Misa Diaria
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La
Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
Página de PEDRO SERGIO ANTONIO
DONOSO BRANT
23 años en
Internet
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La edición de la Misa Diaria, Reflexión
Bíblica, Lectio Divina y Santoral, enviada por correo por sistema de
grupos, es las más antigua de Internet, comenzó en el año 1998 y hoy llega
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12-12-2021
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Nº MD 9.103
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LITURGIA DE
LAS HORAS
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III DOMINGO DE
ADVIENTO
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¡ALÉGRATE
Y REGOCÍJATE DE TODO CORAZÓN¡
La liturgia de este domingo quiere infundirnos una alegría
desbordante: “¡Grita de alegría, hija de Sión!...... ¡Alégrate y
regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén!” ¿La
razón? La Iglesia presiente la inminencia de Cristo; “¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti” y no puede contener su gozo; la esperanza,
el deseo de Cristo, se transforma en júbilo porque ya viene, está a la
puerta. He ahí la gran certeza de la esperanza
cristiana.
Y con la presencia de Cristo, la salvación que trae: “El
Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos”. No
sólo es la alegría por la presencia del Amado, sino también el entusiasmo
por la victoria: “¡El Señor, tu Dios, está en
medio de ti, es un guerrero victorioso!”. Los males que
nos rodean tienen, por fin, remedio, porque llega Cristo, Salvador del
mundo.
Se nos regala un nuevo Adviento para que aprendamos a vivir esta
realidad: “¡Grita de alegría”…“ porque
es grande en medio de ti el Santo de Israel!” Y eso que la
salvación que experimentamos ya es sólo el comienzo, pues es Jesús viene a
bautizarnos con Espíritu Santo y fuego. Este es su don, el don mesiánico
por excelencia. Jesús anhela sumergirnos en su Espíritu. El Adviento nos
abre no sólo a Navidad, sino también a Pentecostés.
Para ver la Reflexión completa de las 3
lecturas y el salmo de la Liturgia de este domingo pinchar este link:
(Enlace): PALABRA DE DIOS
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I.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA
Fil 4, 4. 5
Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir,
alégrense. El Señor está cerca.
ACTO PENITENCIAL
·
Tú vienes a
enseñarnos que somos la más grande alegría de Dios. Señor, ten piedad.
·
Tú vienes para
que estemos siempre alegres. Cristo, ten piedad.
·
Tú vienes para
que, por caridad, alegremos a los demás. Señor, ten piedad.
No se dice Gloria
II. LITURGIA
DE LA PALABRA
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, que acompañas bondadosamente a tu pueblo en la
fiel espera del nacimiento de tu Hijo, concédenos festejar con alegría su
venida y alcanzar el gozo que nos da su salvación. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA Sof 3, 14-18
El profeta Sofonías prevé
los efectos de la Alianza entre Cristo y su pueblo, la Iglesia, que en la
próxima Navidad celebraremos la inauguración de esta Alianza con los
efectos de gracia previstos por el profeta; liberación de los males que nos
esclavizan; liberación del temor. Alegre esperanza porque está casi entre
nosotros.
Lectura de la profecía de Sofonías.
¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y
regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha retirado las
sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de
Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal. Aquel día,
se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos! ¡El
Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero
victorioso! El exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su
amor y lanza por ti gritos de alegría, como en los días de fiesta.
Palabra de Dios.
SALMO (Is) 12, 2-6
Porque “el Señor está en
medio de nosotros”, el salmo nos invita a la confianza y a la alegría.
Participamos de esta oración aclamando:
R. ¡Aclamemos al Señor con alegría!
Éste es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza y mi protección; Él fue mi salvación. R.
Ustedes sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación. Den
gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus
proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. R.
Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea conocido en
toda la tierra! ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es
grande en medio de ti el Santo de Israel! R.
SEGUNDA LECTURA
Flp 4, 4-7
San Pablo coincide con el mensaje de
Sofonías, e invita a estar alegres: regocíjense en el Señor, reciban su paz
con un corazón orante. La diferencia de este segundo mensaje: San Pablo
está hablando de una alianza de gracia que ya no está más en el futuro,
sino que está presente, desde el nacimiento de Jesús.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de
Filipos.
Hermanos: Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a
insistir, alégrense. Que la bondad de ustedes sea conocida por todos
los hombres. El Señor está cerca. No se angustien por nada y, en cualquier
circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción
de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios,
que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones
y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
ALELUYA Is 61,1
Aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí; Él me envió a llevar
la Buena Noticia a los pobres. Aleluya.
EVANGELIO Lc 3,
2-3. 10-18
En este Evangelio, típico de Adviento, nos
encontramos con las palabras de Juan Bautista, colocado por el Señor como
su heraldo inmediato para preparar sus caminos. El mensaje es sobre la
conversión: Nuestro cambio de mente y de corazón para volvernos aptos y
poder recibir la gracia de Jesús en Navidad. La conversión implica acto y
decisiones concretas como vemos en las respuestas prácticas con que
responde a las preguntas de la gente.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Dios dirigió su palabra a Juan Bautista, el hijo de Zacarías, que
estaba en el desierto. Este comenzó a recorrer toda la región del río Jordán,
anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. La
gente le preguntaba: “¿Qué debemos hacer entonces?” Él les respondía: -El
que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer,
haga otro tanto-. Algunos publicanos vinieron también a hacerse bautizar y
le preguntaron: “Maestro, ¿qué debemos hacer?” Él les respondió: -No exijan
más de lo estipulado-’. A su vez, unos soldados le preguntaron: “Y
nosotros, ¿qué debemos hacer?” Juan les respondió: -No extorsionen a nadie,
no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo-. Como el pueblo
estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías,
él tomó la palabra y les dijo a todos: -Yo los bautizo con agua, pero viene
uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la
correa de sus sandalias; El los bautizará en el Espíritu Santo y en el
fuego. Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo
en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible-. Y por
medio de muchas otras exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Noticia.
Palabra del Señor.
Profesión de fe
CREDO DE NICEA
"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra
salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer
día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del
Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN DE LOS
FIELES
A cada intención pedimos: Con gozosa conversión preparamos tu venida. ¡Ven, señor, Jesús!
·
Por la Iglesia
de Jesucristo: que ella sea instrumento de paz y alegría para todos los
hombres. Oremos.
·
Por los
gobernantes: para que busquen el bienestar del pueblo con alegre y generosa
dedicación. Oremos.
·
Por los que
viven tristes, por los que no pueden superar sus sufrimientos: para que
experimenten el consuelo de sentirse cerca de Dios. Oremos.
·
Por nuestra
Iglesia Diocesana, nuestras comunidades religiosas, nuestras instituciones
parroquiales: para que sientan la alegría de cumplir la misión que Jesús
encomendó. Oremos.
III.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Presentación de las ofrendas: Cristo, muerto
y resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre.
Unimos a él los gozos y las fatigas de cada día, y con atento silencio
participamos de la presentación de los dones de pan y vino.
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
Ayúdanos, Padre, a ofrecerte este sacrificio como expresión de
nuestra propia entrega, para que así cumplamos debidamente lo que tú mismo
nos mandaste celebrar y obtengamos la plenitud de la salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE
ADVIENTO
Prefacio: La Palabra de Dios nos ha invitado
a la alegría ese espíritu cantemos el Santo al final del prefacio para
rubricar la alabanza y la acción de gracias que el celebrante, en nombre de
todos, eleva a Dios, “dando libre curso nuestra
filial alegría”.
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi
paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu
Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE
COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4
Digan a los desalentados: Sean fuertes, no teman; miren que nuestro
Dios vendrá a salvarnos.
Comunión: La cena de Jesús es una fiesta.
Vayamos con alegría, a recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor. Él es
nuestra alegría y felicidad.
ORACIÓN DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, imploramos tu clemencia para que la fuerza de
este alimento divino, liberándonos de todo pecado, nos prepare para la
celebración del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de
los siglos.
IV. RITOS DE
CONCLUSIÓN
Bendición
Canto final: Nuestra fiesta ha terminado. Pero no puede acabar
nuestra alegría. Por eso nos retiramos cantando.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“Él los
bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”
Lucas 3,
2-3. 10-18
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. JUAN BAUTISTA, EL HIJO DE
ZACARÍAS, QUE ESTABA EN EL DESIERTO.
La
aparición de Juan predicando es un momento de gran importancia, Lucas lo
pone viviendo en los desiertos: “El niño crecía y su espíritu se
fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a
Israel.” (Lucas 1,80). Allí se preparó en la austeridad y penitencia
para su misión sobrenatural. Una moción especial le hizo comprender que el
momento de su actuación había llegado.
Juan actúa
en el “desierto de Judea.” Este desierto, es una zona abrupta, pedregosa y
estéril. Como a este lugar difícilmente podrían ir a buscarle las
multitudes de que habla el evangelio, Lucas da la explicación. “Vino — dice
— por toda la región del Jordán, predicando el bautismo de penitencia”. En
ella abundan los poblados. Juan era un predicador “volante.” (Biblia
Nácar-Colunga)
En la
elección del “desierto” para esta preparación influyó una razón de tipo
ambiental. Los documentos de Qumrán nos aclaran que esta comunidad se había
retirado al desierto precisamente para esperar allí la hora mesiánica. Dice
la Regla de la comunidad: “De acuerdo con estas determinaciones, se
alejarán de los hombres impíos para ir al desierto y preparar allí el
camino de El (Dios), como está escrito: “En el desierto, preparad
el camino del Señor, allanad en la estepa el sendero a nuestro Dios”.
2. ESTE COMENZÓ A RECORRER
TODA LA REGIÓN DEL RÍO JORDÁN
Juan, sin
embargo, ejercía su actividad por toda la región del Jordán, anunciando un
bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Esto provocó un gran
movimiento de masas, pues “venían a él de Jerusalén, y de toda la
Judea, y de toda la región del Jordán” (Mt 3:5; Mc 1:5). Y el
cuarto evangelista añade que llegó hasta Betania, en Transjordania (Jn
1:28) y Ainon (Jn 3:23).
Eran
razones de apostolado y de conveniencia para ejercer el bautismo en
determinados lugares. Posiblemente las crecidas del Jordán le llevaban a
determinados vados, que se prestaban mejor para ejercer estos bautismos de
inmersión, como en el caso de Ainón: “Juan
también estaba bautizando en Ainón, cerca de
Salim, porque había allí mucha agua, y la gente acudía y se bautizaba.”
(Juan 3:23).
3. LA GENTE LE PREGUNTABA:
¿QUÉ DEBEMOS HACER ENTONCES?
La gente,
grupos especialmente impresionados, dispuestos a una renovación verdadera,
preguntan “¿Qué debemos hacer entonces?” para
prepararse al reino y el respondía; “El que tenga dos túnicas,
dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto”. La
respuesta es la religiosidad verdadera: las obras que acusen un deseo de
Dios verdadero. Era la predicación de los profetas: “repartir vestido y
alimento: las obras de misericordia. La frase evoca bien un pasaje de
Isaías; ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin
hogar recibir en casa? ¿Qué cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu
semejante no te apartes?” (Isaías 58:7).
También
vienen a su bautismo; “Algunos publicanos vinieron también a
hacerse bautizar”. Estos eran especialmente odiados, sobre
todo si eran judíos, como coautores de la opresión romana del pueblo
teocrático. Tenían que cobrar los impuestos exigidos por la autoridad
intrusa. Pero frecuentemente pagaban una cantidad alzada de antemano y
luego ellos se resarcían en abundancia. Por eso les condena el abuso de
estas extorsiones, engañando incluso a los más simples, con unas tarifas no
siempre bien precisadas: “Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor:
Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a
alguien, le devolveré el cuádruplo” (Lucas 19,8-9).
Hubo
también; “A su vez, unos soldados y le preguntaron: “Y nosotros,
¿qué debemos hacer?” Los dependientes del procurador eran
judíos. Estos estaban exentos allí del servicio militar. Podrían ser tropas
de Antipas. Pero, por la censura que les hace, se pensaría en soldados,
incluso reclutados entre los judíos, como un cierto cuerpo policial, para
prestar ayuda a estos “publícanos.” De ahí el
pedirles; “No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y
conténtense con su sueldo”, esto es, que no
hagan “extorsión” a nadie, en complicidad con “publícanos.” Como
éstos podían denunciar las infracciones, y en complicidad con estos
soldados, que no calumnien, ya que siempre tendrían un especial crédito
oficial. Pero, además, “conténtense con su sueldo”. No
eran infrecuentes las exigencias de las gentes de armas mercenarias
exigiendo alzas de soldadas. Que se contenten con lo justo y que no apelen
al abuso de su fuerza. La elaboración de estas “exhortaciones” es perceptible.
Dentro del “cambio de mente,”
4. LA FIGURA DEL BAUTISTA CAUSÓ UNA
GRAN CONMOCIÓN EN ISRAEL.
Hasta
Josefo (Historiador Judío) se hace eco de ella, diciendo que Antipas “temió
la grande autoridad de aquel hombre.” Hubo un momento en que las gentes
pensaron, ante aquella figura ascética y profética que anunciaba la llegada
inminente del Reino, si él mismo no sería el Mesías. Es Lucas, de los
sinópticos, el único que da la razón de esta confesión de humildad del
Bautista ante lo que era Cristo. El mismo Sanedrín de Jerusalén le envió
una representación para que dijese si era él el Mesías: Y este fue el
testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén
sacerdotes y levitas a preguntarle: -¿Quién
eres tú?- (Juan 1,19).
5. “EL LOS BAUTIZARÁ EN EL ESPÍRITU
SANTO Y EN EL FUEGO”
“Yo los
bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni
siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias”; el
Bautista declara que él sólo es un “esclavo,” pues él no es digno de
ejercer con El, el oficio de los esclavos: “desatar la correa de sus
sandalias”” Además, su bautismo es en “agua” pero
el del Mesías es “en el fuego.”
Ante esta
expectación del pueblo, Juan confiesa quién es él y quién es Cristo y lo
hace con triple confesión:
La primera
es que; “Yo los bautizo con agua” Era superficial,
excitante a la penitencia, pero sin eficacia sacramental santificadora El
de Cristo es en “Espíritu Santo y fuego”. La lectura es,
sin duda, primitiva. “Fuego,” la gran purificación ritual y profunda en la
Ley. “En Espíritu Santo” es, seguramente, una adición explicativa. “Él
los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”. Él os
bautizará en Espíritu Santo, que es un fuego devorador, santificador, capaz
de consumir todas las impurezas y de santificar las almas purificadas. Era
el bautismo de los días mesiánicos según la profecía de Joel (2:28-30).
Cristo, que bautizará así, es el Mesías. Pero, además, Yahvé (Dios) es en
el A.T. quien derrama el Espíritu Santo (Is 44:3); por eso Cristo, al
ejercer las funciones reservadas a Dios, es nueva sugerencia de su
divinidad.
En la
segunda confesión, Juan se proclama servidor y “esclavo” de Cristo. El
llevar las “sandalias” o “desatar sus correas” es función de esclavos, como
se lee en los escritos rabínicos. La razón es que
tras él, viene “uno más fuerte”. Aquí, en función se expresa al Juez
escatológico — Mateo también lo describe así — y al gran Liberador. Se está
en el comienzo “escatológico.”
En la
tercera Juan señala que Cristo es el Señor, con esa alegoría tomada de la
vida real palestina y usada por los profetas, el Juez que criba y juzga las
conductas de los hombres, bien de Israel, bien de todo el mundo. “Tiene
en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su
granero”
Como
Mateo, Lucas pone la alegoría de la “era,” con lo que declara la grandeza
de Cristo en la obra de su Reino, como juez de los hombres, que da destinos
eternos. Esta función de juez de los hombres en el Antiguo Testamento
estaba reservada a Dios. Lucas presenta, a la hora de la composición de su
evangelio, a Cristo como Dios.
De la
pregunta “¿Qué debemos hacer entonces?”, pasamos a la
pregunta “¿Quién nos puede salvar?”. El Bautista
remite -más allá de sí mismo- “viene uno que es más poderoso que
yo” aquel que viene, es el único que podrá cambiar la vida
vieja, quemando la paja y regalando el Espíritu. “Él los
bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”.
El Señor nos
Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA
|
¿QUE HACEMOS AHORA?
La Palabra de Dios me invita a la alegría como nota evaluada de mi
testimonio cristiano. “Alegrarse en el Señor”, Estoy llamado a esta
singular alegría: puedo alegrarme en cuando vivo unido a otro, al Señor. Mi
alegría verdadera sólo brotará de una experiencia de relación, de comunión
con el Señor Jesús.
La alegría arraigada en la esperanza de la venida de Jesús se
expresa en la cordialidad con mis hermanos, en la docilidad en las
relaciones con todos, en el buscar siempre que es lo beneficioso a cada
situación, en el esfuerzo por lograr la medida justa con cada ser humano
que encuentro.
Mi alegría debe manifestarse también en las obras de justicia, en
las obras de una vida “salvada”. Para poder encontrar hoy paz, el evangelio
no me deja sólo con la pregunta: ¿Qué debo hacer?, es decir ¿Que hago
yo ahora?, a quién debo dar mi corazón? ¿Quién puede decirme una palabra
verdadera que suscite y refuerce en mí el querer el bien?.
La Palabra del Bautista, me invita a reflexionar y a no abandonar
estas preguntas, pero además me orienta hacia quien vale la pena mirar, a
Jesús, y a aventurarse por él todo el sentido de mi existencia.
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ORACIÓN
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Te miramos a ti, Señor Jesús, aquel que Juan llama -más fuerte- y tú
lo eres porque haces presente y operante la potencia de Dios Padre, para
nuestra salvación; lo eres también porque sabes vencer todas nuestras
debilidades, todas nuestras resistencias; lo eres porque nos libras del mal
y das la paz a nuestro corazón.
Te miramos a ti, Señor Jesús, que bautizas en el Espíritu Santo: tú
nos sumerges en la vida misma de Dios, nos comunicas el Espíritu que habita
en ti, el Espíritu cuyo fruto es la caridad, el gozo, la paz, la paciencia,
la benevolencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre, el dominio de sí.
Te miramos a ti, Señor Jesús, que vienes a juzgar el mundo. Actúa
también hoy con “fuego”: danos a conocer la santidad de Dios, su amor
exigente que nos purifica y que es insostenible para nosotros que tenemos
la fragilidad de la paja. Mientras, dispersos entre la gente del Jordán,
reconocemos nuestro pecado y nuestras ligerezas, acércate a nosotros y
danos fuerza para volver a Dios.
Te miramos a ti, Señor Jesús: mientras buscamos la alegría en otra
parte, te acercas y nos repites: “Tu Dios se alegra y exulta por ti”.
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FUENTES
DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada
y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra,
utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y
comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga,
(SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de
Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o,
Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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