MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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03-04-2022

Edición Nº 9.258

LITURGIA DE   LAS HORAS

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V DOMINGO DE CUARESMA

LA GRANDEZA DEL PERDÓN DE CRISTO

http://www.egrupos.net/grupo/misadiaria/archivo/indice/3911/msg/3922/cid/image005.png@01D17C73.ED2FEF80Si el evangelio del domingo pasado nos revelaba el pecado como ruptura con el Padre, hoy nos lo presenta como infidelidad al Esposo. Esa mujer adúltera somos cada uno de nosotros, que, en lugar de ser fieles al amor de Cristo (2 Cor 11,2), le hemos fallado en multitud de ocasiones. Ahí radica la gravedad de nuestros pecados: el amor de Cristo despreciado. Lo mismo que el pueblo de Israel (Os 1,2; Ez 16), también nosotros somos merecedores de reproche: “¡Adúlteros¡ ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios” (Sant 4,4).

Por otra parte, el conocimiento del propio pecado es lo que nos hace radicalmente humildes. Los acusadores de esta mujer desaparecen uno tras otro cuando Jesús les hace ver que son tan pecadores como ella. La presente Cuaresma quiere dejarnos más instalados en la verdadera humildad, la que brota de la conciencia de la propia miseria y no juzga ni desprecia a los demás (cfr. Lc 18, 9-14).

Finalmente, este relato manifiesta toda la fuerza y la profundidad del perdón de Cristo, que no consiste en disimular el pecado, sino en perdonarlo y en dar la capacidad de emprender un camino nuevo: “Vete, no peques más en adelante”. La grandeza del perdón de Cristo se manifiesta en el impulso para vencer el pecado y vivir sin pecar.

Para ver la Reflexión completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este domingo pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS

 

I. RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42 1-2

Hazme justicia, Señor, y defiende mi causa contra la gente sin piedad: líbrame del hombre falso y perverso, Señor, porque tú eres mi Dios, mi fortaleza.

ACTO PENITENCIAL

·         Tú borras nuestras culpas. Señor, ten piedad.

·         Tú eres bondadoso y compasivo. Cristo, ten piedad.

·         Tú no viniste a condenar sino a salvar. Señor, ten piedad.

No se dice Gloria a Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, te rogamos que tu gracia nos conceda participar generosamente de aquel amor que llevó a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA Is 43, 16-21

Lectura del libro de Isaías.

El profeta recuerda las hazañas que el Señor hizo en el pasado para exhortar al pueblo a seguir creyendo en lo que el Señor hará por ellos. Aunque sea imposible que un río brote en el desierto, Dios puede hacerlo. Y seguirá haciendo maravillas para dar vida al pueblo.

Así habla el Señor: el que abrió un camino a través del mar y un sendero entre las aguas impetuosas; el que hizo salir carros de guerra y caballos, todo un ejército de hombres aguerridos; ellos quedaron tendidos, no se levantarán, se extinguieron, se consumieron como una mecha. No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas; Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta? Sí, pondré un camino en el desierto y ríos en la estepa. Me glorificarán las fieras salvajes, los chacales y los avestruces; porque haré brotar agua en el desierto y ríos en la estepa, para dar de beber a mí Pueblo, mi elegido, el pueblo que yo me formé para que pregonara mi alabanza.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 125, 1-6

Frente a esta acción renovadora del Señor, el salmo nos invita a cantar nuestra alegría. Participamos de esta oración, aclamando: Grandes cosas hizo el Señor por nosotros.

R. ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. R.

Hasta los mismos paganos decían: « ¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!» ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría! R-

¡Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Négueb! Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones. R.

El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas.

R. ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!

(El Negueb, la parte más meridional de Palestina, árida y seca, sólo productiva por el agua que desciende de los torrentes que bajan desde Bersabé hasta Cades en los montes de Judá, hasta los valles que limitan con el mar Mediterráneo.)

SEGUNDA LECTURA Flp 3, 8-14

Pablo tiene una certeza plena en la salvación que Dios ha realizado en Cristo. Por Cristo y no por nuestros propios méritos al cumplir la ley, Dios actúa con su poder para darnos la resurrección. Una vez que hemos conocido a Cristo y el poder salvador que Dios manifiesta en la resurrección, todas las demás cosas se vuelven secundarias.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos.

Hermanos: Todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él, he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a él, no con mi propia justicia –la que procede de la Ley– sino con aquella que nace de la fe en Cristo, la que viene de Dios y se funda en la fe. Así podré conocerlo a él, conocer el poder de su resurrección y participar de sus sufrimientos, hasta hacerme semejante a él en la muerte, a fin de llegar, si es posible, a la resurrección de entre los muertos. Esto no quiere decir que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo no pretendo haberlo alcanzado. Digo solamente esto: olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia adelante y corro en dirección a la meta, para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN Jn 12, 12-13

Vuelvan a mí de todo corazón, porque soy bondadoso y compasivo, dice el Señor.

EVANGELIO Jn 8, 1-11

Los escribas y fariseos traen a una mujer sorprendida en adulterio, para apedrearla, argumentando que así lo manda la ley de Moisés. Sin embargo, la ley ordenaba juzgar a ambos adúlteros, mujer y hombre. Estos acusadores sólo traen a la mujer, y quieren usarla como un medio para verificar si el Maestro es fiel cumplidor de las cláusulas de la ley dadas por Moisés. El Maestro plantea un argumento que supera la ley. Él apela a la conciencia de cada uno. Si se condena el pecado, debe condenarse todo pecado, no sólo el de adulterio. Él no vino a condenar sino a dar a toda la humanidad, hombres y mujeres, la oportunidad de una vida nueva.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles. Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?» Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían, se enderezó y les dijo: «Aquél de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra». E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo. Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose, le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?» Ella le respondió: «Nadie, Señor». «Yo tampoco te condeno le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante».

Palabra del Señor.

EL CREDO

Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada intención, pedimos: Ayúdanos a convertirnos de todo corazón.

·         Para que la Iglesia siga siendo el signo de la compasión y el perdón de Dios. Oremos.

·         Para que aquellos que tienen por oficio juzgar a los demás lo hagan con justicia y caridad. Oremos.

·         Para que todos los que sufren el peso de sus pecados pasados recurran a la compasión del Señor. Oremos.

·         Para que los que, en esta Cuaresma, se prepararon para el bautismo encuentren acogida y amor fraterno en la comunidad. Oremos.

(Añadir y/o sustituir intenciones dando lugar a otras que reflejen las necesidades del momento y/o de la comunidad).

III. LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escúchanos, Dios todopoderoso, y por este sacrificio purifica a estos hijos tuyos que has iniciado en la fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DE CUAREMA

RITO DE COMUNIÓN

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

LA PAZ

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CORDERO

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 8, 10-11

«Mujer, ¿alguien te ha condenado?». Ella respondió: «Nadie, Señor». «Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete y no peques más en adelante».

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos que podamos contarnos siempre entre los miembros de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre hemos recibido. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

IV. RITO DE CONCLUSIÓN

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Padre, bendice a tu pueblo que espera en tu misericordia y concédele que obtenga lo que desea por tu inspiración.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

BENDICIÓN

Canto final

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"Yo tampoco te condeno -le dijo Jesús-.”

Juan 8, 1-11

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    ¿ESTÁN EN CONCIENCIA EN CONDICIONES DE CONDENAR?

Cada vez que leo este fragmento del Evangelio de san Juan, no me puedo apartar de la idea de donde estaba el hombre con el cual se cometía el adulterio, pues también tenía que responder por la falta, tal vez estaba oculto en la multitud acusadora, o con una piedra escondida en las manos. El evangelista no lo dice. La acusada esta indefensa ante la ignominia, está en una situación y estado de quien ha perdido el respeto de los demás, en este caso por su conducta, considerado como acto vergonzoso, pero y los acusadores, ¿están en conciencia en condiciones de condenar?

Como en otras ocasiones, los escribas y fariseos, intentan tenderle una trampa a Jesús, tratando de enfrentarlo al pueblo y hacerlo aparecer como alguien que quebranta la ley, así entonces tener motivos para acusarlo y condenarlo.

2.    ENTONCES SE SENTÓ Y COMENZÓ A ENSEÑARLES”

Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Se está en los días de la fiestas de los Tabernáculos (Jn 7:1.14; 8:2.12). Jesús tenía costumbre de retirarse, cuando estaba en Jerusalén, a pasar la noche al monte de los Olivos (Mt 24:3; 26:30 par.) y especialmente pernoctaba en Getsemaní (Jn 18:2). — Pero ya muy de mañana volvió otra vez al templo, para aprovechar el concurso de los peregrinos y enseñar. El evangelio dice, “Y todo el pueblo acudía a Él”, lo que hace notar el gran concurso de gentes que le escuchaban. Esta misma afluencia es una clara indicación de ser uno de los días festivos.

Jesús estaba en uno de los atrios del templo “Entonces se sentó y comenzó a enseñarles” No pretende decir el evangelista que estuviese sentado en las cátedras de los doctores, sino en uno de los escaños o pequeña alfombra en donde se sentaban los discípulos oyentes (Lc 2:46; Hechos 22:3); y, aunque éste era el modo ordinario de enseñar allí, esta precisión mira, sin duda, a participar lo que se describe más adelante, cuando dice que Jesús escribía con su dedo en tierra.

3.    LE TRAJERON A UNA MUJER QUE HABÍA SIDO SORPRENDIDA EN ADULTERIO

En esta situación, “Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio”. No se dice cuándo, por los que podría pensarse que la traían al tribunal para juzgarla y que, al pasar por allí y ver a Jesús, quisieron comprometerle. Pero tampoco sería improbable el que se la trajesen ex profeso para enredarle en su resolución y para hacerle caer en contradicción.

Se la pusieron “en medio de todos”, medio del círculo de gentes que lo rodeaban. No dicen que ellos hayan sido los testigos. Pero, ya en sus manos, nadie duda que sea verdad el delito del que la acusan.

4.    DECÍAN ESTO PARA PONERLO A PRUEBA, A FIN DE PODER ACUSARLO”

Asegurado el hecho, le plantean una cuestión más que de derecho, pues le “decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo” Le alegan lo que dice la Ley. Según Moisés, la adúltera debía ser apedreada (Lev 20:10ss; Dt 22:23ss; Ez 16:40). En época más tardía se legislará la estrangulación. Y alegada la legislación mosaica, le hacen, “tentándole”, la siguiente pregunta: y ante este caso, “Y tú, ¿qué dices?". Con ello, resalta el evangelista, buscaban poder “acusarle”. Era un dilema claro en el que querían meterle: si aprobaba la legislación mosaica en aquel caso, podrían desvirtuarle, ante el pueblo, su misericordia; si no la aprobaba, lo acusarían de ir contra la Ley de Moisés. La cuestión era malévolamente planteada y hasta incluso apuntando a posibles complicaciones con el poder civil romano, ya que la pena de muerte era de competencia exclusiva del procurador romano (Jn 18:31).

5.    INCLINÁNDOSE, ESCRIBÍA CON EL DEDO EN TIERRA.”

Jesús, que estaba “sentado”, sin duda, en un pequeño y bajo estrado de los oyentes, o sobre una estera o alfombra, “inclinándose, escribía con el dedo en tierra.” ¿Qué significado tiene esto? El sentido de este gesto no ha sido dilucidado con certeza. San Jerónimo proponía, conforme a una interpretación material de Jeremías (Jer 17:13), que escribía en tierra los nombres de los acusadores y sus culpas. Sin embargo, el gesto podría muy bien ser el de una persona que no quería intervenir en un asunto que se le propone (Lc 12:13.14). Y la prueba de esto es que nadie leyó lo que El escribía. Era, sin duda, el gesto de una persona que no quiere inmiscuirse en un asunto ajeno y menos aún en la trampa que le tendían.

6.    "AQUÉL DE USTEDES QUE NO TENGA PECADO, QUE ARROJE LA PRIMERA PIEDRA"

Por eso ellos “insistían en preguntarle.” Pero ante la malicia de su intento, Jesús les da una doble lección de justicia y de misericordia. E “incorporándose” en su asiento, pero sin ponerse de pie, mirándolos y acaso señalándolos con el dedo, les dijo: "Aquél de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra" En la represión de la apostasía mandaba la Ley que los testigos denunciadores arrojasen los primeros las piedras contra el condenado enjuicio (Dt 13:9; 17:7). A esto es a lo que alude la frase de Jesús. No es que Jesús negase el juzgar ni que los jueces cambiasen su oficio; pues siempre está en pie el “dad al César lo que es del César” (Mt 22:21 par.). Pero condenaba, en los que eran “sepulcros blanqueados,” que estaban “llenos de hipocresía e iniquidad” (Mt 23:27.28), un falso celo por el cumplimiento de la Ley en otros cuando ellos no la cumplían.

7.    LES DABA A SU CONCIENCIA UN MAYOR VOLUMEN DE ACUSACIONES.

Más su palabra, que era acusación, pronto hizo su efecto. Empezaron a marcharse los acusadores, “uno a uno, comenzando por los más ancianos.” Rodeado de gentes que lo admiraban y que podían estallar abiertamente a su favor, máxime si la acusación proseguía contundente, vieron que el mejor partido era abandonar aquella situación enojosa. Y empezaron a salirse hábilmente, inadvertidamente, uno a uno, comenzando por los más “ancianos.” Acaso los más jóvenes, con un celo más exaltado, eran los que querían mostrarse más celadores; pero, mientras, los más “ancianos,” con más experiencia de la vida y de las multitudes, y posiblemente de otras intervenciones del mismo Jesús, fueron los primeros en salirse de aquella situación torpe y peligrosa. Y también una vida más larga de “fariseísmo” les daba a su conciencia un mayor volumen de acusaciones.

8.    JESÚS QUEDÓ SOLO CON LA MUJER, QUE PERMANECÍA ALLÍ.”

Se quedó El solo, y la mujer en medio. La contraposición se hace entre los acusadores y la mujer, por lo que este quedarse ellos solos no excluye la presencia de la turba que lo estaba escuchando cuando le trajeron aquella mujer.

Y hecha la lección de justicia contra los acusadores, da ahora la gran lección de la misericordia. Si ellos no pudieron, en definitiva, “condenarla,” cuando era lo que intentaban, menos lo hará Jesús, que vino a salvar y perdonar. Por eso le dijo: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?". Ella le respondió: "Nadie, Señor".

"Yo tampoco te condeno -le dijo Jesús-. Pero, contando con un arrepentimiento y un propósito en ella. “Vete, no peques más en adelante". Y la adúltera encontró a un tiempo la vergüenza, el perdón, la gracia y el cambio de vida.

9.    NO HAY PECADO QUE EL SEÑOR NO PERDONE SI ACUDIMOS A EL

La respuesta de Jesús, dejo totalmente confundido a sus perseguidores, por una parte, se puso del lado de la ley, por tanto ya no podían acusarlo, por otra parte perdona a la acusada. Algo natural en El, Jesús con su bondad, confunde la malicia de los hipócritas acusadores.

Este fragmento del Evangelio nos muestra a un Jesús siempre bondadoso, amable, compasivo con los pecadores, pero duro al mismo tiempo con los soberbios y los hipócritas. En este relato, Jesús se nos muestra como alguien absolutamente misericordioso, manifestado en el perdón amplio y generoso en la mujer acusada. Si Jesús hubiese condenado a la mujer, esta habría sido lapidada hasta morir, al no hacerlo, comprendemos que nadie está condenado a morir por haber pecado. No hay pecado que el Señor no perdone si acudimos a Él. No es la gravedad de la falta lo que mira el Señor, sino que la honestidad de nuestro arrepentimiento.

Vuelvan a mí de todo corazón, porque soy bondadoso y compasivo, dice el Señor. (Jn 12, 12-13)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

V DOMINGO DE CUARESMA CICLO C

PARA LA LECTIO DIVINA

 

"VETE, Y NO PEQUES MÁS".

El quinto domingo de cuaresma tiene como característica peculiar la intensidad de la voz del Justo rodeado por sus perseguidores. Es un presagio de la pasión.

Jesús está cada vez más solo. Está solo sobre todo porque ha decidido llevar a cabo su misión hasta sus últimas consecuencias llegando donde nadie ha llegado y nadie le puede ayudar fuera del Padre. Es admirable que, precisamente en esta hora de mayor soledad, él manifieste plenamente la grandeza de su amor por los hermanos, su capacidad de cargar con todo el peso del pecado de los hombres para expiarlo. Tenemos una prueba patente en el evangelio que nos ofrece la liturgia de hoy, y que podemos vivirlo como protagonistas.

La escena es impresionante: escribas y fariseos someten a Jesús a una especie de proceso poniéndole delante la mujer adúltera. En el silencio se oyen graves palabras..., los acusadores se alejan bajo el peso de su orgullo y su mentira. Sólo se queda la mujer, pobre pecadora, bajo la mirada misericordiosa de Jesús. Así puede recibir el perdón y ser renovada en su amor: "Vete, y no peques más".

También nosotros debemos presentarnos a él, junto con nuestros hermanos, para pedir no la condena, sino el perdón. El perdón nos hace fieles al "mandamiento nuevo", nos hace pasar a la "novedad" de vida, convirtiéndonos en testigos de esperanza, fuertes por la ayuda del Señor. Nos es necesaria la constancia.

 

ORACION

 

Jesús, misericordia del Padre, que has venido a encontrarte con nuestra miseria en los caminos del mundo, en las plazas de nuestras ciudades. Tú siempre te vuelves a nosotros con tus brazos infinitos, abiertos para abrazar al que estaba perdido, en el ímpetu de tu piedad. No queremos ser "escribas ni fariseos" acusadores de nuestros hermanos, dispuestos a lanzar a otros la piedra de nuestro pecado.

Jesús, Señor del soberano silencio, en medio del tumulto de nuestras pasiones, haznos capaces de callar ante ti mientras nuestra alma, desnuda y avergonzada, se confiesa sencillamente dejándose mirar por tus ojos de pastor humilde. ¿Quién nos condenará si tú nos absuelves? ¿Quién nos despreciará si tú nos amas? Tú eres el único que te quedas con nosotros, oh Inocente, oh Puro, oh Santo, que no puedes ver el mal. Míranos purificados por tu perdón: no queremos pecar más. Confírmanos en la fidelidad del amor. Amén.

 

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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