MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

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"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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30-1-2023

Edición  9.504

LITURGIA DE   LAS HORAS

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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47

Sálvanos, Señor y Dios nuestro, congréganos de entre todas las naciones, para celebrar tu santo nombre y alegrarnos en tu alabanza.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Heb 11, 32-40

Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos: Me faltaría tiempo para hablar de los Jueces y de los Profetas que Dios envió a su pueblo. Ellos, gracias a la fe, conquistaron reinos, administraron justicia, alcanzaron el cumplimiento de las promesas, cerraron las fauces de los leones, extinguieron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada. Su debilidad se convirtió en vigor: fueron fuertes en la lucha y rechazaron los ataques de los extranjeros. Hubo mujeres que recobraron con vida a sus muertos. Unos se dejaron torturar, renunciando a ser liberados, para obtener una mejor resurrección. Otros sufrieron injurias y golpes, cadenas y cárceles. Fueron apedreados, destrozados, muertos por la espada. Anduvieron errantes, cubiertos con pieles de ovejas y de cabras, desprovistos de todo, oprimidos y maltratados. Ya que el mundo no era digno de ellos, tuvieron que vagar por desiertos y montañas, refugiándose en cuevas y cavernas. Pero, aunque su fe los hizo merecedores de un testimonio tan valioso, ninguno de ellos entró en posesión de la promesa. Porque Dios nos tenía reservado algo mejor, y no quiso que ellos llegaran a la perfección sin nosotros.

Palabra de Dios.

COMENTARIO: En este pasaje, el autor recuerda a sus destinatarios, asediados por la tentación de volver al judaísmo clásico, que la fe invita al riesgo, para hacerse disponible a la novedad ya lo imprevisible. La fe no sólo es la adhesión a unas verdades; ella tiene sus testigos en todos los tiempos y apuesta por el futuro. Y el autor concluye: si tal ha sido la fe de los antepasados, su ejemplo vale, con mayor razón, para aquellos que han conocido la realización de la promesa. El autor quiere resaltar las predicciones hechas por el Maestro y la necesidad de perseverar hasta el fin.

SALMO SaI 30, 20-24

R. ¡Sean fuertes los que esperan en el Señor!

¡Qué grande es tu bondad, Señor! Tú la reservas para tus fieles, y la brindas a los que se refugian en ti, en la presencia de todos. R.

Tú los ocultas al amparo de tu rostro de las intrigas de los hombres; y los escondes en tu Tienda de campaña, lejos de las lenguas pendencieras. R.

¡Bendito sea el Señor; Él me mostró las maravillas de su amor en el momento de peligro! ¡Qué grande es tu bondad Señor! R.

En mi turbación llegué a decir: “He sido arrojado de tu presencia”. Pero Tú escuchaste la voz de mi súplica, cuando yo te invocaba. R.

Amen al Señor, todos sus fieles, porque Él protege a los que son leales y castiga con severidad a los soberbios. ¡Sean fuertes los que esperan en el Señor! R.’

ALELUYA Lc 7,16

Aleluya. Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo. Aleluya.

EVANGELIO Mc 5, 1-20

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. Él habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él, gritando con fuerza: “¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!”. Porque Jesús le había dicho: “¡Sal de este hombre, espíritu impuro!”. Después le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”. Él respondió: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región. Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: “Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos”. Él se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara –unos dos mil animales– se precipitó al mar y se ahogó. Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido. Cuando llegaron a donde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor. Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio. En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él. Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: “Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti”. El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.

Palabra del Señor.

COMENTARIO: Este hombre, poseído por el mal, puede encontrar en Jesús al liberador. La primera reacción de este hombre fue dejar su casa, su cultura, su tradición y emprender un nuevo camino. Pero Jesús le exige que proclame esta novedad en medio de su realidad cotidiana. No todos los que creían en Jesús eran llamados a «dejar todo», sin embargo, todos están llamados a predicar la novedad del Reino de Dios que actúa entre los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 30, 17-18

Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Señor, que no me avergüence de haberte invocado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el don de nuestra redención, te pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna, se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe. Por Jesucristo nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo?”

Mc 5, 1-20

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

1. LA REGIÓN DE LOS GERASENOS

Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos, este lugar estaba situado junto al Lago Tiberíades, y que, además, estaba enclavado en la Decápolis. Cuando Jesús en esta región, le sale un endemoniado. Es un vagabundo por los montes y regiones desérticas, dando gritos, hiriéndose con piedras, morando en “sepulcros”. Así llevaba “muchos años”. Al que pernocta en los sepulcros se dice que habita en él el “espíritu impuro”. La ferocidad del endemoniado era tal que, para evitar que se hiciesen daño a sí mismos o a otros, ya que atacaban a los caminantes, les habían atado con cadenas en varias ocasiones, pero las habían roto.

2. USAR PARA LA CURA MEDIOS MÁGICOS O EXORCISMOS

Los rabinos atribuían en ocasiones la enfermedad a influjo mágico o a vejación de demonios. De aquí el usar para la cura medios mágicos o exorcismos. Entre los medios mágicos se usaban, verbigracia, amuletos, en los que se escribían versículos de la Escritura, nombres de demonios, los cuales eran sólo conocidos de los rabinos. El exorcismo se solía hacer por medio de conjuros y encantamientos, mezclados de acciones supersticiosas, o por repetición de palabras sin sentido, pero en cuya acumulación y ritmo se pensaba que estaba el poder. Al oír estas palabras, el demonio debía huir.

3. JESUCRISTO USARÁ PARA CURAR A ESTE ENDEMONIADO SU MANDATO.

Cuando Jesús desembarcó, el endemoniado viendo y conociendo a Jesús “desde lejos”; viene corriendo y se postra ante él. Y “gritando” le dijo: “¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo?

La expresión “Dios Altísimo” es usada en los escritos rabínicos para denominar al Dios de los judíos. Se había hecho término usual y casi técnico, desde la época de los Macabeos, para expresar al Dios de Israel. También los paganos conocían al Dios de los judíos bajo este nombre. Aunque de suyo no era título mesiánico, en boca de este endemoniado debe de estar usado en este sentido. Pero no es usado aquí en el sentido de filiación divina, pues luego lo conjurará por Dios diciendo: ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!”

4. EL ENDEMONIADO “CONJURA” A CRISTO QUE “NO LE ATORMENTE.”

Y la razón es: Porque Jesús le había dicho: “¡Sal de este hombre, espíritu impuro!”. Aquí el exorcismo de Cristo es orden. El endemoniado le “conjura” por Dios. Manifiestamente este endemoniado cree en la virtud del nombre de Dios, máxime sobre Cristo, del que reconoce su grandeza y santidad al llamarle “Hijo de Dios.”

El endemoniado pide que “no le atormente.” La venida del Mesías comenzaba a contener esta obra demoníaca, es por lo que se encuentran “atormentados.” Y al tener su limitación antes del juicio final, es lo que les hace quejarse y temer que Cristo haya venido “antes de tiempo” a “atormentarles”, creyeron que había venido a juzgarlos.

5. EL PODER DE CRISTO SOBRE LOS DEMONIOS

Cristo le pregunta, no al endemoniado, sino al demonio, cuál sea su nombre. El conocer el nombre del demonio debía de tener importancia en los exorcismos judíos. Se ve la finalidad de esta pregunta de Cristo en aquel ambiente: al no decir el demonio su nombre y decir que son “legión,” el poder de Cristo sobre los demonios aparecerá más claro, por no usar el procedimiento de los exorcistas y por dominar en la colectividad de los “espíritus impuros.” El demonio no responde su nombre, pero ensaya ocultarse en la vaguedad de una colectividad. Dice “legión,” porque habían entrado en él muchos demonios. La respuesta no podía pasar de una bravuconearía. Pues constando la “legión” romana de 5.000 a 6.000 hombres, no se puede pensar en semejante invasión en un individuo.

Cuanto disfruta la maldad mientras no sea sorprendida por la justicia, e incluso, hace alarde y ostentación de fuerza cuando actúa libremente, pero en manos de la justicia y la verdad suplica porque conoce el castigo.

6. LOS DEMONIOS PIDEN, AL SER EXPULSADOS DE LOS ENDEMONIADOS

Lo que los evangelistas están destacando aquí ya es el poder total de Cristo sobre los demonios, ya que reconocen la sumisión a sus órdenes, pues le “suplicaban insistentemente” que “no los echase fuera de aquella región.” No lejos de allí había una piara de cerdos, que Marcos estima en cerca de dos mil. El número no resulta extraño, ya que este puede referirse muy bien a lo que es normal, el acoplar en uno todos los diversos rebaños del pueblo para facilitar su pastoreo y guarda.

Los demonios piden, al ser expulsados de los endemoniados, no ser obligados a ir al “abismo,” es decir, a cesar en su tarea de enemistad y odio al establecimiento del reino de Dios, y cuya prueba de su llegada, como Cristo dijo, es la expulsión de los demonios de los poseídos, piden también entrar en la manada de los cerdos. Sin duda, pretendían, al impulsarlos con una carrera desenfrenada a despeñarse y ahogarse en el lago, provocar una reacción hostil de las gentes contra Jesús, con las ventajas que de esto pudieran derivarse para su obra de mal. Pero se ve, por otra parte, que su acción en esta piara acusa, de modo más sensible, el movimiento diabólico de, literariamente, “expulsión” e “ingreso,” destacándose así la suprema autoridad de Cristo sobre los espíritus impuros.

7. ¿POR QUÉ LA GENTE HUYE?

Así esta escena viene a presentar a un tiempo a Cristo como Mesías (Mt 12:23.28) y como ejerciendo poderes de Dios: tanto sobre los bienes materiales como sobre el disponer del destino de los demonios en permitirles una acción temporal tentadora o en recluirlos definitivamente en el “abismo” (Lc).

Los pastores, despavoridos ante aquel suceso, en que no podían responder de la custodia de los ganados, partieron a la ciudad y a los campos a dar la noticia. ¿Por qué la gente huye?, por lo general es por el deseo de apartarse deprisa de lo que se considera molesto o perjudicial, para evitar un daño, un disgusto o una molestia

8. ANTE TAL SUCESO, LA GENTE SE PRESENTÓ EN EL LUGAR.

Se describe el asombro de la gente al encontrarse al endemoniado “sentado a los pies de Jesús, vestido y cuerdo”. Ante el asombro, no de la curación del endemoniado, sino de la manada despeñada y ahogada, le rogaron que se “retirase de su región,” pues “estaban sobrecogidos de un gran temor” (Lc). Y el ruego debió de ser repetido e insistente, como lo describe Marcos. No deja de ser extraña esta petición. Admitido el milagro, ¿por qué se obra así? Probablemente por el temor a que pudiese haber nuevas pérdidas en sus bienes materiales. Acaso vieron en él a un “profeta” judío que castigaba así el animal para ellos prohibido.

9. COMENZÓ A PROCLAMAR LO QUE JESÚS HABÍA HECHO POR ÉL, Y TODOS QUEDABAN ADMIRADOS.

Cuando Cristo, a sus ruegos, se embarcaba para retirarse de allí, el endemoniado ya curado le rogaba insistentemente que le dejase estar con él. Pero Cristo no accedió a esta petición. No podía, por propio impulso, seguirle como apóstol o “discípulo.” Pues no lo eligieron ellos a Él, sino El a ellos (Jn 15:16). Pero, si no con carácter oficial, de hecho lo hizo su “apóstol” en aquella región. Pues le mandó que fuese a los “suyos” y narrase lo que “Dios ha hecho contigo.” Este hombre curado vino a ser como constituido “apóstol” de Cristo en aquellas regiones. El evangelio dice: El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.

10. ¿CUANDO SENTIMOS TEMOR Y CUANDO SENTIMOS MIEDO?

Siempre hay temor de acercarse a los cementerio, se le teme a los muertos, como si las almas anduvieran errantes paseándose libremente, ¿por qué no pensar mejor que el alma de los buenos está en manos de Dios?, ¿Por qué no pensar que las almas de los pecadores, no habitan este mundo?, siendo la maldad, morada del demonio, la que le hace daño al alma, no podemos pensar que esta ayude a lo que le hace mal.

¿Cuándo sentimos temor y cuando sentimos miedo?, pareciera que es lo mismo una cosa que otra, sin embargo no es así, el temor está siempre en la mente, a modo de ejemplo, cuando sentimos inquietud, especialmente cuando estamos desprotegidos, el temor nos impide acercarnos a lo que consideramos que puede ser dañino, arriesgado o peligroso, esto es una cierta sospecha o un recelo de lo que podría suceder más adelante, en cambio el miedo pasa por nuestro cuerpo, es esa sensación angustiosa que sentimos a causa de la presencia, la amenaza o de la simple suposición del riesgo o del mal.

11. SEPAMOS VER EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR JESÚS, A EL SALVADOR, A NUESTRO REDENTOR

Tal vez no sea fácil comprender este Evangelio, donde Jesús derrota esos poderes que luchan contra el Reino de Dios, aún más, ¿cómo comprender a esos cuidadores que asombrados temieron la presencia del Señor Jesús y que luego huyeron?, de todas maneras, es mejor confiar en Jesucristo, en su protección que temer al demonio y mientras permanezcamos junto al Señor, no seremos tentados en nuestras fuerzas.

Sepamos ver en la presencia del Señor Jesús, a el Salvador, a nuestro Redentor y démonos cuenta cuando parece molesta la presencia de Jesús, ¿en qué ocasión de nuestras vidas?, seguramente cuando la tenemos demasiada cómoda, cuando por la presencia de Él, tenemos que darnos al que lo necesite en desmedro de lo nuestro, nos estorba la presencia de Jesús cuando tenemos que enfrentar nuestro egoísmo, especialmente para que no nos haga ver cómo somos frente los más necesitados.

12. EN EFECTO, PARA MUCHOS, JESÚS ES UNA COMPLICACIÓN PORQUE ESTÁN OBLIGADOS A ACTUAR BAJO EL BIEN.

Pero para nosotros, lo más hermoso es vivir en compañía del Señor, le pedimos que no se aleje y que se quede con nosotros, porque sin El nada somos y nada podemos esperar y para eso estamos dispuestos a todo, dispuestos a ser desprendidos porque nada es digno de Él, pues es Jesús la mayor riqueza y la mayor alegría a la que podemos aspirar.

Así nosotros suplicamos, quédate con nosotros Jesús, para que puedas santificarnos y para que nos ayudes a cumplir con la voluntad de Nuestro Padre.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

NOS ENCONTRAMOS CONSTANTEMENTE MUY FRÁGILES EN LA FE.

Mc 5, 1-20

…Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro… La gente fue a ver qué había sucedido. Cuando llegaron a donde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído…Su vida cambió radicalmente.

Es posible que hayamos encontrado al Señor a través de una experiencia que un día cambió radicalmente nuestra vida, o tal vez le hayamos acogido tras haber reflexionado sobre acontecimientos concretos, tras una seria confrontación con él. A buen seguro, la fe nos pidió renuncias a las que, en un primer momento, correspondimos con impulso generoso. Sin embargo, no resulta fácil perseverar día tras día, dar testimonio de Cristo en un contexto neopagano o bien tradicionalista, ligado a costumbres ahora vacías de alma. Poco a poco, los entusiasmos iniciales se han ido amortiguando, las incomprensiones nos hieren, el aislamiento nos desanima. Corremos el riesgo de encontrarnos poco convencidos y nada convincentes...

La fe tiene que ser reanimada continuamente: es como una antorcha que ha de estar en contacto a menudo con el fuego del Espíritu para mantenerse ardiente y luminosa. Tomémonos el tiempo necesario para alcanzar la fuerza de lo alto. Aprendamos a hacer memoria de tantos hermanos nuestros que nos han dado un espléndido ejemplo de perseverancia y -como en una carrera de relevos- nos han entregado la antorcha de la fe para que llevemos adelante su misma carrera. Volvamos con el corazón a las circunstancias de nuestro encuentro con Jesús y permanezcamos un poco en su presencia: el recuerdo de la gracia del pasado y la perspectiva del futuro que nos espera reanimarán nuestros pasos.

El Señor conoce nuestra debilidad; sin embargo, quiere que seamos misioneros suyos en el mundo. Él mismo nos sostendrá, para que podamos conseguir la promesa junto a los grandes testigos que nos han precedido y a los que vendrán después de nosotros, a los que nosotros mismos, si conseguimos perseverar, podremos entregar la vívida antorcha de la fe.

ORACION (3)

 

Señor:

Por tu gracia nos has llamado a la fe: renueva en nosotros la alegría de tu don, la fuerza para dar testimonio de él, la perseverancia para vivirlo en la hora de la incomprensión y de la prueba.

Concédenos una mirada penetrante, que sea capaz de reconocer en el pasado a los gloriosos testigos de tu misericordia y escrutar en el futuro la meta de la historia.

Haz que, habiendo recibido la antorcha de la fe de quienes nos han precedido, la entreguemos ardiente a las generaciones futuras, para que resplandezca tu luz a los ojos de todos.

Amen

Pedro

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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