MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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09-03-2021
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Edición N.º MD
8.190
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LITURGIA DE LAS HORAS
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MARTES
TERCERA SEMANA DE CUARESMA
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 16, 6. 8
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me
respondes; inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. Protégeme como
a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que tu gracia nunca nos
abandone, para que podamos vivir entregados a tu servicio y experimentar
siempre tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos
LECTURA Dan 3, 25-26. 34-43
Lectura
de la profecía de Daniel.
Azarías tomó la palabra y oró así: Bendito
eres, Señor, Dios de nuestros padres, y digno de alabanza, que tu Nombre
sea glorificado eternamente. No nos abandones para siempre a causa de tu
Nombre, no anules tu Alianza, no apartes tu misericordia de nosotros, por
amor a Abraham, tu amigo, a Isaac, tu servidor, y a Israel, tu santo, a
quienes prometiste una descendencia numerosa como las estrellas del cielo y
como la arena que está a la orilla del mar. Señor, hemos llegado a ser más
pequeños que todas las naciones, y hoy somos humillados en toda la tierra a
causa de nuestros pecados. En este tiempo, ya no hay más jefe, ni profeta,
ni príncipe, ni holocausto, ni sacrificio, ni oblación, ni incienso, ni
lugar donde ofrecer las primicias, y así, alcanzar tu favor. Pero que
nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humillado nos hagan aceptables
como los holocaustos de carneros y de toros, y los millares de corderos
cebados; que así sea hoy nuestro sacrificio delante de ti, y que nosotros
te sigamos plenamente, porque no quedan confundidos los que confían en ti.
Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro. No
nos cubras de vergüenza, sino trátanos según tu benignidad y la abundancia
de tu misericordia. Líbranos conforme a tus obras maravillosas, y da gloria
a tu Nombre, Señor.
Palabra
de Dios.
COMENTARIO: El canto
de estos jóvenes es de lamento y esperanza por la situación del pueblo
exiliado. En el despojo total, en la ruina, en la oscuridad absoluta del
destino del pueblo, hay una luz que proviene justamente de la confianza que
“Dios nunca abandona”.
SALMO Sal 24, 4-5. 6-9
R.
¡Acuérdate, Señor, de tu ternura!
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus
senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque Tú eres mi
Dios y mi salvador. R.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu
amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu
fidelidad. R.
El Señor es bondadoso y recto: por eso
muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren
rectamente y enseña su camino a los pobres. R.
VERSÍCULO Cf. Jl 2, 12-13
Vuelvan a mí de todo corazón, porque soy
bondadoso y compasivo.
EVANGELIO Mt 18, 21-35
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Se acercó Pedro y dijo a Jesús: “Señor, ¿cuántas
veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta
siete veces?”. Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino
hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un
rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea,
le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el
rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que
tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole:
“Dame un plazo y te pagaré todo”. El rey se compadeció, lo dejó ir y,
además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus
compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta
ahogarlo, le dijo: “Págame lo que me debes”. El otro se arrojó a sus pies y
le suplicó: “Dame un plazo y te pagaré la deuda». Pero él no quiso, sino
que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás
servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo
a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: “¡Miserable! Me suplicaste, y
te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero,
como yo me compadecí de ti?”. E indignado, el rey lo entregó en manos de
los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi
Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: Cuaresma
es tiempo de perdón, de volver no sólo a Dios, sino también de abrirnos a
la reconciliación con los hermanos. Dios nos ha perdonado, su amor se
depositó gratuitamente sobre nuestras culpas; de igual manera es necesario
brindar el amor hecho perdón a quien nos ha ofendido y a quien hemos
ofendido.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que este sacrificio
salvador nos purifique de nuestros pecados y atraiga sobre nosotros tu
poderosa ayuda. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 14, 1-2
Señor, ¿quién se hospedará en tu carpa?
¿Quién habitará en tu santa montaña? El que procede rectamente y practica
la justicia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, que la sagrada
participación en este sacramento renueve nuestra vida, purifique nuestros
pecados y nos otorgue tu protección. Por Jesucristo nuestro Señor.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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"si
no perdonan de corazón a sus hermanos”.
Mt
18, 21-35
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. ¿CÓMO
PUEDE UN HOMBRE GUARDAR RENCOR A OTRO Y PEDIR LA SALUD AL SEÑOR?
¡Necesito que me pida perdón!, ¡Yo a este no lo
perdono!, ¿Perdonar?, parece que esto es algo que no resulta fácil, en
especial cuando las heridas son profundas y más aún, cuando el que ofende,
no muestra arrepentimiento o revela una soberbia. Pero ante todo parece que
lo que más necesitamos, es que se haga justicia, y lo más grave, es cuando
nos tienta la venganza, y a toda costa queremos una reparación del mal
causado.
¿Y dónde queda la misericordia? Decimos con gran
alegría que Dios es rico en misericordia, además que es infinita, pero y la
nuestra, ¿Hasta dónde llega?
La Sagradas Escrituras, a través del libro del
Eclesiástico (Eclo 27, 30- 28,7), no muestra el vínculo que une el perdón
otorgado por el hombre a su semejante, con el perdón que él mismo pide a Dios
y nos dice que “El rencor y la ira son abominables, y ambas cosas son
patrimonio del pecador”. Y nos preguntamos ¿Cómo puede un hombre guardar
rencor a otro y pedir la salud al Señor? ¡No tiene piedad de un hombre
semejante a él y se atreve a implorar por sus pecados! El punto está en si
somos capaces de aceptar de esta lectura: “Perdona el agravio a tu prójimo
y entonces, cuando ores, serán absueltos tus pecados.” o “y no guardes
rencor a tu prójimo; piensa en la Alianza del Altísimo, y pasa por alto la
ofensa.”
2. “EL
SEÑOR ES BONDADOSO Y COMPASIVO.”
Si miramos la cruz, resonarán la enseñanzas de
Jesucristo, Nuestro Señor, el antes de expirar, implora perdón para sus
verdugos.
Ciertamente, la “ley del talión”, fue abolida y
el mensaje del Eclesiástico no es otro que: si los hombres no olvidan los
agravios recibidos de sus prójimos, tampoco Dios les perdonará las ofensas
que han cometido contra Él. Inversamente, quien perdona a su prójimo, se
verá a su vez perdonado por Dios.
En respuesta a la infinita misericordia de Dios,
el salmo (Sal 102, 1-4.9-12), nos recuerda su bondad y compasión, “El Señor
es bondadoso y compasivo.”, Él perdona todas tus culpas y cura todas tus
dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. No
acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente; no nos trata según
nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Jesús, es nuestro Maestro y de Él son todas las
buenas enseñanzas, el perfeccionó la ley del perdón ampliándola para todos
los hijos de su Padre y cualquier tipo de ofensa, ¡Señor Perdónalos porque
no saben lo que hacen!, y con su sangre nos ha hecho a todos los hombres
hermanos, y ha saldado los pecados de los hombres.
3. "SEÑOR,
¿CUÁNTAS VECES TENDRÉ QUE PERDONAR A MI HERMANO LAS OFENSAS QUE ME HAGA?
En el Evangelio de Mt 18, 21-35, Pedro, parece
convencido de que le plantea al
Señor algo exagerado, y se acerca a Jesús le preguntó a Jesús: "Señor,
¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga?
¿Hasta siete veces? Y el Señor le responde: “No te digo hasta siete veces,
sino hasta setenta veces siete”. Esta expresión oriental que significa un
número ilimitado de veces. Jesús emplea la misma expresión, para enseñar
así que el mal ha de ser vencido por la bondad ilimitada que se manifiesta
en el perdón incansable de las ofensas. Pensándolo bien resulta una
obligación desconcertante, casi impresionante.
¿Por qué poner límites?, la caridad, el amor no
tiene límites, como ya he comentado, siete es un número indefinido, Jesús
le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces
siete”, esto es, un rechazo de plano a la limitación agregándole un número
simbólico aún más indefinido.
¿Cuál ha de ser la actitud cristiana ante las
faltas reiteradas del prójimo? La vida está llena de reincidencias en
culpas perdonadas, entonces, entonces, ¿vamos estar sometidos al un número
de indefinidos perdones? nuestros perdones, ¿consideran una actitud sincera
de perdón ante Dios?
Pedro, que plantea el problema, lo lleva al extremo
de preguntar si incluso ha de perdonar “siete veces,” número muchas veces
simbólico de lo universal (Gen 4:24). La pregunta de Pedro es equivalente a
saber si tiene que perdonar siempre. El judaísmo discutía el número legal
de veces a perdonar; generalmente eran cuatro. Pero era un perdón externo.
La respuesta de Jesús es afirmativa, con el grafismo oriental, de perdonar
no sólo “siete veces,” sino “setenta veces siete.” Y para hacer más gráfica
la enseñanza se expone una parábola.
4. LA
DEUDA INFINITA DEL PERDÓN DE DIOS A LOS SERES HUMANOS, Y LA PEQUEÑEZ DE
PERDÓN DE LOS SERES HUMANOS ENTRE SÍ.
Dice Jesús: “Por eso, el Reino de los Cielos se
parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.
Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.” El
“talento” era una unidad fundamental de peso; indicaba un peso determinado
de dinero. El “talento” comprendía 60 “minas” = 6.000 “dracmas áticas.” La
“dracma ática” era equivalente al “denario.” Y éste era la paga diaria de
un jornalero (Mt 20:1). Por eso la deuda de 10.000 “talentos” era
equivalente a 60 millones de "denarios.” La deuda era, pues, fabulosa.
Entonces, la escena, utiliza deliberadamente datos supuestos, para una
finalidad pedagógica.
Dice la parábola; “Como no podía pagar, el rey
mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía,
para saldar la deuda.” Se manda, para compensar en parte, vender a su
mujer, hijos y propiedades. En los contratos de entonces entraba la
responsabilidad familiar. Sin embargo, no es posible, con esta venta,
lograr pagar una cantidad respetable de la deuda de los 10.000 “talentos.”
Sin embargo se acusa la misericordia de su señor con él. Por lo que, no
pudiendo pagar, el dueño se lo perdona todo.
Pero se contrapone la conducta de este siervo
perdonado con lo que exige a su otro compañero para que le pague,
inmediatamente, una pequeña deuda: 100 ”denarios.” Y al no pagarlos, lo
mete en la cárcel. Enterado el rey, lo manda encarcelar hasta que pague la
deuda. La parábola se alegoriza en parte. Se destacan algunas situaciones
especiales, como el motivo por el que el compañero del siervo debía haber
perdonado, porque el rey — Dios — le había perdonado a él. “Sed perfectos
como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt 5:43-48; cf. Col 3:12-15;
Sant 2:13). También se percibe, alegorizada, la distancia entre el perdón
del rey al siervo (60.millones de denarios”) y lo que no quería perdonar
aquel otro compañero (100 “denarios”). Esto habla de la deuda infinita del
perdón de Dios a los seres humanos, y la pequeñez de perdón de los seres
humanos entre sí.
5. PERO
EL PUNTO CENTRAL ES LA NECESIDAD DE PERDONAR PARA QUE DIOS PERDONE.
Pablo nos recuerda: “Sean mutuamente buenos y
compasivos, perdonándose los unos a los otros, como Dios los perdonó en
Cristo” (Ef 4,32). Esto es los cristianos debemos perdonarnos siempre, no
algunas veces. Ser buenos, como dice Pablo, es saber emplear bien esta
palabra, porque cuando queremos decir que aprobamos algo y estamos conforme
decimos está bueno, y cuando queremos indicar que algo que ya es suficiente
y debe terminar, como el rencor, decimos bueno, ya está bien, aún más
cuando recibimos una agradable noticia decimos que bueno, y cuando pecamos
u ofendemos y nos arrepentimos o vemos a alguien arrepentido, hay
sentimientos de pena y lástima por la desgracia o por el sufrimiento ajeno,
por eso debemos ser buenos y compasivos. Es así, como perdonamos siempre,
como Dios nos perdona a nosotros, como Dios es bueno con nosotros.
Para que la caridad siempre este viva y reine
entre nosotros, es indispensable el perdón de las injurias, es así como
Jesús rechaza las limitaciones que quiso poner Pedro, para destacar aún más
la necesidad de perdonar y sin límites, además que hay que perdonar y
siempre hacerlo de corazón, al igual que el amor, cuando uno ama, ama de
verdad, de todo corazón, sin límite y siempre. Así es, nuestro Dios Padre
con nosotros, así nos ha enseñado, y así debemos ser y actuar, perdonar a
nuestro prójimo de corazón, rogar por él, desearle todo bien y hacer que
llegue la paz, por sobre cualquier dificultad.
6. DIOS
NO NOS PERDONARÁ, SI NOSOTROS NO PERDONAMOS
La parábola que nos deja hoy Jesús, nos llega al
corazón, porque nos damos cuenta de la falta de generosidad de aquel que
había recibido la benevolencia y la comprensión y luego él se la niega a un
hermano. Es así como luego al enterarse el rey lo mandó llamar y le dijo:
"¡Miserable!" e indignado, lo entregó en manos de los verdugos
hasta que pagara todo lo que debía. Esa es la gran diferencia que quiere
destacar Jesús y nos pone en contrastes la generosidad de Dios, que nos
perdona grandes deudas, contra la mezquindad de los hombres, el cual muchas
veces ni siquiera quiere perdonar pequeñísimas cosas. No deja de ser cierto
la gran diferencia de nuestros pecados contra Dios y la de algunos contra
nosotros que comete nuestro prójimo o nosotros contra ellos, por eso Jesús
destaca que el servidor debía diez mil y a él tan solo cien.
Pero debemos tener muy en cuenta, que al final de
este Evangelio, Jesús nos dice “Lo mismo hará también mi Padre celestial
con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos". Esta deducción
es muy clara, Dios no nos perdonará, si nosotros no perdonamos. ¿Es justo
esto?, lo que no es justo es que nosotros pidamos perdón, Dios nos conceda
misericordia y nosotros no seamos capaces de perdonar (“perdona nuestras
deudas…así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden...)
El
Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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"PIADOSO
Y MISERICORDIOSO, LENTO A LA IRA Y RICO EN AMOR".
San Ambrosio indica que Dios
creó al hombre para tener alguien a quien perdonar y revelar así el rostro
de su amor desconcertante, que es disponibilidad ilimitada al perdón a
cualquier precio, incluso el más elevado, como es la sangre de su Hijo.
Pero amor pide amor, y la misericordia de Dios desea inspirar la misma
disposición en el hombre, pecador perdonado, en relación con sus hermanos.
¿De qué nos sirve haber experimentado la misericordia divina si no
permitimos que se transparente en nuestro rostro, en nuestra vida? Quien no
acepta perdonar al hermano muestra no reconocer la gravedad del propio
pecado.
El perdón de Dios sería vano
si no permitimos que se plasme a su imagen y semejanza, pues él es un Dios
"piadoso y misericordioso, lento a la ira y rico en amor". Jamás
podremos pagar la enorme deuda de nuestros pecados, de nuestra ciega
ingratitud... pero él los perdona pidiéndonos hacer lo mismo: perdonar de
corazón "hasta setenta veces siete" al hermano, será en la tierra
el comienzo de una gran fiesta que culminará en el cielo: fiesta de la
reconciliación, gloria de los hijos que Dios se ha adquirido al precio de
la sangre del Hijo, en el Espíritu Santo derramado para el perdón de los
pecados.
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ORACION (3)
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¡Qué inmenso es tu
corazón, oh Padre bueno y misericordioso, lento a la ira y rico en amor!
¡Nos sentimos tan tacaños y mezquinos ante tu magnanimidad...! Tú nos has
llamado gratuitamente a la vida y quieres que la gastemos por ti y los
hermanos en plenitud de donación. Sólo así podemos ser felices. Pero qué
lejos estamos de participar en esta extraña lógica en la que el que más ama
parece perder, en la que se es grande en la medida que nos hacemos
pequeños.
Enséñanos a recordar tu
amor, que no dudó en darnos lo que tenía de más precioso, tu amado Hijo,
aun sabiendo que somos siervos despiadados: capaces, claro está, de recibir
todo y acoger el perdón de nuestras inmensas deudas, pero sin estar
dispuestos a hacer lo mismo con nuestros deudores. Abre los ojos de nuestro
corazón, para que sepamos reconocer, en lo ordinario de cada día, las mil
ocasiones que se presentan de verter en los hermanos una medida de amor
"apretada, rellena, rebosante": la misma que tú viertes en
nuestro interior cada vez que tocamos fondo en nuestra pobreza.
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SANTORAL (4)
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SANTA FRANCISCA ROMANA, religiosa 1384-1440
Desde los lejanos días de Inés, Cecilia,
Sabina, Prisca y Balbina, Roma no había visto crecer entre sus muros a
ninguna santa.
Por eso la Ciudad Eterna de la que es patrona,
venera con gran honor a Santa Francisca, cuya vida entera discurrió entre
la localidad de Navona - en la que fue bautizada (1384) -,
el Transtevere - en donde vivió durante treinta y siete años con
su marido.
Pertenecía a una familia de las aristocracia
feudal, casó con un noble, un Ponziani, a los doce años. Tuvo tres
hijos, dos murieron de corta edad, y tal herida nunca se
cicatrizó en su corazón. La familia conoció los azares de la política,
sufriendo en gran manera con tal motivo; mas Francisca,
estrechamente unida a su marido, lo soportaba todo con entusiasmo y tras
muchas penalidades debidas a la guerra con Nápoles (destierro del marido,
confiscación de sus bienes), fundó la congregación de las oblatas de Tor'de'Specchi,
la Torre de los Espejos, aprobado en 1433 por el Papa Eugenio IV, agrupando
a unas piadosas mujeres que se consagraban a Dios sin abandonar del todo el
mundo.
Singular experiencia la suya, la vida monástica
dentro del matrimonio, siguiendo la regla benedictina; permaneció casada
durante cuarenta años y enviudó muy poco antes de su muerte.
Antes de ofrecer «un modelo de vida monástica»,
según el espíritu de San Benito, como madre de las Oblatas, Santa Francisca
presentó durante la mayor parte de su vida «un modelo de vida matrimonial».
Tal fue la vida de esta mujer rica, que tomó en serio las Bienaventuranzas.
Pasaba sus días dirigiendo su casa, y después,
en compañía de su cuñada Vanozza - que era a la vez su amiga -,
visitando las iglesias y atendiendo a los pobres.
Santa de visiones, éxtasis y prodigios,
contemplativa que ejerció influencia sobre el papa Eugenio IV.
Su afán de caridad especialmente en el Hospital
del Santo Espíritu, admira y arrastra.
Destacó por sus dones de oración, poco a poco
el Señor la fue adornando con gracias excepcionales, hasta vivir en
constante intimidad con su ángel de la guarda.
¿Os habéis encontrado alguna vez con gente tan
atareada trabajando para la Iglesia que descuida las necesidades de su
propia familia? Se pasan horas sirviendo en este comité y presidiendo aquel
proyecto. Organizan excursiones y viajes de comida y dirigen servicios de
oración. Ayudan a cualquiera que viene pidiendo ayuda. Mientras tanto, sus
propias familias se sienten descuidadas y olvidadas. Lo más triste de tales
personas es que a menudo creen estar haciendo justamente lo que Dios espera
que hagan.
Santa Francisca de Roma nos da un consejo
diferente. Aunque dedicó mucha de su vida a la oración, la penitencia, y
las buenas obras, fue también una esposa y madre ejemplar. Parte de los
motivos para que fuera tan querida por su familia fue que mantuvo claras
sus prioridades. «Una mujer casada debe, cuando se la requiere, abandonar
sus devociones a Dios en el altar, para encontrarlo en sus asuntos
caseros», dijo.
Su vida queda como un ejemplo, para la mujer,
en todos los estados.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La
Pagina de
la Misa Diaria,
esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde
Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor
Jesucristo y por la
Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse
este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd,
(4) Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia
de Vigo.
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ESTA PAGINA, SOLO DEBE INDICARSE EL AUTOR Y LAS FUENTES DE ORIGEN
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