ANTÍFONA DE ENTRADA
Sal 46, 2
Que todos los pueblos aplaudan y canten a
Dios con alegría.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por la gracias de la
adopción quisiste hacernos hijos de la luz; concédenos que no seamos
envueltos en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre en el
esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
LECTURA Gn 21,
3. 5. 8-20
Lectura del libro del Génesis.
En el tiempo anunciado por Dios, Sara concibió y
dio un hijo a Abraham, que ya era anciano. El niño creció y fue destetado,
y el día en que lo destetaron, Abraham ofreció un gran banquete. Sara vio
que el hijo de Agar, la egipcia, jugaba con su hijo Isaac. Entonces dijo a
Abraham: “Echa a esa esclava y a su hijo, porque el hijo de esa esclava no
va a compartir la herencia con mi hijo Isaac”. Esto afligió profundamente a
Abraham, ya que el otro también era hijo suyo. Pero Dios le dijo: “No te
aflijas por el niño y por tu esclava. Concédele a Sara lo que ella te pide,
porque de Isaac nacerá la descendencia que llevará tu nombre. Y en cuanto
al hijo de la esclava, yo haré de él una gran nación, porque también es
descendiente tuyo”. A la madrugada del día siguiente, Abraham tomó un poco
de pan y un odre con agua y se los dio a Agar; se los puso sobre las
espaldas, y la despidió junto con el niño. Ella partió y anduvo errante por
el desierto de Berseba. Cuando se acabó el agua que llevaba en el odre,
puso al niño debajo de unos arbustos, y fue a sentarse aparte, a la
distancia de un tiro de flecha, pensando: “Al menos no veré morir al niño”.
Y cuando estuvo sentada aparte, prorrumpió en sollozos. Dios escuchó la voz
del niño, y el Ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo: “¿Qué te pasa,
Agar?”, le dijo. “No temas, porque Dios ha oído la voz del niño que está
ahí. Levántate, alza al niño y estréchalo bien en tus brazos, porque yo
haré de él una gran nación”. En seguida Dios le abrió los ojos, y ella
divisó un pozo de agua. Fue entonces a llenar el odre con agua y dio de
beber al niño. Dios acompañaba al niño y éste fue creciendo. Su morada era
el desierto, y se convirtió en un arquero experimentado.
Palabra de Dios.
Comentario: A pesar de las envidias y mezquindades humanas,
Dios lleva adelante su plan. Él se manifiesta en el desierto, en el lugar
de la necesidad extrema, cuando la vida está amenazada. Él quiere caminar
con todas las mujeres desconsoladas, dar alivio a los afligidos y asistir a
los niños.
SALMO 33, 7-8. 10-13
R.
El Señor escucha al pobre que lo invoca.
Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó
y lo salvó de sus angustias. El Ángel del Señor acampa en torno de sus
fieles, y los libra. R.
Teman al Señor, todos sus santos, porque nada
faltará a los que lo temen. Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.
Vengan, hijos, escuchen: Voy a enseñarles el
temor del Señor. ¿Quién es el hombre que ama la vida y desea gozar de días
felices? R.
ALELUYA Sant 1,
18
Aleluya. El Padre ha querido engendrarnos por su
Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación.
Aleluya.
EVANGELIO Mt 8, 28-34
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Mateo.
Cuando Jesús llegó a la otra orilla del lago, a
la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que
salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese
camino. Y comenzaron a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has
venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?”. A cierta distancia había
una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: “Si vas
a expulsarnos, envíanos a esa piara”. Él les dijo: “Vayan”. Ellos salieron
y entraron en los cerdos: Éstos se precipitaron al mar desde lo alto del
acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para
llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda
la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera
de su territorio.
Palabra del Señor.
Comentario: Los cerdos simbolizaban la impureza, es decir,
todo aquello que no es digno de ser presentado ante Dios. El modo en que se
relata este exorcismo, nos hace ver que el poder de Jesús es más fuerte que
cualquier espíritu maligno y cualquier impureza. Él arroja los demonios al
fondo del mar, porque con él se inicia un tiempo nuevo, el tiempo del Reino
de Dios, donde todo lo malo ha pasado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios de bondad, que das eficacia a tus misterios, concede que
nuestro culto resulte digno de estos sagrados dones. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Bendice alma mía, al Señor, que todo mi
ser bendiga su santo Nombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Que la víctima divina que hemos ofrecido y recibido nos llene de
vida, Señor, para que unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan
eternamente. Por Jesucristo nuestro Señor.
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“¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?”
Mt 8, 28-34
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. FUERON A SU ENCUENTRO DOS ENDEMONIADOS
Cuando Cristo
desembarca en esta región, le salen estos endemoniados, al parecer llevaban
así muchos años. Se decía del que pernoctaba en los sepulcros, que en el
habita el espíritu inmundo. También se dice que la ferocidad de estos
endemoniados era tal que, para evitar que se hiciesen daño a sí mismos o a
otros, ya que atacaban a los caminantes como dice aquí Mateo, les ataban
con cadenas, pero como en otras ocasiones, tal vez aquí la las habían roto.
Los rabinos atribuían
en ocasiones la enfermedad a influjo mágico o a vejación de demonios,
entonces se utilizaba medios mágicos o exorcismos y hasta acciones
supersticiosas, o por repetición de palabras sin sentido para extraer los
demonios. Contrario a este procedimiento, Cristo usa para curar a estos
endemoniados su mandato.
2. ¿QUÉ QUIERES DE NOSOTROS, HIJO DE DIOS?
Este Evangelio también
lo relata Marcos y Lucas. En Mc se describe al endemoniado viendo y
conociendo a Cristo desde lejos; viene corriendo y se postra ante él. Y
gritando le dijo: Jesús, Hijo de Dios Altísimo ¿qué hay entre tú y yo? Te
conjuro en nombre de Dios que no me atormentes
La expresión Dios
Altísimo es usada en los escritos rabínicos para denominar al Dios de los
judíos. El expresar ¿qué hay para ti y para mí? significa que no tienen que
ver nada entre ellos. Y también le dice que no le atormente. El endemoniado
le conjura por Dios. Manifiestamente este endemoniado cree en la virtud del
nombre de Dios, máxime sobre Cristo, del que reconoce su grandeza y
santidad al llamarle Hijo de Dios. El endemoniado quiere contener a Cristo,
como si éste viniese a alterar los planes permisivos de Dios.
3. ¿HAS VENIDO AQUÍ A ATORMENTARNOS ANTES DE TIEMPO?
En Marcos y Lucas pide
el endemoniado que no le atormente. ¿En qué sentido? Mateo es el que da la
explicación: ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo? La tradición
judía reconocía que los demonios estaban condenados en el infierno, pero
admitía que algunos podían ejercer de tentadores y atormentadores de los
hombres (Job 1:10.12; 2:4). Sólo a la hora del juicio final será terminada
esta obra de tentación y daño a los hombres (2 Pe 2:4). Pero la venida del
Mesías comenzaba a contener esta obra demoníaca, como Cristo mismo dijo (Mt
12:28). Esta libertad condicionada de que gozaban antes del juicio final y
días mesiánicos, pero de la que ahora ya no va a gozar o la tienen muy
constreñida, es por lo que se encuentran atormentados. Y al tener su
limitación antes del juicio final, es lo que les hace quejarse y temer que
Cristo haya venido antes de tiempo a atormentarles.
4. SI VAS A EXPULSARNOS, ENVÍANOS A ESA PIARA
Relata el Evangelio: A
cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios
suplicaron a Jesús: Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara Los judíos
tenían prohibida la cría del cerdo, como animal impuro, pero no por la Ley,
sino por la tradición rabínica, aunque se ha hecho ver que, en la práctica,
esta prescripción era frecuentemente violada. Esta gran piara hace suponer
una población en gran parte pagana. Se sabe que en las ciudades de Gadara e
Hippos, de la Decápolis, había muchos gentiles, hasta incluso no ser judíos
la mayor parte de las gentes de esta región. Aunque la misión de Cristo
estaba destinada inmediatamente a los judíos, la excepción benéfica en
otras gentes se podía dar, como en el caso de la cananea (Mc 7:24,).Dos
preguntas se suelen hacer a este propósito: ¿Por qué los demonios piden
entrar en los cerdos? ¿Por qué Cristo permite aquí el daño anejo a sus
propietarios?
5. LA SUPREMA AUTORIDAD DE CRISTO SOBRE LOS ESPÍRITUS IMPUROS.
Si los demonios piden,
al ser expulsados de los endemoniados, no ser obligados a ir al abismo, es
decir, a cesar en su tarea de enemistad y odio al establecimiento del reino
de Dios, y cuya prueba de su llegada, como Cristo dijo, es la expulsión de
los demonios de los poseídos (Mt 12:28, par.), piden también entrar en la
manada de los cerdos. Era una transacción benéfica para los hombres. Pero,
sin duda, pretendían, al impulsarlos con una carrera desenfrenada a
despeñarse y ahogarse en el lago, provocar una reacción hostil de las
gentes contra Cristo, con las ventajas que de esto pudieran derivarse para
su obra de mal. Pero se ve, por otra parte, que su acción en esta piara
acusa, de modo más sensible, el movimiento diabólico de, literariamente,
expulsión e ingreso, destacándose así la suprema autoridad de Cristo sobre
los espíritus impuros.
6. JESÚS EJERCÍA EL PODER DE DIOS
El daño que se seguiría
en los propietarios no debía de ser tan cuantioso como a primera vista
pudiera parecer, ya que no supone que fuese toda la manada propiedad de un
solo dueño, sino, como es ordinario, se habrían agrupado los ganados de
diversos dueños. Naturalmente, no podrá darse una razón concreta de la
permisión de este daño en aquellos dueños. Pudo ser por castigo moral, para
quitar un excesivo apego a los bienes. Siempre son razones de providencia.
¿Por qué permite Dios o quiere una inundación, donde se destruirán bienes,
se ahogarán rebaños y morirán personas? Pero lo que tiene más valor es la
enseñanza teológica que se desprende de esta autorización o permisión de
Cristo. Los evangelistas valoran la importancia de las cosas según un ideal
espiritual. Nadie tiene el derecho de imponer a su prójimo el cambio de un
bien temporal por un bien espiritual, pero Dios tiene ese derecho: él había
permitido a Satán herir a Job en sus bienes e incluso en su carne. Los
evangelistas podían recordarse de esto, y se puede concluir que, en su
pensamiento, Jesús ejercía el poder de Dios.
Así esta escena viene a
presentar a un tiempo a Cristo como Mesías (Mt 12:23.28) y como ejerciendo
poderes de Dios: tanto sobre los bienes materiales como sobre el disponer
del destino de los demonios en permitirles una acción temporal tentadora o
en recluirlos definitivamente en el abismo (Lc).
7. LE ROGARON QUE SE FUERA DE SU TERRITORIO.
Los pastores,
despavoridos ante aquel suceso, en que no podían responder de la custodia
de los ganados, partieron a la ciudad y a los campos a dar la noticia. Ante
tal suceso, la gente se presentó en el lugar. Se describe en Lucas y Marcos
el asombro de la gente al encontrarse al endemoniado sentado a los pies de
Jesús, vestido y cuerdo. Ante el asombro, no de la curación del
endemoniado, sino de la manada despeñada y ahogada, le rogaron que se
retirase de su región, pues estaban sobrecogidos de un gran temor (Lc). Y
el ruego debió de ser repetido e insistente, como lo describe Marcos. No
deja de ser extraña esta petición. Admitido el milagro, ¿por qué se obra
así? Probablemente por el temor a que pudiese haber nuevas pérdidas en sus
bienes materiales. ¿Acaso vieron en él a un profeta judío que castigaba así
el animal para ellos prohibido?
8. JESÚS DERROTA ESOS PODERES QUE LUCHAN CONTRA EL REINO DE DIOS
Este Evangelio destaca
la grandeza de Cristo sobre los endemoniados. Del mismo modo como en el
Evangelio anterior se demostró el poder de Jesús sobre los elementos
naturales como el viento y el mar, ahora se da a conocer el poder del Señor
sobre los poderes vivos que luchan contra el Reino, se muestra el poder de
Cristo sobre las fuerzas del mal.
Tal vez no sea fácil
comprender este Evangelio, donde Jesús derrota esos poderes que luchan
contra el Reino de Dios, aún más, ¿cómo comprender a esos cuidadores que
asombrados temieron la presencia del Señor Jesús y que luego huyeron?, de
todas maneras, es mejor confiar en Jesucristo, en su protección que temer
al demonio y mientras permanezcamos junto al Señor, no seremos tentados en
nuestras fuerzas.
9. SEPAMOS VER EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR JESÚS, A EL SALVADOR, A NUESTRO
REDENTOR.
Démonos cuenta cuando
parece molesta la presencia de Jesús, en qué ocasión de nuestras vidas,
seguramente cuando la tenemos demasiada cómoda, cuando por la presencia de
Él, tenemos que darnos al que lo necesite en desmedro de lo nuestro, nos
estorba la presencia de Jesús cuando tenemos que enfrentar nuestro egoísmo,
especialmente para que no nos haga ver cómo somos frente los más
necesitados.
En efecto, para muchos,
Jesús es una complicación porque estamos obligados a actuar bajo el bien.
Pero para nosotros, lo
más hermoso es vivir en compañía del Señor, le pedimos que no se aleje y
que se quede con nosotros, porque sin El nada somos y nada podemos esperar
y para eso estamos dispuestos a todo, dispuestos a ser desprendidos porque
nada es digno de Él, pues es Jesús la mayor riqueza y la mayor alegría a la
que podemos aspirar.
Así nosotros
suplicamos, quédate con nosotros Jesús, para que puedas santificarnos y
para que nos ayudes a cumplir con la voluntad de Nuestro Padre.
La Paz de Cristo
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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