MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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06-03-2022

Edición Nº MD 9.239

LITURGIA DE LAS HORAS

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¿DE QUÉ PARTE NOS PONEMOS?

Al inicio de la Cuaresma, este evangelio pone delante de nuestros ojos toda la seriedad de la vida cristiana. Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino... contra los espíritus del mal que están en las alturas” (Ef 6, 12). Desde el Paraíso (Gén 3), toda la historia humana es una lucha entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás. La Cuaresma nos fuerza a una decisión: ¿De qué parte nos ponemos?

Pero en esta lucha no estamos a la deriva. Cristo ha luchado, para que nosotros luchemos; Cristo ha vencido para que nosotros venzamos. En este sentido, la liturgia de Cuaresma comienza haciéndonos elevar los ojos a Cristo, para seguirle como modelo y para dejarnos influir por el impulso interior de combate victorioso que quiere infundir en nosotros.

También se nos indican las armas para vencer a Satanás. A cada tentación Jesús responde con un texto de la Escritura. En estos días Cuaresmales se nos invita a alimentarnos con más abundancia de la Palabra de Dios, para que esta sea como un escudo que nos haga inmunes a las asechanzas del enemigo. El salmo responsorial nos recuerda la confianza que, ante la prueba, Cristo tiene en el Padre y que nosotros necesitamos para no sucumbir a la tentación: “me invocará, y Yo le responderé”. Necesitamos vivir la fe (segunda lectura), una fe hecha plegaria –«no nos dejes caer en la tentación»–, que es la que nos libra de la esclavitud del pecado y de Satanás, pues sólo la fe da la victoria (1 Jn 5,4).

Para ver la Reflexión completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este domingo pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS

 

 

I. RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 90,15-16

Me invocará, y yo le responderé. Estaré con él, en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; le haré gozar de una larga vida.

ACTO PENITENCIAL

·                  Tú fuiste tentado como nosotros. Señor, ten piedad.

·                  Tú te compadeces de nuestras flaquezas. Cristo, ten piedad.

·                  Tú cargaste con nuestras culpas. Señor, ten piedad.

No se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, concédenos que por la práctica anual de la Cuaresma, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo y vivamos en conformidad con él. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA Deut 26, 1-2. 4-10

Cuaresma es conversión, y nada ayuda tanto en nuestra propia conversión a Dios, como el recuerdo de todo lo bueno que Dios ha hecho por nosotros. Por eso, esta lectura es sobre Dios lleno de misericordia y liberador de su pueblo de la servidumbre egipcia. Esta servidumbre y liberación, simbolizan nuestras propias servidumbres al mal; y la obra de Cristo a favor de nuestra liberación anterior.

Lectura del libro del Deuteronomio.

Moisés habló al pueblo diciendo: Cuando entres en la tierra que el Señor, tu Dios, te da en herencia, cuando tomes posesión de ella y te establezcas allí, recogerás las primicias de todos los frutos que extraigas de la tierra que te da el Señor, tu Dios, las pondrás en una canasta, y las llevarás al lugar elegido por el Señor, tu Dios, para constituirlo morada de su Nombre. El sacerdote tomará la canasta que tú le entregues, la depositará ante el altar, y tú pronunciarás estas palabras en presencia del Señor, tu Dios: “Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y se refugió allí con unos pocos hombres, pero luego se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura servidumbre. Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y El escuchó nuestra voz. El vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, y nos hizo salir de Egipto con el poder de su mano y la fuerza de su brazo, en medio de un gran terror, de signos y prodigios. El nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me diste”. Tu depositarás las primicias ante el Señor, tu Dios, y te postrarás delante de El.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 90, 1-2. 10-15

Ante la acción de Dios, el salmo nos invita a confiar plenamente en el Señor. Participamos de esta oración, aclamando: En el peligro, Señor, estás conmigo.

R. En el peligro, Señor, estás conmigo.

Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: “Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío”. R.

No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, porque El te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. R.

Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes. R.

“Él se entregó a mí, por eso, Yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; me invocará, y Yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré”. R.

SEGUNDA LECTURA Rom 10, 5-13

Esta lectura aborda otro ángulo de nuestra conversión: no tenemos fuerza para con vertimos profundamente. No podemos mejorar nuestras vidas con facilidad. La conversión es un don de Cristo. El murió y resucitó para hacer posible nuestra conversión.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: Moisés escribe acerca de la justicia que proviene de la Ley: “El hombre que la practique, vivirá por ella”. En cambio, la justicia que proviene de la fe habla así: “No digas en tu corazón:

¿quién subirá al cielo?”, esto es, para hacer descender a Cristo. O bien: “,quién descenderá al Abismo?”, esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos. Pero ¿qué es lo que dice acerca de la justicia de la fe? “La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón”, es decir, la palabra de la fe que nosotros predicamos. Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: “El que cree en El, no quedará confundido”.

Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que coima de bienes a quienes lo invocan. Ya que “todo el que invoque el nombre del Señor se salvará”.

Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN Mt 4,4

El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO Lc 4, 1-13

Jesús es tentado en el desierto. Él fue allá para rezar largo y prepararse a una misión que implicaba luchar contra el mal. Así la Cuaresma es una invitación para orar por la conversión. Jesús venció la tentación y nos enseñó a superarla.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: “Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan”. Pero Jesús le respondió: “Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan”. Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: “Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá”. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a El solo rendirás culto”. Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de El, hasta el momento oportuno.

Palabra del Señor.

EL CREDO

Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada intención, pedimos: Enséñanos a confiar en ti.

·                  Para que la Iglesia, empujada por el Espíritu, al desierto de este mundo, se vea fortalecida en la lucha contra las fuerzas del mal. Oremos.

·                  Para que el espíritu de la Cuaresma ayude a los gobernantes y a los dirigentes sociales a practicar la austeridad en favor de los más necesitados. Oremos.

·                  Para que los desalentados, los tristes, los deprimidos, puedan superar esa situación confiando en Dios. Oremos.

·                  Para que todos nosotros vivamos esta Cuaresma con mayor espíritu de oración, penitencia y caridad. Oremos.

III. LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos que nos dispongas, Señor, para ofrecer convenientemente estos dones con los que iniciamos el camino cuaresmal.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO: LAS TENTACIONES DEL SEÑOR

V. El Señor esté con ustedes.

R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.

R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.

Él mismo, al abstenerse de alimentos terrenos durante cuarenta días, consagró con su ayuno la práctica cuaresmal, y al rechazar las tentaciones del demonio, nos enseñó a superar los ataques del mal, para que, celebrando con sinceridad el misterio pascual, podamos gozar un día de la Pascua eterna.

Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.

Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

RITO DE COMUNIÓN

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

LA PAZ

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CORDERO

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 4,4

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.

O bien: Cfr. Sal 90, 4

El Señor te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que reconfortados con el pan del cielo que alimenta nuestra fe, acrecienta nuestra esperanza y fortalece nuestra caridad, aprendamos a tener hambre de este pan vivo y verdadero y a vivir de toda palabra que sale de tu boca.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

IV. RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN

Canto final

 

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.

Lucas, 4, 1-13

 

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    EL TRIUNFO SOBRE SATANÁS

Ciertamente, este relato es uno de los más enigmáticos de toda la tradición evangélica. El relato que nos presenta el Evangelio de Lucas, es igual que el de Mateo, sólo que Lucas invierte el orden de las dos últimas tentaciones que relata Mateo.

Nuestro Señor Jesucristo, en Jerusalén triunfa por primera vez sobre Satán, y en Jerusalén, en el Calvario, triunfará definitivamente sobre él. Termina su relación diciendo que el diablo se retiró de él hasta el “momento oportuno”; pero, aunque falta el artículo, quiere señalar directamente la pasión, ya que, terminadas las tentaciones, Cristo comienza su vida pública.

Si en las “tentaciones” se lo presenta como el Mesías auténtico, profético, el triunfo triple sobre Satán lo presenta también como el Mesías vencedor contra Satán, en su lucha contra el reino. Pues “si arrojo a los demonios con el Espíritu de Dios es que ha llegado a vosotros el reino de Dios” (cf. Mt 12:28).

El diablo, el demonio, Satanás, significa, conforme a su etimología, “arrojador,” en sentido de acusador, calumniador o tentador. Su oficio es triple en la literatura rabínica: solicitar al hombre al pecado (cf. Zac 3:1; Job 2:6ss), acusarlo luego ante el tribunal de Dios y aplicar la muerte en castigo al pecado; de ahí llamarle “el ángel de la muerte.”

2.    CONDUCIDO POR EL ESPÍRITU AL DESIERTO

“Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días”.

Jesús, sometido en todo a la acción del Espíritu Santo, va “al desierto.” El Espíritu “lo lleva”, “fue conducido”. Se entiende que es el desierto de Judea. Va al desierto para ser “tentado” por el demonio. También podemos entender “tentado” ser sometido a prueba.

El desierto aparece en la literatura judía y oriental como lugar donde moraba: los malos espíritus, y en especial los demonios (Mt 12:43; Lc 11:24; cf. Is 13:21; Tob 8:3; Bar 4:35). Pero tiene también otro sentido mesiánico, además de lugar de penitencia y aislamiento. Las comunidades de esenios y Qumrán son un claro ejemplo de ello.

3.    “SI TÚ ERES HIJO DE DIOS, MANDA A ESTA PIEDRA QUE SE CONVIERTA EN PAN”.

El tiempo que establecen los evangelistas para esta tentación es de cuarenta días y cuarenta noches, cifra de ambiente bíblico. Así, el diluvio (Gen 7:12); la estancia de Moisés en el Sinaí (Ex 24:18); los años de Israel en el desierto (Núm 14:33-34); años de una generación.

Fue durante este período de cuarenta días cuando se dice que Jesús experimentó tentaciones. La primera está perfectamente situada. Jesús ayunó cuarenta días y sintió hambre. “Si eres Hijo de Dios,” le dice el tentador, con cuya respuesta esperaba saber si era el Mesías o no, que transforme estas piedras en pan. Sugerencia bajo capa de piedad: que no sufra un privilegiado hijo de Dios.

Jesús le contesta con un argumento de la Escritura: “Está escrito.” La palabra de Dios cierra toda discusión. “El hombre no vive sólo de pan, sino de toda palabra que sale de boca de Dios” (Dt 8:3). Cristo alude aquí al sentido espiritual de confianza en la omnipotencia de Dios, en función de otra vida superior, a la que hay que atender con preferencia. Que es lo que Jesús recordará más tarde junto al pozo de Siquem: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió” (Jn 4:34). Por eso dijo a sus discípulos: “Yo tengo una comida que vosotros no sabéis” (Jn 4:32).

Jesucristo pudo hacer el milagro. Pero éste no debe hacerse inútilmente. El abandono al Espíritu y a la Providencia fue el medio para rechazar la tentación. La Escritura, con todos los procedimientos y sentidos rabínicos, cerraba toda discusión.

4.    TE DARÉ TODO ESTE PODER Y EL ESPLENDOR DE ESTOS REINOS

Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: “Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá”

En la segunda tentación, (tercera en Mateo) el demonio interviene para que Jesús vea los reinos del mundo y su atracción. Se trata de un hecho análogo al que se lee en Ez 40:2;  y que se realizó “en visión”: “Me condujeron y me pusieron sobre un monte muy alto.” Es una visión imaginativa y fantasmagórica, ya que naturalmente es imposible; aparte que Lucas lo insinúa al decir que fue “en un instante”. “Te daré todo este poder y el esplendor….Si tú te postras delante de mí”, le dijo el tentador. Los judíos contemporáneos de Jesús esperaban un Mesías político y nacional, que aparecería con pompa dominación y prodigios. Así se presentaron una serie de pseudomesías, como se ve en los evangelios (Mc 10:35ss; Lc 24:21; Jn 6:15). No es que el diablo tenga dominio sobre el mundo. Únicamente en el sentido de que influye en sembrar el mal, Jesús le llamó “príncipe de este mundo” (Jn 12:31), y San Pablo le llega a llamar “Dios de este mundo” (2 Cor 4:4). Por eso Jesús, citando de nuevo la Escritura (Dt 6:13), desenmascara la falta de sus poderes y le ordena que se aparte: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto”.  Sólo a Dios se puede adorar y temer como fuente y dador de todo poder.

“Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de Él, hasta el momento oportuno”. No directamente, pero sí indirectamente, tentó luego a Jesús a través de los fariseos y saduceos, queriendo intimidarle en el desarrollo de su mesianismo; de las turbas, que querían hacerle rey temporal; de los que intervinieron en la pasión. Todos colaboraron a aquel momento, del que Jesús dijo: “Viene el príncipe de este mundo contra mí” (Jn 12:31).

5.    SI TÚ ERES HIJO DE DIOS, TÍRATE DE AQUÍ ABAJO

Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.

La tercera (segunda en Mateo) es de tipo espiritual. Aunque las expresiones “el demonio condujo a Jesús” de Lucas, el verbo “conducir o llevar” de puede también indicar incitar a algo.

Desde allí, el diablo interviene para que Jesús esté en la “Ciudad Santa,” Jerusalén, y sea “puesto” sobre el pináculo del Templo, la parte más alta, probablemente era la techumbre de uno de los pórticos dentados del recinto general del Templo, donde se lograría mejor la espectacularidad de la propuesta.

Según Josefo, (Historiador Judío) la vista del Cedrón desde el “pórtico real” causaba vértigo: más de 180 metros. Desde el “pináculo” despeñaron a Santiago el Menor el año 62, y éste debe de ser un punto de la muralla oriental.

En una de las concepciones rabínicas se contaba precisamente que el Mesías se revelaría estando de pie, sobre el techo del Templo, para anunciar a Israel que su redención había llegado. En aquel ambiente, y a la hora de los sacrificios, hubiese sido un prodigio tal que acusaría ser él el Mesías.

De nuevo Jesús rechaza la tentación con la Escritura: “No tentarás al Señor tu Dios,” que se refiere al Dt 6:16, y se alude con él al pasaje del Éxodo cuando, faltos de agua en el desierto, exigían los israelitas a Moisés un milagro. “¿Por qué tentáis al Señor” les dijo Moisés (Ex 17:2). Nuevamente Jesús, confiando en la providencia de Dios, rechazó la tentación. No era “confiar” en Dios arrojarse temerariamente, exponiendo su vida, y esperar que Dios milagrosamente lo salvase. Los ángeles protegen al “justo” (Sal 91:11ss), pero no al temerario suicida. Y esto suponiendo que no le propusiese tirarse, por lo descabellado, desde 180 metros.

6.    TENTACIONES MESIÁNICAS

¿Qué intención tienen los evangelistas al describir estas “tentaciones”? Algunos, en la antigüedad, pensaron en una victoria ejemplar y eficiente de Cristo sobre las tentaciones y pecados genéricos de los hombres: gula, vanagloria, soberbia, que cita San Juan (1 Jn 2:16). Así se podía Cristo compadecer de nosotros y animarnos en la lucha: “Confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16:33). Para otros significan la absoluta impecabilidad de Cristo: “¿Quién de vosotros me argüirá de pecado?” (Jn 8:46). Otros querían ver que en el desierto donde Israel fue tentado y pecó, Cristo supera aquella conducta. Y hasta se pensó que, contra el pecado del paraíso, él era el nuevo Adán.

La interpretación general, sin embargo, es que tienen un valor mesiánico. Jesucristo es tentado en cuanto Mesías, pues el diablo le dice: “Si eres Hijo de Dios,” palabras que se refieren directamente al Mesías, aunque en esta redacción literaria, van a tener el sentido del Mesías-Dios.

Se producen, además, en el desierto, símbolo y escenario de la edad mesiánica. Ya en tiempos de los profetas existía la tradición según la cual el tiempo de la restauración de Israel, los tiempos mesiánicos, se verán precedidos de un período más o menos largo en el que se repitan las experiencias del pueblo de Dios en su peregrinación por el desierto antes de entrar en la tierra prometida. Pero, sobre todo, esta corriente de ideas penetraba íntimamente la conciencia del judaísmo contemporáneo de Jesús. Estaban convencidos de que el Mesías había de venir del desierto y que inauguraría la era mesiánica repitiendo la fenomenología del desierto.

En este marco ideal del desierto es donde se comprende bien todo el sentido profundo del mesianismo que en esta escena se contiene. Todos los elementos concurren a ello: la cifra de cuarenta días, las citas del Deuteronomio, el “maná,” la condena de la idolatría recordando la escena del “becerro de oro,” son sucesos todos del pueblo de Israel en el desierto. Todo ello hace ver que el sentido de estas tentaciones fue mesiánico.

7.    UN RELATO ENIGMÁTICO, UN MISTERIO QUE DIOS TRAZA

Se comprende bien que Cristo, después del bautismo y antes de su vida pública de Mesías, se hubiese retirado algún tiempo a la oración, como hacía en otras ocasiones, máxime en momentos trascendentales, y que fuese este lugar una región desértica.  Sin embargo, ciertamente, este relato es uno de los más enigmáticos de toda la tradición evangélica.

Primero, ¿por qué el Mesías va al desierto a “ayunar” y a ser “tentado por el demonio,” y para ello, además, es “conducido” o “llevado” por el Espíritu Santo? Es ya un misterio, pero que Dios traza. Son los planes de Dios.

Y en estas “tentaciones” A prueba,” en la primera — ¿y por qué el Mesías tiene “hambre”? — no se resuelve por el expediente fácil del milagro, sino por el abandono a la Providencia de Dios. Si se hubiese hecho conforme a la proposición diabólica, el Mesías no seguiría el mesianismo profético, espiritual y de dolor (Isaías), que Dios trazó.

La segunda “tentación” era exponer que Jesucristo no recibe el poder de Satanás — como los fariseos decían de los milagros de Jesús —, sino de Dios. No era por recursos políticos — piénsese en tantos tronos de entonces logrados por sangre, en el fondo, por Satán —. Es verdad que en el salmo 2:6.8 se prometen al Mesías los reinos de la tierra. Pero éstos no le vienen por donación de Satán, que no tiene, sino de Yahvé. Lo llamaron en vida “endemoniado” y que realizaba prodigios en virtud del diablo. Es aquí la proclamación de los poderes mesiánicos, y del mesianismo universal, que Dios le dio.

La tercera “tentación,” la espectacular, de bajar en la hora esplendente del Templo en manos de ángeles — ¿la gente vería los ángeles? —, era provocar el mesianismo por aclamación de triunfalismo espectacular. Lo que no era el Mesías profético, que triunfaría, finalmente en la cruz.

8.    MIENTRAS ESTEMOS CIMENTADOS EN CRISTO, PARTICIPAREMOS DE SU SEGURIDAD

"A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos" (Sal 90,11). El diablo conoce bien esta promesa porque la supo utilizar en la hora más álgida de la tentación; sabe bien cuál es nuestra fuerza y nuestra debilidad. Pero no tenemos nada que temer si permanecemos a la sombra del trono del Altísimo.

Mientras estemos cimentados en Cristo, participaremos de su seguridad; él ha hecho añicos el poder de Satanás [...] y de ahora en adelante los espíritus malignos, en vez de tener poder sobre nosotros, tiemblan y se espantan a la vista de un verdadero cristiano. Pues saben que poseen lo que les hace vencedores; que pueden, si quieren, mofarse de ellos y ponerlos en fuga. Los espíritus malignos lo saben bien y lo tienen muy presente en todos sus asaltos; sólo el pecado les da poder sobre ellos, y su gran empeño consiste en hacerles pecar, en sorprenderles en el pecado, sabiendo que no hay otro modo de vencerlos.

“Por eso, hermanos míos, no seamos ignorantes de sus planes, sino, conociéndolos bien, vigilemos, oremos, ayunemos, permanezcamos bajo las alas de Altísimo, que es nuestro escudo y auxilio (J. H. Newman, Sermón liturgici, Fossano, s.f., 144).

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

(La referencias de esta Reflexión Estudio del Evangelio están tomadas de la Biblia Nácar-Colunga)

I DOMINGO DE CUARESMA CICLO C

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

¡TENEMOS TODOS TANTA NECESIDAD DE SER PROTEGIDOS DE LAS INSIDIAS DEL DIABLO!

La prueba, la salvación, la profesión de fe son los temas que podemos entresacar de las lecturas de la liturgia de hoy, y nos interrogan sobre nuestra realidad de Iglesia, sobre nuestra vida de creyentes. ¡Cuántas veces hemos experimentado en la tribulación, en la tentación, que el Señor es nuestra fuerza, el único que puede librarnos!

Recordar las maravillas de gracia que Dios ha hecho por nosotros no es sólo una exigencia del corazón, sino una tarea imprescindible, una misión, un testimonio que se ofrece a los hermanos para que también ellos conozcan la alegría de ser salvados invocando el nombre del Señor.

¡Tenemos todos tanta necesidad de ser protegidos de las insidias del diablo! El Evangelio hoy nos lo manifiesta mostrándonos a Jesús sometido a tentaciones que son la raíz de cualquier tentación y se revisten de nobles apariencias. El fin es encomiable y los medios propuestos se diría que son los más adecuados... Jesús ha experimentado la debilidad humana que tan fácilmente doblega la voluntad y ofusca nuestra capacidad de discernimiento.

Pero precisamente en su debilidad ha vencido al Maligno, en el desierto y en la cruz, indicándonos el camino de la victoria.

Como Jesús, debemos retener la Palabra de Dios en el corazón, convirtiéndola en norma de nuestra vida, en lámpara de nuestros pasos.

Si no tememos profesarla con franqueza, podremos experimentar que el Señor es nuestra fuerza, cómo le canta el pote salmista, “nuestro escudo salvador” (Sal 17,3).

ORACION (3)

 

Señor:

En el peligro, Señor, estás conmigo.

Dios de mi salvación, te doy gracias cantando con el corazón, que, libre, se abre a la vida y quiere devolverte la misma vida.

Te amo, mi fortaleza, que has asumido mi debilidad para hacerme también a mí vencedor del mal.

Escudo mío, mi baluarte, mi poderoso salvador, tú sabes cómo busco la gloria del mundo y temo el desprecio de los demás.

Sin embargo, no quiero ni puedo callar la fe que has encendido en mi corazón: todavía es una débil llamita, pero sé por experiencia que quien cree en ti no queda defraudado.

Anunciaré tu nombre a mis hermanos, les llevaré tu Palabra: la fe se aumenta dándola.

Luz de mis pasos, guarda mi corazón, que sea más vigilante contra toda insidia, de suerte que mi vida sea para todos un signo irradiante de ti.

Pedro

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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