MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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23.806
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03-08-2021
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Nº MD 8.983
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 69,2.6
Líbrame, Dios mío. Señor, ven pronto a
socorrerme. Tú eres mi ayuda y mi libertador; no tardes, Señor.
ORACIÓN COLECTA
Derrama, Padre, tu misericordia sobre tu pueblo
suplicante, y ya que nos gloriamos de tenerte por Creador y Señor, renueva
en nosotros tu gracia y consérvala en tu bondad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Núm 12, 1-13
Lectura
del libro de los Números.
En
aquellos días, Miriam y Aarón se pusieron a murmurar contra Moisés a causa
de la mujer cusita con la que este se había casado. Moisés, en efecto, se
había casado con una mujer de Cus. “¿Acaso
el Señor ha hablado únicamente por medio de Moisés?, decían. ¿No habló
también por medio de nosotros?”. Y el Señor oyó todo esto. Ahora bien,
Moisés era un hombre muy humilde, más humilde que cualquier otro hombre
sobre la tierra. De pronto, el Señor dijo a Moisés, a Aarón y a Miriam:
“Vayan los tres a la carpa del encuentro”. Cuando salieron los tres, el
Señor descendió en la columna de la nube y se detuvo a la entrada de la
carpa. Luego llamó a Aarón y a Miriam. Los dos se adelantaron, y el Señor
les dijo: “Escuchen bien mis palabras: Cuando aparece entre ustedes un
profeta, yo me revelo a él en una visión, le hablo en un sueño. No sucede
así con mi servidor Moisés: él es el hombre de confianza en toda mi casa.
Yo hablo con él cara a cara, claramente, no con enigmas, y él contempla la
figura del Señor. ¿Por qué entonces ustedes se han atrevido a hablar contra
mi servidor Moisés?”. Y lleno de indignación contra ellos, el Señor se
alejó. Apenas la nube se retiró de encima de la Carpa, Miriam se cubrió de
lepra, quedando blanca como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia ella y
vio que estaba leprosa, dijo a Moisés: “Por favor, señor, no hagas pesar
sobre nosotros el pecado que hemos cometido por necedad. No permitas que
ella sea como el aborto, que al salir del seno materno ya tiene consumida
la mitad de su carne”. Moisés invocó al Señor, diciendo: “¡Te ruego, Dios,
que la sanes!”.
Palabra
de Dios.
Comentario: El
autor de este texto nos habla claramente de una preferencia de Dios hacia
Moisés. Así lo ha entendido siempre la tradición del pueblo de Dios. Moisés
ha vivido una intimidad con Dios incomparable con la de cualquier otro
profeta. No ha sido Moisés quien se arrogó este privilegio, por eso no se
lo puede cuestionar, sino al mismo Dios. Por esta razón, Aarón se
arrepintió de sus murmuraciones.
SALMO 50,
3-7. 12-13
R. ¡Piedad, Señor, porque pequé contra ti!
¡Ten
piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis
faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! R.
Porque
yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra
ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos. R.
Por
eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable; yo soy
culpable desde que nací; pecador me concibió mi madre. R.
Crea
en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No
me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R.
ALELUYA
Jn 1, 49b
Aleluya.
Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Aleluya.
EVANGELIO
Mt 14, 22-36
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Después
de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que
subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él
despedía a la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al
atardecer, todavía estaba allí, solo. La barca ya estaba muy lejos de la
costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la
madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos,
al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. “Es un fantasma”, dijeron, y,
llenos de temor, se pusieron a gritar. Pero Jesús les dijo:
“Tranquilícense, soy yo; no teman”. Entonces Pedro le respondió: “Señor, si
eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua”. “Ven”, le dijo Jesús. Y
Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a
él. Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a
hundirse, gritó: “Señor, sálvame”. En seguida, Jesús le tendió la mano y lo
sostuvo, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”. En cuanto
subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se
postraron ante él, diciendo: “Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios”. Al
llegar a la otra orilla, fueron a Genesaret. Cuando la gente del lugar lo
reconoció, difundió la noticia por los alrededores, y le llevaban a todos
los enfermos, rogándole que los dejara tocar tan sólo los flecos de su
manto, y todos los que lo tocaron, quedaron sanados.
Palabra
del Señor.
Comentario: Jesús
nos da seguridad de que estará siempre con nosotros. Quizá tengamos la
experiencia de hundirnos o de no ver sus proyectos claramente, pero, aun en
medio de las tormentas, su voz sigue sonando: “No temas”. Él nos tiende su
mano para mostrarnos su presencia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica los dones que te presentamos, Señor,
y, al aceptar este sacrificio espiritual, conviértenos en ofrenda eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sab 16,20
Nos diste, Señor, el pan del cielo, que tiene
un sabor incomparable; satisface todos los gustos.
O bien: Cfr. Jn 6;35
Dice el Señor: Yo soy el pan de vida. El que
viene a mí jamás tendrá hambre, y el que cree en mí jamás tendrá sed.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña y protege siempre, Señor, a quienes
has renovado con este don celestial, y ya que nos reconfortas
constantemente concédenos participar de la redención eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“Tranquilícense, soy
yo; no teman”
Mt 14, 22-36:
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1. SI ESTÁ
UN ALMA EN TODA LA TRIBULACIÓN
Si está un alma en toda
la tribulación y alboroto interior que queda dicho y oscuridad del
entendimiento y sequedad; con una palabra de éstas que diga solamente: no
tengas pena, queda sosegada y sin ninguna, y con gran luz, quitada toda
aquella pena con que le parecía que todo el mundo……y si esta toda llena de
temor: y con una palabra que se le diga sólo: Yo soy, no hayas miedo, se le
quita del todo, y queda consoladísima, y pareciéndole que ninguno bastará a
hacerla creer otra cosa….( Castillo Int. O Las Moradas 6, 3, Santa Teresa
de Jesús)
2. JESÚS NO
DEJA NUNCA DE ORAR
Relata el Evangelio,
(Mt 14, 22-36), que después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó
a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra
orilla, mientras él despedía a la multitud. Después, subió a la montaña
para orar a solas.
Jesús no deja nunca de
orar, los Evangelios nos muestran muchas situaciones donde Él se retira a
orar, y busca la soledad para hacerlo.
Muchas veces hablamos
mucho, somos inquietos, queremos hacer muchas cosas, pero la actividad
más importante es orar, es la mejor forma de utilizar el tiempo, y no se
puede considerar como algo secundario.
Cuando planifiquemos la
actividad del día, incluyamos unos minutos para la oración, y dejemos esos
instantes para dedicarnos con constancia a comunicarnos con nuestro Padre y
que nada nos aparte de esta intención.
3. DOCE
ÍNTIMOS AMIGOS DEL SEÑOR, AVANZA ENTRE LAS DIFICULTADES
Después de navegar casi
toda la noche, la barca donde navegan los Doce íntimos amigos del Señor,
avanza entre las dificultades ocasionadas por la violencia de las olas y el
viento en contra, podemos imaginar la fatiga que llevaban al remar así.
Es como le sucede hoy a
nuestra Iglesia, que avanza por Cristo en una mar de dificultades, remando
contra la irreverencia y el descaro de aquellos que imponen leyes
contrarias a las enseñanzas del Señor.
4. “TRANQUILÍCENSE,
SOY YO; NO TEMAN”.
A la madrugada, Jesús
fue hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo caminar
sobre las aguas, se asustaron. “Es un fantasma”, dijeron, y llenos de temor
se pusieron a gritar. Sin embargo la palabra de Nuestro Señor Jesucristo
viene a tranquilizar a sus almas y les dice: “Tranquilícense, soy yo; no
teman”. De todos ellos, Pedro es el más audaz, ya es el
líder entre sus amigos, y le dice a Jesús: “Señor, si eres tú,
mándame ir a tu encuentro sobre el agua” y lo hace porque él no duda de que
el Señor tiene ese poder y a una palabra “Ven”, baja de la barca y camina
sobre las aguas. Pero a causa de la violencia del viento, tuvo miedo, y
como empezaba a hundirse, gritó: “Señor, sálvame”. La reacción del Apóstol
es muy humana, es un contraste entre la fe y su intuitivo temor.
5. FRENTE A
LAS TORMENTAS POR LA CUAL LA IGLESIA PASA, TODOS TENEMOS QUE ANIMARLA
Quizás distinto hubiera
sido si sus amigos desde la barca le hubieran entre todos animados, “Pedro,
avanza con confianza”, “Pedro si se puede, ten fe”, y es posible pensar que
entre tanto ánimos de sus amigos él no hubiera tenido el normal temor de
hundirse. Esto nos enseña, comparando este suceso, que la barca es como
nuestra Iglesia y Pedro como nuestro Papa, es decir, frente a las
tormentas por la cual la Iglesia pasa, todos tenemos que animarla a que
siga adelante al encuentro con el Señor.
6. “HOMBRE
DE POCA FE, ¿POR QUÉ DUDASTE?”.
Pedro, esta colmado de
entusiasmo y ardor por su Maestro, pero también expuesto a los miedos, al
cansancio, por cuanto necesita que el Señor venga en su ayuda para
sostenerlo. Caminando sobre las aguas turbulentas, el Dios de Jesucristo,
se muestra como persona humana y divina, él se hizo hombre y fue hermano
para sus discípulos, es parte de la familia de sus amigos, El los ánima
pero también los reprende, el calma sus tormentas, pero al mismo tiempo les
tiende su mano. Frente al peligro, EL se hace presente para salvarlos. Así
es como en seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le
decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”. En cuanto subieron a la
barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se postraron ante él,
diciendo: “Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios”.
7. SU
PRESENCIA NOS PROTEGE DEL PELIGRO
El encogimiento de la
fe, nos hace temer frente al peligro, como también nos hace sentir
desanimado en las dificultades, y parece que naufragamos. Pero
donde la fe es viva, es cuando no dudamos del poder de Jesucristo, por
cuanto su presencia nos protege del peligro y nuestra Iglesia estará por
siempre a salvo, la mano del Señor se extenderá amorosamente para salvarla
de cualquier tormenta.
Y cuando estemos solos,
o cuando nos veamos solo, aprendamos a sentir la presencia del Señor, Él
siempre quiere estar con nosotros, lo hemos visto que no deja de
preocuparse por sus apóstoles y esta justamente ahí, donde el peligro
asecha, para animarnos y darnos confianza. Es lógico asustarse si no
tenemos a Jesús junto a nosotros, es normal que nos sintamos solo si no
tenemos su compañía. Pero ahí está Jesús diciéndonos "Tranquilícense,
soy yo; no teman".
8. NOS
CUESTA MUCHO RECONOCER SU PRESENCIA
En muchas ocasiones
perdemos la tranquilidad, y tenemos a nuestro alrededor una tormenta de
preocupaciones y nos sucede que no identificamos la voz de calma que nos da
el Señor o nos cuesta mucho reconocer su presencia, seguramente esto es
porque estamos algo alejados de Dios, y entonces no hundimos en la
inseguridad que está bajo nuestros pies. Cuando esto suceda busquemos tomar
la mano salvadora de Jesús que se extiende hacia nosotros, y hagámoslo
poniendo mucho de nuestra parte.
9. ¡SEÑOR
SÁLVAME!,
En efecto tenemos que
poner mucho de nosotros y hacerlo en forma habitual cada día, ya que Jesús
no pide esfuerzo, y si damos todo de sí, podemos confiar en la ayuda de
Jesús, y como ante el grito angustioso de Pedro ¡Señor Sálvame!, Él nos
extenderá cariñosamente las manos para hacerlo, pero no hará ver la poca
fe, nos echará en cara que si estuvimos en peligro y tuvimos miedo fue por
no confiar en El o porque no hemos distanciados de Él.
Todo volvió a la calma
en el momento que Jesús tomo la mano de Pedro, y todo es distinto cuando
nosotros no tomamos de Jesús, es cuestión de fe, esa fe que debe guiar
nuestra vida, nuestro propósitos, nuestros planes, fe que debe mantenerse
viva para que ilumine y la fuente de energía que permite que no se apague
está en la oración.
10. ¡OH,
QUE BUENO ERES DIOS MÍO, DICIÉNDOLE A ELLOS Y A NOSOTROS ESAS PALABRAS!,
“Tranquilícense, soy
yo; no teman”, le dice el Señor a sus discípulos, ¡OH, qué bueno eres Dios
mío, diciéndole a ellos y a nosotros esas palabras!, .. Qué débil soy,
qué miserable, qué pecador, qué agitado estoy de continuo por el viento de
la tentación y cómo estoy a punto de anegarme...! Porque no es tanto
que la tentación sea fuerte cuanto que yo soy débil... Sí reconozco; tú no
dejas que yo sea muy tentado; siento mano sin cesar sobre mí para
protegerme y cualquier tentación grave... Qué bueno eres, Dios mío,
diciéndome a mí que bogo sin avanzar un paso, a mí que me siento juguete de
las olas e impotente para continuar: No teman. ... iQué bueno eres, no sólo
diciéndome esa palabra, sino también dejándome entrever que la
esperanza de que algún día tú mismo subirás a mi barquita..(Carlos de
Foucauld)
Cristo Jesús, vivan en
nuestros corazones.
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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JESÚS SIGNIFICA «DIOS
SALVA».
Él, el Hijo de Dios,
proclama y realiza la voluntad del Padre: que todos los hombres se salven.
La salvación que Dios nos ofrece es una salvación concreta, histórica,
comienzo de la vida eterna que será la comunión con él, la experiencia
inexpresable del amor, de la alegría, de la fiesta sin fin. Esto nos hace
invulnerables contra los distintos tipos de sufrimientos que marcan la vida
humana, en virtud de su naturaleza limitada y frágil y, por estar herida
por el pecado, amenazada por la angustia.
La presencia de Dios
junto a nosotros, en nuestro acontecer terreno, aparece frecuentemente más
como una ausencia o, en cualquier caso, no parece ser eficaz. Ante nuestros
ojos, empañados por el miedo a vivir, su imagen se confunde con la imagen
de los numerosos mercaderes de soluciones fáciles e inmediatas para salir
de la angustia. A veces, se interponen entre nosotros y él ritos
convencionales y tradiciones de los antiguos. Estamos tan acostumbrados a
los sucedáneos de Dios que ya no sabemos reconocerle a él mismo. Más aún,
Dios nos desorienta porque no le conocemos como él se da a conocer. Nos
espanta porque fácilmente queremos verlo según nuestra imaginación y no tal
como él se muestra a nosotros.
En medio del remolino
que supone la imposibilidad que sentimos para encontrar vías de escape por
nosotros mismos, podemos hacer nuestro el grito de Pedro: « ¡Señor, sálvame!»,
y tener la esperanza cierta de oírnos repetir lo que somos: gente de poca
fe, siempre dispuesta a dudar. Con nuestra débil fe podemos reconocer que
Jesús es el salvador, sólo él, y nadie más. Todo instante es el momento
oportuno para el encuentro decisivo con él, en lo íntimo y en lo profundo
de nuestro ser.
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ORACION
(3)
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¿Por qué dudo? Porque
tú presencia, Jesús, me resulta en ocasiones incomprensible, tu venida a mi
encuentro no pasa por los senderos de mis lógicas y no te veo allí donde tú
estás. Te quisiera a mi medida, quisiera que fueras alguien que resuelve
mis desgracias, un antídoto contra los infortunios y las posibles
calamidades.
¿Por qué dudo? Porque
tu salvación abarca mi humanidad y la transfigura a tu semejanza divina, y
me produce vértigo. Si sigues apoyándome, Señor, también yo con mi titubeo
dubitativo podré confiarme a tu mano. Que pase junto a ti, a través de las
oleadas del tiempo, a la dulcísima quietud de la eternidad.
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FUENTES DE LA PAGINA
ESTA PERMITIDO EL RE-ENVIO, LA
COPIA Y LA PUBLICACIÓN DE ESTA PAGINA, SOLO NO OLVIDE DE INDICAR EL AUTOR Y
LAS FUENTES DE ORIGEN
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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