MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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4-1-2023

Edición  9.478

LITURGIA DE   LAS HORAS 

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ANTÍFONA DE EN TRADA Sal 111, 4

Brilla para los buenos una luz en las tinieblas: es el Señor bondadoso, com­pasivo y justo.

ORACIÓN COLECTA

Señor de bondad, te pedimos que ilumines a tus fieles y enciendas sus corazones con el esplendor de tu gloria, para que siempre reconozcan a su Salvador y lo amen de verdad. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA 1Jn 3, 7-10

Lectura de la primera carta de san Juan.

Hijos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como Dios mismo es justo. Pero el que peca procede del diablo, porque el diablo es pecador desde el principio. Y el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del diablo. El que ha nacido de Dios no peca, porque el germen de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. Los hijos de Dios y los hijos del diablo se manifiestan en esto: el que no practica la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.

Palabra de Dios.

COMENTARIO: Cuando el autor habla del pecado en esta carta no se refiere a las faltas leves, sino al pecado entendido como rechazo a Dios y al hermano. Los creyentes somos coherentes con nuestra condición de hijos e hijas de Dios, si vivimos en la justicia y en el amor a Dios y al prójimo.

SALMO Sal 97, 1. 7-9

R. ¡El Señor manifestó su victoria!

Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. R.

Resuene el mar y todo lo que hay en él, el mundo y todos sus habitantes; aplaudan las corrientes del océano, griten de gozo las montañas al unísono. R.

Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud. R.

ALELUYA Heb 1, 1-2

Aleluya. Después de haber hablado a nuestros padres por medio de los profetas, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo. Aleluya.

EVANGELIO Jn 1, 35-42

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Estaba Juan Bautista con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: Éste es el Cordero de Dios. Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: ¿Qué quieren? Ellos le respondieron: Rabbí –que traducido significa Maestro–, ¿dónde vives? Vengan y lo verán, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: Hemos encontrado al Mesías, que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas, que traducido significa Pedro.

Palabra del Señor.

COMENTARIO: La vida de Juan Bautista había suscitado, a su alrededor, un grupo de discípulos. ¿Qué camino seguirían ellos ahora que Juan daba testimonio claramente sobre quién era el esperado? Los discípulos de Juan se convierten en discípulos de Jesús. Para esto comienzan compartiendo la vida: Vengan y vean; se quedaron con él aquel día. Ellos también nos revelan algo sobre la identidad de Jesús: lo llaman Maestro y Mesías.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta con bondad, Señor, las ofrendas de tu pueblo y, por medio de este sacramento celestial, haz que se haga vida en nosotros cuanto proclamamos por la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Jn 4, 9

Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo para que tuvié­ramos Vida por medio de él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, que sales a nuestro encuentro en la participación de la Eucaristía, obra en nuestros corazo­nes su poderosa eficacia, para que, al recibirla, nos hagamos cada día más dignos del don que nos haces. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Hemos encontrado al Mesías, que traducido significa Cristo”

Juan 1, 35-42

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.    AL OÍR QUE ERA EL CORDERO DE DIOS SIGUIERON A JESÚS

Nuevamente, la escena es situada cronológicamente al día siguiente, es un relato algo esquemático, pero muy atractivo. El Bautista tiene ante sí una sí una concurrencia que no se precisa, posiblemente gentes que venían a su bautismo. Sin embargo, se detalla que con él estaban dos de sus discípulos. Es conocido a través de los evangelios la existencia de un círculo de discípulos del Bautista. Ante ellos, el Bautista, viendo que Jesús pasaba por allí cerca, fijó los ojos en El, y testificó ante estos discípulos que era el Cordero de Dios. Esta testificación ante estos dos discípulos parece ser un indicio de que éstos no estaban con él cuando testificó lo mismo ante una asistencia sin denominación, ya que, al mostrarlo así como el Mesías, le hubiesen, probablemente, seguido entonces.

Al punto de oír proclamar al Bautista a Cristo como el Cordero de Dios siguieron a Jesús. Seguir a uno, ir detrás de, era sinónimo, en los medios rabínicos, de ir a su escuela, ser su discípulo. La forma de aoristo en que se encuentra el verbo, lo siguieron, lo mismo que el simbolismo intentado por el evangelista en la redacción de sus relatos históricos, parece sugerir, más que el hecho de una curiosidad por conocer al Mesías, al haberse hecho sus discípulos (Mt 4:18.19.22 par.; Jn 1:43). Es además, un doble sentido que tiene el verbo seguir en este relato de San Juan. Podría haber también en ello una anticipación de este primer contacto, conjugado con la vocación definitiva y elección oficial, que narran los sinópticos y omite Juan. Lo mismo puede decirse de las otras vocaciones aquí narradas.

2.    “¿QUÉ BUSCÁIS?”

Conociendo Cristo, al volverse, que le seguían, pero un seguirle que le hizo saber que le buscaban a Él, les preguntó: “¿Qué buscáis?”

Le dijeron: Rabí, y el evangelista, interpretándolo para sus lectores asiáticos, lo vierte: que quiere decir Maestro, ¿dónde moras? El título de rabí o maestro de la Ley sólo lo tenían oficialmente los rabís que lo habían recibido de la autoridad religiosa después de un largo aprendizaje de años. Pero todo el que tenía discípulos era llamado rabí. Se lo usa como título de cortesía. Frecuentemente aparece Cristo llamado así por diversas gentes (Mt 17:24, etc.).

Aquellos discípulos del Bautista requerían tiempo y profunda intimidad en lo que querían tratar con él. No era oportuno tratarlo allí entre las afluencias que venían al bautismo de Juan. ¿Sería ello un indicio de ofrecimiento indirecto a seguirle como discípulos? Se diría lo más probable. Pues viviendo en un círculo de orientación al Mesías, bajo la dependencia del Bautista, se explicaría bien que, al ser mostrado por éste, se quisieran incorporar a lo que orientaba su vida de discípulos de Juan. La respuesta de Cristo fue: “Venid y ved.” Era la fórmula usual en curso: “Ven y ve, “tanto en el medio bíblico (Sal 46:9) como en el neotestamentario (Jn 1:46; 11:34) y rabínico.

3.    ESTOS DISCÍPULOS FUERON Y SE QUEDARON CON EL

Ante esta invitación, estos discípulos fueron y se quedaron con El aquel día. Y se señala que era como la hora décima.

Su morada debía de ser una de aquellas cabañas improvisadas, de cañas y follaje, en que pasar la noche.

La hora décima era sobre las cuatro de la tarde. Los judíos dividían el día en doce horas (Jn 4:6.52; 19:14), aunque vulgarmente, por dificultad de precisar estas horas, solían dividirlo en cuatro períodos u horas. Si esta escena tiene lugar uno o dos meses antes de la Pascua que cita luego (Jn 2:13ss), sería en febrero-marzo, en que el sol se pone unas dos horas después de la hora citada. En Jerusalén, la puesta del sol del 7 de abril, como se dice a propósito de la muerte de Cristo, es a las 6:23. Conforme a las costumbres de Oriente, hubieron de pasar aquella noche con El, pues ya declinaba el día (Lc 24:29).

El evangelista da el nombre de uno de estos dos discípulos del Bautista. Era Andrés, hermano de Simón Pedro.

4.    ¿QUIÉN ERA EL OTRO DISCIPULO?

Del otro no se da el nombre. ¿Quién era? A partir de San Juan Crisóstomo se suele admitir, generalmente, que se identifica con el otro discípulo anónimo del que se dice varias veces en este evangelio que era el discípulo al que amaba el Señor. A esto suelen añadir la vivacidad del relato, el fijar la hora en que sucedió; todo lo cual indicaría un testigo ocular. El anonimato en que queda sería como el signo que indica al autor mismo. Pero no puede decirse que sean razones decisivas.

Otra tendencia moderna tiende a identificarlo con el apóstol Felipe. Este y Andrés aparecen juntos en algunas listas apostólicas (Mc 3:18; ti. Hechos 1:13). En el cuarto evangelio, Felipe aparece frecuentemente al lado de Andrés (Jn 6:5-9; 12:20.21). Sin embargo, el encuentro que tiene al otro día Cristo con Felipe, al que manda seguirle, hace difícil esto (v.43).

5.    “HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS, QUE TRADUCIDO SIGNIFICA CRISTO”

Tal como comentaba al principio, el relato es esquemático, porque faltan detalles, la ausencia del lugar geográfico y tema de aquella conversación, lo que si queda claro son tres acciones, se sigue a Cristo, se va donde él está y se queda con EL.

A esto llevaría también la pregunta de Cristo: “¿Qué buscáis?” Se le llama aquí Rabí, y se le interpreta Maestro. Sería, en evocación del A.T., Cristo-Sabiduría, que llama a los hombres a sí para enseñarles. A esta pregunta de Cristo se respondería por estos dos discípulos, máxime si Felipe era el otro que fue a hablar con Cristo: “Hemos” encontrado al Mesías (v.41). Sería el tema del A.T., realizado ahora por Cristo: hay que buscar la Sabiduría para encontrarla.

El hermano de Pedro, Andrés, después de venir de estar con Cristo, encontró a Pedro. La presentación que de Cristo hizo el Bautista a Andrés, como el Cordero de Dios, fórmula mesiánica, y la confirmación que de su mesianismo tuvo en su conversión, le hizo volcarse, con todo el ardor de su nueva fe y con el fuego de su temperamento galileo, en entusiasmo y apostolado. Y, al encontrar a Pedro, le dijo con plena convicción: “Hemos encontrado al Mesías.” Y el evangelista vierte el término para sus lectores griegos: “que quiere decir el Cristo.”

6.    AL LLEGAR A SU PRESENCIA, CRISTO LE MIRÓ FIJAMENTE

Pero no quedó su fe en esta sola confesión. Andrés le condujo a Jesús. Al llegar a su presencia, Cristo le miró fijamente. Este verbo significa aquí un mirar profundo de Cristo, con el que sondea el corazón de Pedro y lo sabe apto para el apostolado y para la misión pontifical que le comunicará. Es el “mirar” de Cristo, con el que descubrirá en seguida a Natanael un misterio de su vida.

Y, mirándole así, le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú serás llamado Cefas, que quiere decir Pedro.”

El nombre de Simón era usual en Israel. Pero aquí le dice que es hijo de Juan mientras que en Mt le dice ser hijo de Yoná (cf. Mt 16:17).

El nombre de Cefas corresponde al arameo Kepha, roca, piedra. En Mc (3:16) y Lc (6:14), Cristo le da a Simón el nombre de Pedro al hacer la institución de los apóstoles en el sermón del Monte. En cambio, en Mt, en la lista de los apóstoles, se habla de “Simón, llamado Pedro” (Mt 10:2). Este anuncio del cambio de su nombre que se hace aquí ahora en este pasaje del cuarto evangelio.

7.    HABLA DE JESÚS A SU DISCÍPULOS Y SE LOS MUESTRA

Juan Bautista se nos muestra en este evangelio como un hombre generoso y no egoísta, habla de Jesús a sus discípulos y se los muestra, con esta acción los impulsa a seguirlo. Así como los discípulos de Juan siguieron a Jesús, nosotros también podemos seguirlo y convertirnos en sus discípulos. Pero no es suficiente con seguir a Cristo, es preciso convertirse de discípulo a apóstol para darlo a conocer y mostrársele a los demás, con nuestro testimonio de vida, con nuestras acciones, con nuestras palabras.

No tengamos miedo, Jesús se deja apreciar por todo aquel que lo quiere seguir, por todo aquel que lo busca, vayamos a Él con sencillez y Él nos hará sentir su Espíritu, nos llenara de su gracia, y seguro que saldremos entusiasmados, como Andrés a invitar a otro para que le conozca.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

LA LLAMADA DE DISCÍPULOS TRAS EL MAESTRO ES UN HECHO QUE SE REPITE EN TODO TIEMPO DE LA IGLESIA

Leyendo el evangelio uno queda fascinado por el misterio de la persona de Jesús y por su gran humanidad, que colma y satisface las aspiraciones fundamentales del hombre. Buscar quién es Jesús es descubrirlo a través del comportamiento de las personas que se encuentran con Él. Penetrar en el misterio de Jesús significa observar el mundo que lo rodea y descubrir el modo en que él se relaciona con los otros. La llamada de discípulos tras el Maestro es un hecho que se repite en todo tiempo de la Iglesia. Es importante que un testigo sepa leer los acontecimientos de su vida y, penetrando por experiencia en lo íntimo del corazón de Jesús, sepa indicarlo a los otros. También la misión del Bautista, cuando Jesús se presentó en el Jordán, estaba para terminar: el amigo del esposo debe saber retirarse cuando llega el esposo (d. Jn 3,29-30) para ceder el puesto a otro.

Jesús, que no es de este mundo sino que viene del Padre, debe tomar la iniciativa en la vida de todo hombre. Él pasa siempre entre nosotros, esperando que alguno recoja el testimonio de quien lo anuncia. En la vida de cada uno de nosotros hay un día, un encuentro que ha marcado un cambio radical de nuestra existencia: la llamada personal e imprevisible de Dios con vistas a nuestra misión. Con frecuencia Él, para llamarnos, se sirve de otros "Juan Bautista", que pueden ser los padres, un amigo, un sacerdote, un libro, un retiro espiritual u otra cosa, pero es Él quien nos llama a seguirlo para construir un mundo nuevo. El peligro es que pase en vano por nosotros, por no haberlo escuchado atentamente.

ORACION (3)

 

Señor, cada día somos llamados a optar por pertenecerte o rechazarte. Es absurdo, además de peligroso, intentar conciliar lo incompatible. Has puesto en nuestros corazones de creyentes una fuerza, un germen divino: tu Palabra vivificada por el Espíritu Santo. Ella nos posibilita resistir al antiguo tentador y vencer el mal.

Tú nos dijiste con palabras del evangelista Juan que “el que ha nacido de Dios no puede pecar” (l Jn 3,9), porque somos tus hijos y para nosotros vivir es pertenecerte. Esta impecabilidad, sin embargo, no es una realidad ya adquirida sino, más bien, una conquista personal por realizar día a día con tu ayuda y con renuncias, sacrificios, mortificaciones, haciendo fructificar las semillas que son tu Palabra y tu gracia. Recibimos las dos en el bautismo y continuamente las alimentas con las innumerables gracias actuales que tú, Señor, das a quienes creen en ti. Nuestro compromiso quiere ser, pues, el de decirte "sí" en el "dejamos hacer" por tu Espíritu, poniendo en práctica tu Palabra para "obrar en justicia", que es compromiso de amor fraterno y entrega de nuestra vida a quien tiene necesidad de nuestra ayuda.

Señor, haz que en nuestra existencia cotidiana te sepamos buscar siempre con el mismo deseo de los primeros discípulos. A veces te buscamos sin saber quién eres ni dónde podemos encontrarte. Haznos ver cuál es tu morada en nuestro mundo y haz que nuestras fuerzas estén siempre al servicio de los pequeños y de los pobres, entre los cuales has elegido vivir.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,

 

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