MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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02-08-2021

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LITURGIA DE LAS HORAS

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ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 69,2.6

Líbrame, Dios mío. Señor, ven pronto a socorrerme. Tú eres mi ayuda y mi libertador; no tardes, Señor.

ORACIÓN COLECTA

Derrama, Padre, tu misericordia sobre tu pueblo suplicante, y ya que nos gloriamos de tenerte por Creador y Señor, renueva en nosotros tu gracia y consérvala en tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Núm 11, 4-15

COMENTARIO: Israel al sentir el hambre, pide comida. Saciados y hartos del maná, piden carne. Protestan ante Moisés y éste se dirige a Dios. La oración de Moisés en este pasaje es una de sus más emotivas intercesiones ante Dios a favor del pueblo. A estas quejas responde Dios con una doble promesa: el problema de la comida será resuelto con la bandada de codornices; el problema del peso del pueblo será aliviado con la participación de un senado compuesto de setenta ancianos.

Lectura del libro de los Números.

Los israelitas dijeron: “¡Si al menos tuviéramos carne para comer! ¡Cómo recordamos los pescados que comíamos gratis en, Egipto, y los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos! ¡Ahora nuestras gargantas están resecas! ¡Estamos privados de todo, y nuestros ojos no ven nada más que el maná!”. El maná se parecía a la semilla de cilantro y su color era semejante al del bedelio. El pueblo tenía que ir a buscarlo; una vez recogido, lo trituraban con piedras de moler o lo machacaban en un mortero, lo cocían en una olla, y lo preparaban en forma de galletas. Su sabor era como el de un pastel apetitoso. De noche, cuando el rocío caía sobre el campamento, también caía el maná. Moisés oyó llorar al pueblo, que se había agrupado por familias, cada uno a la entrada de su carpa. El Señor se llenó de una gran indignación, pero Moisés, vivamente contrariado, le dijo:

“¿Por qué tratas tan duramente a tu servidor? ¿Por qué no has tenido compasión de mí, y me has cargado con el peso de todo este pueblo? ¿Acaso he sido yo el que concibió a todo este pueblo, o el que lo dio a luz, para que me digas: ‘Llévalo en tu regazo, como la nodriza lleva a un niño de pecho, hasta la tierra que juraste dar a sus padres’? ¿De dónde voy a sacar carne para dar de comer a todos los que están llorando a mi lado y me dicen: ‘Danos carne para comer’? Yo solo no puedo soportar el peso de todo este pueblo: mis fuerzas no dan para tanto. Si me vas a seguir tratando de ese modo, mátame de una vez. Así me veré libre de mis males”.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 80, 12-17

R. ¡Escuchemos la voz del Señor!

Mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no me quiso obedecer: por eso los entregué a su obstinación, para que se dejaran llevar por sus caprichos. R.

¡Ojalá mi pueblo me escuchara, e Israel siguiera mis caminos! Yo sometería a sus adversarios en un instante, y volvería mi mano contra sus opresores. R.

Los enemigos del Señor tendrían que adularlo, y ese sería su destino para siempre; Yo alimentaría a mi pueblo con lo mejor del trigo y lo saciaría con miel silvestre. R.

ALELUYA Mt 4,4

Aleluya. El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Aleluya.

EVANGELIO. Mt 14, 13-21

COMENTARIO: Jesús, que se ha negado a un milagro fácil y cómodo para satisfacer su hambre en el desierto porque vive de la Palabra de Dios, ha repartido a la gente esa palabra y recurre al milagro para darles también el pan. Una palabra que no lleve a dar también pan al hambriento y vestido al desnudo, no es Palabra de Dios.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Al enterarse de la muerte de Juan el Bautista, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, sanó a los enfermos. Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: “Éste es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos”. Pero Jesús les dijo: “No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos”. Ellos respondieron: “Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados”. “Tráiganmelos aquí”, les dijo. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastos. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica los dones que te presentamos, Señor, y, al aceptar este sacrificio espiritual, conviértenos en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sab 16,20

Nos diste, Señor, el pan del cielo, que tiene un sabor incomparable; satisface todos los gustos.

O bien: Cfr.  Jn 6;35

Dice el Señor: Yo soy el pan de vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre, y el que cree en mí  jamás tendrá sed.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Acompaña y protege siempre, Señor, a quienes has renovado con este don celestial, y ya que nos reconfortas constantemente concédenos participar de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente”

Mateo 14,13-21

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.     JESÚS SE RETIRA EN BARCA A UN LUGAR DESIERTO

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado.

Jesús se retira en barca a un lugar desierto a causa de la noticia de la muerte del Bautista; Van a un lugar desierto, cerca de Betsaida (Lc). Dice el Evangelio: Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. La gente se dio cuenta y lo siguió a pie desde los pueblos. La multitud que oyó esto y que le iba a buscar debía de ser en gran parte de gentes que se iban concentrando allí para ir a la muy cercana Pascua, en caravanas, a Jerusalén. Acaso estas gentes se encontraron en Cafarnaúm, centro caravanero para ir a Jerusalén por el valle del Jordán, evitando así las molestias de ir por Samaría. De Cafarnaúm a Betsaida hay a pie 10 kilómetros.

2.     SE COMPADECIÓ DE ELLA Y CURÓ A LOS ENFERMOS

Al desembarcar vio Jesús a la muchedumbre, se compadeció de ellos y curó a los enfermos. Podemos suponer que un retraso por conversación o con viento en contra permitió a las gentes llegar a aquella zona antes que Él. También relata Mateo que: Al desembarcar vio Jesús a la muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Hubo curaciones. Marcos dirá que se compadeció de ellos porque estaban como ovejas sin pastor, frase de evocación bíblica (Ez 34:5), que aquí tiene su aplicación por estar a merced del fariseísmo y sin la enseñanza del verdadero Pastor (Ez c.34).

3.     SIEMPRE MOTIVADO POR UN AUTENTICO SENTIMIENTO DE AFECTO

Jesús nos muestra como en casi en todos los Evangelios su carácter lleno de sentimientos de pena y lástima por la desgracia o por el sufrimiento ajeno. Siempre nos enseña esa natural inclinación a compadecerse y mostrarse comprensivo ante las miserias y sufrimientos, siempre motivado por un auténtico sentimiento de afecto, cariño y solidaridad hacia aquella gente que estaba cansada y hambrienta, por querer estar en su compañía, es así como sintió una gran compasión y curó a los enfermos que ellos traían.

4.     LOS DISCÍPULOS ESTÁN PREOCUPADOS

Mateo relata: Como ya se hacía tarde, pone en conocimiento que el día está por terminar, y ya no hay tiempo necesario para poder ir a proveerse de víveres y alojamientos, entonces se acercaron sus discípulos a decirle: Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Los discípulos están preocupados, lo que había llevado como provisiones, no era suficiente para tanta gente. La enseñanza que impartía de Jesús debe haber sido cautivante, se había quedado más tiempo de lo considerado y se habían agotado los víveres. Entonces los discípulos le dicen al Señor: Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren algo de comer.

5.     DENLES USTEDES DE COMER

Pero Jesús les contestó: No hace falta que vayan; denles ustedes de comer. Ellos le respondieron: No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados. El Corazón de Jesús, siempre está dispuesto a dar una solución y no titubea en recurrir a lo que Él puede hacer, para ir en ayuda a tanta gente hambrienta, entonces le dijo: Tráiganmelos. Jesús dan pan material a las gentes, pero él sabe que también los hombres sienten hambre de Dios, las dos hambres que experimenta el hombre y los dos son urgentes de atender.

6.     MANDÓ QUE LA GENTE SE RECOSTARA EN LA HIERBA.

Luego mandó que la gente se recostara en la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la mirada al cielo, pronunció una bendición. Jesús elevó los ojos al cielo. Este gesto de Jesús era frecuente en su oración. En cambio, no era usual en las costumbres rabínicas, porque se decía: “La regla es que el que ora ha de tener los ojos bajos y el corazón elevado al cielo.” Jesús no enseña nuevamente que todo viene del Padre, El está con su corazón en ese momento en la tierra, pero levanta los ojos al cielo, enseñándonos que es allí donde debemos mirar, porque todo viene de Dios y todo nos debe llevar a Dios. También el relato nos dice que: pronunció una bendición. Jesús sigue la tradición judía. La costumbre rabínica había establecido que no se comiese o bebiese sin bendecir los alimentos, pues equivalía a un pecado de infidelidad.

7.     PARTIÓ LOS PANES Y SE LOS DIO A LOS DISCÍPULOS

También dice Mateo que: partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. El milagro se hizo en las manos de Jesús, y se puede suponer que se fue multiplicando en las manos de los discípulos, porque de lo contrario hubiese sido incesante e inacabable ir y venir a Jesús. Entonces, Jesús no sació directamente el hambre, lo hace a través de sus discípulos, es así como les dios a ellos los panes y estos a las gentes.

8.     TODOS COMIERON HASTA SACIARSE

Así han de ser los apóstoles de hoy, en ningún caso indiferente a las necesidades de los demás, siempre dispuestos a atender y acudir en la ayuda de los necesitados, con generosidad y sin pensar muchas veces en el descanso, porque esto se hace por el amor a Cristo, por amor al Padre Bueno y a todos sus hermanos.

Los apóstoles le ofrecieron a Jesús todo lo que tenían, fruto del trabajo y del esfuerzo, solo cinco panes y Jesús hizo todo los demás. El Evangelio continúa: Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.

El milagro fue tan abundante, que todos se saciaron y luego recogieron doce canastos sobrantes. Era uso judío recoger, después de las comidas, los trozos de comida caídos a tierra. El milagro se constataba bien: las sobras eran más que la materia de cinco panes para el milagro.

9.     LAS GENTES QUE NO TIENEN QUÉ COMER EN EL DESIERTO

En el trasfondo de este hecho está la evocación de Moisés, viniendo a ser ello una tipología de esta obra de Jesús. A las gentes que no tienen qué comer en el desierto (Núm 11:13.14), Moisés, con su oración, logra el maná. En esta época se esperaba que el Mesías saliese del desierto, y aparecieron por entonces varios pseudo Mesías, que llevaban las gentes al desierto, donde las prometían señales prodigiosas y de donde saldrían triunfadores, pero se cuenta que su fin fue desastroso. Igualmente, en los días mesiánicos, como renovación de los días del desierto, se esperaba una lluvia perpetua de maná.

Todo esto podía provocar una explosión de entusiasmo mesiánico en torno a Jesús. Pero Jesús despachó a las gentes y discípulos, para que no se dejasen contagiar de aquel mesianismo, no era el auténtico, ni la hora de su plena proclamación, y El mismo se marchó solo a un monte a hacer oración.

La esperanza de las gentes que habían seguido a Jesús, no quedo fallida, ellos recibieron lo que necesitaban, llegaron enfermos y fueron curados, para saciar su hambre les proporcionó pan, para saciar su espíritu, Él les entrego su la Palabra.

10.  PONGAMOS EN MANOS DE LOS DEMÁS COMPARTIENDO SOLIDARIAMENTE

El que sigue resueltamente a Jesucristo, encuentra todo lo que necesita para sí, en esta vida terrenal y luego en la vida eterna. Nuestro amado Padre Bueno, ya nos ha regalo su amor. En Cristo nos ha dado todo, se ha dado a sí mismo. ¿Qué otro poder será más fuerte que este amor generoso y apasionado que el Padre manifestó en Jesús? Este amor nos sostiene en medio de toda circunstancia adversa. Así lo comprendió también San Pablo; ¿Quién podrá separamos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? (Rom 8, 35).

Así como Pablo, que convencido de que en el amor de Cristo tiene la fortaleza para vencer cualquier dificultad, así también sea para nosotros el mismo convencimiento. Así como las gentes dejaron todo por seguir al Señor hasta el desierto, y sin importarle el hambre no se apartaron de Él,  que ninguna adversidad nos contenga para seguirle.

Así como el Señor pone en nuestras manos muchos bienes, pongamos en manos de los demás compartiendo solidariamente lo que tenemos, para que le demos a otros nosotros mismos.

Cristo Jesús viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

LA RESPUESTA DE JESÚS ES EFICAZ, MILAGROSA.

Aunque no están ligadas entre sí de una manera estructural, ambas lecturas dejan entrever una unidad temática que recorre el mensaje bíblico de hoy.

En la lectura del libro de los Números encontramos un pueblo en camino, sometido al cansancio y a la prueba; un pueblo al que le resulta fácil ceder a la nostalgia del pasado cuando no se deja dirigir por el espíritu de fidelidad a la alianza estipulada con YHWH, sino por ese instinto mucho más fuerte del hambre y del placer que producen los alimentos, aunque se trate de ajos y cebollas. El camino de Israel por el desierto fue considerado siempre por los Padres de la Iglesia un paradigma del itinerario del cristiano y de la Iglesia. El futuro produce espanto; el alimento «ligero» del espíritu no basta. La nostalgia del pasado está al acecho. El pueblo no capta la delicadeza de las exigencias de Dios. Todo camino cristiano tiene sus pruebas. Pero ¡ay del que mira hacia atrás! Al cristiano no le falta el alimento cotidiano, ni tampoco ese alimento ligero y cotidiano de la Palabra y del pan y el vino eucarísticos. Pero ¿qué es este alimento ligero para hacer frente a la pesadez de la vida diaria? Sin embargo, Dios no tiene otro alimento definitivo para darnos.

El episodio evangélico presenta a Jesús, cual nuevo Moisés en el desierto, en medio de una muchedumbre cansada, hambrienta, enferma, a la que tal vez le cuesta un poco seguir a un Mesías del que lo espera todo, incluso una liberación política. La respuesta de Jesús es eficaz, milagrosa. Pero, en el fondo, Jesús no hace milagros cada día. Los signos que realiza necesitan también ser recibidos con fe, lo mismo que su persona. Por lo demás, Jesús no vive sino de la comunión diaria con el Padre y de la sencillez con la que comparte todo con sus discípulos. Y esto es suficiente. En el caso del cristiano, el maná cotidiano de la Palabra y de la eucaristía es también pan para el camino, viático para la jornada.

ORACION (3)

 

Nos sentimos reflejados, Señor, en la actitud del pueblo de Israel en el desierto También nosotros, aun recibiendo cada día el maná que nos ofrece la salvación, sentimos en el fondo de nuestro corazón nostalgias inconfesables de otros alimentos y de otras bebidas. La ligereza del alimento celestial a menudo no nos basta y, aun habiendo experimentado la libertad y la liberación con el éxodo del pecado, miramos hacia atrás, soñando con los ojos abiertos al pasado y olvidándonos casi del don de la liberación. Nuestro desierto se vuelve en ocasiones árido, y el camino por él se hace pesado, y de este modo nos dejamos engañar por espejismos, por paisajes absolutamente imaginarios.

Señor Jesús, queremos ser peregrinos por el desierto de la vida, pero sin sentir nostalgia del pasado, sino tendiendo más bien hacia el futuro de una tierra de promisión. Más aún: deseamos no sólo no aumentar el número de los murmuradores decepcionados, sino expresarte nuestro agradecimiento por el alimento diario de la Palabra y de la eucaristía. Y contigo, como en la multiplicación de los panes y los peces, dirigir la mirada al Padre, darle gracias por su dones, compartiendo con todos la alegría de sentirnos amados por un Padre providente.

FUENTES DE LA PAGINA

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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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