MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

25 años en Internet

La edición de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral, enviada por correo por sistema de grupos, es las más antigua de Internet, comenzó en el año 1998  

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4-05-2023

Edición Nº 9.594

LITURGIA DE   LAS HORAS

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En América Latina se celebra a:

Felipe y Santiago, apóstoles

Felipe fue llamado por Jesús en las orillas del lago de Genesaret, a la vez que Andrés y Pedro. Él intervino en la vocación de Bartolomé, diciéndole: “Hemos encontrado al Mesías”, y presentándolo a Jesús. Felipe no tenía reparos en pedir explicaciones a Jesús: “¿Cómo dar de comer a tanta gente?” En el discurso de la Última Cena, interrumpió a Jesús: “Muéstranos al Padre y nos basta”; y Jesús le respondió: “Quien me ve a mí, ve también a mi Padre”. Después de Pentecostés, con motivo de la persecución, se dice que predicó en Frigia y Laodicea. Pero no hay más noticias de él.

De Santiago (el Menor) no aparecen intervenciones en el evangelio. Era pariente de Jesús; tal vez su madre era prima de la Virgen María. Fue el primer obispo de Jerusalén. Presidió el concilio en esta ciudad. Consiguió la concordia entre los judíos convertidos y los paganos cristianizados. Escribió una carta “a las doce tribus de la dispersión”, (a los cristianos dispersos por la persecución) que lleva su nombre: Carta de Santiago, y está incluida entre los libros canónicos del Nuevo Testamento.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Estos son los santos varones a quienes el Señor eligió por su caridad sincera; Él les dio la gloria eterna. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que cada año nos alegras en la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago; concédenos, por su intercesión, participar en la pasión y resurrección de tu Hijo unigénito, para que merezcamos contemplarte eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA 1Cor 15, 1-8

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos, les recuerdo el Evangelio que yo les he predicado, que ustedes han recibido y al cual permanecen fieles. Por él son salvados, si lo conservan tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he transmitido, en primer lugar, la enseñanza que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún.

Además, se apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto.

Palabra de Dios.

Comentario: San Pablo invita a los fieles de Corinto no sólo a recordar el evangelio predicado por él, sino a asumirlo aceptando a Cristo como causa y centro de la redención de todos: los del primer siglo, como los de ahora. Y la garantía de esta doctrina es la Resurrección del Señor, certificada por los apóstoles y también por más de quinientos de sus seguidores como premio a su fidelidad.

SALMO Sal 18, 2-5

R. Resuena su eco por toda la tierra.

O bien: Aleluya.

El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos: un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.

Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra, y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.

ALELUYA Jn 14, 6. 9

Aleluya. Dice el Señor: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Felipe, el que me ha visto, ha visto al Padre”. Aleluya.

EVANGELIO Jn 14, 6-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a Tomás: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.

Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le respondió: “Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que Yo hago, y aún mayores, porque Yo me voy al Padre. Y Yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré”.

Palabra del Señor.

Comentario: No dice: Les enseño el camino que deben recorrer y les doy un tratado sobre la verdad que deben creer, sino: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Si volvemos atrás por miedo a la incomprensión, a la persecución, o al riesgo, en ese caso ponemos en evidencia que los pasos que ya hemos dado en su seguimiento y, en el compromiso con los necesitados son fuego de paja, y que no hemos estado inspirados por un amor verdadero.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te presentamos en la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago, y concédenos vivir una religión pura y sincera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUN IÓN Cfr. Jn 14, 8-9

Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta. Felipe, el que me ha visto, ha visto al Padre. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Purifica, Padre, nuestros corazones por el sacramento recibido, para que, contemplándote en tu Hijo, con los apóstoles Felipe y Santiago merezcamos alcanzar la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré”

Jn 14, 6-14

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.     YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD Y LA VIDA.

En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: "Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida. Verdad y vida aparecen como dos expresiones sapienciales correlativas. Ya en el Antiguo Testamento la sabiduría es la que conducía por y a las vías de la vida. Jesús aquí se identifica con la sabiduría, que en algunos pasajes del Antiguo Testamento parecen revestir, preparar, la trascendencia divina de la misma.

Jesús, es el camino en cuanto revela al Padre, nos da a conocer el camino que nos conduce a Padre: El mismo es el único acceso al Padre. Jesús es el camino, porque él nos mereció la gracia que nos hace hijos de Dios y herederos del cielo y de Él. Todo esto con su ejemplo que nos enseña el camino que hemos de seguir para llegar al cielo.

Jesús, es la Verdad; en medio de tanta mentira y falsedad. Para nosotros es una gran paz saber que esta verdad no cambia. Jesús es la vida, él es el centro de nuestros corazones, de todos los que desean vivir la bondad y el amor.

Jesucristo es Dios, una misma cosa con el Padre. Conocer a Jesucristo, es conocer a Dios, amar a Jesucristo es amar a Dios, servir a Jesucristo es servir a Dios.

Al comienzo del capítulo catorce, en versículo Jesús dice: Crean en Dios y crean también en mi Puesto que ya creen en Dios, que crean también en El; que esa fe en Él se mantenga y aumente en su ausencia, a pesar de que van a presenciar su muerte de cruz; que crean en El cómo en el Hijo de Dios, tema del evangelio de san Juan.

2.     NADIE VA AL PADRE, SINO POR MÍ

En este fragmento, esta sección se enlaza con este versículo, en el que les habla de la fe en el Padre y en Él. Si va al Padre, lógicamente surge el hablar de quién sea: que conozcan el término adónde va. A lo que se une la frase del versículo, Nadie va al Padre, sino por mí, ya que nadie puede venir al Padre sino por Jesús.

Dice Jesús: Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Es decir nos promete para el futuro que sabremos de un conocimiento especial del Padre. ¿Es para cuando estén en las moradas que va a prepararles? Pero - Ya desde ahora lo conocen--- es decir, desde el tiempo en que Él, durante su ministerio público, les hizo la gran revelación de Dios Padre, que envió a los seres humanos a su Hijo verdadero. Por eso, al conocer al Hijo, se conoce al Padre, en el sentido de que lo engendra, comunicándole su misma naturaleza divina, lo mismo que por comunicarle las obras que hace.

3.     SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE

La insistencia de Jesús en tratar el tema del Padre, ha suscitado en algunos de ellos el deseo de un conocimiento más profundo y más experimental, es así como Felipe le dijo: - Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta - La pregunta de Felipe que pide les muestre al Padre, pensando que Jesús, que hizo tantos milagros, se lo manifestase ahora con una maravillosa teofanía, al estilo de lo que se pensaba de Moisés o Isaías, que habían visto a Dios, hace ver, una vez más, la rudeza e incomprensión de los apóstoles hasta la gran iluminación de Pentecostés.

De ese conocer al Padre y al Hijo se sigue que también han de saber que están el uno en el otro. ¿Cómo? Podría pensarse que por la unión vital e inmanencia del uno en el otro, por razón de la persona divina de Jesús; Pero seguramente se refiere al Verbo encarnado, como San Juan lo considera en el evangelio. Y así el Padre está presente en El, aparte de otras presencias, por las obras que le da a hacer. Dice en un texto, que es la mejor interpretación de éste: Si no creen a mí, crean a las obras (milagros), para que sepan y conozcan que el Padre está en mí y Yo en el Padre – (Jn 10:38; cf. Jn 14:20) -. El Padre está por la comunicación que le hace, y Él está en el Padre por la dependencia que su humanidad tiene de El para realizar los milagros y el mensaje.

Por último, para la garantía de esta mutua presencia y de la verdad de que quien lo ve a Él ve al Padre, remite a las obras que el Padre hace en El.

4.     EL QUE CREE EN MÍ HARÁ TAMBIÉN LAS OBRAS QUE YO HAGO

Luego Jesús nos hace una promesa, dice: Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. La primera promesa que nos hace es que no sólo harán las obras que Yo hago sino que aún las hará mayores. Y la razón es porque Él va al Padre.

La palabra obras, a las que Jesús se remite, es la garantía de su verdad. Ya el anuncio que Jesús hace a los suyos es de optimismo: su ausencia no los dejará en el fracaso, porque harán aún obras mayores que las que El hizo. ¿Qué obras son éstas?

5.     LAS OBRAS QUE EL PADRE ME DIO A HACER

Cristo dice en otro pasaje: Las obras que el Padre me dio a hacer, esas obran dan testimonio en favor mío de que el Padre me ha enviado (Jn 5:36). Es toda su obra mesiánica: su actividad, su enseñanza de las cuales los milagros son signos.

En esta misma línea mesiánica están estas obras que les promete hacer. Son la obra mayor de la expansión mesiánica, que Jesús tenía circunscrita a Palestina y que ellos llevarán hasta los confines de la tierra (Hech. 1:8). Harán las obras que El hizo, enseñar el mensaje y confirmarlo con milagros, y las harán mayores, por la extensión de ese mensaje y milagros por todo el mundo.

Es la interpretación que ya daba San Agustín: Con la predicación de los discípulos creyeron no unos pocos, como eran ellos, sino pueblos enteros. Y éstas son, sin duda, obras mayores. Y esta obra que van a hacer se debe a que Él va al Padre. Es El quien, por ellos, va a realizar y confirmar su obra de expansión mesiánica.

6.     SI USTEDES ME PIDEN ALGO EN MI NOMBRE, YO LO HARÉ.

Lo que pidan al Padre en nombre de Cristo, eso lo hará Cristo. Podría pensarse que Jesús lo haría como un instrumento del Padre. Pero parece acusarse deliberadamente la divinidad del Verbo encarnado al ponerse en una misma línea. Así dijo: Yo y el Padre somos una misma cosa – (Jn 10:30) - los judíos consideran que con ello se hacía Dios (Jn 10:33).

A esto mismo lleva el que lo que le pidan a él en su nombre, por él mismo: Yo lo haré. Se pone en una esfera trascendente, en paralelismo con el Padre. Se acusa en ello la divinidad del Verbo encarnado

7.     ¿QUÉ SIGNIFICA PEDIR EN MI NOMBRE?

Puede tener varios sentidos, ya que, conforme al uso semita, nombre está por la misma persona. Así podría significar: alegar al Padre que es su Hijo (Jn 16:23-24); ponerlo por intercesor (Jn 11:12); alegar su poder o autoridad (Hech 3:6-12); pedir unidos vitalmente a Él (Jn 15:5); o como representantes suyos y encargados de continuar su obra (Jn 15:16).

El contexto inmediato se refiere a las obras mayores, que es su obra de enviados de Jesús a continuarla. Por eso, el sentido preferente aquí de en mi nombre se refiere a los apóstoles, que unidos a El – (Jn 14:12; 15:5) -, le piden a El todo lo que necesitan, como continuadores de su obra.

Dijo Jesús: Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Siempre es Jesucristo continuando su obra, a través de sus apóstoles, para cumplir su misión: glorificar al Padre.

Jesús nos prometió: Si ustedes me piden algo en mi nombre, yo lo haré. Esta fue una forma de quedarse con nosotros, y que sintiéramos su presencia, ya que rezar, es ponerse en contacto íntimo con Jesús. Nada se resiste a la fuerza de la oración, pero hay que hacerla como Él nos dijo, en su nombre, es decir en su espíritu, en sus méritos y sus promesas, y aceptando su voluntad.

Cristo Resucitado, viva en sus corazones

     Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA

 

¿Y TÚ QUÉ VES CUANDO CONTEMPLAS LAS OBRAS DE DIOS?

Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”.

Felipe quiere ver al Padre, pero no ha sabido verlo en Jesús. Ha visto con los ojos la realidad externa, pero no ha visto la realidad escondida con los ojos, mucho más penetrantes, de la fe.

¿Y tú qué ves cuando contemplas las obras de Dios?

¿Ves sólo la realidad sensible, el signo, o la acción de Dios, la realidad significada?

Es bueno plantearse una pregunta como ésta, porque el secularismo invasor no se preocupa más que de la realidad visible, empírica, palpable. Aunque está dispuesto, a continuación, a correr detrás de “doctas fábulas” de tipo astrológico o mágico o pseudorreligioso.

El discípulo de Jesús debe caminar entre el positivismo y la superstición, aceptando lo real de la realidad y aguzando la mirada de la fe, que nos permite ver la acción –o la “gloria”– de Dios en los acontecimientos humanos, a menudo intrincados, siempre misteriosos, nunca absurdos.

El Señor ha prometido a su Iglesia la posibilidad de hacer obras incluso mayores que las que él ha hecho: la grandeza ha de ser medida en el orden de los valores proclamados por él mismo, esto es, con el signo por excelencia que es la cruz. Se trata del signo del martirio, de la entrega, del amor que se da, de consumir nuestra propia vida por el prójimo: lo que exige ver y apreciar otro orden de valores distintos a los apreciados por el mundo, un orden de valores que, al final, atrae todos a él.

ORACION

 

Señor:

Confieso que me doy cuenta de que soy un buen compañero de Felipe, es decir, que soy un poco miope para ver tu acción en el mundo.

Hace poco, en pandemia, me lamentaba de la debilidad de tu Iglesia.

Me lamentaba con acentos de nostalgia, del hundimiento de esta “cristiandad”, sin lograr ver lo nuevo que estás haciendo brotar.

Me lamentaba porque no conseguía verte allí donde pensaba que no estabas presente y ahora, en cambio sé que siempre estuviste y estás.

Veo que no sé leer los “signos de los tiempos”.

Es que a veces me dejo llevar hacia el pesimismo y otras hacia el optimismo, es decir, leyendo los acontecimientos humanos o bien mirando exclusivamente las debilidades de los hombres, o bien abandonándome a un providencialismo milagrero.

Enséñame tú el arte del discernimiento.

Concédeme el don de verte allí donde actúas y el modo en que lo haces.

Purifica mi corazón para no sean mis estados de ánimo, sino tu luz la que me guíe para descubrirte y encontrarte allí donde actúas, para colaborar contigo, pero, sobre todo, para amarte como tú quieres.

Pedro

4 de mayo

Felipe y Santiago, apóstoles

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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