ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17
Señor, todo está bajo tu
poder y nada puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el cielo y la tierra,
y todo lo que está bajo el firmamento; tú eres el Señor del universo.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y
eterno, que con amor generoso sobrepasas los méritos y los deseos de los
que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia perdonando lo que
inquieta nuestra conciencia y concediéndonos aun aquello que no nos
atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
LECTURA Mal 3,13-20
COMENTARIO: Malaquías
busca corregir a una comunidad que ha perdido el entusiasmo inicial,
imitando más bien a los que no creen. Por el profeta, Dios anuncia el final
del mal y de los que se aliaron con los arrogantes.
Lectura
de la profecía de Malaquías.
Ustedes hablan
duramente contra mí, dice el Señor, y todavía preguntan: «Qué hemos dicho
contra ti?» Ustedes dicen: «Es inútil servir a Dios, ¿y qué ganamos con
observar sus mandamientos o con andar enlutados delante del Señor de los
ejércitos? Por eso llamamos felices a los arrogantes: ¡prosperan los que
hacen el mal; desafían a Dios, y no les pasa nada!» Entonces se hablaron
unos a otros los que temen al Señor. El Señor prestó atención y escuchó:
ante Él se escribió un memorial, en favor de los que temen al Señor y
respetan su Nombre. Ellos serán mi propiedad exclusiva, dice el Señor de
los ejércitos, en el Día que Yo preparo. Yo tendré compasión de ellos, como
un hombre tiene compasión de su hijo que lo sirve. Ustedes volverán a ver
la diferencia entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que
no lo sirve. Porque llega el Día, abrasador como un horno. Todos los
arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los
consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama.
Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que
trae la salud en sus rayos.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal 1, 1-4. 6
R. ¡Feliz
el que pone su confianza en el Señor!
¡Feliz el hombre que
no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los
pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace
en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.
Él es como un árbol
plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y
cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los
malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida
el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.
ALELUYA Cfr. Hech 16,14
Aleluya. Señor, abre
nuestro corazón, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. Aleluya.
EVANGELIO Lc 11, 5-13
COMENTARIO. ¿Perseveremos
en la oración? Jesús nos enseña que no debemos cansarnos de pedir al Padre
el Espíritu Santo. Él nos iluminará como orar y qué pedir. Dios es bueno y
no nos dejará sin lo necesario.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus
discípulos: Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él
a medianoche, para decirle: «Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis
amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle», y desde adentro él le
responde: «No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo
estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos». Yo les aseguro que
aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al
menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro:
pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque
el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le
pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes,
que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del
cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se lo pidan!
Palabra
del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, la
oblación instituida por ti y, por estos sagrados misterios que celebramos,
danos la gracia de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lam 3, 25
El Señor es bondadoso
con los que esperan en él, con aquellos que lo buscan.
O bien: Cfr. 1 Cor 10, 17
Hay un solo pan, y
nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos
de ese único pan y del único cáliz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso,
sácianos con el sacramento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, que nos
transformemos en aquello que hemos recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
|
"Pidan y se les dará"
Lc 11, 5-13
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. NO
SE DEBE SER NEGLIGENTE Y DESCUIDADO CON LA ORACIONES
En los
versículos anteriores, (Lc 11, 1-4), a petición de los apóstoles, Jesús nos
enseñó cómo orar, ahora nos quiere dejar en claro que no hay que ser
pusilánime, esto es falto de ánimo o de valor para soportar las penas, y no
se debe ser negligente y descuidado con la oraciones y que si no somos
oídos a la primera o la segunda, no dejemos de orar. En otras palabras, es
bueno tener paciencia en las oraciones.
2.
“SI UNO DE VOSOTROS TIENE UN AMIGO”
Dice
Jesús, “Si uno de vosotros tiene un amigo”. ¿Cómo podríamos definir lo que
es un amigo?, Parece que lo más cercanos a lo que entendemos, es con el que
tiene una relación de amistad o de afecto y confianza, pero además yo
agregaría, una relación personal desinteresada, que nace y se fortalece con
el trato y está basada en un sentimiento recíproco de cariño y simpatía y
también de amor mutuo. ¿Quién es este amigo? ¿Quién es más amigo nuestro
que aquel que ha entregado su vida por nosotros? Este amigo es Jesús.
Luego dice
y, acudiendo a él a medianoche, Aquí se nos da a conocer otro precepto, es
decir a una hora impensada, y que oremos en todo momento (no sólo durante
el día sino también de noche). Como pidió David cuando decía (Sal 118,62):
"Me levantaba a media noche a tributarte gracias".
3.
¿CUÁNTO DEBEMOS ORAR?, ¿A QUE HORA DEBEMOS ORAR?
¿Cuánto
debemos orar?, ¿A qué hora debemos orar?, ¿Por quién debemos orar?, cuanto
más caemos y cuanto más pecamos, cuanto más necesitamos, nosotros y
nuestros amigos, por esos dice "Amigo, préstame tres panes, porque ha
llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle"
¿Qué son estos
tres panes?, es el alimento divino, porque puede suceder que ha llegado un
amigo fatigado de un mal camino, trasnochado y de mala vida, y nos pida
ayuda en la fe a fin de cambiar el rumbo, y no sepamos que darle, entonces
acudimos a la ayuda, a los Evangelios u otro fragmentos de las Sagradas
Escrituras y a la oración.
4.
ALGUNAS VECES SE TARDA EN RECIBIR, Y DEBEMOS INSISTIR CUANDO
NECESITAMOS
Pero aquí
en el ejemplo que nos pone el Maestro dice: "Y aquél, desde dentro, le
responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada” ¿frente a esta
puerta cerrada, como debiéramos actuar? No por esto vamos a abandonar
nuestro interés, porque algunas veces se tarda en recibir, y debemos
insistir cuando necesitamos, y todo lo que se adquiere con mucho trabajo,
se conserva con cariño. Cuanto más veamos cerradas las puertas, más debemos
orar. (Pablo Col 4,3) “A la vez, orad también por nosotros, a fin de que el
Señor nos abra una puerta para la palabra, para comunicar el misterio de
Cristo”
Y sigue el
relato: “Y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a
dártelos",
En efecto
muchos de los que reparten la sabiduría de los evangelios, como el buen pan
necesitado, el mejor de los alimentos, y que anduvieron predicando por todo
el mundo, están ya en reposo misterioso con el Señor. El lecho es el
descanso del Salvador.
5.
“YO OS DIGO: PEDID Y SE OS DARÁ”
Luego
Jesús, nos añade una exhortación y nos estimula en extremo a buscar, a
pedir y a llamar, hasta que recibamos lo que pedimos. Entonces nos dice:
“Yo os digo: Pedid y se os dará”. Esto tiene fuerza de cumplimiento, porque
todo lo que viene de Dios se hace. Luego haciéndonos ver la pequeñez
inexcusable de nuestra fe, nos añade; “buscad y hallaréis”. Las cosas que
se buscan exigen mucho cuidado, principalmente lo que está en Dios, porque
son muchas las cosas que dificultan nuestros sentidos. Así como buscamos
cosas perdidas así debemos buscar a Dios con ganas de encontrarlo.
6.
"LLAMAD Y SE OS ABRIRÁ".
Mostremos
también interés en que vamos a la puerta para que se nos abra y aunque no
se abra inmediatamente, no perdamos la esperanza que se nos abrirá. Jesús
así nos ha dicho, y su palabra es verdad que se cumple, por esto añade:
"Llamad y se os abrirá". Porque si continuamos pidiendo, recibiremos
sin duda. Por esto está cerrada la puerta, para obligarnos a que llamemos;
por ello no contesta afirmativamente en seguida, para que pidamos
encarecidamente. El Señor no nos invitaría tanto a que pidiésemos si no
quisiera darnos, porque más quiere dar el Señor, que nosotros recibir.
7.
¿POR QUÉ MUCHOS QUE ORAN NO SON OÍDOS?
Algunos se
preguntarán ¿por qué muchos que oran no son oídos? A ellos debemos
contestarles que todo aquel que llega a pedir con recta intención, (en otra
palabras simples, seamos derecho en pedir), no omitiendo nada de lo que
pueda contribuir a obtener lo que pide, recibirá sin duda lo que ha pedido
en su ruego. Pero si alguno separa su intención del ruego justo, esto es,
no pide como corresponde o debe y entonces puede decirse que no pide. Así
nos enseña también Santiago, (Stgo 4,3):
"Pedís, y no recibís, porque pedís mal"
En todo
caso si pedimos, y creemos que no hemos recibido, todo lo que hemos
ofrecido al Señor nunca estará demás.
8. EL
SABE QUE ES BUENO PARA NOSOTROS
Dios sabe
lo que necesitamos, y nos concede lo que Él sabe que es bueno para
nosotros. Algunas veces pedimos cosas que son inalcanzables, o cosas
extrañas movido por ilusiones que se nos ocurren, por ejemplo que nos ayude
a ganar la lotería, cuando pedimos a Dios algo semejante, nunca lo
alcanzaremos.
En otras
palabras, cuando nuestro hijo nos pide pan se lo concedemos con gusto,
porque pide un alimento conveniente; pero cuando por falta de inteligencia
nos pide una piedra para comer, no solamente no se la damos, sino que se lo
prohibimos, porque es perjudicial hasta el deseo de ella. Este es el
sentido del evangelio, porque si entre nosotros un hijo nos pide pan ¿le
daríamos acaso una piedra? En el mismo sentido debemos entender lo de la
serpiente y del pez, cuando dice: ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su
hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un
huevo, le da un escorpión?”
9.
TENGAMOS CONFIANZA EN LA EFICACIA DE LA ORACIÓN
Dios no
solamente nos concederá lo que le pidamos, va más allá, y se nos da así
mismo, nos da su propio Don, que es el Don de su divino Espíritu.
Tengamos
confianza en la eficacia de la oración, nuestro Padre no es indiferente a
nuestras súplicas, los tres panes, son como las tres cosas que más
requerimos, oración para pedir por nuestras necesidades, perseverancia para
obtener la gracia de lo pedido y convicción en la bondad y el amor de Dios.
Dice san
Mateo; 7,11. ¡Con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el
Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan!
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
|
TENER CONFIANZA EN LA MANO DE DIOS
Hoy día, hay quien piensa que hacer el bien y
orar parecen con frecuencia cosas inútiles.
Y, además, la mirada irónica de más de alguno que
se maravilla de que haya todavía alguien dispuesto a perder su tiempo en
estas preocupaciones, orar, pedir a Dios.
Hay quien piensa que por mucho orar, nada cambia,
el mundo sigue como antes.
Entonces nos dirigimos a Dios, para que se haga
sentir.
Pero frente a su silencio, se nos echa la culpa
de nuestra poca fe.
Es una espiral que nos quita la paz y nos deja el
corazón lacerado por la duda, por la terrible duda de que todo sea una
ilusión.
No obstante, en la Palabra de hoy hay un soplo
restaurador: “el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se
lo pidan”
En la Palabra hay una clave de lectura: está
sobre todo el don del Espíritu, que nos transporta a otras dimensiones, que
hace levantar la mirada, que infunde sentido para continuar e iluminar la
fidelidad y la oración de cada día con la belleza misma de Dios.
Con el Espíritu todo queda transformado y todo se
vuelve posible.
Entonces es posible:
- Adquirir la convicción íntima de que es bueno y
bello hacer el bien.
- Superar el sentido de inutilidad sabiendo que
nada se pierde.
- Encontrar el gusto de invocar a Dios como
Padre.
- Hacer frente a las pruebas de la vida en
general y de la vida cristiana en particular.
- No mirar los resultados inmediatos ni la
aprobación de la gente.
- Tener confianza en la mano de Dios, que orienta
todo al bien.
- Orar sin cansarse, porque así es como el
Espíritu viene a nosotros: trayendo el Reino y llevándonos a él.
|