Misa Diaria,
Ciclo C
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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01-08-2021
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Nº MD 8.981
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LITURGIA DE LAS HORAS
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DOMINGO
18° DEL TIEMPO ORDINARIO
Un
pan que sacia
Jn 6,24-35
Como los judíos, también nosotros nos
quedamos con demasiada frecuencia en el alimento material. Pero Dios nos
ofrece otro alimento. El pan que el Padre nos da es su propio Hijo; un pan
bajado del cielo, pues es Dios como el Padre; un pan que perdura y comunica
vida eterna, es decir, vida divina; un pan que es la carne de Jesucristo.
Y precisamente porque es divino es el
único alimento capaz de saciarnos plenamente. Al fin y al cabo, las
necesidades del cuerpo son pocas y fácilmente atendibles. Pero el verdadero hambre de todo hombre que viene a este mundo es
más profunda. Es hambre de eternidad, hambre de santidad, hambre de Dios. Y
esta hambre sólo la Eucaristía puede saciarla. Cristo se ha quedado en ella
para darnos vida, de modo que nunca más sintamos hambre o sed.
A la luz de esto, hemos de examinar
nuestra relación con Cristo Eucaristía. ¿Agradezco este alimento que el
Padre me da? ¿Soy bastante consciente de mi indigencia, de mi pobreza? ¿Voy
a la Eucaristía con hambre de Cristo? ¿Me acerco a Él como el único que
puede saciar mi hambre? ¿Le busco como el pan bajado del cielo que contiene
en sí todo deleite? ¿O busco saciarme y deleitarme en algo que no sea Él?
Para ver la
Reflexión completa de las lecturas de la Liturgia de este domingo XVIII,
pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS
|
I.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE
ENTRADA
Líbrame, Dios mío.
Señor, ven pronto a socorrerme. Tú eres mi ayuda y mi libertador; no
tardes, Señor.
ACTO
PENITENCIAL
·
Porque nos transformas en un hombre
nuevo. Señor, ten piedad.
·
Porque sacias nuestra sed de eternidad.
Cristo ten piedad
·
Porque eres el Pan de Vida. Señor, ten
piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama
el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás
sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Derrama, Padre, tu
misericordia sobre tu pueblo suplicante, y ya que nos gloriamos de tenerte
por Creador y Señor, renueva en nosotros tu gracia y consérvala en tu
bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
II.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA, EXODO 16,2-4.12-15
Dios alimenta a su
pueblo en el desierto como signo de su constante protección. "Yo haré
llover pan del cielo"
En aquellos días, la
comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto,
diciendo: "¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto,
cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta
hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda
esta comunidad." El Señor dijo a Moisés: "Yo haré llover pan del
cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a
prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los
israelitas. Diles: "Hacía el crepúsculo comeréis carne, por la mañana
os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios.""
Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la
mañana, había una capa de rocío alrededor de campamento. Cuando se evaporó
la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino,
parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas dijeron: "¿Qué es
esto?" Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Es el pan que
el Señor os da de comer."
Palabra de Dios
COMENTARIO: Yo haré llover pan del cielo. Peregrinos los
israelitas por el desierto hacia la tierra de promisión, el alimento
providencial del maná fue signo permanente del amor divino sosteniendo su
indigencia de emigrantes. San Gregorio Magno dice:
-Truena Dios maravillosamente con su voz, porque con fuerza oculta
penetra incomparablemente nuestros corazones y, cuando con secretos
impulsos los oprime en el terror y los reforma en el amor, publica de
alguna manera calladamente con cuánto ardor debe ser seguido; y hácese en
el alma una grandeza de ímpetu, aunque no suena nada en la voz. La cual
tanto más fuertemente resuena en nosotros cuanto hace ensombrecer el oído
de nuestro corazón de todo sonido exterior.-
-Por lo cual el alma, recogida luego en sí misma por esta voz
interior, se maravilla de lo que oye, porque recibe la fuerza de la
compunción no conocida. La admiración de la cual fue bien figurada en
Moisés cuando el maná vino de arriba (Ex 16,15). Porque aquel dulce manjar
es llamado maná que quiere decir :“¿Qué es esto?” Y entonces decimos: ¿qué
es esto, cuando, no sabiendo lo que vemos nos maravillamos- (Tratados
morales sobre el libro de Job 27,42
SALMO RESPONSORIAL: 77
Consiente de la
maravilla obrada por Dios, el salmo recuerda las glorias del Señor.
R: El Señor les dio como alimento un trigo celestial
Lo que oímos y
aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron, lo contaremos a la futura
generación: las alabanzas del Señor, su poder. R.
Dio orden a las altas
nubes, abrió las compuertas del cielo: hizo llover sobre ellos maná, les
dio un trigo celeste. R.
Y el hombre comió pan
de ángeles, les mandó provisiones hasta la hartura. Los hizo entrar por las
santas fronteras, hasta el monte que su diestra había adquirido. R.
COMENTARIO: –Con el Salmo 77 decimos: “El Señor les
dio como alimento un trigo celestial”... Dio orden las altas nubes, abrió
las compuertas del cielo. Hizo llover sobre ellos maná, les dio pan del
cielo. El hombre comió pan de ángeles, el Señor les mandó provisiones hasta
la satisfacción»...
SEGUNDA LECTURA: EFESIOS 4, 17.20-24
"Vestíos de la
nueva condición humana, creada a imagen de Dios" , San Pablo nos
exhorta a seguir a Cristo despojándonos del hombre viejo
Hermanos: Esto es los que
digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles, que andan
en la vaciedad de sus criterios. Vosotros, en cambio, no es así como habéis
aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis
adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar
el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos
seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la
nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
Palabra de Dios
COMENTARIO: Vestíos de la nueva condición humana
creada a imagen de Dios. En la Nueva Alianza Cristo mismo es el misterio de
la vida divina que nos vivifica y nos transforma en hijos suyos. El paso de
una situación a otra se denomina «nueva creación» No se trata de un cambio
exterior, como el que tendría lugar en quien cambia de vestido, sino de una
renovación interior, por la que el cristiano, al ser hecho nueva criatura
en Jesucristo, puede vivir la justicia y la santidad con una profundidad y
verdad que superan las fuerzas de la propia naturaleza humana.
EVANGELIO: JUAN 6,24-35
A los que comieron el
pan material, Jesús los exhorta a conformarse con ello y buscar el alimento
de la vida Eterna. "El que
viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed"
En aquel tiempo, cuando
la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y
fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del
lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" Jesús
contesto: "Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos,
sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que
perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os
dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios."
Ellos le preguntaron: "Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar
en lo que Dios quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere
es ésta: que creáis en el que él ha enviado." Le replicaron: "¿Y
qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les
dio a comer pan del cielo."" Jesús les replicó: "Os aseguro
que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que
os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del
cielo y da vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre
de este pan." Jesús les contestó: "Yo soy el pan de vida. El que
viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."
Palabra del Señor
SE DICE EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el
poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a
los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de
los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la
vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE
LOS FIELES
Celebrante: Dejemos que el Espíritu renueve nuestra
mentalidad, y, vestidos de su gracia, oremos con confianza al Padre
diciendo: Mira a tu Hijo y escúchanos.
·
Para que a nadie falte el pan de la
Palabra de Dios y el alimento de su Cuerpo y Sangre. Oremos con fe.
·
Para que el Pueblo de Dios se vea siempre
acompañado por pastores que encarnen la misericordia y la bondad de Dios.
Oremos con fe.
·
Para que todos los esfuerzos por
garantizar un orden de justicia, paz y convivencia lleguen a buen fin.
Oremos con fe.
·
Para que los misioneros, los teólogos,
los catequistas y todos los que anuncian la Palabra de Dios lo hagan con
criterios evangélicos y no hagan acepción de personas. Oremos con fe.
·
Para que los que son esclavos del vicio y
del pecado se dejen transformar por la gracia y Cristo viva en sus
corazones. Oremos con fe.
·
Para que Jesús, el Pan de la Vida, sea el
alimento de nuestra fe y la fuerza que nos impulse a ser solidarios,
generosos y desinteresados. Oremos con fe.
Celebrante: Mira a tu
Hijo, que dio su vida por amor, y escucha las oraciones que en su nombre te
hemos dirigido, Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
III.
LITURGIA EUCARISTICA
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
Cristo muerto
y resucitado para nuestra salvación es nuestra gran ofrenda al Padre. Por
eso, junto a él, presentemos al Padre el firme propósito de buscar los
bienes eternos fortalecidos por Jesús, Pan de Vida.
Santifica los dones que
te presentamos, Señor, y, al aceptar este sacrificio espiritual,
conviértenos en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
DOMINICAL VIII
El que
viene a mí, jamás tendrá hambre,
dice Jesús. Por eso con aclamaciones y el canto, compartimos este himno de
alabanza al padre que nos invita a mantenernos siempre firmes en el
seguimiento de su Hijo.
ANTÍFONA DE
LA COMUNIÓN
Nos diste, Señor, el
pan del cielo, que tiene un sabor incomparable; satisface todos los gustos.
Comunión: Jesús
responde a nuestro pedido y nos da su Pan para alimentar nuestra fe. Con
alegría, nos acercamos a recibir el Pan de Vida.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña y protege
siempre, Señor, a quienes has renovado con este don celestial, y ya que nos
reconfortas constantemente concédenos participar de la redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV.-RITOS DE
CONCLUSIÓN
BENDICION
Canto final: Con la
alegría de haber hallado a Jesús el pan del cielo que satisface todos los
gustos, nos retiramos cantando
|
REFLEXIÓN BÍBLICA
|
"Yo soy el pan de vida. El que viene
a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."
Jn 6,24-35
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
"YO SOY EL PAN DE
VIDA"
Luego de la
multiplicación de los panes, el evangelista Juan se refiere a la búsqueda
de Jesús por parte del gentío. Y así es como lo encuentran junto a
Cafarnaúm y le dirigen esta pregunta: "Maestro, ¿cuándo has venido
aquí?" Jesús no
responde a lo que le preguntan, pero revela las verdaderas intenciones que
han impulsado a la gente a buscarle, desenmascarando una mentalidad
demasiado material; "Os lo aseguro, me buscáis, no
porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros”.
Todos siguen a Jesús por el pan material, sin comprender la señal hecha por
el profeta. Buscan más las ventajas materiales y pasajeras que las
ocasiones de adhesión y de amor. Ante esta ceguera espiritual, Jesús
proclama la diversidad que existe entre el pan material y corruptible y ese
otro; “perdura para la vida eterna”. Jesús entonces, invita a la
gente a superar el angosto horizonte en el que vive, para pasar a la fe.
Los interlocutores de Jesús le preguntan entonces: “¿qué obras tenemos que
hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”. Jesús pide una sola cosa:
la adhesión al plan de Dios, es decir, "La obra que Dios quiere es ésta:
que creáis en el que él ha enviado”.
La muchedumbre no está
satisfecha y pregunta: "¿Y qué signo vemos que haces tú,
para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra?”. El milagro de los panes
no es suficiente; quieren un signo particular y más estrepitoso, el nuevo
milagro del maná (c f. Sal 78,24), para reconocer al profeta de los tiempos
mesiánicos. Jesús, en realidad, da verdaderamente el nuevo maná, porque su
alimento es muy superior al que comieron los padres en el desierto: él da a
todos la vida eterna. Pero sólo el que tiene fe puede recibir ese don. El
verdadero alimento no está en el don de Moisés; Jesús les replicó: "Os
aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, ni en la ley,
sino en el don del Hijo, que el Padre ofrece a los hombres, él es el
verdadero pan del cielo; "Yo soy el pan de vida”. La
muchedumbre parece haber comprendido: “Entonces le dijeron: "Señor, danos
siempre de este pan." Entonces Jesús, evitando todo equívoco,
precisa: El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca
pasará sed." Es el don
amoroso hecho por el Padre a cada hombre. Él es la Palabra que han de
creer: quien se adhiere a él da un sentido a su propia vida y consigue su
propia felicidad.
2. EN BUSCA DE JESUS
El milagro que Jesús ha
hecho multiplicando los panes es extraordinario, entonces no quieren
separarse de Él. Después que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres,
despidió a la multitud después de la multiplicación de los panes. Esto fue
la misma tarde, al embarcarse los discípulos. El Evangelio dice que: Al día
siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla, es decir un
pequeño grupo se habría quedado allí, a la espera de Jesús, que no había
embarcado, y que acaso ese a lo que alude san Juan, es decir, en la región
de et-Batiha, donde multiplicó los panes.
Las gentes que se
habían retirado, lo mismo que la que se había quedado, habían constatado
esto: que Jesús no había embarcado con los discípulos, con eso queda
ratificado que Jesús hizo su caminata milagrosa sobre las aguas, y que no
había quedado allí más que una barca.
Mientras tanto, unas barcas
de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan Pero al
siguiente día de la multiplicación de los panes vinieron a este lugar
diversas barcas procedentes de Tiberíades, sin que se diga el motivo de
esta arribada. Acaso en busca de Jesús, avisados por algunos de los que
hubiesen retornado la víspera, o por el rumor de que se hallase allí.
Tiberíades era capital y, situada en el lago, era el puerto principal de
Galilea. Josefo, historiador judío, hace ver el gran movimiento de naves que
en él había en ese lugar.
Como estas gentes que
había quedado allí se dieron cuenta que no podían encontrar a Jesús, aunque
no lo vieron embarcar; y como vieron que los discípulos se dirigieron a
Cafarnaúm, aprovecharon la oportunidad de estas barcas que acababan de
llegar de Tiberíades, se embarcaron en ellas, dice san Juan: subieron a las
barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Aquí lo van a encontrar, y
en esta villa tendrá lugar el discurso sobre el “Pan de vida.”
3.
ME BUSCAN, NO PORQUE
VIERON SIGNOS, SINO PORQUE HAN COMIDO PAN HASTA SACIARSE
Al encontrarlo en la
otra orilla, le preguntaron: Maestro, - cuándo llegaste - . La pregunta que
le hacen con el título honorífico de Maestro, Rabí, lleva un contenido
sobre el modo extraordinario como vino. Sabían que no se había embarcado ni
venido a pie con ellos. Deben haber estado maravillados, al pensar como
había venido Jesús. Era un volver a admitir el prodigio en su vida.
La respuesta de Jesús
pasa por alto aparentemente la cuestión para ir directamente al fondo de su
preocupación. No le buscan por el milagro como signo que habla de su
grandeza y que postula, en consecuencia, obediencia a sus disposiciones,
sino que sólo buscan el milagro como provecho, Jesús les respondió: “Les
aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han
comido pan hasta saciarse”.
Que busquen, pues, el
alimento no temporal, aun dado milagrosamente, sino el inmortal, el que
permanece para la vida eterna, y éste es el que dispensa el Hijo del hombre,
por eso le dice; “Trabajen,
no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida
eterna, el que les dará el Hijo del hombre; y cuya garantía es que el
Padre”, que es al que ellos llaman Dios, el Padre, marcó con su
sello. La credencial del que lo envía, son los milagros, los signos.
4.
BUSCAN A DIOS NO POR
DIOS, SINO POR LA AYUDA QUE PUDIERAN CONSEGUIR DE EL
En nuestra realidad de
hoy, con cierta pena vemos como sucede que hay personas que buscan en la
religión algo que les resulte conveniente, entonces buscan a Dios no por
Dios, sino por la ayuda que pudieran conseguir de Él, y además exigen
rapidez, luego suceden que la respuesta les tarda en llegar, entonces,
pierden la fe y le dan la espalda la Señor. No es el alimento material el
que debemos buscar, sino el que permanece por siempre, hasta la Vida
Eterna.
Hasta aquí las
multitudes, y sobre todo los que los guiaban, no tienen dificultad mayor en
admitir lo que Jesús les dice, principalmente por la misma incomprensión
del hondo pensamiento de Jesús. Por eso, no tienen inconveniente en
admitir, como lo vieron en la multiplicación de los panes, que Jesús esté
sellado por Dios para que enseñe ese verdadero y misterioso pan que les
anuncia, y que es alimento que permanece hasta la vida eterna.
5.
LA OBRA DE DIOS ES QUE
USTEDES CREAN EN AQUEL QUE ÉL HA ENVIADO
De ahí el preguntar qué
- Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios - es
decir, para que Dios les retribuya con ese alimento maravilloso. Piensan,
seguramente, que puedan ser determinadas formas de sacrificios, oraciones,
ayunos, limosnas, que eran las grandes prácticas religiosas judías.
Pero la respuesta de
Jesús es de otro tipo y terminante. En esta hora mesiánica es que - Jesús
les respondió: - La obra de Dios es que ustedes crean en
aquel que él ha enviado - Fe que, en San Juan, es con obras (San
Juan 2:21; cf. San Juan 13:34). La multitud comprendió muy bien que en
estas palabras de Jesús no sólo se exigía reconocerle por legado de Dios,
sino la plena entrega al mismo.
Esto es lo que nos dice
con mucha claridad Jesús, no está Dios para servir al hombre, al contrario,
el hombre está para servir a Dios. Dios atiende nuestras plegarias y
necesidades, todo esto por el gran amor que les tiene a los hombres, pero
debemos estar siempre dispuestos a servirle, haciendo su voluntad, viviendo
una vida y una conducta agradable a Dios, y a Él le dejamos su
misericordioso auxilio. Jesús, le
dijo a Catalina de Siena: Tu preocúpate de Mí, Yo me preocupare de tí y de
tus cosas
6.
¿QUÉ SIGNOS HACES PARA
QUE VEAMOS Y CREAMOS EN TI?
La gente preguntó a
Jesús: "¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti?”,
Los que le preguntaban esto a Jesús, aún no están convencidos, en el
capítulo anterior de este evangelio, había comentado que las gentes estaban
impresionadas, maravilladas con Jesús, el milagro que él hizo multiplicando
los panes fue extraordinario, entonces no querían separarse de Él. Sin
embargo, estos que preguntan vienen, por una lógica insolente, a pedirle un
nuevo milagro, y preguntan casi despectivamente: “¿Qué obra realizas?”
En ellos, está presente
el hecho del Éxodo. El desierto, la multiplicación de los panes en él,
contra el que evocará la multitud el maná y dicen a Jesús: “Nuestros
padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de
comer el pan bajado del cielo”. La murmuración de estos judíos
contra Jesús, como Israel en el desierto, y, por último, la Pascua próxima,
es un nuevo vínculo al Israel en el desierto. Ya el solo hecho de destacarse
así a Jesucristo es un modo de superponer planos para indicar con ello, una
vez más, la presentación de Jesús como nuevo Moisés: Mesías.
7.
PAN DEL CIELO LES DIO A
COMER.
Los judíos exigían
fácilmente el milagro como garantía. La multiplicación de los panes les
evocaba fácilmente, máxime en aquel lugar desierto en el que habían querido
proclamarle Rey-Mesías, el milagro del maná. Y esto es a lo que aluden y
alegan. Los padres en el desierto comieron el maná (Ex 16:4ss). La cita,
tal como está aquí, evocaba, sobre todo, el relato del maná, pero
magnificado en el Salterio, en el que se le llama pan del cielo (Sal
105:40; Neh 9:15; Sal 16:20). La cita era insidiosa. Pues era decirle: Si
Moisés dio el maná cuarenta años, y que era pan del cielo, y a una multitud
inmensamente mayor, pues era todo el pueblo sacado de Egipto, y, a pesar de
todo, no se presentó con las exigencias de entrega a él, como tú te
presentas, ¿cómo nos vamos a entregar a ti? Por lo que le dicen que, si
tiene tal presunción, lo pruebe con un milagro proporcionado.
Estaba en el ambiente
que en los días mesiánicos se renovarían los prodigios del Éxodo (Miq
7:15). El Apocalipsis apócrifo de Baruc dice: “En aquel tiempo descenderá
nuevamente de arriba el tesoro del maná, y comerán de él aquellos años.” Y
el rabino Berakhah decía, en síntesis, “El primer redentor (Moisés) hizo
descender el maná. E igualmente el último redentor (el Mesías) hará
descender el maná.”
8.
LES ASEGURO QUE NO ES
MOISÉS EL QUE LES DIO EL PAN DEL CIELO
Si el Mesías había de
renovar los prodigios del Éxodo, no pasaría con ello de ser otro Moisés.
¿Por quién se tenía a Jesús? ¿Qué señal tenía que hacer para probar su
pretensión? Pero la respuesta de Jesús desbarata esta argumentación,
entonces respondió: "Les aseguro que no es Moisés el
que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo”.
Jesús es muy claro con ellos, así se los hace ver.
En primer lugar, no fue
Moisés el que dio el maná, puesto que Moisés no era más que un instrumento
de Dios, así Jesús les dice: “mi Padre les da el verdadero pan del
cielo porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al
mundo”. Es decir, aquel pan venía de otra realidad y no era el pan
verdadero, porque sólo alimentaba la vida temporal; pero el verdadero pan
es el que da la vida eterna; ni el maná tenía universalidad: sólo
alimentaba a aquel grupo de israelitas en el desierto, mientras que el pan
verdadero es el que desciende del cielo y da la vida al mundo.
9.
EL QUE VIENE A MÍ JAMÁS
TENDRÁ HAMBRE; EL QUE CREE EN MÍ JAMÁS TENDRÁ SED
Si directamente alude a
la naturaleza del verdadero pan del cielo, no está al margen de él su
identificación con Jesús. Si la naturaleza del verdadero pan de Dios es el
que baja del cielo y da la vida al mundo, entonces es Jesucristo el que se
identificará luego, explícitamente, con este pan. Los judíos, impresionados
o sorprendidos por esta respuesta, tan categórica y precisa, pero
interpretada por ellos en sentido de su provecho material, le piden que él
les dé siempre de ese pan, como la Samaritana (Jn 4:15).
Es así como ellos le
dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”. Jesús les respondió: “Yo
soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en
mí jamás tendrá sed".
Probablemente vuelve a
ellos el pensamiento de que Cristo es el Mesías, y esperan de El nuevos
prodigios. Pero ignoran en qué consistan, y no rebasan la esperanza de un
provecho material. Pero ese pan, que aún no habían discernido lo que fuese,
se les revela de pronto: “Yo soy el pan de vida”
Nosotros estamos con
hambre de verdad, sed de felicidad. Jesús, hace que estas aspiraciones sean
verdaderas. En efecto, solo en Jesucristo podremos saciar esta hambre, solo
con El podremos calmar nuestra sed. Jesús no solo nos entrega la verdad, el
mismo es la Verdad del Padre. Entonces si nuestro corazón busca con
desesperación la verdad y la felicidad, no la busquemos en otro lugar más
que en Jesús.
San Agustín, escribió:
“Señor, nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto y sin sosiego,
mientras no descasa en TI”
El Señor nos Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA (3)
|
EL
PAN DE LA VIDA
Es menester ponerse en el lugar de los
interlocutores de Moisés, de Aarón y de Jesús y comprender sus
dificultades, unas dificultades reales. Los israelitas estaban cargados de
razones para murmurar: ¿qué vida es esta que nos hacéis llevar en el
desierto? ¿Valía la pena? ¿No estábamos mejor cuando estábamos peor? ¿Quién
podría decir que están equivocados? Se trata de una vida de miseria y sin
perspectivas, de una vida que se desarrolla en una inseguridad total. Una
vida en la que se juegan la supervivencia.
También los interlocutores de Jesús tenían más
de un motivo para mostrarse perplejos, dado que un hombre, aunque fuera
prestigioso, se autoproclama «el pan de la vida». ¿No es un poco demasiado?
¿No se está exaltando? ¿No está exagerando, visto el éxito del milagro? Es
cierto que es capaz de dar pan para comer; ahora bien, para llegar a
considerarse el «pan bajado del cielo», el pan definitivo, queda todavía
mucho trecho. Es preciso reconocer que los que murmuraban o se mostraban
perplejos tenían sus buenas razones para hacerlo.
Y debo reconocer que también yo, si me hubiera
encontrado en las mismas circunstancias, habría tenido más o menos las
mismas reacciones, precisamente porque pienso normalmente que es necesario
ser concretos, mantenerse con los pies en el suelo, no dejarse fascinar ni
arrastrar por fáciles entusiasmos que, después, se revelan ilusorios. Y
conmigo, también la gente de hoy, quizás la gran mayoría, habría tenido las
mismas reacciones razonables, sensatas, casi obvias. Y tanto más por el hecho
de que nuestra sociedad nos ha educado para prever, calcular, usar la
razón. Sin
embargo.................................
|
ORACION (3)
|
Fíjate, Señor, cómo ciertos pasos resultan difíciles. Y tú lo sabes
bien, porque has puesto en nosotros el instinto de conservación, que es una
de las fuerzas más poderosas que rigen la vida. Hoy te pido que hagas más
poderoso aún este instinto, a saber: que lo extiendas a la Vida, a la vida
que tú prometes, a la vida que debe durar para siempre, de suerte que pueda
sentir dentro de mí las razones del corazón, las razones de la Vida, la
pregunta sobre el cómo alimentarla.
Te pido que me hagas percibir este instinto vital superior al menos
con la misma fuerza que el natural, para que mis decisiones sean prudentes
y sabias, no ligadas sólo al sentido común, y tampoco estén dictadas por la
facilidad para creer cualquier propuesta milagrera.
Otra cosa te pido aún: concédeme el espíritu de discernimiento, para
que sepa distinguir entre la verdadera fe y las ilusiones, el carácter
razonable de mi modo de pensar y la apertura a tu posible acción en el
mundo.
Haz, oh Señor, que no desista nunca de ser un hombre bien arraigado
en la realidad y, al mismo tiempo, abierto también a tu Realidad, a ti, que
puedes sorprenderme y venir a mi encuentro en cualquier momento; a ti, que
puedes dar la vuelta en un instante a la marcha normal de las cosas, para
plantearme la pregunta radical sobre en qué pongo mi confianza.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está
preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de
Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y
por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este
servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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