Misa Diaria,
Ciclo C
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
23 años en
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Oremos por el Papa Francisco
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ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 3.5
Ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día. Tú, Señor,
eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan.
ORACIÓN
COLECTA
Dios todopoderoso, de quien procede todo bien perfecto, infunde en
nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa
nuestra vida, acrecientes en nosotros lo que es bueno y lo conserves constantemente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Col 1, 1-8
COMENTARIO: Al
entusiasmo comunitario pertenecen, como elemento vinculante las actitudes teologales,
llevadas a la práctica como expresión de la gracia recibida. La fe se nutre
de la meditación de la palabra de Dios, la caridad efectiva es contraseña
inequívoca de esa fe y la esperanza nos marca el norte de Dios en nuestro
peregrinar. No menos que en tiempo de Pablo la fe, la esperanza y la
caridad son necesarias en la vida del hombre porque responden a sus
exigencias más apremiantes. No admiten ser sustituidas por las virtudes
cardinales o «virtudes humanas».
Lectura
de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Pablo, Apóstol de
Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo saludan a los
santos de Colosas, sus fieles
hermanos en Cristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios,
nuestro Padre. Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
orando sin cesar por ustedes, desde que nos hemos enterado de la fe que
tienen en Cristo Jesús y del amor que demuestran a todos los santos, a
causa de la esperanza que les está reservada en el cielo. Ustedes oyeron
anunciar esta esperanza por medio de la Palabra de la verdad, de la Buena
Noticia que han recibido y que se extiende y fructifica en el mundo entero.
Eso mismo sucede entre ustedes, desde que oyeron y comprendieron la gracia
de Dios en toda su verdad, al ser instruidos por Epafras, nuestro querido
compañero en el servicio de Dios. Él es para ustedes un fiel ministro de
Cristo, y por él conocimos el amor que el Espíritu les inspira.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal 51,10-11
R.
¡Confiamos en tu misericordia, Señor!
Yo, como un olivo
frondoso en la casa de Dios, he puesto para siempre mi confianza en la
misericordia del Señor. R.
Te daré gracias
eternamente por lo que has hecho, y proclamaré la bondad de tu nombre
delante de tus fieles. R.
ALELUYA Lc 4, 18
Aleluya. El Señor me
envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a
los cautivos. Aleluya.
EVANGELIO Lc 4, 38-44
COMENTARIO: En
la sinagoga de Nazaret habló de anunciar el año de gracia del Señor, de dar
salud y libertad. Su mundo se caracterizaba, no menos que el nuestro, por
necesidad material y la miseria moral. Él no podía permanecer como testigo
inactivo frente a ese mundo. Enseñaba, sanaba todo tipo de enfermedades y
dolencias, expulsaba a los espíritus malignos, se debía todo a todos, y de
todas partes lo buscaban. Ni siquiera limitado a la pequeña parcela de
Israel daba abasto a tanta llamada de urgencia. No es lícito ocultar la
luz, porque su ministerio es iluminar. La luz de Cristo es para todos. Y
todos los bautizados tenemos el deber de comunicar a los demás la luz
recibida. Por eso, en la procesión, con el cirio encendido, cantamos en la
vigilia pascual: «Esta es la luz de Cristo, yo la haré brillar, brillará,
brillará sin cesar».
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Al salir de la
sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha
fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella,
Jesús increpó a la fiebre y está desapareció. En seguida, ella se levantó y
se puso a servirlos. Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados
de diversas dolencias se los llevaron, y Él, imponiendo las manos sobre
cada uno de ellos, los sanaba. De muchos salían demonios, gritando: “Tú
eres el Hijo de Dios!”. Pero Él los increpaba y no los dejaba hablar,
porque ellos sabían que era el Mesías. Cuando amaneció, Jesús salió y se
fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo
encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero Él les
dijo: “También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del
Reino de Dios, porque para eso he sido enviado”. Y predicaba en las
sinagogas de toda la Judea.
Palabra
del Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Dios nuestro, que está ofrenda sagrada nos alcance tu
bendición salvadora y se cumpla en nosotros lo que celebramos en esta
liturgia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Sal 30, 20
Qué grande es tu bondad, Señor. Tú la reservas para tus fieles.
O bien:
Mt 5, 9-10
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de
Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a
ellos les pertenece el Reino de los cielos.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el pan de la mesa celestial, te suplicamos, Padre, que
este alimento de nuestra caridad nos fortalezca y nos impulse a servirte en
los hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“todos los que tenían enfermos afectados de
diversas dolencias se los llevaron, y él”
Lc 4, 38-44
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
JESÚS EN GALILEA
El
capítulo cuarto del Evangelio de Lucas, nos relata primero a Jesús en la
Sinagoga de Nazaret. Allí desagradó sumamente a unos oyentes que no querían
oír hablar de la buena noticia de su liberación dirigida a los pobres, a
los cautivos, a los ciegos y a los oprimidos, de una amnistía general de
Dios, del perdón otorgado a la humanidad entera (Lc 4, 16-30). Luego
predica en la sinagoga de Cafarnaúm, situada algo más al oriente, pero
siempre en Galilea, allí para un endemoniado, como para otros presentes,
Jesús no ha venido a liberarlos, sino a destruirlos. (Lc 4, 31-37)
2.
JESÚS FUE A LA CASA DE SIMÓN
Después de
estar en la sinagoga, Jesús fue a la casa de Simón, allí encontró que la
suegra de Simón (Pedro). Ella
tenía mucha fiebre, entonces le pidieron que hiciera algo por la suegra de
Pedro. Con la disposición natural que tiene Jesús por hacer el bien a los
hombres, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre y ésta desapareció.
Notable es la actitud de esta mujer, en seguida se levantó y se puso a
servirlos. La suegra de Pedro nos hace una bella enseñanza, y la debemos
hacer nuestra, es la actitud de los seguidores de Cristo, ser servidores,
así lo hace al ponerse inmediatamente al servicio del Señor Jesús.
3.
JESÚS SE HA DEDICADO A CURAR A LOS ENFERMOS
Jesús se
ha dedicado a curar a los enfermos y a las personas que están dominadas por
un espíritu maligno, y lo hace en forma individual, con afecto, sensible,
enternecido por el dolor, el ser compasivo es algo propio del Señor. Es
así, como al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas
dolencias se los llevaron, y Él. Jesús, imponiendo las manos sobre cada uno
de ellos, los sanaba. El no hacer curaciones masivas, sino que
personalmente, es una actitud de mucho amor y respeto hacia la personalidad
de cada enfermo. Qué maravilla el poder sentir las manos de Jesús en
nuestras cabezas, como se inflama el corazón.
4.
"¡TÚ ERES EL HIJO DE DIOS!"
Y los que
estaban dominados por un espíritu maligno, poseídos por los demonios,
también quedaban curados y de muchos salían demonios, gritando: "¡Tú
eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar,
porque ellos sabían que era el Mesías y Jesús no quiere que a Él se le dé
un carácter distinto al que vino, porque Él ha venido para servir y no para
dominar; por eso quien se encuentra con él, como la suegra de Simón, se libera
para el servicio.
Porque
Jesús es el refugio de todas las necesidades y de las enfermedades su
medicina, Jesús es la calma para los angustiados, los que lo siguen, saben
que en El encontraran alivio, no solo a las cosas de salud, además a las
del alma, por eso cuando gozamos de buena salud, también acudimos a Él, y
para cualquier caso, acudimos a Él, como lo hacían los enfermos que
rodeaban a Jesús, con sencillez y con gran confianza y amor extremo.
5. “Y PREDICABA
EN LAS SINAGOGAS DE TODA LA JUDEA”
Qué bueno
es saber, que para cualquier dolencia que nos aqueje, para las angustias
que nos oprimen, o para los males del espíritu, tenemos a quien acudir,
“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré”
(Mt 11,28). Así fue, que al amanecer la gente supo que Jesús se fue a un
lugar desierto, sintiendo la necesidad de Él, comenzaron a buscarlo y,
cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena
Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".
“Y
predicaba en las sinagogas de toda la Judea”, de esta modo Jesús iba
predicando por todas las sinagogas, y por todos los pueblos y a todo tipo
de gente, sin predilección para un sector o un grupo determinado, por esa
razón, Él no quiere que lo retengan con la excusa de que le van a agradecer
los beneficios y la curaciones, porque Jesús se debe a todos, mira a todos,
los busca todos, porque para todos ha venido y por todos se ha entregado al
Padre.
6.
JESÚS, SIN DESCANSO ANUNCIABA LA BUENA NUEVA DEL REINO DE DIOS
Nadie debe
sentirse que no será oído por Jesús, ni por muy grave que sea mal que
lleva, él es que juzgará nuestra actitud, porque solo a Dios le corresponde
decidir quién entra al Reino de los Cielos, y a todos nos corresponde pedir
con toda el alma, que el enfermo acuda a Jesús para que reciba la curación
a su mal, y es muy simple hacerlo, orando, implorando y sin límite de
cuantas veces o de tiempo. Santa Mónica, rogó por tres décadas por su hijo
san Agustín.
Y Jesús,
sin descanso anunciaba la Buena Nueva del Reino de Dios, y hoy todos lo
debemos hacer, porque el mundo habrá de salvarse por el Evangelio de
Nuestro Señor Jesucristo, transmitido y anunciado por nosotros, para eso
estamos, para hacer presente a Jesús a los hombres en este mundo en que
vivimos. Pero debemos hacerlo promoviendo con ejemplo de actitud y
conducta, para que cuando nos vean y nos conozcan observen que somos creíbles
e imitables, especialmente en el servicio a los demás.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA
LA LECTIO DIVINA (3)
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PARA ESTO HE SIDO
ENVIADO
Evangelización y nueva evangelización (esta última expresión se
repite ahora de manera pacífica en nuestro vocabulario) son términos
bastante difundidos en nuestros días. Se habla también, de una manera
bastante espontánea, de evangelización de las culturas o de inculturación
de la fe. ¿Es posible clarificar estos términos a la luz de la página
evangélica que hemos leído hoy? Parece ser que sí.
«Debo anunciar...»: en primer lugar, se requiere una sacudida que
despierte la conciencia de todo cristiano a la ineludible tarea de ser
testigo del Evangelio en todas las situaciones de la vida. También el
Concilio Vaticano II ha subrayado y confirmado esta necesidad, y ha querido
fundamentarla en el acontecimiento sacramental del bautismo. Podemos
remitirnos al n. 10 de la Lumen Gentium o al n. 3 de la Apostolicam actuositatem.
«Debo anunciar la Buena Noticia de Dios»: parece indispensable
recordar que el objeto de la evangelización no es la Iglesia, sino el Reino
de Dios: este término ha de ser entendido no en un sentido puramente local,
como si hubiera que entrar en un determinado lugar, dentro de un recinto
bien establecido; hemos de entenderlo más bien en un sentido espiritual
destinado a señalar, en primer lugar, la soberanía de Dios a la que estamos
sometidos y la comunidad de salvación que camina hacia el Reino.
«Para esto he sido enviado»: es como decir que no hay evangelización
sin misión. No es indispensable una misión apostólica; es suficiente con
referirse -como hace el Concilio Vaticano II- al bautismo y a la vocación
que hemos abrazado. De ellos nos viene no sólo el derecho a ser servidores
de la Palabra aquí y ahora, sino que también recibimos las energías
espirituales necesarias para tal misión.
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ORACION (3)
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Oh Señor, libérame de la envidia, que mina mi crecimiento y toda
relación interpersonal. El fuerte deseo de tener lo que pertenece a los
otros crea divisiones y rivalidades; libérame de los celos, definidos por
Dryden como «ictericia del alma», sentimiento que desencadena frustración,
cólera y rencor en quien dirige a otro la atención que desea tener para sí
mismo, sentimiento que contamina la vida ajena y envenena la propia.
Concédeme, en cambio, la libertad que no teme las críticas ni quiere
atraer las alabanzas, que conduce a la anchura de miras y está hecha de
humildad, tolerancia e inteligencia, que está exenta de intereses egoístas
y cree en la colaboración de cada uno contigo, único y verdadero artífice.
Oh Señor, haz que tenga siempre ante mí tu divisa trinitaria: «Uno para
todos».
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FUENTES
DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia
de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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