, en el año 290, y dedicó su vida a predicar la fe cristiana y evangelizar a sus fieles. Había nacido en Zaragoza y murió desterrado en Anet (Eure y Loira), el año 315. Su biógrafo, el poeta cristiano-romano Prudencio, nos cuenta que pertenecía a la familia consular de los Valerios.

LA FORTALEZA CRISTIANA

Alcanzó una larga longevidad. Hubo de resistir durante su episcopado, la persecución de Diocleciano y Maximiano. Pero digno heredero de la tradición de fortaleza de los cristianos, sabiendo, como los mártires que le habían precedido, que estaba arriesgando su vida, no dejó nunca de predicar y de reconfortar a los perseguidos. Es el santo patrón de la ciudad de Zaragoza.

PERSEGUIDO POR DACIANO

Llegó a oídos de Daciano, gobernador de Hispania, que el obispo Valero y su diácono Vicente predicaban abiertamente la fe cristiana. Mandó detenerlos y conducirlos cargados de cadenas a Valencia, donde él residía. No se arredró Valero ante Daciano; pero éste, que entendía que hacer mártires cristianos fortalecía la fe que pretendía desarraigar, en vez de debilitarla; y no deseando ensañarse con un pobre anciano, lo condenó al destierro, reteniendo preso en Valencia a su discípulo y diácono Vicente, a que cruelmente martirizó.

DATOS ESCASOS DE SU VIDA

De su vida se nos han transmitido pocos datos, lo que no es extraño, teniendo en cuenta que estamos en los inicios del siglo IV. Los últimos años de su episcopado no podía cumplir con el cargo de la predicación, por un problema en la lengua, por lo que fue llamado "el tartamudo". Pero encontró un magnífico ayudante en el diácono Vicente, San Vicente Mártir, que fue traído por sus padres desde Huesca, para que lo educara. Como hemos dicho anteriormente en esta época, a principios del siglo IV, todo lo cristiano resultaba una clara amenaza para el imperio romano y Diocleciano y Maximino desencadenaron una cruel persecución contra la Iglesia, principalmente contra obispos, presbíteros y diáconos. Valero y Vicente fueron llevados prisioneros a Valencia para ser juzgados por un tribunal. Vicente halló el martirio y Valero fue desterrado a Enate, pueblo cercano a Barbastro. Como San Valero por su problema de locución, no se pronunció ante el tribunal valenciano, tomó Vicente la palabra y dirigió su atención principal hacia él, y pagó con la vida su discurso, siendo San Valero desterrado.                                                                                                                                                                                                                                                                 

CONCILIO DE ELVIRA

Sabemos que estuvo presente en el primer Concilio español del que existe noticia: el de Elvira, en Granada. Prudencio, en su Peristéphanon nos dice que Vicente, natural de Huesca y martirizado en Valencia era su diácono. Juntos fueron apresados en Zaragoza y le acompañó en su cautiverio hasta la ciudad del Turia durante la persecución de Diocleciano, y en donde salvó la vida, tal vez en vista de su ancianidad. Hubo más de un obispo cesaraugustano con el nombre de Valero, en la Edad Antigua. Y no hay duda -por las Actas del Concilio de Elvira- acerca de que era un Valero quien gobernaba la diócesis Zesarausgustana a comienzos del siglo IV.

RETIRADO A LA ORACION Y PENITENCIA

Valero se retiró al pueblo de Anet, donde se entregó unos doce años a la oración y penitencia en el templo que había hecho edificar en honor de su diácono el mártir Vicente, una vez conocido su martirio, hasta su fallecimiento en el año 315. Murió lleno de años y méritos. Su cuerpo fue sepultado cerca de Anet, en el castillo de Strada, de donde fue trasladado a Rota en 1065 y de allí a Zaragoza en 1170 por orden del rey Alfonso II de Aragón.

SUS RELIQUIAS

Después de la invasión musulmana, cuando acababa de nacer el Reino de Aragón, llegaron noticias de que se habían descubierto sus restos en el Pirineo. Se supuso que el obispo había sido exilado a aquellas tierras poco hospitalarias. En 1050, lo que se creyó que era su cuerpo venerable fue llevado a la sede episcopal de Roda de Isábena, entonces cabeza eclesial de Aragón. Sus reliquias, entonces muy veneradas y solicitadas, sufrieron varios traslados, sobre todo durante la ocupación de España por los árabes. Estuvieron primero en el castillo de Estrada y posteriormente fueron trasladados a Roda de Isábena, entonces cabeza eclesial de Aragón.

LA ENTRADA DE ALFONSO I

Cuando las tropas de Alfonso I y de Gastón de Bearn entraron en Zaragoza en 1118, la restauración de la diócesis cristiana exigía la presencia física de las reliquias de San Valero. El capítulo de Roda fue generoso y envió, en sucesivos momentos, primero un brazo y, más tarde, en 1170, ya bajo el cetro de Alfonso II, el cráneo del obispo confesor. Cuando Don Pedro de Luna fue elegido papa, regaló a la Seo, en 1397, el relicario para guardar el cráneo del obispo patrono y protector de Zaragoza. Hecho por orfebres y esmaltadores del taller de Aviñón, en plata sobredorada y con pedrerías, es una de las mejores piezas góticas que guarda Aragón

SU RETRATO EN EL MUSEO

Un retrato de San Valero, que reproduce los rasgos de Benedicto XIII, se guarda en el Museo Capitular de Zaragoza. Su festividad se celebra el día 29 de enero en la ciudad de Zaragoza, siendo este día el postre popular de todos los zaragozanos el típico "Roscón de San Valero". Ya es tradición que en la plaza del Pilar se reparta cada año un gran roscón bendecido y repartido entre 10.000 personas y que se coloca a las 10 de la mañana en la Plaza del Pilar.Un santo tan burgalés como el Cid, su contemporáneo, y cuyo sepulcro se venera en la iglesia de su nombre en Burgos, ciudad de la que es patrón. Ahora bien, como suele ocurrir con los santos, su lugar de nacimiento es muy otro, y al saber que Lesmes es una adaptación fonética de Adelelmo, quizás empiece a sonarnos a menos castizo y castellano.

En realidad era del otro lado de los Pirineos, de Loudun, en el Poitou, y debía de llamarse Adelelme, o, aún más a la francesa, Aleaume. Nació de una familia acaudalada, y después de repartir sus bienes entre los pobres vistió las ropas de uno de sus antiguos criados y fue en peregrinación a Roma.

Más tarde fue monje y llegó a ser abad del monasterio de La Chaise-Dieu, fundada por el Beato Roberto, en la Auvernia, hasta que Constanza, que era de origen borgoñón, la esposa del rey castellano Alfonso VI, le llamó a España para introducir la liturgia romana en sustitución de la mozárabe.

Lesmes fundó en Burgos el monasterio benedictino de San Juan Evangelista, y allí se dedicó a atender a las necesidades de los peregrinos de Santiago, quizá recordando los lejanos tiempos en que él también peregrinaba, y al cuidado de los enfermos. El despliegue de caridad religiosa al servicio de todos y especialmente de los enfermos, hasta su muerte el año 1097, le mereció el ser considerado por Burgos como su Santo Patrono.

Este francés, al que imaginamos siempre con los severos, rígidos trazos de la iconografía románica, se identificó tanto con su ciudad de adopción que casi hemos llegado a olvidar que vino de otras tierras; para hacer a Castilla y a España más universal, según el modelo de Roma, y para fundirse servicialmente con la etapa de Burgos en el camino de Santiago, viendo cómo su nombre se iba transformando en boca de los burgaleses, haciéndose pronunciable para ellos, hasta quedar convertido en un signo más de su entrega total a una misión.

Un siglo después se hace célebre en Burgos otro San Lesmes, compañero de retiro en la sierra de la Demanda, de San Julián, el futuro obispo de Cuenca y antiguo profesor de Teología en el Estudio General de Palencia. Con motivo de una grande hambre, el segundo san Lesmes destaca por sus esfuerzos en remediarla, procurando provisiones para los pobres.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,

(4) Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

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